Muere Linda Manz, rostro del cine ¡®indie¡¯ de los ochenta
Tras debutar a los 15 a?os con Terence Mallick, su carrera fue tan breve como selecta, pero siempre a gran altura
Una de las pel¨ªculas m¨¢s hermosas de la historia del cine, D¨ªas del cielo, dirigida por Terrence Malick en 1978, se rige por una narraci¨®n en off: la voz de una adolescente que domina todo el relato. Con solo 15 a?os, Linda Manz fue reclutada por Malick para convertir su voz en un icono para miles de cin¨¦filos. El debut en el cine de esta actriz por entonces desconocida supuso una conmoci¨®n. Su carrera posterior, tan breve como selecta, continuar¨ªa a semejante altura.
No hab¨ªa aparecido en una pantalla de cine desde 1997. Particip¨® en nueve pel¨ªculas y apenas un par de series de televisi¨®n. Fue suficiente
Linda Manz falleci¨® el pasado viernes a los 58 a?os a causa de una neumon¨ªa combinada con un c¨¢ncer de pulm¨®n. Quien llegar¨ªa a ser uno de los rostros del cine indie en los a?os setenta y ochenta no hab¨ªa aparecido en una pantalla de cine desde 1997. ?nicamente particip¨® en nueve pel¨ªculas y apenas un par de series de televisi¨®n. Fue suficiente. Su muerte ha hecho viajar en el tiempo a muchos aficionados. A un tiempo pret¨¦rito en el que, como espectadores m¨¢s j¨®venes y, ciertamente, menos fatigados, rostros como el de Linda Manz abr¨ªan nuevos territorios cin¨¦filos, dominados por el misterio y la iconoclastia. Y en el que actrices como Manz eran despreciadas por el stablishment. Tanto es as¨ª, que solo participar¨ªa en tres mediocres pel¨ªculas en 1978 y 1979 tras su deslumbrante debut (aunque en una de ellas, The Wanderers, las pandillas del Bronx, brillase para afianzar su posterior imagen nihilista). Sin embargo, lleg¨® el a?o 1980 y, con ¨¦l, Ca¨ªdo del cielo (Out of the Blue), de Dennis Hopper. Y los espectadores encontraron a una Linda Manz convertida desde entonces en imperecedera. El icono estaba servido. Y el rostro andr¨®gino de Linda Manz, convertido en leyenda contracultural. A?os despu¨¦s, actrices tambi¨¦n adscritas al cine independiente como Chlo? Sevigny o referentes televisivos como Natasha Lyonne, de la serie Orange is the New Black, reconocieron la decisiva influencia de Linda Manz en sus carreras, en especial su trabajo en Ca¨ªdo del cielo, una pel¨ªcula por completo a contracorriente en la que Linda Manz interpretaba a una adolescente punk en la que se encarnaron buena parte de las iras, decepciones y frustraciones de la d¨¦cada. Mona, su personaje, una joven provinciana, hija del desenga?o y emblema del reverso del sue?o americano, qued¨® clavada en la memoria cin¨¦fila como la ¨²ltima punk de la gran pantalla. Y Manz, como una actriz irrepetible, quiz¨¢ demasiado ¨²nica para ser cierta, quiz¨¢ demasiado fuera de norma como para acercarse siquiera a una posible norma.
Despu¨¦s de ello llegar¨ªan Longshot (1981), una comedieta adolescente indigna de su talento, y La hija rebelde (1983), rodada en Alemania. Seguidamente, solo hubo el silencio hasta 1997. Hubo de ser un outsider como Harmony Korine (guionista de Kids, de Larry Clark, otra inmensa bofetada a los espectadores biempensantes) quien recordase la existencia de Linda Manz para embarcarla en la inclasificable Gummo, una pel¨ªcula rabiosamente experimental, tan l¨²cida como brutal, centrada en un grupo de adolescentes marginales, en la que Linda Manz constru¨ªa un personaje ¨²nico, la desarraigada madre de uno de los personajes. Una despedida (debe obviarse su posterior breve trabajo en la mediocre The Game, de David Fincher) a la altura de una actriz que siempre camin¨® por senderos por los que muy pocos se atrevieron a transitar. Casi 20 a?os despu¨¦s de D¨ªas del cielo, la carrera de Linda Manz se extingu¨ªa con el mismo fulgor con el que comenz¨®. Nunca hubo acomodo para ella en el cine comercial. A buen seguro, tampoco lo busc¨®. Prefiri¨® convertirse en un cometa, breve y luminoso, cuyo polvo a¨²n acompa?a a quien se atreva a asomarse a un cine desgarrado y al quehacer creativo de una actriz incandescente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.