Marti?o Rivas: ¡°Yo soy mon¨®gamo en serie¡±
El actor (¡°la vida me est¨¢ zarandeando¡°) habla sobre la fama, el feminismo y el amor
Aparece resoplando (¡°me he perdido¡±) y pidiendo disculpas por un retraso m¨ªnimo. Porque Marti?o Rivas (Vimianzo, A Coru?a, 1985) tiene fama de muchas cosas, todas buenas que saltan a la vista, pero quien lo conoce sabe que por encima de todo es un hombre educado, respetuoso y t¨ªmido que encontr¨® a los 13 a?os en la interpretaci¨®n una forma de expresarse que le hace feliz. A esa edad fue una celebridad en Galicia como parte del reparto de Mareas vivas, serie m¨ªtica de la TVG a finales de los 90 en la que estaban Luis Tosar, Luis Zahera, Isabel Blanco, Miguel de Lira o Carlos Blanco. Espa?a lo conoci¨® a?os despu¨¦s gracias a El internado. Rivas acaba de rodar una serie de TVE, Fuerza de paz, en la que hace de malo. ¡°Y muy contento. Se ha ca¨ªdo otro muro. Poco a poco me voy haciendo un loft¡±, dice.
Pregunta. Era usted ya famoso a los 13.
Respuesta. Lo odiaba. Sal¨ªa a la calle y me cantaban la canci¨®n de Mercedes Pe¨®n [apertura de la serie]. Cuando eres ni?o quieres pertenecer a un colectivo, escuchar la misma m¨²sica, tener una misma est¨¦tica, sensaci¨®n de pertenencia. Yo era el diferente. No dur¨® mucho, porque nos fuimos a Londres ya que mi padre [el escritor Manuel Rivas] quer¨ªa escribir all¨ª La mano del emigrante.
P. Su primera interpretaci¨®n fue en Dubl¨ªn, donde pas¨® otro a?o. Ten¨ªa ocho.
R. Me dieron un papel en una obrita porque ped¨ªan un acento ¡°muy adentro, muy adentro¡±. Mi acento ha sido siempre parte de mi identidad. La virtud del actor no es eliminarlo, sino aprender todos los dem¨¢s. Cuando rod¨¦ Los girasoles ciegos tuve que desprenderme del acento gallego. Ensay¨¦ los d¨ªas anteriores, y cuando empez¨® el rodaje yo estaba en una ladera y Jos¨¦ Luis Cuerda, el director, abajo. Empec¨¦ a hablar y escuch¨¦: ¡°Coooorten¡±. Subi¨® fatigos¨ªsimamente la monta?a, y al llegar a m¨ª se acerc¨® a mi o¨ªdo y dijo con esa voz ronca que ten¨ªa: ¡°El acento¡±. En la segunda toma, lo mismo: ¡°Coooorten¡±. Volvi¨® a subir, empapado en sudor, y se acerc¨® a mi o¨ªdo: ¡°El acento¡±. En la tercera, ¡°coooorten¡±, pero ah¨ª, resoplando, se apoy¨® al tronco de un ¨¢rbol y grit¨®: ¡°?Macizo galaico!¡±.
Marti?o Rivas: ¡°Quer¨ªa estar tan loco como los actores¡±
P. Trae puesta una camiseta de Os Diplom¨¢ticos de Monte Alto, rock brav¨², grupo legendario.
R. Calculo que la camiseta la usaba a los 14 a?os porque fui al campamento de la Xunta con ella, en Sarria (Lugo).
P. Desde hace 22 a?os. ?Qu¨¦ pas¨®?
R. De chaval llevaba camisetas que me llegaban hasta por debajo de las rodillas. A¨²n conservo muchas. Cuando estaba obsesionado por el f¨²tbol le ped¨ªa a mi padre que me trajese camisetas: de la Real, del Athletic, del Oporto. Hay varias que no me puedo poner porque me quedan grandes, imagina.
P. F¨²tbol.
Lo rechazo de forma visceral. Hay partidos que no s¨¦ ni de qu¨¦ competici¨®n son. Lo quise much¨ªsimo, pero me ech¨¦ a un lado. Ahora veo boxeo. Y lo practico. Todo gracias a la familia Planas, que me contagi¨® el amor por ese deporte.
