Filosof¨ªa contra la presente historia del malestar
Jos¨¦ Luis Pardo lamenta la sensaci¨®n en la sociedad de que las instituciones est¨¢n al servicio de alguna trama negra
Malestar supremo, deterioro grav¨ªsimo, intolerable. La pol¨ªtica se mira a cara de perro. Ni un resquicio para la duda. La sociedad est¨¢ en guerras que parecen de soldaditos de plomo. Se puso de manifiesto en la crisis de 2008 y 11 m¨¢s a?os tarde cabalga sobre el animal de la certeza. ?Qu¨¦ deben hacer los peri¨®dicos, por ejemplo?, le preguntamos hace una semana a la periodista Svetlana Alexi¨¦vich, premio Nobel. ¡°Publicar filosof¨ªa. ¡°Saber del amor. Hacer preguntas sobre la vida¡±.
Fuimos al fil¨®sofo Jos¨¦ Luis Pardo (Madrid, 65 a?os). Hace tres a?os ¨¦l hizo su diagn¨®stico del malestar espa?ol (Estudios del malestar, Premio Anagrama de Ensayo), cuando estallaron las sombras de este enfurru?amiento. Salt¨® en pedazos la conversaci¨®n pol¨ªtica, judicial, econ¨®mica y Espa?a entr¨® en una etapa que ahora desemboca en un malestar supremo. Tiempo despu¨¦s de aquellos Estudios, ?qu¨¦ no entiende de hoy Pardo?
Profesor que practica tambi¨¦n el estudio de la poes¨ªa, han sido Octavio Paz y Rafael S¨¢nchez Ferlosio los que lo pusieron a pensar con sintaxis propia. Exclama sobre lo que no entiende: ¡°?Bufffff¡.! Casi nada¡±. Por ejemplo, le cuesta trabajo entender ¡°los resortes de motivaci¨®n a la hora de votar, de apoyar un proyecto¡; el corto plazo en que se cambia de opini¨®n, por un tuit, por una encuesta. Quiz¨¢ es por la inestabilidad en el trabajo, en las convicciones¡¡±. Hoy es peor que hace un lustro, porque entonces hab¨ªa luces que hoy se diluyen. ?Es peor? El fil¨®sofo no cree que lo sea. ¡°Lo que sucede es que cuando hay una crisis, y no solo econ¨®mica, siempre tienes la expectativa de ver cu¨¢ndo vamos a volver al estado anterior. Es como cuando te preguntas cu¨¢ndo vas a poder recuperar tu vida tras el nacimiento de un hijo. No te das cuenta de que ese tiempo no va a volver nunca¡±.
As¨ª que no es peor, pero¡ ¡°Ha habido desenga?o. Ciertas cosas est¨¢n rotas, o rompi¨¦ndose. Hay deterioro en instituciones como la Universidad o los tribunales. La sospecha con que se mira cada vez que un juez emite una sentencia o un procesamiento, la frialdad con la que se escribe: "Hay tres jueces, dos de ellos conservadores'¡ pero, ?por Dios!, se me hiela la sangre de pensar si quien me tiene que juzgar es conservador, o progresista... ese es el grav¨ªsimo deterioro".
Como si estuviera escrito en la mente del fil¨®sofo, Pardo recita su malestar propio: ¡°Es, en general, la sensaci¨®n, que tambi¨¦n ha alimentado el populismo, de que en el fondo todas las instituciones est¨¢n al servicio de alguna trama negra. Me parece intolerable¡±. Enlaza as¨ª con aquel Estudios del malestar. La crisis econ¨®mica hab¨ªa dejado, en la Espa?a que desat¨® en 2015 la revuelta del 15M, la sensaci¨®n de que la indignaci¨®n iba ¡°a canalizar el descontento¡±. Pero eso significaba que ¡°los partidos que tuvieron que administrar la cat¨¢strofe de la crisis deb¨ªan suscitar esperanza y convencer de que lo que ven¨ªa era otra cosa que lo que hab¨ªamos llamado pol¨ªtica desde la Transici¨®n hasta aqu¨ª¡±.
Hubo expresiones como ¡°asaltar los cielos¡±, iniciativas que reclamaban la salida del euro, autobuses se?alando empresarios o banqueros culpables¡, ¡°pero una vez llegaron al Congreso de los Diputados todo eso se convirti¨® en nada¡±. En su vida privada, los que reclamaron tan altas metas aceptaron que el sueldo oficial les ten¨ªa que cambiar la vida y hasta la vivienda particular ha sido particular asunto pol¨ªtico. Y los votantes, sugiere el fil¨®sofo, tampoco sab¨ªan si de veras estaban votando "por lo que cre¨ªan esperar".
Fue el estallido de un malestar que ven¨ªa de lejos. ?l quiso contar en aquel libro que ahora parece una premonici¨®n filos¨®fica del presente desencanto ¡°las ra¨ªces intelectuales, lo que a cualquier ideolog¨ªa le sirve de base para reclamar algo m¨¢s aut¨¦ntico, m¨¢s puro que la pol¨ªtica. Es una estrategia muy conocida, pero que consiste en fomentar una divisi¨®n social extrema merced a la cual o est¨¢s con nosotros o eres de extrema derecha, casta, porque nosotros somos m¨¢s feministas que los feministas y m¨¢s socialistas que los socialistas...¡±.
Ahora se le suman el secesionismo catal¨¢n, el deterioro de la UE, el Brexit, el populismo mundial¡ ¡°El populismo es enemigo del pluralismo, dec¨ªa en EL PA?S Daniel Gasc¨®n. Busca la unanimidad en lo cultural, eso que ellos llaman la hegemon¨ªa, y por supuesto el dirigismo pol¨ªtico¡±. ?La Filosof¨ªa ayudar¨ªa a resolver este nuevo oto?o del descontento? ¡°La Filosof¨ªa no ayuda a buscar soluciones. Detecta los problemas. Si no sales a la calle y buscas a la gente te mueres de asco. Ese malestar causa desaguisados, batallas que pueden dejar de ser simb¨®licas en cualquier momento. Para detectarlo, la Filosof¨ªa ha de estar en contacto con las ciencias sociales. Se muere o marchita por ser demasiado acad¨¦mica y apartada del mundo, aunque si se funde con el mundo tambi¨¦n se disuelve¡±.
La filosof¨ªa interpreta los gritos y las voces; no da soluciones, expone los problemas. Arist¨®teles dec¨ªa que, recuerda Pardo, ¡°si no sabes c¨®mo est¨¢ hecho el mundo, no vas a poder deshacerlo¡±. Esas noticias sobre c¨®mo est¨¢ hecho el mundo son las que tienen que explicar los peri¨®dicos, dec¨ªa Svetlana Alexi¨¦vich. Es una tarea tan vieja como la escritura, corrobora el autor de Estudios del malestar, que aprendi¨® Filosof¨ªa con los poetas.
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