150 a?os sin Dickens: 15 escritores opinan sobre su legado e influencia

Javier Mar¨ªas

¡°Su realidad jam¨¢s es plana, porque no la ofrece en bruto, sino destilada¡±

Empec¨¦ a leer a Dickens en la infancia, tal vez me estren¨¦ con Historia de dos ciudades y segu¨ª con Oliver Twist y David Copperfield (Cuento de Navidad siempre me aburri¨®). Nunca he dejado de frecuentarlo, y, ya adulto, conoc¨ª Casa desolada, acaso su mejor novela. Creo que si su obra pervive es por lo que perviven cuantas lo logran, desde Cervantes, Shakespeare y Sterne a Proust y Faulkner: era un extraordinario estilista, y sus textos, bajo su apariencia melodram¨¢tica o humor¨ªstica, contienen una profundidad que a¨²n nos hace pensar y nos revela lo que ignor¨¢bamos que quiz¨¢ intu¨ªamos. Parecen entretenimiento y lo son; parecen historias adictivas mientras uno las lee, y lo son; parecen realistas y hasta costumbristas en ocasiones, y lo son, pero en escasa medida, porque la realidad que presentan es una realidad estilizada y rayana en lo inveros¨ªmil, como demuestran los propios nombres de sus personajes. Su realidad jam¨¢s es plana, porque no la ofrece en bruto, sino destilada.

Junto a estas virtudes pasajeras, posee las m¨¢s duraderas: Dickens escribe maravillosamente, y eso, hoy tan desde?ado o relegado, es lo ¨²nico que perdura a trav¨¦s de los tiempos. A muchos de sus contempor¨¢neos, autores de folletines, no hay ya quien los resista. A ¨¦l s¨ª, porque cada p¨¢gina suya encierra hallazgos estil¨ªsticos de primera magnitud. La prueba es que no resulta f¨¢cil leerlo en ingl¨¦s si no se tiene un conocimiento cabal de esa lengua; la prueba es que las traducciones rara vez consiguen estar a su altura, lo mismo que ocurre con las de Conrad, James y Faulkner. Hasta su obra m¨¢s c¨®mica, ¡°ligera¡± y cervantina, Los papeles del Club Pickwick, monumento al humor y al buen humor, est¨¢ plagada de sorprendentes aciertos literarios. En cuanto a su profundidad, baste volver a citar unos p¨¢rrafos a los que recurr¨ª al final de mi ¨²ltima novela publicada, Berta Isla. ¡°Toda criatura humana est¨¢ destinada a constituir un profundo secreto y misterio para todas las otras. Cuando llego a una gran ciudad de noche, cada una de esas casas arracimadas l¨®bregamente encierra su propio secreto; cada habitaci¨®n en cada una de ellas encierra su propio secreto; cada coraz¨®n palpitante en los centenares de millares de pechos que all¨ª se esconden, es, en algunas de sus figuraciones, un secreto para el coraz¨®n m¨¢s pr¨®ximo, el que dormita y late a su lado. Y hay en todo ello algo atribuible al espanto¡±. La cita es m¨¢s larga, y pertenece a Historia de dos ciudades, considerada una de sus novelas menores. Qu¨¦ encerrar¨¢n, pues, las mayores.

Su ¨²ltima novela publicada es Berta Isla (Alfaguara, 2017).

Jonathan Coe

¡°Sent¨ªa horror ante la perspectiva de aburrir a su p¨²blico, lo que explica muchas cosas en nuestra literatura... y en nuestra pol¨ªtica¡±

Mi introducci¨®n a Dickens lleg¨® a trav¨¦s del cine, cuando descubr¨ª un fragmento del comienzo de la magn¨ªfica adaptaci¨®n que David Lean hizo de Grandes esperanzas en un programa infantil en la televisi¨®n. La imagen de Magwitch, el convicto que se apodera del joven Pip, en ese cementerio cubierto de niebla, me persigui¨® durante muchos a?os. Cuando le¨ª a Dickens por primera vez, de adolescente, no lo asociaba con el arduo trabajo de leer a un autor cl¨¢sico. En mi mente, ya asociaba su trabajo con el misterio, el suspense y la emoci¨®n.