P. ?Y el D¨¦por?
R. El D¨¦por es lo menos nocivo del f¨²tbol actual [r¨ªe]. Su historia en los ¨²ltimos treinta a?os tiene la misma estructura narrativa de ascenso y ca¨ªda que las pel¨ªculas de g¨¢ngsters de Edward G. Robinson, que veo en bucle. Quiz¨¢ por eso el amor sigue estando ah¨ª.
P. Uno de sus tres papeles en la obra teatral Jaur¨ªa, que escenificaba el caso de la violaci¨®n m¨²ltiple de La Manada, era el del guardia civil Antonio Manuel Guerrero.
R. Jaur¨ªa fue incre¨ªble, en primer lugar, por el grupo humano. La energ¨ªa que se respiraba era otra, la atm¨®sfera era distinta. Todos ten¨ªamos muchas ganas de participar en aquello y mucho miedo, tambi¨¦n, porque era un asunto muy sensible. Y hab¨ªa gente contraria a que se hiciese este montaje, porque pod¨ªa verse oportunista. Eso daba v¨¦rtigo.
P. ?Le cambi¨®?
R. Me hizo m¨¢s sensible, m¨¢s emp¨¢tico. Y fue un proceso doloroso porque haces un ejercicio de introspecci¨®n y recuerdas cuando fuiste testigo de comentarios soeces o de mal gusto y muchas veces por no cortar el rollo no dices nada o incluso esbozas una sonrisa c¨®mplice. Y te averg¨¹enzas, claro.
P. Su padre.
R. Por mi padre envidia, admiraci¨®n y dependencia. Tambi¨¦n es poeta, y la poes¨ªa tiene que ver con la sensibilidad. Mi padre es la persona m¨¢s sensible que conozco. Yo soy una versi¨®n fl¨¢cida y deste?ida de eso que es mi padre, desgraciadamente.
P. ?Se limita mucho?
R. Yo estoy en un momento de mi vida en el que prefiero que se me conozca como el actor que pone voces raras antes que el actor que siempre resulta convincente y repite la misma f¨®rmula. A m¨ª ahora mismo me cuesta ilusionarme si eso no forma parte del proceso.
P. El miedo a hacer algo tan nuevo que te pueda estrellar.
R. Es que quiero estrellarme. Igual es una forma de autosabotaje, pero si no me estrello, quiero al menos que el muro me pase rozando la oreja.
P. ?Por qu¨¦?
R. [Se encoge de hombros]
P. Dijo al llegar: ¡°La vida me est¨¢ zarandeando¡±. ?Tiene que ver su vida personal con la evoluci¨®n art¨ªstica?
R. Puedes estar en lo cierto [r¨ªe].
P. Es que uno para documentarse pone su nombre en Google y sale inmediatamente la prensa del coraz¨®n [la relaci¨®n de Rivas con su anterior pareja, la bailarina Kayoko Everhart, madre de su hija, salt¨® p¨²blicamente por los aires hace ocho meses].
R. Bufff.
P. ?Para alguien que se dedica al arte, ese dolor no puede hacerle crecer y explorarse?
R. Vaite ao carallo. ?Ojal¨¢ pudiese llegar a ese conocimiento a trav¨¦s de la observaci¨®n y de experiencias vicarias, limit¨¢ndome a ver lo mal que le va al resto! [r¨ªe].
P. Le dicen de todo en las redes. Rillaba en ti como nunha tira de churrasco, se lee en un comentario de su Instagram.
R. Digamos que me cocinaron con mucho cari?o en el horno materno.
P. ?Cu¨¢ndo cree en el amor de verdad alguien tan deseado?
R. Yo soy mon¨®gamo en serie. No soy de relaciones espor¨¢dicas, de aqu¨ª te pillo, aqu¨ª te mato; nunca he explotado esa faceta. Bueno, nunca. Fue explotada en ¡®momentos muy moment¨¢neos¡¯. La vida est¨¢ llena de ¡®momentos muy moment¨¢neos¡¯.
P. Dijo en esta serie de entrevistas la escritora Noem¨ª Casquet que no pod¨ªa hacer el amor si no estaba enamorada. Aunque fuese s¨®lo el tiempo del encuentro.
R. Qu¨¦ suerte. A m¨ª enamorarme me lleva mucho tiempo. Y entre medias, espero a que llegue alguien. Es que no soy bueno con las conversaciones de ascensor, ?sabes? Si me gusta alguien, no me he equivocado.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.