La f¨¢bula moral del h¨¦roe Sigfrido llega a su fin en el Teatro Real
¡®El ocaso de los dioses¡¯ cierra la tetralog¨ªa de Wagner, ¡®El anillo del nibelungo¡¯, representada en cuatro temporadas sucesivas
Se despide el h¨¦roe Sigfrido y la humanidad se sumerge en un declive irreversible. Es El ocaso de los dioses la obra m¨¢s oscura y tr¨¢gica de la tetralog¨ªa creada por Richard Wagner, El anillo del nibelungo. Es, quiz¨¢s tambi¨¦n, la m¨¢s intensa e inquietante, pero, al mismo tiempo, la m¨¢s esperanzadora, en la que se atisba un renacimiento. Con El ocaso de los dioses, el Teatro Real de Madrid pone fin a las representaciones de la obra magna de Wagner que, durante cuatro temporadas sucesivas, se ha podido ver en su escenario, de la mano de Robert Carsen, como director de escena, y Pablo Heras-Casado, como director musical. ¡°Sin duda, este ¡®anillo¡¯ es el proyecto m¨¢s importante de mi vida hasta el momento¡±, ha asegurado Pablo Heras-Casado este mi¨¦rcoles durante la presentaci¨®n del estreno que pone fin a esta odisea musical, con la agravante de las turbulencias provocadas por la pandemia del covid.
La realidad es que, estos d¨ªas, en el Real se respira felicidad por la culminaci¨®n de esta gran aventura de este montaje m¨ªtico que estren¨® Robert Carsen en 2000 en Colonia (Alemania) y que ha viajado por distintos escenarios del mundo entero, entre ellos el Liceu de Barcelona en 2016. ¡°A pesar de los retos inimaginables que tiene ya de por s¨ª esta ¨®pera inmensa de Wagner, el destino nos ha puesto alg¨²n reto m¨¢s, como es el de la pandemia. Ha sido un viaje fascinante, un honor participar en la realizaci¨®n de esta obra ¨¦pica, que se asemeja a una gran utop¨ªa¡±, ha a?adido Heras-Casado, que se ha deshecho en halagos a la orquesta y al mismo reparto, que ha acompa?ado este montaje desde sus inicios.
Ser¨¢n nueve las funciones que se representen en el Real desde el pr¨®ximo d¨ªa 26 y el 27 de febrero. Todo es a lo grande en la que est¨¢ considerada la m¨¢s extensa y brillante historia unitaria en el universo de la ¨®pera y una colosal partitura, escrita y compuesta por Wagner (Leipzig, 1813 - Venecia, 1883) a lo largo de 25 a?os. 11 solistas, 115 m¨²sicos, 62 miembros del coro y 17 actores figurantes conforman el equipo art¨ªstico del montaje de El ocaso de los dioses, curiosamente la primera de las cuatro ¨®peras que forman El anillo del nibelungo (El oro del Rin, La valquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses). La orquesta, como ya sucediera en la pasada temporada con Sigfrido, ocupar¨¢ el foso y ocho palcos, a ambos lados del escenario, para mantener la distancia de seguridad sanitaria por la pandemia. Debido a la larga duraci¨®n de esta obra, cinco horas y media, las funciones dar¨¢n comienzo a las 18.30 horas, excepto los domingos que empezar¨¢n a las 17 horas. Ya se han puesto a la venta 1.500 entradas dirigidas a los j¨®venes a un precio de entre 25 a 35 euros. La obra cuenta, en sus papeles principales, entre otros, con las voces de Andreas Schager (Sigfrido) o Ricarda Merbeth (Brunilda).
La met¨¢fora ecol¨®gica y la destrucci¨®n de la naturaleza utilizada por Wagner, en forma de cr¨ªtica a la revoluci¨®n industrial del siglo XIX, no ha hecho m¨¢s que crecer desde entonces y, m¨¢s, desde el montaje que estren¨® en Colonia el director de escena canadiense Robert Carsen. ¡°Nuestro punto de partida en el estreno del a?o 2000 fue ese punto de cat¨¢strofe ecol¨®gica que se respira en El anillo del nibelungo. Es verdad que es una obra que tiene mil lecturas posibles y, finalmente, es la experiencia y la lectura personal lo ¨²nico que sirve. Cada uno tiene la suya propia. Por desgracia tengo que reconocer que es cada vez m¨¢s pertinente la denuncia del desastre ambiental en el mundo, algo que hace 20 a?os no lo ve¨ªa as¨ª de ninguna manera¡±, ha explicado Carsen, un artista empecinado en denunciar el peligro de destrucci¨®n que amenaza la naturaleza y el planeta. ¡°El mensaje final de El ocaso de los dioses nos habla de renacimiento y de esperanza¡±, se congratula Carsen, para quien la pandemia puede ser el resultado del comportamiento de la humanidad en un planeta que ¡°ya est¨¢ al borde de sus posibilidades, en esta carrera irresponsable del ser humano¡±. ¡°Lo que estamos haciendo a este planeta nos lleva irremediablemente al desastre, ser¨¢ la destrucci¨®n del ser humano. Es muy triste¡±, se lament¨® el director de escena.
Un montaje tan ¨¦pico, que se estren¨® en Colonia en d¨ªas consecutivos, no puede menos que provocar cambios en sus creadores. ¡°Ahora ser¨ªa incapaz de hacerlo. La idea de representarlo en temporadas consecutivas, que se inici¨® en Venecia, fue definitiva. Con el paso del tiempo uno va cambiando y m¨¢s con las continuas revisitas a la misma obra. Nos hemos ido adaptando a los distintos cantantes y, tambi¨¦n, a los maestros que han estado al frente de las orquestas, con sus diferentes lecturas y sus enfoques. Wagner, en esta obra, nos enfrenta a la eterna pregunta de quienes somos, por qu¨¦ estamos aqu¨ª y hacia d¨®nde vamos, rebuscando en nuestro interior¡±, a?ade Carsen, que continuar¨¢ su colaboraci¨®n con Heras-Casado con un Don Giovanni, que estrenar¨¢n pr¨®ximamente en el Teatro de la Scala de Mil¨¢n.
Tambi¨¦n el m¨²sico espa?ol reconoce cambios tras la culminaci¨®n de esta odisea. ¡°Son preguntas que me hago yo mismo. Ha sido un ciclo largo que se cumple ahora y, aunque es complicado, hacer un an¨¢lisis fr¨ªo y racional sobre lo que te cambia, lo que puedo asegurar, sin ninguna duda, es que Wagner, un creador radical y revolucionario, me ha hecho crecer a nivel personal y profesional, hacia fuera y hacia dentro. No s¨¦ con qu¨¦ he convivido m¨¢s tiempo si con la m¨²sica o con el libreto. Lo que est¨¢ claro es que para m¨ª ha sido esencial conocer la profundidad de lectura de este poema¡±, asegura Heras-Casado, que confiesa estar viviendo una sensaci¨®n de ¡°serenidad, satisfacci¨®n e intensidad¡±. ¡°Wagner nos invita con esta obra a la fluidez, la transparencia y al ritmo dram¨¢tico, m¨¢s all¨¢ del gozo de la grandilocuencia. Esta ha sido para m¨ª la esencia del acercamiento a esta m¨²sica¡±, finaliza el m¨²sico granadino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.