Carmen Thyssen, la baronesa que gan¨® el pulso a 10 ministros de Cultura
La firma este mi¨¦rcoles del acuerdo de alquiler de la colecci¨®n de la baronesa cierra m¨¢s de dos d¨¦cadas de tortuosas negociaciones y trae de vuelta a Espa?a ¡®Mata Mua¡¯ de Gauguin tras dos a?os oculto en un b¨²nker en Andorra
Negociar un contrato de alquiler es muchas veces una complicada tarea que se alarga seg¨²n lo picajosas que sean las partes. Si lo que se va a arrendar es una colecci¨®n de arte de indiscutible valor con m¨²ltiples intereses cruzados y cambiantes, la operaci¨®n puede acabar con los nervios del m¨¢s templado. En el caso del documento que este mi¨¦rcoles suscriben formalmente la baronesa Carmen Thyssen y el ministro Miquel Iceta, las complicaciones se han extendido durante 22 a?os. Han afectado a 10 responsables de Cultura (incluido M¨¤xim Huerta, que ejerci¨® solo una semana), un batall¨®n de equipos jur¨ªdicos por ambas partes y, cabe suponer, una infinita paciencia por parte del personal del museo. El contrato garantizar¨¢ una cierta tranquilidad durante los pr¨®ximos 15 a?os, durante los cuales el Estado pagar¨¢ 6,5 millones de euros anuales con derecho de compra preferente, una suma que se descontar¨ªa de la venta. La baronesa, que en abril cumple 79 a?os, ha recordado que la ejecuci¨®n de esa parte final del contrato seguramente corresponder¨¢ a sus herederos: su hijo biol¨®gico Borja Thyssen, de 41 a?os, y las mellizas adoptadas, Carmen y Sabina, de 15 a?os.
Toda esta historia empieza en 1999 con Mariano Rajoy como ministro de Cultura y Miguel ?ngel Cort¨¦s como secretario de Estado. Carmen Thyssen pacta con ellos ceder su colecci¨®n personal al Thyssen de manera gratuita durante 10 a?os y luego ya se ver¨¢. Las partes consiguen firmar un protocolo que afecta a 655 obras. Hay que recordar que esta transacci¨®n nada tiene que ver con la colecci¨®n de 775 piezas que el Estado espa?ol compr¨® a Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza en 1993 por 350 millones de d¨®lares (327 millones de euros al cambio actual). Fue esta una operaci¨®n por la que varios pa¨ªses pugnaron, pero que gracias a la baronesa el Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez logr¨® que se quedara en Madrid.
La colecci¨®n privada de la baronesa procede en su mayor parte de la herencia de su esposo, Heinrich Thyssen, cuyos bienes estaban a nombre de trusts o empresas con sede en el extranjero. Se centra principalmente en los siglos XIX y XX y tiene tres ejes prioritarios: pintura espa?ola, pintura norteamericana y pintura europea, en la que destacan movimientos casi ausentes en Espa?a como el impresionismo, el posimpresionismo y el expresionismo. La valoraci¨®n econ¨®mica del conjunto de obras es una inc¨®gnita porque el mercado es muy cambiante y porque, junto a obras maestras indiscutibles y cotizad¨ªsimas, hay otras que no disfrutan de la misma estimaci¨®n. La ¨²ltima cifra facilitada por la baronesa a este peri¨®dico es 1.700 millones de euros, una cantidad que seg¨²n ella figurar¨¢ en la garant¨ªa del Estado para toda su colecci¨®n.
Hechas las precisiones sobre el contenido, hay que recordar que la pretensi¨®n de la baronesa sobre vender o alquilar no ha sido siempre la misma. A la vez que negociaba la situaci¨®n del n¨²cleo duro de su colecci¨®n en Madrid, ha extendido su firma en otros tres museos: el Thyssen de M¨¢laga en 2011, que alberga en su mayor¨ªa pintura andaluza; el Espai Carmen Thyssen en San Feliu de Guixols (Gerona) en 2013, y el Museo Carmen Thyssen de Andorra en 2017.
