Pablo Larra¨ªn: ¡°El misterio que envolv¨ªa a Lady Di es seductor¡±
El cineasta chileno estrena ¡®Spencer¡¯, en la que Kristen Stewart encarna a una Diana de Gales sumergida en un estado de terror del que saldr¨¢ decidiendo su divorcio de Carlos de Inglaterra

En los encuadres del cine de Pablo Larra¨ªn (Santiago de Chile, 45 a?os) siempre sopla un viento g¨¦lido. Cala los huesos y el alma del espectador, atraviesa las estancias vac¨ªas de la Casa Blanca de Jackie (2016), de los burdeles a los que se asoma el poeta laureado de Neruda (2016), de la casa en la que residen los curas pederastas de El club (2015), afecta a las relaciones que se describen en Ema (2019) o a la campa?a electoral mostrada en No (2012) y, por supuesto, entra en la funeraria de Post Mortem (2010) y en las actividades antipinochetistas de los protagonistas de Tony Manero (2008). Esa frialdad convierte casi en fantasmas a los miembros de la casa real brit¨¢nica, que aparecen como espectros que demandan pleites¨ªa a Diana de Gales, Lady Di, en unas vacaciones navide?as. Esos tres d¨ªas de terror y empoderamiento cimentan Spencer, el nuevo drama de Larra¨ªn, que se estrena el viernes que viene, y donde Kristen Stewart ¡ªpor sus elecciones, una de las actrices m¨¢s inteligentes del momento¡ª encarna a la princesa que vivi¨® el divorcio m¨¢s sonado del siglo XX.
Larra¨ªn enciende el ordenador en la suite de un hotel londinense donde afronta la promoci¨®n europea de su filme. Tras el estreno mundial del drama en el festival de Venecia, al que acompa?aron buenas cr¨ªticas, reconoce que la campa?a ¡°est¨¢ siendo intensa, pero va bien¡±. Sentado en un sof¨¢ tapizado con una tela rayada, comienza la charla: ¡°Estar aqu¨ª le da un extra a esta pel¨ªcula. Los brit¨¢nicos la ven de otra manera, obviamente. Tambi¨¦n creo que a ellos, que est¨¢n muy acostumbrados a contar historias de sociedades que no son la suya, les parece interesante que alguien de fuera aborde temas muy cercanos a ellos. Me preguntan si la pel¨ªcula va a causar controversia. Hay elementos... tal vez peligrosos¡±.

Spencer, un proyecto nacido de la mano de Larra¨ªn ¡ªquien encarg¨® a Stephen Knight (Promesas de este, Peaky Blinders) el guion¡ª, se rod¨® en Alemania de forma muy r¨¢pida, ¡°con solo dos o tres tomas por plano¡±, cuenta el cineasta. ¡°Me sent¨ª muy c¨®modo¡±, incide. Y con Stewart pegada a la c¨¢mara. ¡°Fue curioso. El material, delicado, impon¨ªa. Siempre sent¨ª que Kristen era inquebrantable, s¨®lida, muy segura tras una larga preparaci¨®n, y eso nos dio seguridad al resto del equipo. Cuando en Venecia cont¨¦ esto, ella me respondi¨®: ¡®?No, yo estaba aterrada! Pero te vi a ti seguro y me aferr¨¦ a ello¡¯. En fin, vimos en el otro lo mismo, cuando est¨¢bamos asustados¡±.
Lady Di llega sola a Sandringham, el palacio en el que pasa las navidades la familia real brit¨¢nica, y que la princesa, que naci¨® y se crio a poca distancia de esa finca, odiaba con todas sus fuerzas. El desembarco de criados, cocineros, ingredientes para los banquetes, vestidos y lacayos es retratado como si fuera una operaci¨®n militar. No se concreta una fecha (por la edad de Guillermo y Enrique, podr¨ªa ser 1992), pero s¨ª una sensaci¨®n: Lady Di se ahoga en esas arenas movedizas y o toma una decisi¨®n dr¨¢stica o ser¨¢ fagocitada por la infelicidad. En muy pocas secuencias se ve a un grupo de personas: la mayor parte de cada jornada Diana Spencer recorre habitaciones y salones como si protagonizara Otra vuelta de tuerca, de Henry James.

