En el despacho de Harvey Weinstein
¡®The Assistant¡¯ ficciona, a trav¨¦s de un d¨ªa de trabajo de una asistente, la cultura del abuso que rode¨® al pope del cine ¡®indie¡¯
Detr¨¢s de la mesa de trabajo de Jane hay una puerta. A veces cerrada, a veces entreabierta. Desde all¨ª un ejecutivo gobierna su peque?o imperio cinematogr¨¢fico. El espectador nunca le ver¨¢ la cara, pero s¨ª la espalda, y oir¨¢ su voz: es Harvey Weinstein. Y su comportamiento como depredador sexual y como abusador laboral marca la jornada de Jane, de sus otros compa?eros, secretarios como ella de ese tipo en permanente movimiento, y alimenta la trama de The Assistant, de Kitty Green, una pel¨ªcula que deslumbr¨® en los festivales de Sundance y de Berl¨ªn de 2020 y que ha sufrido la zozobra de la pandemia en su estreno mundial. A Espa?a llega el pr¨®ximo viernes 26 a trav¨¦s de la plataforma Filmin, y con su visionado volver¨¢ a poner de actualidad el caso Weinstein, que conmocion¨® a Hollywood desde que estall¨® en octubre de 2017.
¡°No es Weinstein, o al menos no es solo Weinstein¡±, contaba la semana pasada Kitty Green (Melbourne, 36 a?os) a trav¨¦s de la plataforma Zoom. Es cierto que The Assistant ilustra el comportamiento gen¨¦rico de cualquier poderoso con perfil depredador, pero hay muchos elementos concretos del mundo Weinstein: la arquitectura del edificio neoyorquino (tanto la fachada como las dos puertas de acceso o los despachos), el organigrama que se entrev¨¦ de la empresa, incluso los cereales que comen, los Froot Loops, que eran los disponibles para empleados en la productora. ¡°Lo curioso¡±, responde entre risas Green, ¡°es que los elegimos por sus m¨²ltiples colores, y despu¨¦s descubrimos la conexi¨®n. Yo nunca he estado con Weinstein, as¨ª que no s¨¦ c¨®mo suena su voz en persona. Eleg¨ª ese tono, lo grabamos en posproducci¨®n, porque sonaba a esa clase de jefe. Y s¨ª, habl¨¦ con un amigo que hab¨ªa trabajado en Miramax [la primera gran empresa del productor], pero sobre todo habl¨¦ con decenas de mujeres que han sufrido esos abusos tapados por la cultura imperante del silencio. Y no solo mujeres y no solo en cine. Me entrevist¨¦ con trabajadores de empresas tecnol¨®gicas, firmas de inversiones y de ingenier¨ªa... Desde el inicio ya hab¨ªa decidido que no ver¨ªamos el rostro del ejecutivo¡±.
Aunque The Assistant es el primer largo de ficci¨®n de Green, la australiana tiene un bien ganado prestigio como documentalista. Debut¨® con Ucrania no es un burdel (2013), sobre el origen del movimiento Femen, y se afianz¨® con Casting JonBenet (2017), sorprendente y desasosegante aproximaci¨®n al asesinato en 2006 de JonBen¨¦t Ramsey, una ni?a de seis a?os reina de concursos infantiles de belleza, caso que conmocion¨® a Estados Unidos y que sigue sin resolverse. ¡°Tanto en The Assistant, sobre todo cuando ves las humillaciones que sufre Jane y los escarceos sexuales de su jefe, como en Casting JonBenet, espero que el p¨²blico sienta la tensi¨®n. Jane no sabe, como el espectador, exactamente qu¨¦ est¨¢ ocurriendo¡±. Lo que desliza su filme hacia el terror. ¡°No estoy segura de eso, aunque s¨ª de que nuestra sociedad provoca terror en ciertos ambientes. Muchos trabajadores est¨¢n inconsciente o conscientemente adoctrinados para que no se percaten de lo malo que ocurre a su alrededor, o, como los compa?eros de Jane, para traspasar ese comportamiento a los nuevos o a los subordinados¡±. Esa conducta tiene un nombre, la banalidad del mal, concepto definido por Hannah Arendt. ¡°Efectivamente, porque aquella forma de actuar de la maquinaria nazi ha trascendido ¨¦pocas y lugares. Es divertido escuchar a mucha gente hablar del glamour de la industria cinematogr¨¢fica, cuando no la conoce y no ha estado en esas oficinas sin gracia, absolutamente as¨¦pticas... aburridas. Como en otras, mucha labor consiste en hacer fotocopias y servir caf¨¦¡±.
Si algo une la filmograf¨ªa de Green es su preocupaci¨®n por las mujeres y por la representaci¨®n de lo femenino en los medios de comunicaci¨®n. ¡°Existe una sexualizaci¨®n inherente a la condici¨®n femenina que gracias a los ¨²ltimos movimientos est¨¢ empezando a desaparecer. En mi trabajo empiezo primero eligiendo el tema, posteriormente me planteo qu¨¦ cosas me interesan de ese tema y qu¨¦ puedo aportar yo. Da igual ficci¨®n o no ficci¨®n o, en el caso de Casting JonBenet, para desarrollar una posible ficci¨®n dentro de un documental¡±, describe la cineasta. As¨ª borra g¨¦neros, como una de las cineastas que m¨¢s ha influido en su ¨²ltimo trabajo: Chantal Akerman y su imprescindible Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles (1975). ¡°De ella me marcan su plasmaci¨®n de la invisibilidad de ciertas personas y situaciones y su apuesta porque la humanidad se replantee las relaciones emocionales. Hay una falta de... respeto en general¡±.
Volviendo a Weinstein ¡ªque actualmente est¨¢ en prisi¨®n cumpliendo una pena de 23 a?os y le quedan otras pendientes a¨²n por concretar¡ª, Green no quiere olvidar un detalle: ¡°No fue un caso aislado, un depredador que apareci¨® en un momento dado y que con solo eliminarlo resolvemos el problema. Se dio porque el sistema laboral los permite y alienta. Hemos estado a?os haciendo bromas sobre lo de pasar por el sof¨¢ [una forma de nombrar que los productores ten¨ªan sexo con las actrices en ese mueble habitual en los despachos] y olvidamos que hab¨ªa mujeres que estaban sufriendo esas agresiones¡±. Mientras sigue con su siguiente proyecto ¡ª¡±el confinamiento de la pandemia me ha ayudado a escribir, no hay distracciones¡±¡ª que prefiere no desvelar, Green se define como optimista: ¡°El movimiento Me Too inici¨® un camino que ha mejorado nuestra sociedad. Se nota, aunque a¨²n falta tiempo y educaci¨®n¡±.
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