C¨®rdoba gan¨® una estaci¨®n de AVE y perdi¨® el mayor palacio del Imperio Romano

Fue descomunal, brutal, un gigantesco atentado contra el patrimonio hist¨®rico, un expolio sin matices. ¡°Una herida a¨²n abierta¡±, seg¨²n Camino Fuertes, arque¨®loga de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, que este martes pronuncia la conferencia 30 a?os del yacimiento de Cercadilla para recordar que se cumplen ahora tres d¨¦cadas de la destrucci¨®n del palacio imperial romano de C¨®rdoba, levantado por el emperador Maximiano Herc¨²leo entre los a?os 293 y 305. ¡°Un dolor enorme¡±, recuerda Ana Zamorano, presidenta de la asociaci¨®n Amigos de Medina Azahara, que ha organizado otras jornadas en l¨ªnea ¨DCercadilla, la p¨¦rdida de la inocencia¨D. El complejo, que ocupaba ocho hect¨¢reas, comenz¨® a ser arrasado en mayo de 1991 para edificar la estaci¨®n del AVE en la ciudad andaluza.

Ya en el siglo XIX, sobre los terrenos que ocupaba el complejo palatino se construy¨® la estaci¨®n de tren de Cercadilla, que inclu¨ªa un peque?o edificio, un apeadero, un aparcamiento y un nudo ferroviario que permit¨ªa a los convoyes cambiar de sentido. El 22 de mayo de 1991, con la decisi¨®n tomada de sustituir la vieja estaci¨®n por una nueva para el AVE, entraron las excavadoras para horadar el subsuelo y destruir el palacio y su entorno. Los arque¨®logos trabajaron a toda prisa para intentar salvar lo posible. Pero las m¨¢quinas, en pocos d¨ªas, hab¨ªan arrasado ya medio kil¨®metro lineal y unos 200 metros de ancho. La prensa del momento hablaba de ¡°l¨¢pidas, mosaicos, un teatro romano, un templo, un circo, un anfiteatro, un palacio¡± destruidos.

Los arque¨®logos que excavaban el yacimiento ¨Dun estudiante universitario hab¨ªa alertado de la aparici¨®n de una gran galer¨ªa abovedada¨D dorm¨ªan junto a los restos para evitar su demolici¨®n por la noche e insertaban anuncios en prensa para que no fuese devastado un conjunto ¡°mayor que el Foro de Trajano en Roma¡±, como lo defini¨® Rafael Hidalgo, codirector de las excavaciones. Pero las administraciones locales, regionales y nacionales ya hab¨ªan tomado su inapelable decisi¨®n: el AVE entre Madrid y Sevilla, donde en 1992 se iba a inaugurar la Exposici¨®n Universal, ten¨ªa que parar en C¨®rdoba en ese exacto lugar. Y as¨ª fue.

¡°Fue un expolio, se orquest¨® una campa?a de fake news contra el yacimiento¡±, denuncia Fuertes, que este martes particip¨® en unas jornadas organizadas por el Instituto Municipal de Turismo de C¨®rdoba sobre esta destrucci¨®n: ¡°Se dec¨ªa que, si no se arrasaba el yacimiento, el AVE nunca llegar¨ªa a C¨®rdoba; que lo hallado carec¨ªa de valor, que los arque¨®logos nos est¨¢bamos haciendo ricos con las excavaciones; que los restos iban a integrarse en la estaci¨®n y, finalmente, que se cambiar¨ªa el trazado de todas las v¨ªas del tren. Todo era absolutamente falso¡±, se indigna tres d¨¦cadas despu¨¦s.

El alcalde de C¨®rdoba, Herminio Trigo, de IU, lleg¨® a calificar el yacimiento de ¡°cuatro piedras¡±. La revista ?poca public¨® en marzo de 1992 que ni el Gobierno central ni la Junta de Andaluc¨ªa, ambos en manos del PSOE, hicieron nada para salvar el yacimiento. Al contrario, miraron para otro lado e incluso apoyaron la destrucci¨®n. En septiembre de 1992, una comisi¨®n internacional de expertos advirti¨® de que se podr¨ªa estar ¡°ante un monumento ¨²nico en el mundo que deb¨ªa respetarse y ser estudiado¡±. ¡°Era el de mayores dimensiones de todo el Imperio Romano¡±, declar¨® Hidalgo junto con el otro codirector de las excavaciones en aquel momento, Pedro Marfil.

El arque¨®logo jesuita Manuel Sotomayor, premio de Patrimonio Hist¨®rico de la Junta de Andaluc¨ªa, se sum¨® a las quejas: ¡°Es una excavaci¨®n impresionante¡±. Miguel Rodr¨ªguez-Pantoja, catedr¨¢tico de la Universidad de C¨®rdoba, calific¨® el yacimiento como ¡°algo ¨²nico en el mundo por sus dimensiones, la ¨¦poca en que fue construido y su enorme significaci¨®n. Cuesta creer que ser¨¢ destruido¡±. El parlamentario del PP Juan Ojeda denunci¨®, por su parte, la ¡°pol¨ªtica de hechos consumados¡± de las administraciones. ¡°C¨®rdoba tiene que saber la verdad. Lo que se va a destruir es un yacimiento ¨²nico en el mundo¡±, asever¨®.

