Ayad Akhtar: ¡°El gran mito en EE UU es que el pa¨ªs es moralmente superior¡±
El premiado dramaturgo da voz a la comunidad musulmana estadounidense y se adentra en la autoficci¨®n con ¡®Eleg¨ªas a la patria¡¯
Faltaban a¨²n dos meses para las elecciones presidenciales de noviembre de 2020 cuando se public¨® en Estados Unidos Eleg¨ªas a la patria, la aclamada novela de Ayad Akhtar, uno de los libros del a?o seg¨²n las listas de los principales medios, que Roca edita ahora en castellano traducido por Elia Maqueda. Cuenta el autor que Trump fue la musa de esta historia. En el libro el expresidente no aparece disfrazado de ninguna manera, sino que su irrupci¨®n en el escenario pol¨ªtico y el terremoto que causa son centrales en esta historia cuyo narrador no consigue entender la irrefrenable atracci¨®n que siente su padre por su figura.
Nacido en Nueva York en 1970, hijo de una pareja de m¨¦dicos paquistan¨ªes y criado en Wisconsin, Akhtar da voz en las p¨¢ginas de su libro a la comunidad musulmana estadounidense, repasa las contradicciones, ambivalencias y tensiones de la experiencia de los inmigrantes y sus hijos retomando un tema que ya ha tratado en sus obras de teatro, por las que ha obtenido un premio Pulitzer y varias nominaciones a los Tony. Formado con dos grandes de la escena, Jerzy Grotowski y Andr¨¦ Gregory, de Akhtar se ha dicho que viene a ser un cronista tan brillante como lo fue Bellow para los inmigrantes jud¨ªos, solo que en su caso para los musulmanes, alguien con un ojo certero y un excelente o¨ªdo, capaz de retratar con agudeza la vida de quienes luchan por salir adelante y reformular sus sue?os.
En Eleg¨ªas a la patria Akhtar juega con la autoficci¨®n, con un protagonista dramaturgo, hijo de m¨¦dicos, que responde a su mismo nombre y que reflexiona con crudeza sobre la moral y la avaricia del credo estadounidense, y la atracci¨®n fatal y sentimental que se esconde en la yihad. Desde una casa al norte del Estado de Nueva York, donde ha pasado los ¨²ltimos meses, el escritor responde a la videollamada.
Pregunta. ?Por qu¨¦ decidi¨® mezclar en Eleg¨ªas a la patria ensayo, reflexiones, mucho di¨¢logo y una trama con la historia pol¨ªtica reciente de EE UU de fondo?
Respuesta. Di con una voz y empec¨¦ a escribir. No quer¨ªa marcar las distancias y empe?arme en demostrar que no era yo el narrador. Vi que pod¨ªa reflejar los distintos aspectos de mi propia conciencia, fuesen estos filos¨®ficos, pol¨¦micos, hist¨®ricos o dram¨¢ticos. Me encanta escribir di¨¢logos y us¨¦ cosas de mi vida cuando me apetec¨ªa, sinti¨¦ndome libre.
P. ?Para confundir realidad y ficci¨®n?
B. Bueno, es algo muy contempor¨¢neo, es lo que hacen las noticias, las fake news, Instagram, las redes sociales. ?Qu¨¦ pasa cuando te colocas en un escenario a la vista de todos? En un autorretrato en Instagram, ?presentas algo que es solo parcialmente real? Todas estas preguntas sobre epistemolog¨ªa y la decadencia de la verdad est¨¢n ah¨ª. Y de una forma org¨¢nica fueron encajando junto a las otras preocupaciones. La novela fue la plataforma que un¨ªa informaci¨®n, an¨¢lisis, historia, di¨¢logo, drama.
P. Esa idea de la novela en la que todo cabe tiene una larga tradici¨®n.
R. S¨ª, el gran paradigma del modernismo es tratar de reflejar la naturaleza heterog¨¦nea del mundo en una novela. Hoy eso mismo es un elemento central en Twitter o Instagram, porque el discurso all¨ª es heterog¨¦neo, y el elemento que lo unifica, algo aterrador, es lo corporativo.
