Sant Jordi reconquista la calle
La ¡®diada¡¯ del Libro y de la Rosa se convierte en la primera gran manifestaci¨®n c¨ªvica tras el inicio de la pandemia, en una jornada cargada de esperanza en la que se vendi¨® m¨¢s de un mill¨®n de ejemplares
Catalu?a decidi¨® ayer empezar a pasar p¨¢gina de la pandemia, espoleada por la esperanza de ver la luz al final t¨²nel que proporciona el descenso de contagios y las vacunaciones. Y lo hizo a lomos del caballo de Sant Jordi, un Dia del Libro y de la Rosa que, en algunos momentos de la tarde, solo se distingui¨® de la edici¨®n prepand¨¦mica de 2019 porque los cientos de miles de personas llevaban mascarilla y porque las tradicionales colas ante los autores para conseguir sus firmas se trasladaron este a?o a los accesos a las zonas perimetradas con medidas sanitarias para acceder a los tenderetes, a las librer¨ªas (con aforo limitado al 50%) y a las rosas, limitada este a?o la venta solo a profesionales, como los libros. El sector calcula que se vendieron m¨¢s de un mill¨®n de ejemplares, unos 16,5 millones de euros, un 75% de las cifras de 2019.
El ritual, virtual y dist¨®pico el a?o pasado en plena crisis, no estuvo tanto en la firma como en salir a la calle y comprar un libro y una rosa, convirtiendo la jornada en el primer gran acto c¨ªvico desde el inicio de la crisis de la covid-19. El primer d¨ªa con radiante sol primaveral ayud¨®. ¡°La gente ha decidido que quer¨ªa sentirse un poco como antes de todo esto y que era una fiesta al aire libre¡±, sosten¨ªa a media tarde de ayer Marisa Ontiveros, directora de Casa del Libro de Barcelona, en las puertas de acceso donde, con disciplina ciudadana intachable, m¨¢s de medio centenar de personas esperaban para poder entrar. Las colas que se formaron en los 11 recintos perimetrados diseminados por Barcelona para descongestionar la ciudad superaban las 150 personas. Las esperas sobrepasaban los 10 minutos, especialmente en la ubicaci¨®n del c¨¦ntrico paseo de Gr¨¤cia, con la calzada cortada al tr¨¢fico. La circulaci¨®n y las medidas higi¨¦nicas fueron impecables, si bien las aglomeraciones dinamitaron la distancia social.
Que iba a ser un Sant Jordi distinto qued¨® claro ya a primera hora, cuando escenarios tan santjordiescos como La Rambla permit¨ªan ayer, incluso, la pr¨¢ctica del footing y un paseo sin excesivos agobios, intransitables en otras ediciones. Tambi¨¦n a la excepcionalidad ayud¨® el discurso del jovenc¨ªsimo escritor de 23 a?os Pol Guasch (Napalm al cor), cuyo discurso alternativo en el acto institucional de apertura incomod¨® a las autoridades municipales: ¡°Pol¨ªtica institucional y literatura son ant¨®nimos; por eso hoy, aqu¨ª, de literatura no hay nada. Es in¨²til reivindicar nada aqu¨ª ahora¡±. Y acab¨® asegurando que ¡°a¨²n ha de llegar el texto que haga con el mundo lo que hemos sido capaces de hacer en otros lugares, como en Urquinaona¡±, dijo con referencia a la plaza que fue epicentro de los violent¨ªsimos disturbios del pasado octubre al a?o de la sentencia del proc¨¦s.
Irene Vallejo, pregonera el d¨ªa anterior, presente en el acto, rebaj¨® la tensi¨®n al declararse ¡°comensal at¨®nita e insospechada¡± de esta fiesta en la que debutaba. All¨ª donde fue, lo hizo con colas de gente que le portaba hasta primeras ediciones de su Infinito en un junco, ahora que lleva ya 34. ¡°Me cuentan c¨®mo llegaron al libro en momentos de angustia o de soledad por la pandemia; me reconforta que les haya sido refugio¡±, dec¨ªa mientras, con letra chica y bol¨ªgrafo, firmaba morosamente ejemplares. A su lado, otra Irene, Sol¨¤, veterana, firmaba con m¨¢s desenvoltura: con rotulador l¨ªquido y con dibujo de monta?a incluido, traslaci¨®n de sus estudios de Bellas Artes y de su exitoso Canto jo i la muntanya balla.
Todos los escritores percib¨ªan en el aire que era un Sant Jordi distinto. ¡°Esto es un aut¨¦ntico milagro¡±, dec¨ªa Javier Cercas. ¡°Los catalanes no sabemos lo que tenemos¡±, a?ad¨ªa, quiz¨¢ repuesta t¨¢cita a la pol¨¦mica generada por su novela Independencia y sus cr¨ªticas al 1-O y al papel de la burgues¨ªa catalana en el proc¨¦s. ¡°Si enemistarse con media Catalu?a fuera una buena estrategia comercial para vender libros, lo har¨ªa m¨¢s gente¡±, ironiz¨® el autor, uno de los m¨¢s vendidos de la jornada y que fue visitado por dirigentes socialistas como Jaume Collboni y Salvador Illa.
