Muere a los 91 a?os Monte Hellman, padrino del cine independiente de Estados Unidos

Con el fallecimiento el martes 20 de abril de Monte Hellman, a los 91 a?os, se va una manera de hacer cine de la que poco queda en estos tiempos de estudios de Hollywood y plataformas. El anuncio de su muerte, en el centro m¨¦dico Eisenhower, en Palm Desert (California), lo ha realizado su hija Melissa, que especific¨® que su padre hab¨ªa sufrido una ca¨ªda en su casa la semana pasada. Su fascinante forma de narrar la acci¨®n, de la que los grandes ejemplos son Carretera asfaltada en dos direcciones (1971), El tiroteo (1966) o Gallo de pelea (1974), su capacidad de exprimir los exiguos presupuestos ¡ªaprendida en sus trabajos con Roger Corman¡ª y de sacar inmenso partido a rostros como los de Jack Nicholson, Warren Oates o Harry Dean Stanton hicieron que se convirtiera en el ejemplo para posteriores generaciones de creadores del indie estadounidense y en uno de los referentes de Quentin Tarantino, del que fue productor ejecutivo en Reservoir Dogs. Original cuando se lo permitieron, en Carretera asfaltada en dos direcciones prob¨® con un final diferente a lo esperable, gracias un truco realizado m¨¢s all¨¢ de la c¨¢mara: el celuloide parece que se quema, subrayando as¨ª el mensaje de una pel¨ªcula tan distinta como fascinante.

Hellman naci¨® como Monte Himmelbaum en Brooklyn, en Nueva York, en 1929 y se crio en Albany, en el mismo Estado, donde su padre regentaba una peque?a tienda de alimentaci¨®n. Cuando ten¨ªa 6 a?os, la familia se mud¨® a Los ?ngeles. Tras estudiar Teatro en la Universidad de Stanford y Cine en la UCLA, y dirigir un teatro de verano y diversos trabajos en la cadena ABC, como montador, y en otro teatro, entr¨® en la productora de Roger Corman, m¨ªtico creador de cine de serie B. Para ¨¦l dirigi¨® La bestia de la cueva maldita (1959), que Hellman ¡ªque ya se hab¨ªa cambiado el apellido¡ª describi¨® como ¡°Cayo Largo con un monstruo¡±. A Corman hay que agradecerle que form¨®, a base de rodajes ultrarr¨¢pidos con poco presupuesto, a algunos de los posteriores fundadores del Nuevo Hollywood: all¨ª se foguearon, por ejemplo, junto a Hellman, Francis Ford Coppola, Peter Bogdanovich, John Sayles, Jack Nicholson, Peter Fonda o Jonathan Demme. Bajo el paraguas de Corman, sin aparecer en los cr¨¦ditos, Hellman no solo dirigi¨®, con la secuencia inicial de Dementia 13, de Coppola, como ejemplo de ello, sino que tambi¨¦n ayud¨® en el montaje de Los salvajes (1960).

Con Jack Nicholson, a quien hab¨ªa conocido en esa pel¨ªcula, Hellman form¨® una estupenda pareja art¨ªstica: as¨ª llegaron en 1964, rodadas a la vez en Filipinas, y fuera del mundo Corman, el drama b¨¦lico Escapatoria al infierno y Viaje a la ira (con guion de Nicholson). Actor y director se lanzaron al w¨¦stern en 1966, filmando en Utah El tiroteo (con Warren Oates) y A trav¨¦s del hurac¨¢n, de nuevo con guion del actor. Son dos trabajos secos, que los cr¨ªticos bautizan como existencialistas gracias a su reflexi¨®n vital, escondida bajo una imagen austera, alejada de detalles melifluos y con personajes abocados al fracaso y la autodestrucci¨®n.