P. Arranca con una definici¨®n contundente de EE UU como una naci¨®n depredadora basada en el pillaje y el autoengrandecimiento.
R. Estaba en la Academia Americana en Roma, mi madre hab¨ªa muerto, mi padre estaba en absoluto declive, y Trump era presidente. El pa¨ªs al que llegaron era muy distinto del lugar donde, medio siglo despu¨¦s, murieron. Contar la historia de su vida y de sus colegas inmigrantes y de sus hijos y lo que pas¨® era una manera de narrar desde fuera una experiencia de dentro de EE UU. Es dif¨ªcil entender la g¨¦nesis creativa de algo, pero creo que fue el duelo, un sentimiento de p¨¦rdida, cierta verg¨¹enza, shock. Y tambi¨¦n hab¨ªa pensado en la monetizaci¨®n de la vida en EE UU y el ascenso del individualismo, un tema que trat¨¦ en piezas teatrales. Ve¨ªa c¨®mo el pa¨ªs se estaba destruyendo porque todo el mundo intentaba hacerse rico.
Solo puedes creer que eres especial o diferente si tienes el poder para imponer esa idea
P. ?En estos a?os ha habido una revisi¨®n de los mitos y sue?os americanos?
R. El gran mito es que el pa¨ªs es moralmente superior. EE UU simplemente ha sido una superpotencia muy rica que ha proyectado lo mejor de su moral por el planeta durante unos a?os de una forma atractiva, excitante y v¨ªvida. No dir¨ªa que EE UU es peor que otros imperios, pero tampoco creo que sea tan distinto o que lo haya sido.
P. El narrador recuerda un viaje a Pakist¨¢n despu¨¦s del 11-S y dice que all¨ª la gente sent¨ªa cosas parecidas a las que sent¨ªan muchos en EE UU cuando Trump lleg¨® a la Casa Blanca.
R. Hay algo bastante bonito y divertido en la excepcionalidad estadounidense hasta que reconoces que, por un lado, no es tan cierta y, por otro, que es bastante peligroso sentir que eres distinto. Solo puedes creer que eres especial o diferente si tienes el poder para imponer esa idea. De lo que se trata, al final, es de tener poder.
Trump result¨® ser una historia muy buena, que ten¨ªa a todo el mundo enganchado, ¨¦l sab¨ªa c¨®mo protagonizar la historia cada d¨ªa
P. Escribe tambi¨¦n sobre la vida privada codificada y comercializada, y sobre el capitalismo de la vigilancia.
R. Mucha gente habla del momento de singularidad en el que la inteligencia artificial superar¨¢ a la humana, y piensan que ser¨¢ un robot. Pero esa singularidad ya ha pasado, y esas amplias redes interconectadas de inteligencia artificial ya est¨¢n determinando el comportamiento humano. Es algo muy alarmante que est¨¢ relacionado con el ascenso de las autocracias, y eso seguir¨¢. Trump fue el canario en la mina.
P. ?Es m¨¢s f¨¢cil hoy escribir sobre musulmanes estadounidenses, despu¨¦s de todo lo que ha pasado y los otros movimientos de protesta que ha habido?
R. Lo que est¨¢ pasando con todos estos movimientos es importante, pero todo se enfoca en la diferencia. Al final, el gran tema de los grandes libros es la unidad; un lector no quiere sentir que ve algo desde fuera.
P. Escribe que las historias est¨¢n hechas de movimiento, no de moral.
R. En Hollywood las conversaciones entre guionistas giran con frecuencia en torno a la idea de si un personaje caer¨¢ bien o no, pero yo creo que esto al p¨²blico no le importa, lo que les engancha es qu¨¦ va a pasar. Ese movimiento importa m¨¢s que si es bueno o malo. Trump result¨® ser una historia muy buena, que ten¨ªa a todo el mundo enganchado, ¨¦l sab¨ªa c¨®mo protagonizar la historia cada d¨ªa y crear un nuevo episodio de su serie; ten¨ªa ese instinto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.