En 2004, el Thyssen inaugur¨® un ala nueva para exhibir en las mejores condiciones la colecci¨®n de Carmen Cervera en unas nuevas galer¨ªas en las que se crearon espacios para oficinas, talleres, almacenes y exposiciones temporales. El Gobierno gast¨® alrededor de 40 millones de euros. En 2011, concluida la d¨¦cada de dep¨®sito gratuito, Cultura ofreci¨® comprar la colecci¨®n, pero ni siquiera se lleg¨® a hablar de cifras, porque la propietaria prefiri¨®, de momento, seguir depositando su colecci¨®n por periodos anuales.
Mientras, los ministros de Cultura se iban sucediendo. Rajoy dej¨® el acuerdo sin amarrar. Pilar del Castillo intent¨®, sin ¨¦xito, poner orden en la salida y entrada de las obras. Carmen Calvo exhibi¨® un gran entendimiento montadas ambas en un borrico de paseo por el campo cordob¨¦s. C¨¦sar Antonio Molina intent¨® que el Gobierno se plegara a las peticiones de la arist¨®crata. Con ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde saltaron chispas, porque lo que acordaba por la ma?ana se deshac¨ªa sin aviso por la tarde. Tampoco hubo qu¨ªmica con Jos¨¦ Ignacio Wert, aunque puede que la mayor tensi¨®n se produjera con ??igo M¨¦ndez de Vigo. En febrero de 2017, Carmen Cervera declar¨® que en su ¨¢nimo no estaba ni vender ni alquilar su colecci¨®n y amenaz¨® con llev¨¢rsela fuera de Espa?a. Ten¨ªa otro tipo de exigencias, como disponer anualmente de unas 60 obras para poder realizar exposiciones dentro y fuera de Espa?a.
Ya por entonces hab¨ªa vendido varios cuadros. Entre ellos, La esclusa (The Lock), de John Constable, por 27,89 millones de euros, algo que sent¨® muy mal dentro y fuera del museo. Cervera, una de las fortunas m¨¢s potentes de Espa?a, aleg¨® falta de liquidez. El ¨®leo hab¨ªa sido adquirido por el bar¨®n Thyssen en 1990 en Sotheby¡¯s por casi 13 millones.
La baronesa incluy¨® en su lista de demandas una ¨²ltima exigencia dif¨ªcil de asumir: que cesara lo que ella entend¨ªa como una persecuci¨®n del ministro Montoro (Hacienda) sobre su hijo Borja, al que se le hab¨ªa abierto un nuevo procedimiento penal por sus deudas fiscales. El hijo de la baronesa se enfrentaba a una petici¨®n de tres a?os de c¨¢rcel por un presunto fraude de 630.000 euros, por fingir su residencia fuera de Espa?a. La pen¨²ltima baza de Cervera fue intentar que la cesi¨®n de la colecci¨®n fuera considerada como una daci¨®n en pago por los impuestos de sucesi¨®n de sus herederos, una oferta que Hacienda ni consider¨®.
El entendimiento volvi¨® con Jos¨¦ Guirao en el Ministerio de Cultura. Hombre pr¨®ximo a la entonces vicepresidenta Carmen Calvo, tuvo el firme convencimiento de llegar a un acuerdo. Pero la crisis de Gobierno que desemboc¨® en el relevo de Guirao por Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Uribes en enero de 2020 y, muy poco despu¨¦s, el estallido de la pandemia dificultaron el remate. Para mayor inri, y para tener el mango por la sart¨¦n, la baronesa orden¨® la salida de Mata Mua (?rase una vez, en lengua maor¨ª) de Gauguin en junio de 2020 y en un furg¨®n acondicionado puso rumbo al b¨²nker de Andorra en el que se dice que ha estado hasta este lunes 7 de febrero.
En ausencia de la joya de la corona, los abogados de la baronesa, Acebes y Michavilla, negociaron el arrendamiento con el pen¨²ltimo ministro de Cultura del Gobierno de Pedro S¨¢nchez, Rodr¨ªguez Uribes, en la residencia madrile?a de Cervera. En los t¨¦rminos escritos con may¨²sculas se dice que el Estado pagar¨¢ 6,5 millones de euros anuales durante 15 a?os. La letra peque?a del acuerdo se conocer¨¢ despu¨¦s de la ceremonia.
En la firma oficial del contrato con el que de momento se paraliza el culebr¨®n, Carmen Cervera tendr¨¢ enfrente a Miquel Iceta, un nuevo ministro de Cultura, barcelon¨¦s como ella, que recoger¨¢ el fruto de lo que otros han sufrido.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.