La rebeli¨®n de las musas
Una edici¨®n de la 'Odisea' traducida del ingl¨¦s en la que Homero convive con Margaret Atwood y Nick Cave demuestra la vitalidad de los cl¨¢sicos, pero abre el debate sobre los l¨ªmites de la divulgaci¨®n
El dilema de las redes, el documental de Jeff Orlowski estrenado por Netflix el mes pasado, contiene una tonelada de preocupantes testimonios de ex altos cargos de compa?¨ªas como ?Google o Facebook, pero tambi¨¦n la acartonada recreaci¨®n de la vida diaria de una familia estadounidense. En ese relato paralelo, la actriz Kara Hayward (Moonrise Kingdom, Paterson) interpreta a la hija mayor, que, siempre con un libro en las manos, advierte de la adicci¨®n a la tecnolog¨ªa de su hermano menor. El personaje de Hayward se llama, por supuesto, Casandra, como la hija de Pr¨ªamo, rey de Troya, que profetiza la destrucci¨®n de la ciudad sin que nadie la crea.
Las voces de los cl¨¢sicos grecolatinos desaparecen de los planes de estudio al tiempo que sus ecos se vuelven omnipresentes en los ¨¢mbitos m¨¢s inesperados. En el mismo a?o en que ganan el Premio Nobel la autora de un poemario como El triunfo de Aquiles (Louise Gl¨¹ck) y el Princesa de Asturias otra poeta que se presenta como ¡°profesora de griego¡± (Anne Carson), el ensayo m¨¢s vendido en Espa?a es El infinito en un junco (Siruela), una historia sobre la invenci¨®n de los libros en el mundo antiguo firmada por Irene Vallejo. Mientras, la catedr¨¢tica de Cambridge experta en la Antig¨¹edad Mary Beard se convierte en fen¨®meno de masas en Twitter (280.000 seguidores) y Jorge Javier V¨¢zquez ¡ªfil¨®logo de formaci¨®n y ¡°cansado de que todo el mundo considere fr¨ªvola su labor en televisi¨®n¡±¡ª contin¨²a de gira con Desmontando a S¨¦neca, un espect¨¢culo teatral a partir de un c¨¦lebre ap¨®logo del fil¨®sofo hispanorromano: De la brevedad de la vida.
El mundo editorial vive tambi¨¦n su propio renacimiento. ¡°Nunca se ha editado tanto y tan bien a los cl¨¢sicos¡±, subraya Carlos Garc¨ªa Gual, miembro de la RAE, traductor de Homero e impulsor de la Biblioteca Cl¨¢sica Gredos, que naci¨® en 1977 para desarrollar una labor que en Europa llevaba 100 a?os en marcha: publicar el corpus grecolatino completo. A los autores populares y a los que no lo son. Ah¨ª est¨¢ todo Plat¨®n, pero tambi¨¦n Elio Aristides o, con sus 20 tomos, Plutarco, ¡°un autor apenas le¨ªdo hoy, pero muy popular en el siglo XIX¡±. Garc¨ªa Gual acaba de publicar Voces de largos ecos (Ariel), una recopilaci¨®n de pr¨®logos entre los que destaca el dedicado a los escritos cient¨ªficos de Arist¨®teles, cuya influencia fue m¨¢s all¨¢ de las humanidades.
¡°Hasta el siglo XV¡±, explica el profesor Gual, ¡°la ciencia era la ciencia griega, Plinio, Euclides, Arist¨®teles¡ Luego llegan los microscopios y todo cambia porque es un campo que caduca antes que la filosof¨ªa o la literatura¡±. Aun as¨ª, junto a errores clamorosos ¡ªcomo defender la superioridad del macho sobre la hembra o de la derecha sobre la izquierda¡ª, en el haber del pensador hay que anotar el descubrimiento del car¨¢cter mam¨ªfero de los cet¨¢ceos o la descripci¨®n del est¨®mago de los rumiantes y de la c¨®pula de los cefal¨®podos, ¡°una particularidad singular que no fue redescubierta hasta el siglo XIX¡±.
