Isabel Burdiel: ¡°Tenemos m¨¢s historia que la Guerra Civil y el franquismo¡±
La historiadora, comisaria de la muestra que la Biblioteca Nacional dedica a Emilia Pardo Baz¨¢n en el centenario de su muerte, defiende que hay que recuperar los matices del pasado
En la entrevista, Isabel Burdiel (Badajoz, 63 a?os), historiadora, autora de dos biograf¨ªas que retratan Espa?a, la de Isabel II y la de Emilia Pardo Baz¨¢n, toma t¨¦, parte de su herencia anglosajona. Estudi¨® en Irlanda, en Inglaterra, en Estados Unidos, ¡°y como all¨ª no hab¨ªa caf¨¦, ahora me gusta m¨¢s el t¨¦¡±. Un factor m¨¢s importante: hered¨® de ese largo viaje de estudios su respeto por la opini¨®n de los otros, cuya carencia es una de las heridas m¨¢s graves del pensamiento y la historia de Espa?a. Habla por Internet desde Valencia, donde es catedr¨¢tica de Historia en su universidad. En mayo se abrir¨¢ en la Biblioteca Nacional una exposici¨®n comisariada por ella sobre la figura poli¨¦drica de Emilia Pardo Baz¨¢n, fallecida hace cien a?os.
Pregunta. En su ¨²ltimo art¨ªculo rinde homenaje a Santos Juli¨¢: ¡°Restituir la memoria de Emilia Pardo Baz¨¢n, una de las grandes escritoras de su generaci¨®n, parece que puede ser la mejor manera, no de olvidar (como escribi¨® en su momento Santos Juli¨¢) aquellos a?os violentos, que no agotan nuestra historia contempor¨¢nea, que no pueden constituirse en su referente primordial¡±. Curioso que este a?o que ha terminado tenga como s¨ªmbolo final a do?a Emilia y su Pazo de Meir¨¢s que fue usurpado por el dictador.
Respuesta. El recuerdo de Santos Juli¨¢ y su magisterio son para m¨ª muy importantes para establecer las relaciones entre historia y memoria. Creo que Juli¨¢ es, probablemente, quien de manera m¨¢s objetiva y ecu¨¢nime ha tratado este tema. Y sobre Pardo Baz¨¢n lo que yo quer¨ªa plantear es que, obviamente, en el nuevo Meir¨¢s tendr¨¢ que haber referencias a la etapa de Franco. Lo que yo quer¨ªa decir es que somos m¨¢s que la Guerra Civil y el franquismo. Tenemos tambi¨¦n otra historia y, para m¨ª, hacer memoria no significa hacerla exclusivamente de los a?os violentos, del franquismo y de la Guerra Civil. Lo interesante que tiene Pardo Baz¨¢n es su capacidad para tender puentes entre las dos Espa?as, para ver el mundo. Es muy importante reivindicar eso ahora. Ella fue una mujer llena de ambivalencias, que me planteaban un problema y me turbaba mientras escrib¨ªa sobre ella. Hasta que comprend¨ª que, en su caso, se pod¨ªa ser conservadora y progresista a la vez. Ella pod¨ªa ser conservadora en algunos aspectos pol¨ªticos y, sin embargo, si tenemos una noci¨®n amplia de lo pol¨ªtico, la defensa de los derechos de las mujeres es pol¨ªtica tambi¨¦n, y en eso ella era realmente radical. Piense en los grandes escritores del XIX: hasta Madame de Sta?l y Virginia Woolf hab¨ªa una especie de vac¨ªo, no hay nadie que exprese una defensa radical de esos derechos. Me interesa su ambivalencia, porque la historia lo es tambi¨¦n, no hay una sola corriente.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa el factor progresista y cu¨¢l el conservador de do?a Emilia?
R. Era progresista en el sentido de que cre¨ªa claramente en la libertad de pensamiento, en el libre albedr¨ªo. Ella era muy cat¨®lica, muy individualista, muy singular, y era muy progresista en ese aspecto de los derechos de las mujeres. Sin embargo, de su juventud carlista le qued¨® una idea de la ¨¦poca, la necesidad de unas ¨¦lites ejemplares que guiasen al pueblo. Ejemplares siempre. En ese sentido era muy elitista, algo que tiene que ver tambi¨¦n con la ¨¦poca.
P. ?Ha seguido la reciente pol¨¦mica sobre la llamada lengua vehicular?
R. A veces hay pol¨¦micas un poco fabricadas. El tema del espa?ol como lengua vehicular procede de la ley que dej¨® el ministro Wert. Creo que no hubiera sido necesario tocarla, a no ser que con ello se intente contentar a los que nunca ser¨¢n contentados del todo. Enardecer a la gente con eso es tambi¨¦n profundamente peligroso. Crear, por parte de responsables pol¨ªticos, la crispaci¨®n presente es crear un monstruo de Frankenstein que se volver¨¢ contra ellos, y desgraciadamente se volver¨¢ contra los que no creemos en esa crispaci¨®n.
