Paloma Bot¨ªn y el oscuro laberinto de los expolios arqueol¨®gicos
La revocaci¨®n de la imputaci¨®n a una de las hijas de Emilio Bot¨ªn y su esposo por la compra de una leona ¨ªbera robada pone al descubierto los vac¨ªos legales que rodean a la Ley de Patrimonio Hist¨®rico
La decisi¨®n de un juzgado de Barcelona de considerar estafados en lugar de investigados a Paloma Bot¨ªn, una de las hijas del banquero Emilio Bot¨ªn, y su esposo, Ricardo G¨®mez-Acebo, en un caso de tr¨¢fico ilegal de arte al entender que adquirieron ¡°de buena fe¡± a unos anticuarios una escultura de una leona ¨ªbera del siglo VI a. C. que, posteriormente, se supo que proced¨ªa de un robo en un yacimiento arqueol¨®gico entre las provincias de Ja¨¦n y C¨®rdoba, ha puesto al descubierto el dif¨ªcil y oscuro laberinto legal que acompa?a la resoluci¨®n de los expolios arqueol¨®gicos.
La investigaci¨®n de la Operaci¨®n Leona se inici¨® en 2017 y, dos a?os despu¨¦s, miembros de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Polic¨ªa Judicial detuvieron a dos vecinos de Adamuz (C¨®rdoba) por supuesta implicaci¨®n en el expolio. Pero fue en 2018 cuando se conoci¨® la dimensi¨®n real del caso, entonces la polic¨ªa culmin¨® la Operaci¨®n Harmakhis, dirigida por un juzgado de Barcelona y centrada en una presunta red de tr¨¢fico de obras de arte expoliadas en Libia y que serv¨ªa, seg¨²n los investigadores, para financiar a terroristas del Estado Isl¨¢mico.
En esta operaci¨®n, que desemboc¨® en la detenci¨®n de un anticuario y un marchante de arte de Barcelona, la polic¨ªa encontr¨® datos y fotograf¨ªas de las piezas ¨ªberas que apuntaban a que la leona hab¨ªa sido comprada por Paloma Bot¨ªn y por su esposo, que la ten¨ªan en un dep¨®sito donde, supuestamente, la guardaban para restaurarla, lo que motiv¨® la imputaci¨®n inicial de la pareja. La causa judicial sigue abierta contra los anticuarios por un delito de blanqueo de capitales en la venta de esta escultura ¨ªbera y la incautaci¨®n de otras tres. De confirmarse que la venta de la leona era fraudulenta, la hija del banquero y su esposo podr¨ªan reclamar indemnizaciones a los traficantes de arte.
Los anticuarios detenidos esgrimieron un documento de compra de 1975, es decir, de 10 a?os antes de que se aprobara la Ley de Patrimonio Hist¨®rico Espa?ol, que proh¨ªbe vender los objetos art¨ªsticos o arqueol¨®gicos considerados de dominio p¨²blico. Sin embargo, los investigadores tienen dudas de la autenticidad de ese documento, puesto que en las im¨¢genes intervenidas en los m¨®viles de los implicados esa y otras esculturas aparec¨ªan cubiertas de tierra y polvo, lo que apunta a que hab¨ªan sido halladas recientemente y fotografiadas antes del proceso de restauraci¨®n.
Uno de los mayores obst¨¢culos en este tipo de operaciones es confirmar si las adquisiciones se realizaron con anterioridad a la Ley de Patrimonio, que es lo que suelen alegar los propietarios para defender la titularidad de su bien. Las comunidades aut¨®nomas tambi¨¦n tienen sus propias normas. En Andaluc¨ªa, el territorio donde se expoli¨® la leona, la Ley de Patrimonio Hist¨®rico de 2007 da un a?o para comunicar la tenencia de este tipo de bienes. Autom¨¢ticamente, todos los objetos que no se hubieran declarado en esos 12 meses son considerados de dominio p¨²blico.