Muchos lo consideran ahora como el gran novelista ingl¨¦s (supongo que solo Jane Austen lo desafiar¨ªa por esa corona, pero no puedo evitar pensar que, en comparaci¨®n, su lienzo es m¨¢s reducido). Dickens contiene alguna de las contradicciones de la cultura inglesa. Por un lado, encarna esa cr¨ªtica social compasiva que representa lo mejor de nuestra naci¨®n. Por el otro, lo grotesco de sus personajes, su humor y su disposici¨®n a usar los tropos de la ficci¨®n detectivesca sugieren que sent¨ªa horror ante la perspectiva de aburrir a su p¨²blico, y eso me parece significativo. Hay que recordar que el p¨²blico ingl¨¦s nunca escuchar¨¢, confiar¨¢ o perdonar¨¢ a las personas que los aburran, incluso si son genios en todos los dem¨¢s aspecto. Eso explica muchas cosas en nuestra literatura... y en nuestra pol¨ªtica, por otra parte.

Su ¨²ltima novela publicada es El coraz¨®n de Inglaterra (Anagrama, 2019).

Dave Eggers

¡°No lo le¨ª hasta pasados los 30 a?os, ten¨ªa la maldici¨®n de la lectura obligatoria¡±

¡°Por alguna raz¨®n, nunca me hicieron leer a Dickens de peque?o. Todo el mundo conoc¨ªa Cuento de Navidad, pero asociaba el nombre de Dickens a una noci¨®n lejana y vaga de la vieja Inglaterra. Ya de adulto, lo evit¨¦ durante mucho tiempo. Ten¨ªa la maldici¨®n de la lectura obligatoria. As¨ª que imaginen mi sorpresa cuando, superados los 30 a?os, le¨ª por primera vez David Copperfield, y lo encontr¨¦ totalmente vivo, extremadamente divertido, con un gran coraz¨®n y plenamente accesible. No puedo decir que todas sus novelas hayan tenido el mismo efecto en m¨ª, pero, en general, si dejamos que Dickens sea Dickens ¨Cun narrador muy popular y moralista, y no un esnob intencionadamente can¨®nico¨C, podremos lograr que sus libros sigan siendo le¨ªdos. Tienen mucho que ense?arnos.

Su ¨²ltima novela publicada es H¨¦roes de la frontera (Literatura Random House, 2017).

Posy Simmonds

¡°No me gustaban sus personajes femeninos, extremadamente inocentes o grotescos¡±

La prosa de Dickens es extremadamente ingeniosa y abarca una amplia gama de efectos: fant¨¢sticos, atmosf¨¦ricos y caricaturescos. Por encima de todo, ten¨ªa un o¨ªdo agudo para el di¨¢logo, reconociendo el potencial c¨®mico en la forma de hablar de la gente, sus coloquialismos y malas pronunciaciones. Le¨ª Dickens a los 10 a?os, comenzando con Oliver Twist y Cuento de Navidad, y luego le¨ª la mayor¨ªa de sus novelas durante los a?os escolares. Mi favorito era y sigue siendo Casa desolada, que admiro por su trama y por la s¨¢tira del antiguo Alto Tribunal de Canciller¨ªa (una s¨¢tira con resonancias en la actualidad, cuando el costo de los procedimientos legales excede los da?os ganados). Recuerdo tambi¨¦n que no me gustaban la mayor¨ªa de los personajes femeninos de Dickens, limitados a lo extremadamente inocente y a lo extremadamente grotesco.

Su legado est¨¢ grabado en el idioma: dickensiano es una abreviaci¨®n para describir la extrema pobreza; el uso incorrecto de una palabra es un malapropismo, como la se?ora Malaprop, y Scrooge es sin¨®nimo de un ser avaro. Hace unos a?os, volv¨ª a leer Cuento de Navidad cuando comenzaba a escribir y dibujar Cassandra Darke. Plane¨¦ hacer la historia sobre un Scrooge contempor¨¢neo, un Scrooge femenino. Camino mucho por Londres y en aquel momento, la diferencia que not¨¦ entre los distritos ricos y pobres, y el n¨²mero creciente de mendigos y personas sin hogar en las calles, me recordaron al Londres victoriano. El Londres de Dickens era enorme, extenso y ennegrecido por el carb¨®n. ?l conoc¨ªa sus hermosas casas y sus rincones miserables. El Londres de hoy es enorme, extenso y contaminado por el tr¨¢fico. Las hermosas casas y los rincones miserables siguen estando aqu¨ª.

Su ¨²ltimo c¨®mic publicado es Cassandra Darke (Salamandra Graphic, 2020).