Lo m¨¢s fascinante de Lady Di, advierte el cineasta, es que millones de personas sintieron una enorme empat¨ªa por ella, cuando pocos la conoc¨ªan y a¨²n muchos menos sab¨ªan el infierno en que se derret¨ªa su matrimonio con Carlos de Inglaterra. ¡°Tras casi dos a?os de investigaci¨®n, me di cuenta de que cuanto m¨¢s informaci¨®n ten¨ªa, menos sab¨ªa¡±, reflexiona. ¡°El misterio que envolv¨ªa a Diana es seductor. Es una paradoja que aumenta el inter¨¦s cuanto m¨¢s incomprensible es. Para el cine, eso es valioso: los espectadores tienen una imagen previa de Diana y tras ver la pel¨ªcula cada uno crea su versi¨®n. Spencer deviene en un disfrute privado en que el p¨²blico aporta su autobiograf¨ªa. Una maravillosa interrelaci¨®n¡±. ?Un cuento de hadas al rev¨¦s? ¡°Al menos el tradicional es vapuleado. La narrativa de conocer a un pr¨ªncipe azul y casarse con ¨¦l no incluye que la princesa diga: ¡®?Sabes qu¨¦? No aguanto m¨¢s y me voy¡¯. Diana coge a sus hijos y se larga. Solo as¨ª podr¨¢ tener su identidad propia¡±. Por eso la pel¨ªcula arranca ¡°con una brutal crisis psicol¨®gica que atraviesa un estado de p¨¢nico, que deviene en terror psicol¨®gico y finaliza en un proceso de sanaci¨®n¡±.
Siempre sent¨ª que Kristen Stewart era inquebrantable, s¨®lida, y eso nos dio seguridad al resto del equipo. Cuando en el festival de Venecia cont¨¦ esto, ella me respondi¨®: ¡®?No, yo estaba aterrada!¡±
De ah¨ª que Spencer recuerde a El exorcista o a La semilla del diablo, al terror cinematogr¨¢fico de los a?os setenta. ¡°El espacio tiene un rol muy relevante, como en esas obras, y la familia est¨¢ tan lejos que produce un efecto inverso de agobio¡±, analiza. ¡°La presi¨®n que soporta Diana recuerda a la de la protagonista de La posesi¨®n, de Andrzej Zulawski. El p¨¢nico nace de la proximidad, no de la distancia. D¨¦jame acotar que no es una pel¨ªcula de g¨¦nero, no es El resplandor. Aqu¨ª el personaje tiene una crisis interna que se suma a lo que le rodea: es una ficci¨®n basada en dos formas de p¨¢nico¡±.
Una estructura de 1.200 a?os
La estructura que rodea a la princesa tiene m¨¢s de 1.200 a?os ¡°atrapada en la historia y la tradici¨®n¡±. Y aqu¨ª el cine de Larra¨ªn entra a machete: ¡°Las personas tanto de la familia real como de la servidumbre entran y salen; los rituales permanecen, repiti¨¦ndose durante siglos hasta el absurdo. Y ese absurdo lo puedes tratar de manera reverencial, como la serie The Crown, o llevarlo al humor, como en Barry Lyndon, o desde el p¨¢nico, que es lo que intentamos hacer¡±. Como se escucha en Spencer: ¡°Nadie est¨¢ por encima de la tradici¨®n¡±, y en cada generaci¨®n hay un elemento discordante que choca contra esa losa: el duque de Windsor, Lady Di, Enrique... ¡°Es tambi¨¦n una pel¨ªcula sobre la maternidad, y Diana avisa a sus hijos: ¡®En este lugar el pasado y el presente son la misma cosa, y el futuro no existe¡±, remata el director. ¡°El tiempo en este microcosmos es irrelevante. Alguien como Ana Bolena, decapitada 500 a?os antes, tiene en algunos de sus elementos similitud con la realidad de Diana. He rodado casi un ejercicio mitol¨®gico¡±.
Ahora Larra¨ªn se encuentra en su pa¨ªs natal, atento a las elecciones presidenciales que se celebrar¨¢n el 21 de noviembre. Desde Londres anunciaba: ¡°Se vienen tiempos interesantes, en mitad de un proceso dif¨ªcil aunque bonito. Quiero estar all¨ª cuando Gabriel Boric sea presidente. Ese hombre tiene dentro de s¨ª la esperanza de muchos. Siempre he votado, pero por primera vez lo hago con alegr¨ªa y convicci¨®n. Por fin, alguien nos entiende, y quiero filmar ese proceso¡±.
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