El remordimiento del genocida

Una de las mejores noticias de la desigual cartelera espa?ola de estos meses de pandemia ha sido sin duda la llegada a nuestros cines de las pel¨ªculas del guatemalteco Jayro Bustamante. Arraigada en la historia reciente de su pa¨ªs, en la denuncia de la homofobia, del racismo y del clasismo, la obra de corte social del director viene acompa?ada adem¨¢s de unas formas exquisitas y de una capacidad visual por momentos escalofriante.

En la primera semana de septiembre se estren¨® la magn¨ªfica Temblores y poco m¨¢s de dos meses despu¨¦s llega la tambi¨¦n interesant¨ªsima La llorona, ambas producidas en 2019, y parte de la bautizada como Trilog¨ªa del desprecio, completada por Ixcanul, de 2015, exploraci¨®n f¨ªlmica sobre un terceto de insultos desgraciadamente habitual en su tierra: indio, hueco (homosexual) y comunista.

Tras las terapias de sanaci¨®n de la homosexualidad contenidas en Temblores, La llorona se acerca al mito hispanoamericano de la llorona, la madre que ahog¨® a sus hijos en el r¨ªo, y que hace poco dio lugar a una producci¨®n de terror hom¨®nima desde Hollywood. Sin embargo, Bustamante le otorga un giro pol¨ªtico, emparentando la figura folcl¨®rica sobrenatural con el genocidio de la poblaci¨®n ind¨ªgena por parte de militares y facciosos de ultraderecha durante la d¨¦cada de los ochenta. Una obra de sensaciones m¨¢s de que narrativa convencional, con un notable uso de una fotograf¨ªa de corte tenebrista y de un sonido envolvente, que cuenta, desde el punto de vista de la familia de uno de los mandos militares genocidas, un merecido asedio jur¨ªdico y moral por parte de la ciudadan¨ªa.

Fantasmal reflexi¨®n sobre el remordimiento ambientada en una casona que recuerda al palacio de Luis XVI y Mar¨ªa Antonieta hostigado por el pueblo, la pel¨ªcula comienza en un sal¨®n de clase alta, velas, joyas y genuflexi¨®n, con un rezo de inspiraci¨®n cristiana (¡°cu¨ªdanos, prot¨¦genos, amp¨¢ranos¡±), y acaba en un cuartucho con semejantes protagonistas, pero intentando expulsar ahora el mal fario en el que han entrado sus hasta entonces brillantes y privilegiadas vidas mediante los ritos paganos de los ind¨ªgenas a los que han querido esclavizar y exterminar. Y ese es tambi¨¦n el triunfo de los torturados y de los muertos, frente a los que se hab¨ªan considerado sus due?os.