La cr¨®nica resiste en Espa?a
Una generaci¨®n de periodistas espa?oles se empe?a en practicar este g¨¦nero
El d¨ªa en que el periodista Emilio Mediavilla (Santander, 40 a?os), editor de Libros del KO, recibi¨® el primer Premio Anagrama Sergio Gonz¨¢lez de Cr¨®nica, la periodista Leila Guerriero, a su lado y miembro del jurado, dijo algo as¨ª, seg¨²n recuerda el galardonado: ¡°Hay m¨¢s congresos y talleres de cronistas que cr¨®nicas en los medios¡±. No es la primera vez que este g¨¦nero period¨ªstico es puesto en duda.
Como la novela, la cr¨®nica se asesina, revive y se vuelve a condenar cada cierto tiempo. En Am¨¦rica Latina, como si del mito de L¨¢zaro se tratara, siempre vuelve a caminar, aunque sea con muletas. En Espa?a, esta manera de contar la realidad con las herramientas de la literatura va muchas veces a rebufo de lo que sucede al otro lado del Atl¨¢ntico. Al margen del en¨¦simo epitafio, existe una generaci¨®n espa?ola ¡ªno coinciden en edad, sino en lugar y momento¡ª que se empe?a en practicar la cr¨®nica.
¡°Al leer el manuscrito sent¨ª lo que se siente siempre ante una buena cr¨®nica. Un inter¨¦s por algo que en principio no me importaba un cuerno¡±, dijo Guerriero sobre el trabajo premiado, Una dacha en el Golfo. El libro in¨¦dito de Mediavilla trata sobre sus dos a?os en Bahr¨¦in. Pero adem¨¢s desde 2011 este autor y un grupo de periodistas (y amigos) ha subido la apuesta por este g¨¦nero a trav¨¦s de la editorial Libros del KO. Lo que empez¨® como ¡°un capricho¡± se ha convertido en uno de los pocos sellos en Espa?a que se mantiene fiel a la cr¨®nica. Su trabajo editorial tuvo como referente a? Anagrama. ¡°Nos interesan los perfiles, las cr¨®nicas deportivas, la microhistoria¡±, relata. ¡°No es el tema, sino la mirada con la que te acerques y el formato narrativo¡±.
En septiembre de 2015, Libros del KO public¨® Fari?a. La gran cr¨®nica sobre el narco gallego del periodista Nacho Carretero que les permiti¨® salvar la editorial (no pasaba por su mejor momento econ¨®mico) y que ha derivado en una serie de Netflix, entre otras variantes, incluida una obra de teatro. ¡°Crec¨ª con la obsesi¨®n de tener que identificar cada texto. Se autolimitaba la creatividad del periodismo narrativo en Espa?a, mientras que en Am¨¦rica Latina se pod¨ªan leer piezas period¨ªsticas que parec¨ªan novelas¡±, dice Carretero (A Coru?a, 38 a?os), periodista de EL PA?S. ¡°Aqu¨ª era un g¨¦nero restringido a los que se hab¨ªan ganado esa condici¨®n, a una ¨¦lite. Un reportero del d¨ªa a d¨ªa no pod¨ªa escribir cr¨®nica¡±.
Falta de espacio
La falta de espacio en los medios impresos diarios encamina a los cronistas espa?oles hacia el libro y las revistas especializadas. ¡°Publicar cr¨®nicas sigue siendo algo complicado y muy vinculado a la industria del libro¡±, considera Mar¨ªa Angulo, doctora en Filosof¨ªa y Letras por la Universidad Aut¨®noma de Madrid y profesora de Periodismo de Investigaci¨®n en la Universidad de Zaragoza. ¡°Es un lujo que no pueden permitirse muchos medios y no da de comer, ni se lee ni consume o compra tanta cr¨®nica como nos parece a los periodistas¡±, remata la autora de Cr¨®nica y Mirada. Aproximaciones al periodismo narrativo (Libros del KO).
Todos los periodistas consultados para este reportaje y los que aparecen en sendas antolog¨ªas sobre el tema editadas por Dar¨ªo Jaramillo y Jorge Carri¨®n en 2012 conforman una lista de narradores multitarea. Es decir, dedicados a la cr¨®nica y a todo tipo de trabajos para garantizarse el sustento.