Junot D¨ªaz

¡°Supo amoldar su talento literario a la serialidad, lo que le ayuda a seguir vivo hoy¡±

No descubr¨ª a Dickens hasta que fui un adulto universitario, pero Dickens se volvi¨® muy importante para m¨ª muy r¨¢pidamente. Fue y sigue siendo una influencia enorme para m¨ª: su preocupaci¨®n por la pobreza y la injusticia, su curiosidad enciclop¨¦dica y su don con la lengua son inspiradores e instructivos. Sigo leyendo a Dickens: hace poco volv¨ª a David Copperfield y Casa desolada. De los antiguos, Dickens, Melville o Victor Hugo contribuyeron mucho a mi sensibilidad literaria.

Siempre es dif¨ªcil juzgar por qu¨¦ un corpus es venerado en el firmamento literario mientras otro es relegado a criar polvo. La suerte y la omnipresencia no hacen da?o, y Dickens tuvo un poco de las dos cosas. Si tuviera que intentar explicar el poder de Dickens para permanecer entre nosotros, m¨¢s all¨¢ de los caprichos habituales en la formaci¨®n de c¨¢nones, dir¨ªa tiene que ver con su capacidad para emparejar un personaje con un conflicto y luego aplicar la cantidad correcta de calor dram¨¢tico. Supo amoldar su talento literario a la serialidad requerida, lo que confiere a su trabajo una energ¨ªa que le permite mantenerse vivo en esta era de periodos de atenci¨®n reducidos. Por ¨²ltimo, nosotros, sus lectores, anhelamos un mundo en el que sea posible un esp¨ªritu moral altruista. El trabajo de Dickens nos da ese regalo o esa fantas¨ªa.

Su ¨²ltima novela publicada es As¨ª es como la pierdes (Literatura Random House, 2013).

Colm T¨®ib¨ªn

¡°Sus personajes eran m¨¢s reales y m¨¢s interesantes que cualquier persona en el mundo real¡±

A Dickens le encantaban los acontecimientos en una novela, los arrebatos, los giros y las vueltas en la trama. La vida en sus novelas nunca es estable. No hay tiempo para gestionar la existencia de manera introspectiva u ordenada. En sus novelas, el destino cambia r¨¢pidamente. Los personajes que desaparecen vuelven a aparecer. A Dickens no le supon¨ªa un problema el mal puro o la bondad real, pero sus protagonistas suelen vivir en un espacio intermedio, listos para ser sacudidos por los dictados del destino. Dickens se deleitaba en la ciudad bulliciosa y las calles abarrotadas. Para los novelistas que llegaron tras ¨¦l, y para sus lectores, cre¨® un apetito por personajes de ficci¨®n que eran m¨¢s reales y m¨¢s interesantes que cualquier persona en el mundo real.

Su ¨²ltima novela publicada es Madres e hijos (Lumen, 2019).

Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n

¡°Abri¨® unos caminos por los que muchos escritores hemos transitado despu¨¦s¡±

Hace mucho que no leo a Dickens pero el recuerdo que conservo de esas lecturas sigue siendo bueno. No s¨¦ si llegaron a marcarme, pero me gustaron mucho Oliver Twist e Historia de dos ciudades. Fue uno de los fundadores del gran realismo decimon¨®nico, as¨ª que, aunque no sabr¨ªa detectar influencias en mi obra m¨¢s all¨¢ de un homenaje que le hice en mi primera novela, La ternura del drag¨®n, reconozco que abri¨® unos caminos por los que muchos escritores hemos transitado tanto tiempo despu¨¦s. El viejo realismo es como la pintura figurativa, que ni en los periodos de mayor pujanza del arte abstracto dej¨® de existir. Del mismo modo, el realismo heredero de Dickens se ha mantenido vivo durante estos casi dos siglos en los que han surgido tantas tendencias de signo tan diferente.

Su ¨²ltima novela publicada es Filek (Seix Barral, 2019).