M¨¢s all¨¢ de colecciones can¨®nicas y exhaustivas como la de Gredos o la Alma Mater del CSIC, Garc¨ªa Gual destaca otro signo de vitalidad de un mundo que nunca caduca: ¡°Los quioscos est¨¢n llenos de libros sobre mitos y hay excelentes ediciones de bolsillo y nuevas traducciones¡±. En efecto, a sellos como Alianza, C¨¢tedra o Akal se les podr¨ªan a?adir las apuestas de otros, especializados o generalistas, como Guillermo Escolar, M¨¢rmara, Koan, Rhemata, Rinoceronte o Errata Naturae.
A ellos se acaba de sumar Blackie Books, que estrena su colecci¨®n Cl¨¢sicos Liberados con una Odisea que ya en la preventa, antes de su salida, coloc¨® 5.000 ejemplares en las librer¨ªas. El G¨¦nesis, el Quijote, Gargant¨²a y Pantagruel y la Il¨ªada esperan su turno. Ilustrada por Calpurnio, la Odisea de Blackie se completa con las recreaciones y subversiones del argumento cl¨¢sico en una novela corta de Margaret Atwood, un poema de Dorothy Parker, una f¨¢bula de Augusto Monterroso y sendas canciones de Nick Cave y Javier Krahe. De James Joyce a Derek Walcott, la historia de la literatura est¨¢ tan llena de odiseas que la original ya no es un libro sino una biblioteca. El volumen lleva adem¨¢s un curioso repertorio de notas que explican qui¨¦n era M¨¦ntor (maestro de Tel¨¦maco) antes de convertirse en nombre com¨²n, en qu¨¦ momento comienza la acci¨®n de la obra (el 8 de marzo de 1178 antes de Cristo, seg¨²n resulta de aplicar el canon de eclipses de la NASA al que se describe en el canto XX) o cu¨¢ntas personas se llaman Ulises en Espa?a (2.274 seg¨²n el INE; ninguna usa el nombre griego del protagonista: Odiseo).
La edici¨®n, no obstante, tiene una particularidad que sus responsables saben potencialmente pol¨¦mica: la traducci¨®n, a cargo de Miguel Temprano, no se ha hecho del original griego, sino de la versi¨®n que Samuel Butler public¨® en 1900, ¡°la mejor¡± de entre las inglesas seg¨²n Borges. La obra de Homero, dice la nota editorial, ¡°fue escrita en hex¨¢metros, para ser recitada en p¨²blico, con acompa?amiento musical, a la manera quiz¨¢ del rap actual¡ Es decir, tan lejos de nuestros referentes culturales que, para hac¨¦rnosla llegar con eficacia, la cuesti¨®n del idioma es probablemente el menor de los problemas¡±. Jan Mart¨ª, fundador de Blackie Books, ampl¨ªa esas razones: ¡°Quer¨ªamos que fluyera como una novela. M¨¢s que arriesgada, fue una decisi¨®n desprejuiciada¡±.
Para Alberto Manguel, autor del ensayo El legado de Homero (Debate), todo depende de qu¨¦ entendamos por traducci¨®n: ¡°Puede significar una versi¨®n acad¨¦mica inspirada y lo m¨¢s fiel posible al original. En ese caso, el traductor tiene que conocer a la perfecci¨®n el griego antiguo, porque tendr¨¢ que resolver complejos problemas filol¨®gicos, hist¨®ricos y culturales. Tambi¨¦n deber¨¢ considerar ¡ªcomo dice el editor de Blackie Books¡ª el hecho de que el texto hom¨¦rico mejor preservado es solo una parte del conjunto de la obra de Homero¡±. Esa es, recuerda Manguel, la teor¨ªa de la helenista Florence Dupont, entre otros investigadores, que considera lo que llamamos texto hom¨¦rico como ¡°equivalente al libreto de una ¨®pera¡±, es decir, un fragmento de la obra original, sin la m¨²sica, los gestos y el ritual que acompa?aban a las palabras en la Grecia antigua. ¡°Si por traducci¨®n entendemos, como quer¨ªa Borges, un borrador m¨¢s del texto original, entonces una traducci¨®n de la traducci¨®n de Butler es perfectamente v¨¢lida¡±. Irene Vallejo celebra el gusto filol¨®gico por acudir a la fuente original, pero admite que una versi¨®n indirecta ¡ª¡°y esta es muy literaria, ¨¢gil¡±¡ª puede ser una buena introducci¨®n para cualquier lector. ¡°En el fondo no existe una versi¨®n pura. Los cl¨¢sicos tienen tantas adherencias de todas las ¨¦pocas que al final son un magma del que forman parte todas las lecturas que se han hecho de ellos¡±.
