¡°ETA est¨¢ lejos, no significa mucho¡±
El escritor Bernardo Atxaga habla sobre su ¨²ltima novela, 'Casas y tumbas', ya publicada en euskera y, desde este jueves, disponible en espa?ol
La ¨²ltima novela de Bernardo Atxaga, Casas y tumbas (Alfaguara), llega, adem¨¢s, con el marchamo de ser su novela final. No es que se haya vaciado como autor. ¡°Contra lo que parece, es que soy optimista¡±, justifica en una conversaci¨®n en un hotel de la Gran V¨ªa de Madrid. Va hacia los setenta a?os y tiene ganas de empezar ¡°otra etapa¡±. Su vida ha sido ¡°una traves¨ªa que empez¨® con Obabaoak y termina con Casas y tumbas¡±. Recurre al pintor japon¨¦s Katsushika Hokusai, quien admiti¨® que hasta los sesenta no hab¨ªa hecho un dibujo que le gustara, calculaba que a los ochenta empezar¨ªa a hacerlo bien y que a los 120 lo que har¨ªa ser¨ªa maravilloso. "Con ese esp¨ªritu de Hokusay pienso empezar una nueva etapa, renovarme. Y dejarlo bien cerrado: Obabaoak, estaci¨®n de salida; Casas y tumbas, estaci¨®n de llegada".
La novela, que se puso este jueves a la venta, se public¨® hace tres meses en euskera con el t¨ªtulo de Etxeak eta hilobiak. Pero se pudo llamar El soldado que llam¨® a Franco cabr¨®n. "Cuando digo que cuesta tanto escribir una novela es porque hay cantidad de salidas en falso", explica. Primero hizo una versi¨®n de esta novela que se llamaba Pamela: "no ten¨ªa salida". Luego, El soldado que llam¨® a Franco cabr¨®n: "Quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa retome este hilo, pero cuando llevaba unas ochenta p¨¢ginas, en vez de ir abri¨¦ndose y abarcando m¨¢s mundo, como ocurre en las novelas, se iba cerrando". Despu¨¦s se llam¨® Hilos de agua entre las piedras, pero al final concluy¨® que "la vida solo puede tener un tema: la vida en general. Y entre la casa y la tumba hay vida, o vidas".
Entre Obabakoak y Casas y tumbas la vida mut¨®. "Obaba era un mundo sin Marx, sin Freud. La palabra esquizofrenia no exist¨ªa en el l¨¦xico. La comprensi¨®n de la vida era a partir de esquemas heredados, que hoy llamar¨ªamos supersticiosos, con restos m¨ªticos¡ Ese mundo en el que se piensa que el jabal¨ª era un ni?o que se transforma en animal". Ese mundo se derrumb¨®. "La televisi¨®n es el martillo que da en el punto crucial y rompe la campana. Rompe ese mundo, cambia todo. Hasta el mobiliario de las casas: no se sab¨ªa qu¨¦ era una sala de estar", sostiene. La vida sacude Ugarte, el contrapunto de Obaba. Hay televisi¨®n para ver los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨²nich, psicoanalistas, mao¨ªstas, hospitales, LSD, marihuana¡ ¡°Es solo un paso en un mundo que ha durado muchos a?os¡±.
La obra es un relato a trav¨¦s de seis cap¨ªtulos con saltos en el tiempo, entre 1972 y 2017, y un ep¨ªlogo en forma de alfabeto. Arranca en Ugarte, pasa por un cuartel de El Pardo, salta al colegio franc¨¦s de Beau-Fr¨ºne (en Pau), se expande hacia Texas, hacia California, se traba con historias de amistad, con fricciones familiares, con conflictos sociales, con hondos sentimientos¡ Pasan animales (una urraca, un jabal¨ª, perros, un caballo¡); corren Frank Shorter y Usain Bolt; golpea Anthony Joshua; asoman Bernardette Soubirons, Sigmund Freud y Mao Tse-Tung; resuenan Fran?oise Hardy, Adamo y Adele.
La vida en Casas y tumbas sucede a naturaleza abierta y con espacios cerrados. Beau-Fr¨ºne, donde estuvo Atxaga a los 13 a?os, es el espacio "m¨¢s asfixiante". Tambi¨¦n el hospital. Otro fue el cuartel de El Pardo, a escasos metros de la m¨¦dula de la dictadura, en el que Atxaga crea un espacio de subversiva libertad. Hay trasiego de vino, choripanes, zurracapote¡ "Precisamente dentro de los espacios cerrados (cuarteles, colegios internos, hospitales¡) es donde est¨¢ la resistencia y la fuerza que, de uno en uno, no tendr¨ªan los cuatro amigos (que protagonizan parte de libro). Dentro de cualquier situaci¨®n de falta de libertad siempre se puede crear una resistencia". En la vida real, el autor y sus compa?eros de servicio militar se encontraron una urraca a la que quer¨ªan ense?ar a decir "Franco cabr¨®n". Pero se asustaron: "Aprendimos a resistir con muchas ca¨ªdas".
