Alain Servais: ¡°El mundo del arte es un gran teatro¡±
Llegado del mundo de las finanzas, ¨¦l es la ¡°performance¡± m¨¢s importante de su colecci¨®n
Del talento, el sentido cr¨ªtico, la velocidad mental y la corrosividad de Alain Servais cualquiera pueda aprender leyendo su curr¨ªculum, sus declaraciones o la obra que ha conseguido reunir y que, en definitiva, es su propia obra. Pero no hay nada que lo defina mejor que el ¨¢ngulo que respecto de la realidad ofrece en un cara a cara como el que EL PA?S mantuvo con ¨¦l recientemente en una nueva entrega, la vigesimos¨¦ptima de los Encuentros con los grandes mecenas.
¡°Tarde o temprano, la mayor¨ªa de los coleccionistas se dan cuenta de que compartir el arte es una parte indisociable de poseerlo¡±, asegura Servais para iluminar un aspecto probablemente insospechado de la mayor¨ªa de quienes ordenan el mercado del arte desde la actividad privada. De ah¨ª que no nos llame la atenci¨®n que comparta con el p¨²blico su excepcional colecci¨®n.
S¨ª puede llamar la atenci¨®n, pese a que ¨¦l se ocupa de aclarar que su intenci¨®n es ¡°no ofender a nadie¡±, la particular visi¨®n del mundo del arte ¡±infectado por el dinero¡± que tiene este hombre nacido en Bruselas y especializado en la banca de inversi¨®n. Servais no reh¨²ye la controversia y evita como un mantra la correcci¨®n pol¨ªtica. Y lo hace desde el origen mismo de una colecci¨®n que no tiene lugar para el dibujo ni para la pintura.
Sin antecedentes
¡°No ten¨ªa¡±, comenta en di¨¢logo con este diario, ¡°antecedentes de inter¨¦s o conocimiento de arte en mi familia. Yo mismo soy un hombre de Wall Street, de las finanzas, con otro tipo de formaci¨®n. Primero me interes¨¦ por el arte como un modo de distracci¨®n, y poco a poco fui visitando m¨¢s museos. As¨ª la atracci¨®n creci¨® y, gracias a un amigo, fui conociendo a los grandes artistas de nuestro tiempo, por ejemplo a Frank Stella, antes de empezar a coleccionar. Esto me sirvi¨® para captar algo en lo que creo profundamente, y es que el mundo del arte es un gran teatro. Parece real, pero es una representaci¨®n. Y como soy muy anal¨ªtico, me comenc¨¦ a preguntar qu¨¦ es y qu¨¦ significa el arte, una pregunta que sigue siendo clave para m¨ª. La definici¨®n seg¨²n la cual el arte es lo que represente para cada artista no me bastaba. De manera que indagu¨¦ profundamente en este interrogante antes de formar mi colecci¨®n. Y con mi salario y la confianza que hab¨ªa acumulado, pens¨¦ que podr¨ªa adquirir unas dos piezas por a?o, las primeras de las cuales fueron dos fotograf¨ªas de Nan Golding y de Andr¨¦s Serrano¡±. Y agrega: ¡°Para m¨ª, la originalidad nunca fue un inconveniente. Me interesan m¨¢s las ideas que el hecho de que la obra que tengo sea ¨²nica¡±.
Su visi¨®n del mundo es singular. ¡°En el mismo edificio que un amigo viv¨ªa el dealer Timothy Baum, y recuerdo que en una muestra surrealista en el Museo Metropolitan de New York vi una impactante fotograf¨ªa de Hans Bellmer que ¨¦l vend¨ªa a 10.000 d¨®lares, y que acab¨¦ por comprar. Con el tiempo, uno entiende que la diferencia entre una muestra de un museo, de una feria o de una galer¨ªa es inexistente. Y con mi evoluci¨®n, muy unida a la ayuda que me dieron mis mentores, y a consejos muy claros ¡ª¡±compra siempre la obra m¨¢s fuerte del artista que te gusta¡±¡ª, fui evolucionando. Y aprend¨ª r¨¢pido. El arte me dio introspecci¨®n, porque entender la disciplina me ayud¨® a comprenderme a m¨ª mismo y a abrir puertas hacia dimensiones y disciplinas desconocidas¡±.
Como parte de esa evoluci¨®n, Alain incluso se arriesg¨® a coleccionar cosas que lo incomodaban, sabiendo que su conjunto de obras solo pod¨ªa juzgarse con la perspectiva que da el mediano plazo: ¡°?Por qu¨¦ Caravaggio, El Greco, los impresionistas y Robert Whitman son importantes? A mi juicio, porque se supieron relacionar adecuada y hondamente con la ¨¦poca en que produjeron su trabajo. Sin embargo, nunca me tent¨¦ con la idea de comprar cosas del pasado u obras de grandes maestros, porque quiero entender mi tiempo. Y para ello el di¨¢logo que los artistas actuales establecen con la contemporaneidad es fundamental¡±.