En la carrera de Hellman se mezclan sus propias obras con su labor como montador sin acreditar (trabaj¨® en Head, de Rafelson; Luchando por mis derechos, de Demme; o Los arist¨®cratas del crimen, de Peckinpah), realizador de tomas adicionales para pel¨ªculas que cambiaban en su paso a la televisi¨®n, finalizador de rodajes de directores fallecidos (como en Yo, el mejor, el biopic de Muhammad Ali, o El tren de los esp¨ªas), o segundo director de secuencias de acci¨®n, como en Robocop, donde entr¨® cuando Verhoeven empez¨® a acumular retraso en el rodaje. En 1987, el cineasta se defini¨® as¨ª: ¡°He sido siempre un tipo a sueldo. Y habitualmente he cogido cualquier trabajo que me ofrec¨ªan¡±. Dos a?os m¨¢s tarde, en una entrevista en EL PA?S, explic¨®: ¡°Soy el hombre de confianza de varias productoras que, parad¨®jicamente, no conf¨ªan en m¨ª cuando les presento un proyecto propio¡±.

Pero en otros momentos pudo mostrar todo su talento, y el mejor de los ejemplos fue Carretera asfaltada en dos direcciones (1971), en el que cont¨® con dos m¨²sicos, James Taylor y Dennis Wilson, de The Beach Boys, y con Warren Oates. Los protagonistas son dos chicos que recorren las carreteras en un Chevrolet del 55 a la b¨²squeda de carreras ilegales en las que competir. Poco m¨¢s hay en su vida, casi ni se hablan entre ellos y en su camino por el suroeste de los Estados Unidos se cruzar¨¢ GTO, un veterano conductor que los reta a ver qui¨¦n llega primero a Washington. La road movie fue un fracaso en taquilla porque Universal decidi¨® no invertir en su promoci¨®n. Pero la prensa la apoy¨® y con el tiempo devino en filme de culto. Para Richard Linklater, por ejemplo, ¡°es la m¨¢s pura road movie estadounidense jam¨¢s rodada, parece una pel¨ªcula de autocine dirigida por un realizador de la nouvelle vague y es a la vez la ¨²ltima pel¨ªcula con esp¨ªritu de los sesenta y la primera con el alma de los setenta¡±.

Su ¨²ltimo largometraje para la factor¨ªa Corman lleg¨® en 1974 con Gallos de pelea, de nuevo con Oates y Harry Dean Stanton, y desde ese momento sus filmes como director se fueron distanciando en el tiempo. A la vez que se ganaba la vida con todo tipo de trabajos ya mencionados, Hellman empez¨® a dar clases de cine en el Instituto de las Artes de California. Aunque su fama crec¨ªa entre los cineastas del indie estadounidense de los ochenta y noventa, y en la cr¨ªtica europea, Hellman ya solo dirigi¨® un pu?ado m¨¢s de t¨ªtulos: el w¨¦stern Clayton Drumm (1978), con un rar¨ªsimo reparto conformado por Oates, Fabio Testi y Sam Peckinpah; La iguana (1988); el filme de terror Posesi¨®n alucinante (1989) y el cap¨ªtulo Stanley¡¯s Girlfriend, de la pel¨ªcula epis¨®dica Trapped Ashes (2006).

Tarantino le pidi¨® que le ayudar¨¢ con Reservoir Dogs (1992), y por ello fue uno de los productores ejecutivos. En 2010, particip¨® con su ¨²ltimo largo, Road to Nowhere, cine negro con hechuras de llegar m¨¢s lejos, en el festival de Venecia, cuyo jurado presid¨ªa Tarantino. Su disc¨ªpulo se invent¨® un Le¨®n de Oro especial con el que reconoci¨® a Hellman como ¡°gran artista de cine y poeta minimalista¡±. Aunque en aquel certamen, para EL PA?S, Hellman record¨®: ¡°Cuando trabajas con un tipo como Tarantino, escribe bien esto que voy a decir, lo mejor es seguir a rajatabla este consejo: ¡®Ap¨¢rtate de su camino¡¯. Si haces eso todo ir¨¢ bien¡±.