Carlos Garc¨ªa Gual es m¨¢s reticente. Y m¨¢s rotundo: ¡°No me parece buena idea. Butler en s¨ª ya es antiguo¡±. Aurora Luque, poeta y traductora, a?ade un matiz en la misma l¨ªnea: ¡°Vivimos una fascinaci¨®n por lo anglosaj¨®n, pero en castellano tenemos grandes traducciones del griego. Aunque claro que podemos saborear una retraducci¨®n. Lo importante es saber que estamos leyendo a Butler, no a Homero. Lo mismo pasa con Anne Carson y Safo¡±. La autora de libros como Gavieras y La siesta de Epicuro (ambos en Visor) se refiere al volumen triling¨¹e Si no, el invierno (Vaso Roto), que acaba de llegar a las librer¨ªas con los versos griegos de la poeta de Lesbos, la versi¨®n inglesa de la canadiense y su propia traducci¨®n al castellano del trabajo de esta.
Adem¨¢s de la bendici¨®n borgiana y de la fluidez narrativa de la versi¨®n de Butler, hay otro elemento detr¨¢s de la ¡°herej¨ªa¡± ¡ªel t¨¦rmino es de los editores¡ª de traducir la Odisea del ingl¨¦s. Tres a?os antes de verterla a su lengua, el autor brit¨¢nico public¨® un ensayo en el que sostiene que la obra literaria m¨¢s influyente de la historia fue escrita por una mujer y no por el supuesto bardo ciego, que, esta vez s¨ª, habr¨ªa escrito la belicosa Il¨ªada.
La apertura de miras tiene, no obstante, sus l¨ªmites. La teor¨ªa de Butler, cl¨¦rigo de formaci¨®n, se fija menos en el papel activo de Calipso, Circe o Pen¨¦lope que en supuestos errores que, seg¨²n ¨¦l, ¡°pod¨ªa cometer f¨¢cilmente una mujer, pero nunca un hombre¡±. Entre otros, pensar que un barco puede tener un tim¨®n en cada extremo (canto IX) o que un halc¨®n puede desgarrar a su presa en pleno vuelo (canto XV). Alberto Manguel subraya que los especialistas desde?aron por estrafalarias las teor¨ªas de Butler, pero le reconoce un m¨¦rito decisivo: inaugur¨® la particular relaci¨®n que la literatura del siglo XX ha tenido con los cl¨¢sicos. Ya no son una cima inalcanzable sino una llanura que puede ser ¡°transitada, habitada, reorganizada, recreada y reescrita¡±.
Eso es lo que hizo en 1983 la alemana Christa Wolf en Casandra y lo que, en 2005, hizo tambi¨¦n Margaret Atwood en La versi¨®n de Pen¨¦lope (The Penelopiad), que imagina la vuelta de Ulises desde el punto de vista de su esposa y de las 12 criadas que terminan ahorcadas por supuesta traici¨®n. Amigo de la escritora canadiense, con la que comparte nacionalidad, Manguel subraya en ese episodio los ecos de las violaciones masivas a mujeres en Bosnia, Ruanda o Darfur, pero expresa sus reparos desde el punto de vista literario: ¡°Confieso que no me parece su libro m¨¢s logrado. En su esfuerzo por dar vida a las casi invisibles y sacrificadas criadas de Pen¨¦lope, y apuntar al desequilibrio de g¨¦nero en la Grecia de Homero, algo de la gran habilidad narrativa de Atwood se pierde. Y uno lee el texto menos como una recreaci¨®n iluminada del poema que como un encendido panfleto que usa ese episodio de la Odisea tan solo como punto de partida¡±.