Los animales desarrollan un papel esencial en la obra de Atxaga. "A la hora de escribir me interesa que haya un v¨ªnculo con el pasado, con los comienzos de la literatura. Cuando hablo de un jabal¨ª, tengo presente que Ulises fue mordido por un jabal¨ª en la Odisea y le dej¨® una cicatriz. Cuando narro a partir de un pastor, s¨¦ que en Bel¨¦n los hab¨ªa y que Virgilio tambi¨¦n habla de ellos. Intento que la historia que estoy contando no sea la cr¨®nica somera de un tiempo, sino que tenga una serie de v¨ªnculos con otras historias". Los animales tambi¨¦n remiten a Atxaga a la infancia, "incluso al miedo", o a la incomprensi¨®n. Es muy probable que mi pr¨®ximo libro, que no s¨¦ qu¨¦ texto tendr¨¢, se titule La mirada del caballo. Siempre me ha intrigado qu¨¦ hay detr¨¢s de esa mirada".
La naturaleza no es solo un escenario en la obra del escritor. Es mucho m¨¢s que un personaje. "No soy nada rom¨¢ntico en torno a otras realidades, en cambio, con respecto a la naturaleza soy rom¨¢ntico. Lo soy en el sentido de los rom¨¢nticos, que ten¨ªa vida, anima mundi. No es que lo crea: act¨²o de esa manera. Lo manejo no como un escenario, sino como si fuera parte del esp¨ªritu, de la interioridad de las personas que andan por ah¨ª. Es una l¨ªnea muy fuerte dentro de la literatura considerar la naturaleza mezclada con lo que somos nosotros. As¨ª lo utilizo".
El autor de Casas y tumbas siempre mira m¨¢s hacia dentro que hacia fuera a la hora de escribir. ¡°As¨ª lo hago. La prueba es que no me documento nada. Solo en la revisi¨®n final. Todo lo saco de mi cabeza. No consulto nada. La mente es el gran espacio. Cada vez me interesan m¨¢s los laberintos mentales¡±. La novela tiene un desv¨ªo lis¨¦rgico en el que irrumpe Sergio Leone. ¡°Los viajes lis¨¦rgicos¡±, se?ala, ¡°me dan oportunidad de narrar de una forma no convencional¡±. Atxaga tuvo una experiencia con la anestesia en una operaci¨®n que califica de ¡°viaje agradabil¨ªsimo, con colores y rocas que sonaban como m¨²sica¡±. Considera que el cap¨ªtulo en el que aparece Lee van Cleef ha sido el m¨¢s gozoso de escribir.
En la novela solo aparece ¡°tangencialmente¡± ETA. Atxaga considera que ya entr¨® directamente en el tema cuando escribi¨® El hombre solo o Esos cielos. ¡°En esa ¨¦poca el tema ven¨ªa a m¨ª. Reaccion¨¦. Me parece que ahora, salvo los profesionales y quienes tienen ese inter¨¦s pol¨ªtico concreto, el resto lo ve como algo que ocurri¨®. En la novela lo coloco en el punto en el que est¨¢: el pasado. Lo que est¨¢ lejos no significa mucho. Trato de seguir el movimiento de lo real¡±.
Una gran parte del ¨¦xito del escritor en el mercado en castellano recae en Asun Garikano, su pareja, que traduce y edita sus obras desde el euskera original. ¡°Siendo un escritor biling¨¹e, no creo que pudiera seguir sin una persona que traduce y edita como ella¡±. El autor ha hecho algunos textos directamente en castellano, como el ep¨ªlogo de Casas y tumbas: ¡°Me he acostumbrado a ser un escritor biling¨¹e. Es m¨¢s largo, m¨¢s trabajoso, pero te da una experiencia¡±. En cierta ocasi¨®n, en Par¨ªs, le molest¨® que se le presentara en un acto como escritor espa?ol sin aludir a que escrib¨ªa en euskera. ¡°Me molest¨® por c¨®mo se produjo. Era una mesa redonda con Umberto Eco y previamente hab¨ªamos hablado que ser¨ªa presentado como un escritor en ambos idiomas. Me pareci¨® feo. Pero los franceses consideran que lo resolvieron todo con la Revoluci¨®n Francesa. La actitud de Eco fue reconfortante¡±.
Atxaga vacila antes de responder si vuelven a ser malos tiempos para la diversidad ling¨¹¨ªstica en Espa?a. ¡°Se tolera mal, en general, la diferencia. No solo en este pa¨ªs. Es un poco deprimente. La diferencia, que es lo m¨¢s ameno, se considera como un estorbo. Como algo enemigo de la sociedad. Creo que esto en este pa¨ªs se acabar¨¢ generalizando¡±, conf¨ªa. Respecto a si la concesi¨®n del Premio de las Letras, que acaba de recibir, constituye un s¨ªntoma positivo, advierte: ¡°Lo que no sabe la gente es que yo tengo suerte¡±. Para ¨¦l, la suerte es la coincidencia el movimiento general de la sociedad con con el propio. ¡°Estaba acabando el libro y eso coincide en que echan a la derecha espa?ola y hay un movimiento pol¨ªtico mucho m¨¢s humanista que el anterior. Esa coincidencia se da en el tiempo. No es ret¨®rico: es suerte¡±.
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