Michael Cunningham

¡°En su obra no puedes separar a los personajes de la clase social, la econom¨ªa y la pol¨ªtica¡±

Dickens fue uno de los primeros escritores ingleses que poblaron sus historias con personas reales ¨Cmuy reales¨C y las colocaron en el contexto de los sistemas sociales y pol¨ªticos en los que malviv¨ªan. En su obra no puedes separar a los personajes de la clase social, la econom¨ªa y la pol¨ªtica; de todas las fuerzas, visibles e invisibles, que dan forma a nuestras vidas. En El arte de la ficci¨®n, Henry James, miembro de la generaci¨®n posterior a la de Dickens, dijo: ¡°?Qu¨¦ es un personaje sino la fijaci¨®n de una acci¨®n? ?Qu¨¦ es la acci¨®n sino la ilustraci¨®n de un personaje?¡±. Bien podr¨ªa haberse referido a Dickens, como el elogio m¨¢s elevado que uno pueda imaginar. La literatura, en cualquier pa¨ªs y cultura, no produce muchas novelas con la amplitud y la profundidad de su trabajo. No produce muchas novelas que tengan en consideraci¨®n las relaciones entre el personaje y la acci¨®n. Dicho todo esto, no es ning¨²n misterio que Dickens siga estando tan vivo y siendo relevante en el mundo en el que nos encontramos.

Su ¨²ltima novela publicada es La reina de las nieves (Lumen, 2016).

A. L. Kennedy

¡°Combin¨® un trabajo de aut¨¦ntica calidad con un atractivo para las masas, lo que nunca es f¨¢cil¡±

Dickens fue un autor ejemplar. Disfrut¨¦ al leerlo de ni?a y lo he admirado cada vez m¨¢s desde que empec¨¦ a trabajar como escritora. Combin¨® un trabajo de aut¨¦ntica calidad con un atractivo para las masas, lo que nunca es f¨¢cil. Trabaj¨® duro, posiblemente demasiado duro. Entendi¨® la relaci¨®n entre la palabra hablada y escrita. Eso dio humor y accesibilidad a su prosa y le convirti¨® en un pionero del tour literario con sus giras donde hac¨ªa lecturas de su propio trabajo. Habiendo sido d¨¦bil, solitario y desprovisto de una voz, cuando logr¨® tener una plataforma de expresi¨®n la dedic¨® a quienes segu¨ªan siendo d¨¦biles y no ten¨ªan forma de expresarse. A lo largo de su vida, mantuvo su inter¨¦s por el mundo y las personas. Si algunos de sus apetitos pueden haber sido reprochables [en la reciente biograf¨ªa The Mistery of Charles Dickens, A.N. Wilson le acusa de haber maltratado psicol¨®gicamente a su esposa y de haberla enga?ado con una actriz de 18 a?os], aport¨® una indudable pasi¨®n a todos sus proyectos, una gratitud por su existencia. Adopt¨® nuevas t¨¦cnicas y formas a medida que surgieron y apoy¨® a otros escritores, especialmente a las mujeres. Escuch¨® las cr¨ªticas. No se puede esperar m¨¢s de un escritor. Hizo un buen trabajo para hacerle compa?¨ªa al lector, nos ofreci¨® comprensi¨®n de nuestro dolor, dej¨® v¨ªa libre a su indignaci¨®n y nos mostr¨® la belleza de la compasi¨®n. Dickens nos recuerda, incluso ahora, la brevedad de la vida y nos da la medida de sus hipot¨¦ticos logros. Siempre nos est¨¢ preguntando: ¡°?Hemos ayudado a alguien, a una sola persona?¡±.

Su ¨²ltima novela publicada es Mary y la serpiente (Alfaguara, 2019).

Salman Rushdie

¡°En sus novelas hay arzobispos y asesinos, tenderos y putas, nada queda fuera de su alcance¡±

Dickens [me ha influido] m¨¢s que nadie. ?ltimamente hay una pol¨¦mica acerca de si el arte de contar historias es algo distinto de la literatura¡­ Para m¨ª son cosas inseparables. Todo es lenguaje. Cuando abro un libro quiero que me cuenten una historia, ver c¨®mo los personajes se mueven por el mundo. Dickens entiende mejor que nadie la funci¨®n narrativa de las historias, por eso es capaz de desplegar tantos planos narrativos que se entrecruzan sin jam¨¢s confundir al lector. Es la misma t¨¦cnica que utilizan las series de televisi¨®n hoy. Solo que Dickens ya lo hac¨ªa en el siglo XIX. En sus novelas hay arzobispos y asesinos, tenderos y putas, nada queda fuera de su alcance.?Doy clases de escritura creativa y lo primero que digo a mis estudiantes es que lo m¨¢s importante es tener una buena historia que contar.

Su ¨²ltima novela publicada es Quijote (Seix Barral, 2020).