¡°Hay un componente emocional, se huele, todo tiene hoy un doble sentido¡±, detect¨®, sensible, Mar¨ªa Due?as, ante largas colas de firmas de sus lectores con cita previa que deseaban su firma en Sira,precuela de su famoso El tiempo entre costuras. Los carteles lo dejaban claro (¡°No se permiten selfies¡±), pero se hac¨ªa a distancia, forzando la cinta que alejaba a la gente de la mesa.
¡°Hoy no interesan tanto los ranquin de ventas de los libros, sino ver la luz al final del t¨²nel e ir hacia una normalidad que, poco a poco, vamos consiguiendo¡±, resumi¨® Xavier Bosch, el autor que ya ha sido otros a?os el m¨¢s vendido de la jornada y que en esta edici¨®n ha repetido en catal¨¢n con La dona de la seva vida.
Un poco lejos del mundanal ruido estaban, por un lado, Irene Pujadas (Els desperfectes) y Laia Vi?as (Les closques), refugiadas firmando en el interior del FNAC, que al alim¨®n (como ganaron el premio Documenta), admit¨ªan sentirse en su estreno en la fiesta, ¡°entre alegres y perplejas; la sensaci¨®n de irrealidad es enorme¡±.
Tambi¨¦n el fundador de Anagrama Jorge Herralde, en el interior de La Central de la calle Mallorca, esperaba tranquilo a los potenciales lectores de su correspondencia profesional en Anagrama: ¡°No hab¨ªa vuelto a leer esas cartas desde que las escrib¨ª y Jordi Gracia las incluy¨® y se imprimieron. ?A qui¨¦n le interesan? Lo libros de editores interesan much¨ªsimo... a poqu¨ªsima gente¡±, sentencio el veterano editor.
La cola en el exterior de La Central superaba el medio centenar de personas, una hilera id¨¦ntica a las que se produjeron en buena parte de las librer¨ªas barcelonesas: las que se ve¨ªan en Ona parec¨ªan el espejo de las que se daban enfrente, en Laie. La afluencia en general fue tal que hasta paradas como la de la librer¨ªa especializada en literatura africana e inmigraci¨®n, La Panafricana, se encontraban muy concurridas.
Seguridad
La librer¨ªa estaba en una zona perimetrada tan espectacular como compleja por su convivencia con la restauraci¨®n, la plaza Reial. Los controles de acceso y el circuito, como en todos, era estricto. No en balde, la organizaci¨®n dispuso de 70 personas de seguridad privada s¨®lo en Barcelona, donde ese a?o, estas medidas han provocado que el coste de la celebraci¨®n de Sant Jordi supere los 200.000 euros, mayormente aportados de forma extraordinaria por la Generalitat. A ello hay que a?adir los gastos en balizas y el despliegue de la Guardia Urbana.
La afluencia, unido al alto ritmo de compras que se ha producido toda la semana (facilitado por haberse permitido a las librer¨ªas instalar mesas con novedades ante las tiendas desde el mi¨¦rcoles), ayud¨® a que las ventas superaran esos 16,5 millones de euros. La descentralizaci¨®n de la fiesta, las zonas perimetradas, la venta solo por profesionales y cortes de tr¨¢fico m¨¢s contundentes son medidas excepcionales que el sector estudiar¨¢ para futuras ediciones vistos los resultados. ¡°Vamos experimentando cosas, como haremos en la pr¨®xima cita, el 23 de julio, con una tarde-noche de las librer¨ªas¡±, avanza Patrici Tixis, presidente de la Cambra del Llibre de Catalunya. Mientras, la ciudadan¨ªa empez¨® por lo primero: reconquistar la calle con Sant Jordi.
Cercas, Due?as e Irene Vallejo, entre los m¨¢s solicitados
Aunque ayer hubo consenso en que se impon¨ªa m¨¢s la fiesta que el negocio, la lista de los m¨¢s vendidos (nunca m¨¢s del 5% de todos los libros que se despachan durante la jornada de Sant Jordi) asom¨® inevitablemente. 'Sira', de Mar¨ªa Due?as (en castellano y catal¨¢n); Independencia, de Javier Cercas, y Transbordo en Mosc¨², de un Eduardo Mendoza que no firmaba, estuvieron entre los m¨¢s solicitados en narrativa castellana; en catal¨¢n el honor recay¨® en un tambi¨¦n ausente de la fiesta Jaume Cabr¨¦ ('Consumis pel foc'), Xavier Bosch ('La dona de la seva vida') e Irene Sol¨¤, (con la incombustible 'Canto jo i la muntanya balla'). En ensayo, los honores fueron para el ya longseller La vida en un junco, de Irene Vallejo, y para A cor obert, del epidemi¨®logo catal¨¢n Oriol Mitj¨¤. Un signo de los tiempos.
En la lista que dio a conocer la Cambra del Llibre y el Gremi de Llibreters tambi¨¦n estaban en ficci¨®n en catal¨¢n: 'T¨¤ndem', de Maria Barbal y 'L¡¯home que va viure dues vegades', del cantante Gerard Quintana. Mientras que en castellano los siguientes eran 'El juego del alma', de Javier Castillo y 'El arte de enga?ar al Karma', de Elisabet Benabent.
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