Pepe de Luc¨ªa pone m¨²sica a la nostalgia de su hermano

Recluido en el campo del Aljarafe sevillano, Pepe de Luc¨ªa se confiesa auto confinado, y pasa el tiempo leyendo y componiendo, ¡°recogiendo la mente¡±, en sus propias palabras. ¡°Es muy duro lo que hay y lo que se avecina y, adem¨¢s, dentro del panorama art¨ªstico, los flamencos estamos en estas circunstancias muy postergados¡±, a?ade. Su retiro no le impide, no obstante, atender las llamadas que le reclaman por el lanzamiento de su reciente grabaci¨®n, Un nuevo universo (Universal). Lo que el escritor Juan Jos¨¦ T¨¦llez ha calificado como ¡°testamento vital¡±, ¨¦l lo llama su ¡°pen¨²ltimo disco¡±, pero m¨¢s por la superstici¨®n popular que por otra cosa: ¡°Me encuentro en el ocaso de mi vida. Hacer un disco no es f¨¢cil y este no lo ha sido. Se ha modificado un poco el tono de la guitarra y as¨ª balanceo mejor la voz¡±, confiesa Pepe S¨¢nchez G¨®mez, nacido en Algeciras en 1945. Pero, quiz¨¢s, lo que m¨¢s le ha pesado de la grabaci¨®n es la falta de una opini¨®n, la de su hermano Paco de Luc¨ªa, que siempre le daba su parecer sobre los trabajos que hac¨ªa. ¡°Todav¨ªa no he roto amarras con el pasado¡±, confiesa.

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Paco de Luc¨ªa: entre dos generaciones

Pasados ya seis a?os de la desaparici¨®n del genial guitarrista, Pepe reconoce que lo lleva todav¨ªa muy presente y, por ello, este disco tiene algo de eleg¨ªaco, una semblanza lo denomina ¨¦l, en la que la figura de Paco se cuela a trav¨¦s de las letras que lo evocan. Por ejemplo, en las buler¨ªas iniciales, que canta con la guitarra de Diego del Morao: ¡°Ahora que no te tengo / y no te lloro/ hermano m¨ªo/ me consuelo y me alegro/ ?ay! por lo mucho que te he quer¨ªo¡±. Tambi¨¦n lo hace en unas malague?as, acompa?ado esta vez por Vicente Amigo: ¡°En mi barrio gitano/ y asomao a mi ventana? aferrao a su guitarra/ ?ay! los ojitos de mi hermano¡±.

Y ya, para rematar el homenaje, la guitarra del maestro de Algeciras resucita en la interpretaci¨®n de la taranta. ?Milagros de la t¨¦cnica? M¨¢s bien del uso de la memoria y de los registros. El artista desvela que el toque de acompa?amiento lo ha rescatado del proceso de grabaci¨®n del disco Potro de rabia y miel (1992), el ¨²ltimo de Camar¨®n, para el que Pepe hab¨ªa compuesto una taranta, de la que grab¨® unas bases con el acompa?amiento de su hermano. A Camar¨®n le gust¨® mucho y propuso que la interpretaran juntos, pero no se hizo y ahora ¨¦l ha intentado cumplir con aquella ¨²ltima voluntad de Jos¨¦. Al final, y para no entrar en colisi¨®n con los herederos del cantaor, ha desistido de hacerla realidad y ha interpretado tan solo la primera estrofa.

La presencia de Paco de Luc¨ªa se extiende al mismo t¨ªtulo del disco ¡ªporque, para Pepe, lo que su hermano cre¨® con la guitarra fue ¡°un universo nuevo¡±¡ª; a la ilustraci¨®n de la portada, obra de Domingo Zapata, que representa las manos de Paco escapando de la oscuridad; o a la sole¨¢ que da nombre a la grabaci¨®n y que remite a la inolvidable ronde?a del maestro. Todav¨ªa se escuchar¨¢ su guitarra en un corte m¨¢s: el del bolero Me extra?a que no me extra?es, un toque que constituye el ¨²ltimo registro que efectu¨® Paco antes de morir.

La canci¨®n es, por cierto, una de las pocas cosas que no firma Pepe de Luc¨ªa. Fue compuesta por Juan Poch para Luz Casal, que, en su momento, no la pudo registrar debido a la enfermedad que padeci¨®. Ahora la ha interpretado ¨¦l por sugerencia de Alejandro Sanz, que es el productor ejecutivo del disco y la persona que hace unos dos a?os lo invit¨® a ir a Am¨¦rica a grabarlo. A ¨¦l, a modo de agradecimiento, le dedica otro de los cortes, unos fandangos en los que se hermana con el cantante.

Pepe siente el peso de la estirpe a la que pertenece. ?l es el ¨²ltimo superviviente de los S¨¢nchez G¨®mez, hijos de Antonio S¨¢nchez Pecino y de Luc¨ªa Gomes. Una familia formada por sus hermanos Ram¨®n y Paco junto a Mar¨ªa y Antonio, que no hicieron carrera art¨ªstica. Curiosamente, de la descendencia de estos ¨²ltimos, surgieron dos excepcionales guitarristas, que giraron con su t¨ªo en diferentes etapas de su carrera: el imprescindible Jos¨¦ Mar¨ªa Bandera, y el m¨¢s joven, Antonio.

Y, por supuesto, la saga tambi¨¦n contin¨²a con su hija, la cantante Mal¨², y su hijo, Pepe de Luc¨ªa, otro guitarrista. Pepe transmite al nombrarlos el mismo orgullo que recuerda en los ojos de su padre, una mirada que se le ha clavado para siempre. Fue aquel lejano d¨ªa en que, despu¨¦s de cobrar la grabaci¨®n que hab¨ªan hecho para Hispavox, cuando los dos hermanos contaban con catorce y doce a?os, los llev¨® a comer a un restaurante de la calle Echegaray de Madrid. Todav¨ªa lo recuerda, de la misma manera que lo hace con ¡°la aut¨¦ntica y dulce bondad¡± de su hermano Paco, chico y rubillo.