Como si no hubiera un ma?ana
El libro ha acrecentado su poder simb¨®lico durante el confinamiento: se ha hablado de libros ¡ªy de quienes los hacen y venden¡ª m¨¢s que nunca
1. Esplendores
Pens¨¢ndolo bien, la pandemia ha sido un momento de esplendor para el libro, quiz¨¢s el ¨²ltimo que experimente ese genial artefacto que, mejor que cualquier otro, ha sabido guardar desde siempre ¡ªcuando apenas era una tableta de arcilla horneada¡ª la sabidur¨ªa, la memoria, los sentimientos y las necesidades de la humanidad. Durante el confinamiento que a¨²n no termina del todo (y ya veremos si no regresa), se han le¨ªdo m¨¢s libros que nunca, tanto en formato anal¨®gico como, exponencialmente, digital. La gente ¡ªincluso los m¨¢s renuentes¡ª ha recurrido como nunca al libro. El cierre de bibliotecas y librer¨ªas ¡ªel ¨²nico pa¨ªs que ha dado al libro tratamiento de ¡°bien esencial¡± es Alemania¡ª no ha sido obst¨¢culo para conseguirlos o, incluso, para reencontrar los olvidados en las estanter¨ªas de las bibliotecas familiares.
Al lado de all¨¢ de los Pirineos, donde siempre ha habido menos taca?er¨ªa y m¨¢s lucidez para la cultura que aqu¨ª, las encuestas revelan que, en lo que va de confinamiento, cada franc¨¦s ha le¨ªdo una media de 2,5 libros, y estoy seguro de que nosotros no les vamos muy a la zaga. Pero, sobre todo, el libro ha acrecentado su poder simb¨®lico: se ha hablado de libros ¡ªy de quienes los hacen y venden¡ª m¨¢s que nunca. Los famosos nos han recomendado lecturas en los medios de comunicaci¨®n, incluso en la tele ¡ªun medio pertinazmente reacio al libro y ante el que los espa?oles permanecemos m¨¢s de 300 minutos diarios¡ª, el libro ha campado con ins¨®lita libertad.
Se ha hablado de los libros tambi¨¦n como sanaci¨®n: para combatir el tedio, el miedo, la nostalgia, para olvidarse del p¨¢nico econ¨®mico, para enga?ar la espera. El renovado potencial simb¨®lico del libro se ha hecho muy patente como repetid¨ªsimo tel¨®n de fondo de tertulianos y corresponsales televisivos que se conectan desde sus domicilios particulares, hasta el punto de que, muy a menudo, resulta m¨¢s interesante el aspecto de la biblioteca que tienen detr¨¢s que lo que dicen: desde la controvertida Cristina Cifuentes, que se dirige a los espectadores delante de una biblioteca casera bien repleta, hasta la acuciante periodista escasamente belle t¨¦n¨¦breuse a la que gusta conectarse delante de una foto de Baudelaire bien plantada en su biblioteca, todos y todas han elegido mostrarse con libros para dar la mejor imagen de s¨ª mismos. La situaci¨®n me ha recordado, por analog¨ªa, aquel c¨¦lebre eslogan del oto?o hortera (pero a¨²n sangriento) del tardofranquismo: ¡°Un libro ayuda a triunfar¡±. Y es que este confinamiento est¨¢ siendo, sin duda, ocasi¨®n para una sobrevenida bibliolatr¨ªa cuyos saludables efectos ojal¨¢ duren m¨¢s all¨¢ de la apertura de los bares.
2. Darwinismos
Desde hace 50 d¨ªas no he recibido, por primera vez en m¨¢s de 10 a?os, ninguna novedad de las que suelen enviarme los editores. Es ahora cuando me empiezan a llegar, v¨ªa online, los cat¨¢logos editoriales, recompuestos apresuradamente y reordenados para conjurar una rentr¨¦e impensable hace dos meses. Y ya empiezan a llegar a las librer¨ªas, al menos a las que est¨¢n parcialmente abiertas y venden bajo demanda y cron¨®metro, los t¨ªtulos seleccionados por editores y mercadot¨¦cnicos. Me pregunto cu¨¢ntas librer¨ªas van a sobrevivir.
Me temo que, tras la inefable ¡°desescalada inteligente¡± (?glup!), va a tener lugar una especie de darwinismo librero: solo las m¨¢s fuertes (y grandes) van a salir indemnes; los cuatro millones concedidos por el Ministerio, y destinados a contribuir a reformas y renovaciones de los establecimientos, solo beneficiar¨¢n a los que puedan permitirse invertir la parte que les corresponde. Los peque?os libreros m¨¢s activos tendr¨¢n que volver a ¡°reinventarse¡± ¡ªjunto con ¡°humildad¡±, una de las palabras del confinamiento¡ª: ya han pasado de potenciar la comunicaci¨®n con los clientes y las actividades culturales (presentaciones, charlas) a la venta por correo. Ahora, tras la peque?a y posiblemente ef¨ªmera explosi¨®n de ventas suscitada por el reencuentro con los lectores m¨¢s fieles, tendr¨¢n que renovar ¡ªcon no demasiado apoyo¡ª su sex appeal. Hay que volverle a ganar terreno a Amazon. Y en eso s¨ª podemos ayudar todos.
3. Novedades
Inevitablemente, la pandemia es el objeto de algunas de las novedades de las pr¨®ximas (y siempre confusas y revisables) ¡°fases de desconfinamiento¡±. Entre las reflexiones m¨¢s o menos apresuradas tenemos, adem¨¢s de En tiempos de contagio (Salamandra), de Paolo Giordano, en formato libro desde finales de abril, Pandemia (Cuadernos Anagrama, 25 de mayo), de Slavoj Zizek, en la que el pensador de izquierdas m¨¢s pop del momento relaciona el estallido y difusi¨®n de la enfermedad con el estadio depredador del capitalismo en nuestro tiempo; entre los estudios de pandemias pasadas destaco El jinete p¨¢lido (nada que ver con el w¨¦stern del mismo t¨ªtulo de Clint Eastwood), de Laura Spinney (Cr¨ªtica), sobre la llamada ¡°gripe espa?ola¡± de 1918, que acab¨® con la vida de entre 50 y 100 millones de personas; y El mapa fantasma (Capit¨¢n Swing), de Steven Johnson, un documentado y ameno trabajo sobre la gran epidemia de c¨®lera que asol¨® el Londres victoriano en 1854 y en la que el doctor John Snow y el reverendo Henry Whitehead lograron encontrar el punto de origen (agua infectada) y trazar un mapa de su propagaci¨®n.
4. Pilar
En estos d¨ªas en que la n¨®mina de muertos causa espanto, uno se revuelve particularmente ante la p¨¦rdida de los cercanos. Pilar V¨¢zquez, la ¡°traductora de John Berger¡± (aunque no solo, sino tambi¨¦n), fue, adem¨¢s de una persona inolvidable (recuerdo su risa quebrada y sonora), una excelente traductora muy consciente de los derechos de los de su oficio. Desde aqu¨ª, y en nombre de todos los editores que nos beneficiamos de su trabajo, el recuerdo emocionado y agradecido.
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