Al noroeste de la colonia romana de Patricia Corduba, a poco m¨¢s de 600 metros de su muralla, se construy¨® a finales del siglo III una enorme sede del poder imperial, el centro pol¨ªtico de la di¨®cesis de Hispaniarum, desde donde Maximiano dirig¨ªa toda la Pen¨ªnsula y el norte de ?frica. El conjunto palatino estaba dividido en dos zonas principales. La primera era una enorme plaza rectangular de aspecto castrense conectada con un ¨¢rea palaciega. Para acceder a esta ¨²ltima hab¨ªa que atravesar una puerta con grandes torres a ambos lados. La zona palatina se articulaba a trav¨¦s de un criptop¨®rtico ¨Dgaler¨ªa cubierta semicircular columnada¨D de 109 metros de longitud que daba acceso a los diversos edificios p¨²blicos y privados del conjunto.

¡°La gran exedra [el p¨®rtico semicircular con columnas] constitu¨ªa¡±, describe Hidalgo, ¡°una gran plaza abierta, libre de construcciones, que desempe?aba el papel de espacio de acogimiento para aquellos que gozasen del privilegio de acceder al interior del palacio, permitiendo a trav¨¦s de su p¨®rtico la distribuci¨®n del tr¨¢nsito a los distintos espacios de recepci¨®n que la circundaban¡±.

Nada m¨¢s cruzar el criptop¨®rtico, los visitantes pod¨ªan elegir entre tres circuitos de tr¨¢nsito diferentes: el p¨²blico, compuesto por edificaciones oficiales; el semip¨²blico, con dos espacios destinados a la celebraci¨®n de banquetes, o el privado, formado por salas m¨¢s peque?as, como las termas. Fuertes recuerda que en el centro de las construcciones oficiales se erig¨ªa ¡°el sal¨®n del trono¡±, donde el emperador llevaba a cabo las recepciones.

En el siglo VI, con el fin de la etapa romana, tres de sus construcciones se convirtieron en edificios dedicados al culto cristiano, tal vez en honor a San Acisclo, patr¨®n de C¨®rdoba. El templo contaba con un gran cementerio a su alrededor con centenares de tumbas. Durante la ¨¦poca emiral (siglos VIII a X), sus edificaciones siguieron siendo ocupadas por los cristianos, hasta que en el a?o 1010, como consecuencia de la fitna ¨Dguerra civil en Al-?ndalus¨D, se abandonaron.

Los arque¨®logos pidieron en 1991 que se le concediese de urgencia al yacimiento la declaraci¨®n de bien de inter¨¦s cultural (BIC), la m¨¢xima protecci¨®n posible. Compraron incluso espacios en la prensa para publicar un listado de firmantes que reclamaban la protecci¨®n urgente del conjunto. La Junta de Andaluc¨ªa no respondi¨®. En 1995, cuando m¨¢s de la mitad del yacimiento ya hab¨ªa desaparecido, la Consejer¨ªa de Cultura inco¨® expediente de protecci¨®n. En 1997 fue declarado BIC. ¡°Era uno de los pocos palacios imperiales existentes en el mundo. Ya no podemos hacer nada. Es una herida en el coraz¨®n de C¨®rdoba que a¨²n no se ha sabido curar¡±, insiste Fuertes.

En 2006, los vestigios que se salvaron de la destrucci¨®n ¨Dunas termas, m¨¢s de 80 metros de recorrido del criptop¨®rtico, los apartamentos imperiales, las salas triconques de los extremos de la zona palatina, un acueducto¡­¨D se abrieron al p¨²blico. Est¨¢n pegados a los muros exteriores de hormig¨®n gris de la estaci¨®n. Desde el tren no son visibles.

En 2015, la Junta de Andaluc¨ªa traslad¨® de manera unilateral la gesti¨®n del parque arqueol¨®gico al Ayuntamiento de C¨®rdoba, que lo mantiene cerrado. Desde entonces no existen pol¨ªticas de mantenimiento ni actuaciones de conservaci¨®n. ¡°Imaginemos que se hubiese conservado completo el palacio. Imaginemos que C¨®rdoba recibiese a los visitantes que se bajasen del AVE con los restos del mayor palacio imperial romano que se conoce. Imaginemos¡­¡±, concluye Fuertes.

En un art¨ªculo publicado en febrero de 1992 en el Diario de C¨®rdoba, el catedr¨¢tico Rodr¨ªguez-Pantoja escribi¨®: ¡°No tardaremos mucho en parecer a nuestros propios hijos tan b¨¢rbaros como a nosotros nos parecen quienes con menos medios y conocimientos hicieron desaparecer tanta grandeza [en C¨®rdoba] como se ha destruido¡±. Ahora se van a cumplir 30 a?os de aquellas prof¨¦ticas palabras.