La acusaci¨®n de maltrato de una hija contra el novelista Amos Oz conmociona a Israel
La tambi¨¦n escritora Galia Oz asegura en una autobiograf¨ªa que sufri¨® continuos abusos f¨ªsicos y ps¨ªquicos de su padre, fallecido en 2018


¡°Durante mi ni?ez mi padre me peg¨®, me insult¨® y me humill¨®¡±. La autobiograf¨ªa de la escritora de literatura infantil Galia Oz ha levantado ampollas en Israel, donde la memoria del novelista Amos Oz, fallecido hace poco m¨¢s de dos a?os a causa de un c¨¢ncer, es preservada como una gloria nacional con proyecci¨®n universal, y como icono de la izquierda pacifista. Las acusaciones contenidas en las p¨¢ginas de Algo disfrazado como amor ¨D¡±no era una p¨¦rdida pasajera de control ni una bofetada aqu¨ª o all¨¢, sino una rutina s¨¢dica¡±¨D no son menores. La conmoci¨®n que ha causado en el Estado jud¨ªo su publicaci¨®n se ha manifestado, sin embargo, con el distanciamiento con que se observan los secretos de familia.
Galia Oz, de 56 a?os y segunda hija del autor de Una historia de amor y oscuridad, rompi¨® con su padre y el resto de la familia hace siete a?os. La tensi¨®n con la que se vivi¨® su presencia en el funeral del escritor, en diciembre de 2018, a¨²n es recordada en la prensa hebrea. ¡°Sus abusos eran creativos: me arrastraba desde el interior de la casa y me arrojaba por las escaleras de entrada¡±, describe el comportamiento de su progenitor en el libro de memorias. ¡°Se dir¨ªa que me trataba como basura, pero sin perder nunca la calma. Mi delito era ser yo misma, por eso el castigo nunca ten¨ªa fin hasta que ¨¦l se aseguraba de que estaba rota por dentro¡±.
¡°No he tenido m¨¢s remedio que intentar superar la violencia, el secretismo, la costumbre de guard¨¢rmelo todo para m¨ª y el miedo al qu¨¦ dir¨¢n¡±Galia Oz
El escritor y periodista Yehuda Atlas, amigo de Galia Oz, declar¨® a la radio estatal que hab¨ªa o¨ªdo hablar sobre esas historias (de maltrato). ¡°Pero a los progresistas de Israel nos resultaba dif¨ªcil aceptarlo. Amos Oz era nuestro pr¨ªncipe¡±, reconoci¨®. Daniel Oz, m¨²sico y poeta, hijo menor del autor de Judas, dej¨® en Facebook una enigm¨¢tica reflexi¨®n: ¡°Mi padre no era un ¨¢ngel, solo un ser humano. El mejor ser humano que he conocido. Estoy seguro ¨Dlo s¨¦¨D de que hay una pizca de verdad en los recuerdos de Galia. No la borremos a ella. No nos borremos a nosotros¡±.
La posici¨®n oficial de la familia qued¨® plasmada en un mensaje en Twitter de la mayor de los tres hijos del novelista, Fania Oz-Salzberger, historiadora y profesora. ¡°Nosotros conoc¨ªamos a un padre diferente [al descrito por su hermana menor]. Un padre amable y atento que amaba a su familia. Las acusaciones de Galia, cuyo dolor parece ser real, no se corresponden con la memoria, totalmente diferente, que guardamos de ¨¦l a lo largo de todas nuestras vidas¡±.
Amos Oz, nacido en Jerusal¨¦n en 1939, narr¨® Israel con una voz original que lleg¨® al alma de sus compatriotas. El eco de su obra, traducida a 45 idiomas, se propag¨® por todo el mundo con el reconocimiento de premios como el Pr¨ªncipe de Asturias (2007) o el Goethe (2005). Pero aunque su nombre figuraba cada a?o en las quinielas que circulaban por Estocolmo, el mayor galard¨®n internacional se le resisti¨®. ¡°Creo que ya he tenido mi cuota de premios literarios¡±, dijo en una entrevista con EL PA?S en 2015, ¡°y si no recibo el Nobel no me voy a morir insatisfecho¡±.
Mi padre no era un ¨¢ngel, solo un ser humano. El mejor ser humano que he conocido. Estoy seguro ¨Clo s¨¦¨C de que hay una pizca de verdad en los recuerdos de Galia. No la borremos a ella. No nos borremos a nosotrosDaniel Oz
Su vida fue una novela. Cambi¨® su apellido paterno, Klausner por el de Oz y abandon¨® a su familia de inmigrantes jud¨ªos de Europa del Este para ingresar en un kibutz a los 15 a?os. El relato de su experiencia en las granjas colectivas, que marcaron los primeros a?os del Estado jud¨ªo, fue el eje central de una obra de juventud que evolucion¨® hacia la descripci¨®n de personajes arquet¨ªpicos con los que se identifica la sociedad israel¨ª. Y que atrajeron la atenci¨®n de lectores de todo el planeta.
La relaci¨®n familiar que vivi¨® Amos Oz durante su ni?ez fue compleja. Se esforz¨® en ser ¡°lo m¨¢s distinto posible¡± de su padre, un bibliotecario nacionalista jud¨ªo, en busca del sue?o del socialismo comunal en el campo. Sumida en una depresi¨®n, su madre se suicid¨® cuando ¨¦l ten¨ªa 12 a?os. ¡°Creo que hay un gen fan¨¢tico en casi todos nosotros. El ser humano intenta cambiar a los dem¨¢s. Les decimos a los ni?os: ¡®Tienes que ser como yo¡±, declar¨® en una entrevista con EL PA?S pocos meses antes de morir, cuando present¨® su ¨²ltima obra Queridos fan¨¢ticos, que defini¨® como un ¡°legado¡±.
Poco m¨¢s se sabe de la vida privada del escritor m¨¢s reconocido de Israel. Su amabilidad era proverbial entre los corresponsales de la prensa extranjera, a los que seduc¨ªa con titulares sobre la soluci¨®n de los dos Estado al conflicto palestino-israel¨ª, mientras desgranaba con habilidad durante la conversaci¨®n la enjundia de la obra que su editorial estaba promocionando.
¡°No he tenido m¨¢s remedio que intentar superar la violencia, el secretismo, la costumbre de guard¨¢rmelo todo para m¨ª y el miedo al qu¨¦ dir¨¢n¡±, confiesa la hija del escritor en su autobiograf¨ªa. ¡°Pero no lo he conseguido. Por eso he tenido que escribir¡±. Esper¨® a la muerte del padre. Ella alega que ¨¦l hab¨ªa esparcido infundios entre los intelectuales israel¨ªes para desacreditarla, por si se atrev¨ªa a revelar los malos tratos. Analistas y cr¨ªticos de su obra citados por la prensa hebrea han cre¨ªdo observar en la novela de Amos Oz Conocer a una mujer un paralelismo entre la hija obstinada y epil¨¦ptica del protagonista ¡ªun antiguo esp¨ªa que acaba de enviudar¡ª y su propia hija Galia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