¡°Yo proceso informaci¨®n y la transformo en consejos respecto a decisiones financieras. Y no veo mi trabajo en la banca de inversi¨®n, que disfruto cada d¨ªa, tan lejano al mundo del arte, donde, pese a que he aprendido mucho, nunca he querido ganar dinero. Eso lo reservo para el mundo financiero, que en cierto modo es m¨¢s transparente¡±, afirma provocativo y entre risas. De todos modos, Servais asegura que el arte establece puentes entre universos distintos. Acaso por ello tenga tanta pasi¨®n por coleccionarlo, por explicarlo, por entenderlo y ¨Cun detalle nada menor¡ª por compartirlo.
Nunca me tent¨¦ con la idea de comprar cosas del pasado u obras de grandes maestros, porque quiero entender mi tiempo
Cuando habla de compartir, recalca que la suya no solo es una colecci¨®n de excelencia sino, sobre todo, ¡°m¨¢s global que ninguna¡± y se considera su guardi¨¢n. No lo dice desde la soberbia, sino desde el orgullo de quien abraza la heterogeneidad, precisamente para buscar esos puentes que tanto lo sensibilizan. ¡°?C¨®mo podemos hacer que la gente se comunique en un mundo donde los mismos hechos son retratados de maneras tan distintas en canales de televisi¨®n opuestos? Establecer un di¨¢logo civilizado ha sido clave¡±, remata.
Pero ?c¨®mo determina ¨¦l, cuando ya ha dejado una huella tan fuerte Duchamp, que algo es arte? ¡°Siempre he cre¨ªdo que, si uno entiende las teor¨ªas, no es necesario aplicarlas al mundo pr¨¢ctico. Por eso qu¨¦ es el arte es la pregunta que me obsesiona. Y tengo 30 p¨¢ginas con definiciones que me gustan. No hay una sola. Pero aquella seg¨²n la cual ¡°el arte es un lenguaje que te abre el coraz¨®n hacia otro¡± me sigue identificando¡±, se?ala.
Y a?ade: ¡°Yo no veo una pieza de Pollock como un cuadro, sino por el proceso que implic¨®, por el contexto geopol¨ªtico en que se concibi¨® y por la historia alrededor de la cual fue pintado. Sin la Guerra Fr¨ªa, creo que Pollock ser¨ªa inentendible. Pero adem¨¢s creo en la sensibilidad y en la sensualidad del arte. Necesito verlas y sentirlas¡±. Tal vez por eso su heterodoxa y racional colecci¨®n sea tan aut¨¦ntica. ¡°Una cosa es tener una colecci¨®n, y otra es juntar bienes de lujo que pertenecen al mercado del arte¡±, opina.
?C¨®mo podemos hacer que la gente se comunique en un mundo donde los mismos hechos son retratados de maneras tan distintas en canales de televisi¨®n opuestos?
Sin embargo ¡ª y mientras comenta c¨®mo le llama la atenci¨®n la contradicci¨®n entre artistas que ¡°necesitan dinero para sobrevivir pero quieren destrozar el capitalismo¡±¡ª Servais a¨²n no ha contestado algo clave: qu¨¦ importancia le asigna al mercado m¨¢s all¨¢ de su inter¨¦s respecto al dinero, y por qu¨¦ la pintura sigue sin formar parte de sus pasiones.
¡°El mercado no me interesa ni tiene la menor importancia para m¨ª. Y cuando compro arte, intento tener una mirada lo m¨¢s cercana posible a la sensibilidad local del lugar al que pertenezca el artista. No me coloco, ni aun cuando adquiero una pieza que es importante para una naci¨®n como M¨¦xico, en el lugar del colonizador. La pintura se est¨¢ desvaneciendo, y honestamente vale m¨¢s dinero que lo que a m¨ª me interesa¡±, responde, tajante y con un deje de sarcasmo en el rostro. Sin embargo, estando en M¨¦xico ¨Cdonde viaja tres veces por a?o¡ª adquiri¨® la pintura La Revoluci¨®n de Fabian Chairez, obra que desato una tormenta de controversia por el estilo irreverente en que se retrata la masculinidad del m¨ªtico l¨ªder revolucionario Emiliano Zapata. Y agrega ¡°Esta no es una pintura, es un evento¡±.
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