Rick Moody

¡°Es un gran escritor sobre los peligros del capitalismo y del industrialismo¡±

Le¨ª a Dickens primero cuando era bastante joven. En particular, le¨ª Oliver Twist. Hubo un tonto musical que se estren¨® cuando ten¨ªa 9 o 10 a?os y, como yo era un lector rid¨ªculamente ambicioso para mi edad, intent¨¦ empezar la novela al haber disfrutado de la pel¨ªcula. A partir de entonces, le¨ª algunos de sus grandes ¨¦xitos en mi adolescencia, como Grandes esperanzas y Tiempos dif¨ªciles. Me gustaron bastante, especialmente Miss Havisham en llamas. Me gust¨® su prosa. A veces sent¨ªa que las caracterizaciones eran demasiado c¨®micas y me acomod¨¦ en esa opini¨®n, siendo un pretencioso aspirante a escritor que favorec¨ªa las opiniones impopulares. En el ¨²ltimo a?o de la universidad, me compromet¨ª a leer Casa desolada, y lo hice a trav¨¦s de la lenta de las obras maestras c¨®micas de la posguerra estadounidense; esto es, lo le¨ª a la vez que a Thomas Pynchon, Joseph Heller y Kurt Vonnegut. De repente, Dickens parec¨ªa totalmente nuevo. Casa desolada parec¨ªa una obra maestra c¨®mica gargantuesca. Su s¨¢tira de las instituciones sigue siendo muy acertada. Desde entonces, he moderado mis opiniones sobre sus caracterizaciones y su ocasional sentimentalismo. Creo que Dickens es un gran escritor sobre la clase social y sobre los peligros del capitalismo, un gran escritor sobre el alto coste del industrialismo, y que es un compositor de historias y personajes brillante, casi sinf¨®nico. Hizo m¨¢s para definir la novela en la forma en que la conocemos hoy que cualquier escritor del siglo XIX.

Su ¨²ltima novela publicada es El velo negro (Literatura Random House, 2003).

Margo Glantz

¡°Dej¨® una huella en m¨ª, como todos los novelistas que se leen durante la adolescencia¡±

No creo que Dickens haya tenido una influencia evidente en mi escritura; escribo muy distinto a c¨®mo escrib¨ªa ¨¦l y a c¨®mo escriben muchos escritores hoy en d¨ªa; pues obviamente no tengo, a imitaci¨®n de Dickens, tanta pasi¨®n por la trama, como dec¨ªa mi querido amigo y gran escritor Sergio Pitol. Dickens fue uno de los autores que form¨® parte de mis lecturas de adolescencia y, despu¨¦s, de toda la vida, y supongo que debe de haber dejado una huella en m¨ª, como dejan todos los novelistas que se leen durante la adolescencia, lecturas apasionadas que luego releemos, aunque sin la curiosidad, el entusiasmo y hasta la inocencia con que se hacen las primeras lecturas formativas, las que nos ayudan a redondear nuestra educaci¨®n sentimental e intelectual.

Le¨ª a los 15 a?os David Copperfield, Oliver Twist y La peque?a Dorrit, casi al mismo tiempo que le¨ªa a Julio Verne, a Salgari, a Victor Hugo, a Kafka, a Alejandro Dumas, a Dostoievski, a Faulkner ¨Ctraducido por Borges¨C y tambi¨¦n novelas rosa. Me conmov¨ªan las desventuras de la peque?a Nell en La tienda de antig¨¹edades, me entusiasmaban personajes absolutamente inolvidables como la se?orita Havisham de Grandes esperanzas y, a la manera de los lectores de la Inglaterra decimon¨®nica, me sublev¨¦ contra las injustas leyes que confinaban en la c¨¢rcel a los ciudadanos cuando se declaraban en bancarrota y no pod¨ªan pagar sus deudas, como le pas¨® al padre de Dickens, por lo que ¨¦ste tuvo que vivir como Oliver Twist, personaje que luego fue el favorito de mi hija mayor cuando se hizo el musical Oliver. Desventajas econ¨®micas y sociales que regresaron de otra forma y otra vez, si alguna vez se fueron, a Inglaterra y todo el mundo.

Su ¨²ltima novela publicada es Por breve herida (Sexto Piso, 2016).

