Los tatuajes buscan su hueco en la historia del arte

Cuando la tripulaci¨®n europea del capit¨¢n James Cook surcaba el Pac¨ªfico, durante el siglo XVIII, se qued¨® prendada de los tatuajes de los ind¨ªgenas que encontraron a lo largo de su traves¨ªa. De su lengua tomaron la palabra tatau, que en samoano significa ¡°herida abierta¡± ¡ªpor el m¨¦todo con el que aplicaban las plantillas de los dise?os sobre la piel¡ª, t¨¦rmino que al espa?ol lleg¨® a trav¨¦s del franc¨¦s tatouage. Desde entonces, esta pr¨¢ctica de m¨¢s de 5.000 a?os de antig¨¹edad se ha extendido por las distintas culturas del mundo hasta convertirse en la t¨¦cnica que se aplica hoy. Pero tambi¨¦n ha cambiado el significado de los tatuajes, que han pasado de ser un s¨ªmbolo colectivo y de pertenencia a un grupo a otro m¨¢s individual y personalizado. Toda esta evoluci¨®n la recoge la exposici¨®n Tattoo. Arte bajo la piel, la mayor organizada hasta la fecha en lo referido a este arte. Se puede visitar en CaixaForum de Madrid hasta el 17 de abril. Despu¨¦s la muestra emprender¨¢ una gira de cuatro a?os por el resto de los centros de esta entidad en Espa?a.

La muestra re¨²ne m¨¢s de 240 obras hist¨®ricas y contempor¨¢neas entre pinturas, dibujos, fotograf¨ªas, libros, figuras y herramientas para tatuar. Adem¨¢s, se exhibe una veintena de prototipos de cuerpos hiperrealistas, modelados en silicona, tatuados con tinta por artistas como el venezolano Jee Sayalero o la espa?ola Laura Juan, cuya obra se inspira en el aislamiento social provocado por la pandemia. En la presentaci¨®n del proyecto este jueves, Emmanuel Kasarh¨¦rou, presidente del Mus¨¦e du Quai Branly de Par¨ªs, donde naci¨® la exposici¨®n en 2014, ha explicado que con ella se pretende ¡°rendir homenaje a este trabajo bastante mal conocido en los museos, y que existe de una manera muy perif¨¦rica, para darle una consistencia y el valor que tiene¡±.

Aunque los Rolling Stones ya invitaban a ello en los a?os ochenta con su disco Tattoo You ¡ªtat¨²ate, en espa?ol¡ª, el tatuaje empez¨® siendo una pr¨¢ctica marginal. Durante siglos ha desempe?ado una funci¨®n discriminadora y, lejos de ser algo art¨ªstico, se utilizaba como marca de deshonra y sometimiento, o de p¨¦rdida de identidad propia. Un arte perif¨¦rico que ha evolucionado hasta llegar al mundo del glamur y la moda.

Seg¨²n un estudio de la Uni¨®n Europea, en 2016 se calculaba que un 12% de los ciudadanos europeos presentaban uno o m¨¢s tatuajes, lo que corresponde a 60 millones de personas. Una cifra que ha aumentado y que sigue distanci¨¢ndose del 5% que se registraba en el a?o 2002. Hoy la popularidad del tatuaje se ha extendido hasta el punto de que uno de cada dos mileniales lleva algo de tinta en su piel.

Para Anne Richard, comisaria de la exposici¨®n y fundadora de la revista cultural HEY!, el dato no es una sorpresa y cada vez ir¨¢ a m¨¢s, ¡°porque el tatuaje es algo eterno, m¨¢s fuerte que nosotros, y no morir¨¢¡±. Sin embargo, antes de que existiera Tattoo. Arte bajo la piel, Richard echaba en falta que se ampliaran las ¨¢reas de estudio del tatuaje: ¡°El ¨¢mbito universitario hab¨ªa priorizado el valor etnol¨®gico o antropol¨®gico del tatuaje en lugar de explorar su vertiente sociol¨®gica y sus distintos significados psicol¨®gicos. Y a¨²n quedaba por abordar el terreno art¨ªstico. Con ese principio, para la exposici¨®n propusimos apartarnos de la estricta observaci¨®n cient¨ªfica para desarrollar un planteamiento art¨ªstico y su expresi¨®n viviente¡±.

Historias en forma de tinta

El recorrido de la exposici¨®n, con cinco paradas diferenciadas, ense?a c¨®mo el tatuaje se ha extendido por culturas de todos los continentes y qu¨¦ usos y aplicaciones ha tenido en cada lugar. La primera parada va desde la Polinesia que descubri¨® Cook hasta el espect¨¢culo estadounidense conocido como sideshow, que empieza a desarrollarse en 1840 y exhib¨ªa a personas tatuadas en los circos, compartiendo espacio con tragasables o mujeres barbudas.

La siguiente estaci¨®n en el itinerario pasa por la m¨¢quina de tatuar el¨¦ctrica, inventada en 1891 por Samuel O¡¯Reilly, y por el intercambio de t¨¦cnicas entre estadounidenses y japoneses, que cruzaban el Pac¨ªfico para compartir sus secretos. Tambi¨¦n se subraya la fundaci¨®n del primer club de tatuajes, inaugurado en el 1953, en la ciudad brit¨¢nica de Bristol. M¨¢s historia tiene ?tzi, la momia de los Alpes, con 4.500 a?os de antig¨¹edad, considerada la prueba m¨¢s antigua de la pr¨¢ctica del tatuaje.

La exposici¨®n no se olvida de los artistas y pone el foco sobre aquellos que de alguna manera han transformado el tatuaje, como el suizo Felix Leu (1945-2002), quien rechaz¨® las distinciones entre arte acad¨¦mico y arte popular para ensalzar esta pr¨¢ctica, o Sutherland MacDonald (1850-1937), conocido como ¡°el Miguel ?ngel del tatuaje¡±. Otra de las destacadas es la filipina Whang-od Oggay, de 104 a?os, considerada la tatuadora m¨¢s anciana del mundo y la ¨²ltima maestra que encarna el legado de la tribu kalinga, en Filipinas, a trav¨¦s de sus dise?os.