La bendita prepotencia de Bunbury
¡®Posible¡¯, el d¨¦cimo disco de la carrera en solitario del aragon¨¦s, recibe una nota de ocho sobre diez
Hay que agradecer a Enrique Bunbury su af¨¢n por constatar siempre si hay agua en la piscina. Como pasa en este reto al que, desgraciadamente, se enfrentan pocos m¨²sicos superventas espa?oles, algunas veces el aragon¨¦s ha comprobado que all¨ª no hab¨ªa ni gota, y el golpe duele. Pero es parte del juego: te levantas, te sacudes los desperfectos, te subes al trampol¨ªn, y otra vez para abajo.
Posible, su nuevo trabajo (d¨¦cimo en su carrera en solitario), forma parte de esa actitud de riesgo y valent¨ªa art¨ªstica de un cantante acostumbrado a tener la mente abierta, s¨ªntoma de los creadores interesantes. Posible es un disco espl¨¦ndido, un ¨¢lbum de rock donde la guitarra no tiene protagonismo y donde el m¨²sico ha firmado textos que hay que colocar entre lo mejor de su carrera.
Afincado en Los ?ngeles con su pareja y su hija, como un Julio Iglesias del rock que mira desde la distancia con cierta prepotencia, Bunbury entrega un disco fant¨¢stico
Si en recientes trabajos Bunbury decidi¨® reflexionar sobre lo que concern¨ªa al mundo, porque tocaba, con los palos que est¨¢bamos recibiendo (eso sigue tal cual), en Posible la mirada es interior. ¡°S¨¦ donde est¨¢ la salida, es hacia dentro. Y estoy dispuesto a todo por ti¡±, canta en la apertura, Cualquiera en su sano juicio (se habr¨ªa vuelto loco por ti), una declaraci¨®n de amor se supone que a su pareja, un tema alejado de la cursiler¨ªa que se suele adoptar con esta tem¨¢tica.
Se escribe en los medios especializados que este disco suena a Depeche Mode, por la profusi¨®n de teclados y electr¨®nica pop. Quiz¨¢. Pero a lo que recuerda (y mucho) Hombre de acci¨®n, punto ¨¢lgido del ¨¢lbum, y Mis posibilidades, es a Le¨®n Benavente, la banda del gallego Abraham Boba. Han colaborado y se profesan mutua admiraci¨®n, as¨ª que no extra?an estas v¨ªas comunicantes. El disco sigue con Deseos de usar y tirar, perfecta para una pel¨ªcula de Almod¨®var, porque exhibe nocturnidad y sexualidad.
En una de las canciones menciona a Nick Cave: ¡°Como me dijo Nick Cave, t¨² no eres tu pasado¡±. No es casualidad: Posible va cargado de esa intelectualidad pasional que caracteriza al autor de Ghosteen. Cuando empez¨® su carrera en solitario, all¨¢ por 1997, Bunbury ya experiment¨® con la electr¨®nica en Radical sonora. Pero en lo que all¨ª resultaba forzado y tosco, aqu¨ª fluye con naturalidad y sofisticaci¨®n.
Aunque lo pueda parecer por lo anteriormente expresado este no es un disco excluyente. Entra con cierta facilidad y se puede bailar, s¨ª, y quien no se zarandee ante Arte de vanguardia es que lleva un t¨¦mpano por ah¨ª escondido. La sinuosa Mariachi sin cabeza se puede escuchar sentado, al igual que Indeciso o no, llena de sugerentes detallitos electr¨®nicos.
El disco se cierra de la mejor manera (si exceptuamos esta frase tan infantil: ¡°S¨¦ que lo que es normal para la ara?a./ Es el puto caos para una mosca¡±) con una canci¨®n, Los t¨¦rminos de mi rendici¨®n, donde el artista desliza una posible retirada, a sus 52 a?os. No es muy probable para un creador inquieto como ¨¦l. Si alguna vez Bunbury se decide a hacer entrevistas largas y cara a cara (acostumbra a exigir el correo electr¨®nico) podremos pregunt¨¢rselo.
Afincado en Los ?ngeles con su pareja y su hija, como un Julio Iglesias del rock que mira desde la distancia con cierta prepotencia, Bunbury entrega un disco fant¨¢stico y se afianza como de las pocas estrellas musicales espa?olas con capacidad para sorprender.
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