En 2018 la brit¨¢nica Pat Barker dio voz a la esclava Briseida para narrar desde su punto de vista el argumento de la Il¨ªada en El silencio de las mujeres (Siruela). Ese mismo a?o la BBC y Netflix estrenaron la serie Troya: la ca¨ªda de una ciudad, que desat¨® la pol¨¦mica porque los papeles de Aquiles y Zeus recayeron en dos actores negros: David Gyasi (Interstellar) y Hakeem Kae-Kazim (Hotel Rwanda). Irene Vallejo, que recomienda vivamente la novela de Barker, explica que todas las ¨¦pocas han le¨ªdo a los cl¨¢sicos desde sus propios debates: ¡°El Romanticismo y el nacionalismo del siglo XIX reivindicaron a Homero como depositario del genio colectivo de un pueblo frente a Virgilio, autor individual de la Eneida. Tambi¨¦n nosotros leemos nuestro tiempo a trav¨¦s de s¨ªmbolos que vienen de antiguo. Lo hicieron los propios griegos. Eur¨ªpides, por ejemplo, le enmienda la plana a Homero diciendo que Helena no estuvo en Troya. Para ellos todo eran versiones, historias que circulaban y circulaban. No hab¨ªa un libro sagrado¡±.
Aurora Luque abunda en la misma idea: ¡°El siglo XIX hizo una lectura de Safo descafeinada, mis¨®gina, pero los actuales estudios de g¨¦nero no se inventan nada, m¨¢s bien enriquecen y aclaran aspectos que estaban en las obras y nadie hab¨ªa sabido ver¡±. Ella, de hecho, anda embarcada ahora en la traducci¨®n de Las suplicantes, una pieza de Esquilo que recoge la historia de un coro de mujeres ¡ªlas danaides¡ª que piden asilo en Argos porque se niegan a casarse obligatoriamente en Egipto. ¡°Durante siglos¡±, explica Luque, ¡°se tuvo por una obra menor. ?Por qu¨¦? Porque no se entend¨ªa ni el asilo pol¨ªtico ni el rechazo al matrimonio¡±.
Para Vallejo, los cl¨¢sicos ¡°lo son porque se adaptan a las pulsiones de cada ¨¦poca. Si no, habr¨ªan desaparecido¡±. Por eso lamenta que el inter¨¦s popular por el imaginario grecolatino contraste con el desd¨¦n educativo hacia el lat¨ªn y el griego. ¡°Se trata de una profec¨ªa de autocumplimiento¡±, afirma. ¡°Empiezas diciendo que son estudios sin salida profesional, luego pones trabas para que los alumnos los elijan, los mejores expedientes se van a otras carreras y los que quedan no encuentran salida¡±. La autora de El infinito en un junco subraya el r¨¦dito cultural que procuran los cl¨¢sicos, pero no olvida su potencial econ¨®mico. Y lo resume en un nombre: Christopher Vogler. Analista de guiones, Vogler descubri¨® la admiraci¨®n que cineastas como George Lucas, Steven Spielberg o Francis Ford Coppola profesan a los ensayos sobre mitolog¨ªa de Joseph Campbell y a su estudio de los patrones que se repiten en todos los relatos heroicos. Por eso adapt¨® a la escritura cinematogr¨¢fica los an¨¢lisis del erudito neoyorquino en El viaje del escritor (Ma Non Troppo), pronto convertido en superventas mundial y en ¡°uno de los manuales de uso corriente en Hollywood¡±. La distancia entre la guerra de Troya y La guerra de las galaxias es m¨¢s corta de lo que parece.
Lecturas, voces y ecos
Odisea. Homero. Traducci¨®n de Miguel Temprano de la versi¨®n inglesa de Samuel Butler. Blackie Books
Si no, el invierno. Fragmentos de Safo. Anne Carson. Traducci¨®n de Aurora Luque. Vaso Roto
Econom¨ªa de lo que no se pierde. Leyendo a Sim¨®nides de Ceos con Paul Celan. Anne Carson. Traducci¨®n de Jeannette L. Clariond. Vaso Roto
Praderas. Louise Gl¨¹ck. Traducci¨®n de Andr¨¦s Catal¨¢n. Pre-Textos
El silencio de las mujeres. Pat Barker. Traducci¨®n de Carlos Jim¨¦nez Arribas. Siruela
Voces de largos ecos. Carlos Garc¨ªa Gual. Ariel
Fidelidad a Grecia. Emilio Lled¨®. Taurus
Una Odisea. Un padre, un hijo, una epopeya. Daniel Mendelsohn. Traducci¨®n de Ram¨®n Buenaventura. Seix Barral
El viaje del escritor. Christopher Vogler. Traducci¨®n de Jorge Conde. Ma Non Troppo
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