La autora que no pensaba "por decreto"
Benito P¨¦rez Gald¨®s y sus cartas con Emilia Pardo Baz¨¢n y luego este final para el Pazo de Meir¨¢s han puesto de actualidad a la escritora gallega. ?Los s¨ªmbolos la persiguen a los cien a?os de su muerte? "Ella siempre provoc¨® mucha pol¨¦mica. Atra¨ªa a los torbellinos, y ahora los ha convocado otra vez. Habr¨¢ que ver realmente d¨®nde est¨¢n las cartas, y por qu¨¦ salen despu¨¦s de tanto tiempo¡ Es un buen momento para que se crucen una vez m¨¢s sus destinos, termina el a?o de uno, comienza el de otro. El gran p¨²blico no conoce lo enormemente importante que fue Pardo Baz¨¢n en su ¨¦poca. Como novelista y por su capacidad de cuestionar los t¨®picos. Eso es lo que me interesa. Ella dec¨ªa: 'Yo no pienso por decreto'. Eso es fundamental. Era muy individualista. Y el individualismo, en general, no cree en el bien absoluto, lo cual ayuda, porque la creencia en el bien absoluto ya sabemos ad¨®nde nos ha llevado. En este momento de sectarismo profundo me parece un valor a reivindicar¡ Habr¨ªa que reivindicar la memoria del consenso en la Transici¨®n y no escupir sobre ella de manera irresponsable".
P. En su art¨ªculo hay un cuestionario impl¨ªcito de los temas que vienen. Por ejemplo, cita usted al padre de Pardo Baz¨¢n dici¨¦ndole a su hija: ¡°Si te dicen alguna vez que hay cosas que pueden hacer los hombres y las mujeres no, di que es mentira, porque no puede haber morales para los dos sexos¡±¡
R. El padre de Pardo Baz¨¢n era un liberal progresista que est¨¢ hablando con ella en los a?os cincuenta del siglo XIX, desde una cultura cat¨®lica progresista. No puede haber dos morales para los dos sexos, ni dos tipos de alma. Las almas no tienen sexo. Y eso es profundamente progresista. Lo que ocurre es que la historia no transcurre de manera lineal hacia alg¨²n lugar. Y si ha habido unos logros, ¨¦stos no se pueden revertir. El ¨²ltimo tercio del siglo XIX pudo haber sido mucho m¨¢s conservador respecto a las mujeres que la primera mitad de ese siglo. Hubo un retroceso importante. Por eso hablaba de cu¨¢l es la memoria que queremos recuperar, cu¨¢l es la memoria importante para un proyecto pol¨ªtico progresista y de consenso.
P. Y a lo largo del siglo XX mire lo que ocurri¨®: una dictadura de la que sigue habiendo nost¨¢lgicos.
R. Este es el problema. Y es una de las cuestiones que hay que tener en cuenta para no repetirlo. La historia es muy importante. Lo saben muy bien los psic¨®logos sociales, y los psicoanalistas. No puede servir para agrandar el trauma, para repetirlo una y otra vez¡ En las guerras yugoslavas la historia estuvo al servicio de la repetici¨®n del trauma de los nacionalismos enfrentados. La historia tiene que servir para sanar el trauma y crear otro relato, y es un poco el aliento de lo que yo he hecho con Pardo Baz¨¢n, lo que he querido hacer con el siglo XIX, que es la historia que me interesa. Estamos borrando los matices, y esto es letal. La historia, si sirve para algo, es para evitar precisamente eso. Aunque no es muy popular ni da para titulares.
P. ?Y c¨®mo ve usted, en este la monarqu¨ªa de los Borbones?
R. Lo que est¨¢ ocurriendo con Juan Carlos I es sin duda decepcionante. Una manera muy triste, y totalmente innecesaria por su parte, de acabar una trayectoria pol¨ªtica fundamental para entender la consolidaci¨®n de la democracia en Espa?a. Si Juan Carlos I no fue en absoluto por detr¨¢s de las demandas pol¨ªticas de la ciudadan¨ªa espa?ola (como s¨ª lo hicieron algunos de sus antepasados y en concreto Isabel II), s¨ª que lo ha hecho en el fundamental plano simb¨®lico de la instituci¨®n. Ambas cosas deben distinguirse, aunque est¨¢n estrechamente relacionadas. Esa relaci¨®n es el problema a solventar actualmente para los que seguimos apoyando la monarqu¨ªa en este pa¨ªs.
Babelia
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