John le Carr¨¦, el Dickens de la Guerra Fr¨ªa
Toda la obra del maestro de la novela de espionaje gira en torno a un ¨²nico tema: c¨®mo permanecer moral en un mundo inmoral
El narrador brit¨¢nico William Boyd defini¨® a John le Carr¨¦ como ¡°el Dickens de la Guerra Fr¨ªa¡±. ¡°Los dos novelistas han logrado construir un mundo propio que refleja el nuestro¡±, escribi¨®. Es una comparaci¨®n que hace justicia al gran maestro brit¨¢nico de la novela de esp¨ªas, fallecido el s¨¢bado a los 89 a?os en Cornualles, seg¨²n anunci¨® el domingo su agente literario. Le Carr¨¦ es uno de los grandes escritores del siglo XX y, al igual que el autor de David Copperfield, toda su obra est¨¢ redactada desde un profundo impulso moral. A ¨¦l no le toc¨® describir la pobreza y la injusticia de la primera revoluci¨®n industrial, sino el mundo despiadado de enga?os y mentiras de la Guerra Fr¨ªa, que vivi¨® primero como agente secreto brit¨¢nico y que luego cont¨® como novelista.
Las 24 novelas de John le Carr¨¦ tratan, en el fondo, un solo tema: c¨®mo se puede permanecer moral en un mundo inmoral, qu¨¦ podemos hacer para no dejarnos arrastrar por la miseria que nos rodea. Y ¨¦l pas¨® por los mismos dilemas a los que someti¨® a sus personajes. Su libro de memorias, Volar en c¨ªrculos, apenas cuenta nada sobre su vida en el espionaje, porque prometi¨® guardar silencio hasta el final de sus d¨ªas. Sin embargo, una reveladora biograf¨ªa del profesor de la Universidad de St Andrews Adam Sisman, John le Carr¨¦. The biography, relataba que se infiltr¨® en grupos de extrema izquierda para informar sobre la labor de personas que se hab¨ªan convertido en sus amigos. Todos sus personajes, desde George Smiley hasta Alec Leamas, el protagonista de El esp¨ªa que surgi¨® del fr¨ªo, viven obsesionados por los pactos con el diablo que han tenido que firmar para vencer en la Guerra Fr¨ªa. Y era algo que ¨¦l mismo se preguntaba.
Un padre estafador
John le Carr¨¦, pseud¨®nimo de David Cornwell, aunque aseguraba que nunca supo de d¨®nde hab¨ªa sacado su nombre literario, era un hombre afable, divertido y acogedor que recib¨ªa como amigos a los periodistas en su casa de Cornualles y hablaba de los temas m¨¢s delicados con una pudorosa sinceridad. Explicaba, por ejemplo, c¨®mo le marc¨® el hecho de que su padre fuese un ladr¨®n y un estafador: eso le llev¨® a intentar hacer lo correcto toda su vida. Visit¨® Espa?a en 2019, ya enfermo, pero sobre todo muy enfadado por el Brexit. Se qued¨® en un peque?o hotel de la sierra de la Tramuntana, en Mallorca, y concedi¨® dos entrevistas por su ¨²ltimo libro, Un hombre decente (Planeta).
Pero no quer¨ªa preguntas sobre literatura, solo quer¨ªa hablar de un tema, el Brexit, que calificaba como ¡°la mayor idiotez perpetrada por el Reino Unido¡±. Se lamentaba, como podr¨ªa haberlo hecho George Smiley, de un mundo en el que reinaban personajes que despreciaba, como Boris Johnson o Donald Trump (se cuestionaba en serio si el presidente de EE UU podr¨ªa ser un agente controlado por los rusos), y se preguntaba si valieron la pena todos los esfuerzos que se hicieron para ganar la Guerra Fr¨ªa, todas las inmoralidades que se cometieron en nombre de la libertad. Fue un idealista, un hombre decente que nos oblig¨® a enfrentarnos a nuestras propias contradicciones. Como Dickens, sus libros han contribuido a mejorar nuestra sociedad.
Babelia
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