La mujer que paseaba desnuda por La Habana para contradecir al chachach¨¢
Un libro sobre el g¨¦nero musical revive las historias sobre el baile, la ¨¦poca y la aportaci¨®n femenina, entre ellas, la historia de la bailarina Bubbles Darlene
En verano de 1956 una mujer decidi¨® salir a dar un paseo por La Habana como Debbie Reynolds en Cantando bajo la lluvia, pero con una salvedad: debajo del chubasquero transparente solo llevaba la parte de abajo de su ropa interior. Bubbles Darlene era una bailarina americana y exuberante que evidenci¨® a la luz del d¨ªa su rutina en la noche cubana, y se justific¨® ante el agente con la canci¨®n de La enga?adora. La letra habla de una mujer con curvas falsas, hechas de relleno. ¡°?Qu¨¦ bobas son las mujeres!/ Que nos tratan de enga?ar¡±, canta Enrique Jorr¨ªn, para acabar con el dictamen de que ¡°ya nadie la mira/ ya nadie suspira¡±. Ella expres¨® su r¨¦plica: ¡°Yo no necesito rellenos y fui a ense?ar al mundo que lo que dice la canci¨®n no es aplicable a todas las chicas. De modo que sal¨ª a la calle as¨ª. No pens¨¦ que a los cubanos iba a importarles¡±. La multa fue de 200 pesos (casi 7 euros).
Esta es una de las historias que recoge Chachach¨¢: Un Baile y Una ?poca, el primer libro bajo el sello de la emisora online Gladys Palmera, el mayor archivo discogr¨¢fico de m¨²sica cubana y afrolatina del mundo. En sus 416 p¨¢ginas re¨²ne m¨¢s de 800 car¨¢tulas, carteles y fotograf¨ªas a todo color de la etapa dorada de la m¨²sica latina a mediados del siglo pasado, con curiosidades escritas por Carlos Aranzazu, Tommy Meini y Jos¨¦ Arteaga.
Este ¨²ltimo, periodista colombiano, sostiene que a veces los libros de m¨²sica son m¨¢s que eso: ¡°Este es un libro de arte, de dise?o, fotograf¨ªa, ilustraci¨®n, colecci¨®n, meloman¨ªa. Tiene muchas lecturas y te permite hacer interpretaciones sobre algo que sucedi¨® y tiene una enorme repercusi¨®n en la cultura moderna, en el color, en el vestido...¡±. Cuando estaban haciendo la investigaci¨®n descubrieron que el chachach¨¢ ¨Dpalabra que se puede escribir de diversas formas¨D es algo que se apodera del lenguaje cotidiano. ¡°Con una b¨²squeda en internet se descubre que puede ser el nombre de un caballo, un perfume o unos zapatos. No remite obligatoriamente a la m¨²sica¡±, explica.
Entre los relatos que Arteaga recaba para el libro, dedica un cap¨ªtulo a la mujer en el chachach¨¢. ¡°Tiene un papel importante¡±, asegura. ¡°Antes los discos ven¨ªan en unas fundas y lo que importaba era lo que sonaba. Con el tiempo, los dise?adores, productores y due?os de casas discogr¨¢ficas pusieron sus ojos en una serie de elementos gr¨¢ficos. Uno de ellos fue la presencia de la mujer; dibujada, bailando, posando, como personaje atractivo... Tambi¨¦n en una actitud fuerte, individual, con una presencia protagonista¡±, asegura, y a?ade que, aunque sigue siendo una muestra de los estereotipos, a partir de ah¨ª se empieza a dejar atr¨¢s un pasado machista.
Ese empoderamiento femenino lo transmite Bubbles Darlene con su protesta contra La enga?adora. ¡°La canci¨®n hablaba de un sujetador para resaltar el busto. Detr¨¢s de eso hab¨ªa un sentido del humor, pero tambi¨¦n el chachach¨¢ era trascendente ¨Dcomo hoy es el trap o el reguet¨®n¨D y lo invad¨ªa todo. Ella estaba convencida de que el retrato de la enga?adora no ten¨ªa que ver con ella directamente, pero s¨ª con personas como ella. Asumi¨® ese papel y empez¨® a caminar por la calle y a llamar la atenci¨®n. Por un lado es jocoso y por otro rom¨¢ntico, deja ver que la gente se lo tomaba en serio¡±. Como Arteaga describe en Chachach¨¢: Un Baile y Una ?poca, en el cuartelillo, un agente insisti¨® en su pregunta.
¨D?De d¨®nde es usted?
¨DDe todas partes. El arte no tiene fronteras.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.