¡°Este periodismo requiere tiempo, espacio, dinero para viajar, investigar y editar¡±, defiende Agus Morales, director de 5W, una publicaci¨®n en formato impreso y digital que naci¨® hace casi cinco a?os y que sostiene su materia prima, las cr¨®nicas de tem¨¢tica internacional, gracias a la aportaci¨®n de m¨¢s de 3.000 suscriptores y las ventas en librer¨ªas y online. Para el editor, los medios mayormente han centrado sus esfuerzos editoriales en la opini¨®n: ¡°Es m¨¢s rentable, ocupa menos y es m¨¢s barata que contar lo que pasa en un campo de refugiados en Grecia, por ejemplo¡±.
Virginia Mendoza (Valdepe?as, 32 a?os) explica que nunca ha acudido a la prensa generalista en busca de un espacio para sus cr¨®nicas porque para ella ¡°la extensi¨®n es determinante¡±. Su ¡°periodismo lento¡± sustentando en ¡°la convivencia con las personas¡± de las que escribe se acomoda en el libro y en publicaciones como Alta?r. Pone un ejemplo: los 16 folios que dedic¨® a un viaje por Rep¨²blica Dominicana. ¡°Esto es una rareza en Espa?a¡±, asegura.
Alta?r Magazine acaba de cumplir 40 a?os con su apuesta por ¡°la cultura viajera y la cr¨®nica period¨ªstica¡±, explica Pere Ort¨ªn, desde hace seis a?os el editor, adem¨¢s de cofundador de la publicaci¨®n. ¡°Hacemos periodismo desde el viaje y no de viajes¡±, puntualiza. Es decir, un periodismo m¨¢s narrativo: ¡°Un mecanismo para entender alg¨²n aspecto de la complejidad del mundo¡±.
Historias cercanas
El ¨¦xito de los clanes del narco gallego sirvi¨® para que Carretero, desde la cr¨®nica, pudiera acercarse a otro tipo de historias. ¡°La tem¨¢tica est¨¢ vinculada con el ego de los periodistas y el periodismo. Como si las historias m¨¢s potentes tuvieran que ser las m¨¢s espectaculares. Las de conflicto, las de irse lejos. El periodista m¨¢s idealizado durante una ¨¦poca fue el corresponsal de guerra. Y esto siempre me chirri¨®¡±, asegura.
La misma opini¨®n comparte la periodista, as¨ª se define, sin m¨¢s agregados, Silvia Cruz Lape?a (Barcelona, 41 a?os), especializada en temas culturales. "En mi libro Cr¨®nica jonda (Libros del KO) rese?o un concierto de Los Chunguitos en Barcelona que va m¨¢s all¨¢ de la m¨²sica, explica un contexto sociopol¨ªtico e hist¨®rico. Sirve de excusa para cualquier cosa, es el camino para hacer temas m¨¢s delicados como por ejemplo el paro en Jerez desde el flamenco. Al inicio de mi libro escribo: el flamenco es una llave, un abrigo, no el tema¡±, relata.
Mendoza enfoca su trabajo desde la antropolog¨ªa, la carrera con la que complement¨® periodismo y que le sirve para enriquecer sus textos. ¡°Nunca he tenido que recurrir a la ficci¨®n ni viajar a 5.000 kil¨®metros para encontrar una historia interesante¡±, afirma. ¡°Entre los vecinos de mi pueblo Terrinches, en Castilla La Mancha he hallado la manera de contar lo universal a trav¨¦s de lo m¨ªnimo¡±, explica poniendo de ejemplo su libro Qui¨¦n te cerrar¨¢ los ojos (Libros del KO), sobre el arraigo en la Espa?a rural.
¡°Lo que tiene este macrog¨¦nero de la cr¨®nica es su compromiso pol¨ªtico en el sentido de que los territorios que se relatan y sus protagonistas se sit¨²an en los m¨¢rgenes¡±, explica Angulo. ¡°La cr¨®nica trata de ponerle foco a lo que no suele interesar en el periodismo m¨¢s tradicional. Ah¨ª esta el compromiso social, incluso de denuncia¡±. La autora identifica en el per¨ªodo de crisis econ¨®mica que sufri¨® Espa?a desde 2008 un momento de efervescencia de la cr¨®nica en Espa?a por la emergencia de los relatos que se produjeron entonces.
¡°La cr¨®nica ser¨¢ marginal o no ser¨¢¡±, parafrasea Ort¨ªn a Mart¨ªn Caparr¨®s, uno de los principales cronistas latinoamericanos. El desaf¨ªo, antes de que alguien vuelva a matar al g¨¦nero, ser¨¢ crecer en esos m¨¢rgenes y no solo cuando vengan mal dadas, como en la crisis econ¨®mica.
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