Tobias Wolff

¡°Tiene un don especial para la vida interior de los ni?os, especialmente si est¨¢n al margen de la sociedad¡±

Me encantaba Dickens cuando era un lector joven, especialmente Grandes esperanzas, que rele¨ª varias veces. Luego pas¨¦ a Historia de dos ciudades y David Copperfield, y a sus otras novelas a medida que me hac¨ªa mayor, volviendo una y otra vez a mi favorita, Casa desolada. Dickens tiene un don especial para representar la vida interior de los ni?os, especialmente si est¨¢n al margen de la sociedad, y no tengo ninguna duda de que mi aprecio por esta cuesti¨®n se traslad¨® a mi propio trabajo, aunque nunca fui consciente de su influencia en el proceso de mi escritura. Pero as¨ª es como funciona la influencia: es m¨¢s poderosa cuanto menos nos damos cuenta. Debo a?adir que Dickens firm¨® una de las prosas m¨¢s bellas de nuestro idioma. Les podr¨ªa leer en voz alta las primeras dos p¨¢ginas de Casa desolada para remitirme a las pruebas¡­

Su ¨²ltimo libro publicado es Aqu¨ª empieza nuestra historia (Alfaguara, 2009).

Tom Gauld

¡°Su ficci¨®n fue tan poderosa que se ha enclavado en nuestra cultura con m¨¢s fuerza que la realidad¡±

Por lo general, me siento m¨¢s atra¨ªdo por la escritura moderada en la que menos es m¨¢s. Pero, con Dickens, m¨¢s es m¨¢s. Es como un amigo que nunca deja de hablar, pero que es tan divertido de escuchar que no te molesta que nunca puedas mediar palabra. Tambi¨¦n es un escritor brillantemente visual. Cuando leo sus libros, siento que puedo cerrar los ojos y ver el mundo que est¨¢ describiendo. Llegu¨¦ a Dickens a trav¨¦s de adaptaciones cinematogr¨¢ficas y televisivas de las novelas. No le¨ª ninguno de sus libros hasta que ten¨ªa veintitantos a?os. Casa desolada es la que m¨¢s me sigue acompa?ando. Fue el primero de sus libros que le¨ª sin tener ideas preconcebidas de adaptaciones u otras referencias culturales. Todas las im¨¢genes y personajes en ¨¦l fueron evocados directamente de la prosa de Dickens. De vez en cuando, creo c¨®mics inspirados por su trabajo. No creo que nadie pueda pensar en el Londres victoriano sin imaginar la versi¨®n de Dickens sobre la ciudad y la ¨¦poca. Su ficci¨®n fue tan poderosa que se ha enclavado en nuestra cultura con m¨¢s fuerza que la realidad. No creo en el hecho de buscar lecciones para la actualidad en libros del pasado, pero Dickens nos muestra que las personas de su tiempo no eran una especie diferente. Sus crueldades, debilidades y amabilidades no eran muy diferentes a las nuestras.

Su ¨²ltimo c¨®mic publicado es En la cocina con Kafka (Salamandra Graphic, 2018).

Marta Sanz

¡°Su realismo aleccionador me parece m¨¢s honesto que ese realismo as¨¦ptico que vende ideolog¨ªa como si no lo hiciera¡±

Todo el realismo ha tenido influencia en mi escritura. Ahora me planteo rescatar formas del realismo que no demonicen el tono aleccionador y moralista del que no est¨¢n exentas las narraciones dickensianas, frente a ese otro realismo que gentrifica los estilos con una finalidad claramente comercial: nuestro imaginario universal es anglosaj¨®n y el estilo de todos los libros pasa por la asequibilidad inmediata. El realismo aleccionador me parece mucho m¨¢s honesto que ese otro realismo, aparentemente as¨¦ptico, que vende ideolog¨ªa como si no lo hiciera. Cuando era ni?a, me marcaron David Copperfield y Oliver Twist. Hab¨ªa versiones recortadas y muy bien ilustradas que entraban por los ojos. Cuento de Navidad me daba pavor. De adulta, Los papeles del Club Pickwick e Historia de dos ciudades, el sentido del humor y la perspectiva panor¨¢mica me parecen deslumbrantes. ?Hay algo m¨¢s oportuno en los tiempos que corren que la s¨¢tira de la filantrop¨ªa? ?Han dejado de existir los ni?os esclavos? Yo creo que estas dos preguntas esclarecen por qu¨¦ Dickens pinta mucho en el mundo de hoy. Eso y la rotunda afirmaci¨®n sobre su maestr¨ªa narrativa.

Su ¨²ltima novela publicada es peque?as mujeres rojas (Anagrama, 2020).

Ilustraciones de Hablot K. Browne, conocido como Phiz, responsable de las primeras ediciones de Martin Chuzzlewit (1843-1844), David Copperfield (1849) e Historia de dos ciudades (1859). Los originales est¨¢n conservados en el Victoria & Albert Museum (Londres).