¡°Todav¨ªa existe una sensaci¨®n de cierta impunidad entre los traficantes de obras de arte expoliadas, porque vemos con demasiada frecuencia c¨®mo los jueces acaban devolviendo las piezas a los supuestos infractores ante la dificultad para poder probar que se trata de obras de dominio p¨²blico¡±, asegura Arturo Ruiz, catedr¨¢tico de Prehistoria y que fue director desde su creaci¨®n del Centro Andaluz de Arqueolog¨ªa Ib¨¦rica (Ja¨¦n). A su juicio, esta situaci¨®n produce un ¡°sentimiento de frustraci¨®n¡± entre expertos y cient¨ªficos, al comprobar c¨®mo los traficantes de arte acaban benefici¨¢ndose de las lagunas legales para seguir en posesi¨®n de los bienes expoliados.
Cada a?o son numerosas las piezas que acaban en los museos de titularidad p¨²blica por la v¨ªa de los dep¨®sitos judiciales. ¡°En algunos casos se falla con la devoluci¨®n de las obras y en otros es cierto que las piezas acaban en un limbo¡±, se?ala la arque¨®loga Francisca Hornos, directora del Museo Provincial de Ja¨¦n, que admite ¡°el d¨¦ficit de personal¡± que tienen las Administraciones para perseguir este tipo de expolios.
Virgen con Ni?o Jes¨²s
La provincia de Ja¨¦n, con m¨¢s de 2.000 yacimientos arqueol¨®gicos, es uno de los territorios que sufren en mayor medida este tipo de robos y tambi¨¦n donde se producen m¨¢s incautaciones. Una de las ¨²ltimas llegadas al Museo Provincial fue la talla de una virgen con un Ni?o Jes¨²s datada en el siglo XIII y relacionada con la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Fue hallada en una operaci¨®n donde se intervinieron m¨¢s de 2.000 piezas procedentes de diferentes robos.
Los investigadores constataron que el poseedor de la talla presuntamente hab¨ªa incumplido lo marcado en la normativa vigente sobre obras de arte, que obliga a informar a las autoridades de Cultura con el fin de realizar los estudios de dataci¨®n, calificaci¨®n cultural y, muy especialmente, su protecci¨®n y, en su caso, restauraci¨®n y conservaci¨®n. Con anterioridad, en septiembre de 2020, la Polic¨ªa Nacional entreg¨® al Museo ?bero de Ja¨¦n ¨Del ¨²nico en Espa?a dedicado de forma tem¨¢tica a una cultura milenaria¨D una escultura de un le¨®n ¨ªbero-romano tallado en piedra procedente del expolio de una zona arqueol¨®gica. La pieza, intervenida en 2016, permanec¨ªa en dep¨®sito tras el juicio en el que fueron condenadas dos personas por un delito de receptaci¨®n.
¡°Si hay expolios es porque hay quien compra y porque hay un negocio detr¨¢s de todo esto¡±, expone Alfonso Ruiz, inspector de la UDEV de la comisar¨ªa de Ja¨¦n. Hasta hace unos a?os, el 75% de las actividades il¨ªcitas ten¨ªan que ver con el uso de detectores de metales en zonas arqueol¨®gicas y prospecciones ilegales. Sin embargo, el catedr¨¢tico de Prehistoria Arturo Ruiz llama la atenci¨®n sobre la mayor eficiencia de los infractores gracias a las tecnolog¨ªas cada vez m¨¢s avanzadas. De hecho, en los registros se han encontrado con aparatos muy sofisticados para las falsificaciones y productos para envejecer y acu?ar monedas. De ah¨ª que Ruiz abogue por una mayor formaci¨®n en la carrera judicial para abordar este tipo de expolios.
En la ¨²ltima memoria de la Fiscal¨ªa Superior del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, los delitos vinculados con los expolios arqueol¨®gicos no merecen ning¨²n apartado en solitario y quedan camuflados dentro de las estad¨ªsticas sobre delitos contra el medio ambiente y el patrimonio. Las referencias m¨¢s significativas, correspondientes a 2020, se localizan en la provincia de Huelva, donde los fiscales han comprobado que ¡°muchos de los yacimientos arqueol¨®gicos no reciben la adecuada vigilancia, protecci¨®n y puesta en valor, provocando episodios reiterados en el tiempo de da?os irreparables al acervo patrimonial de la provincia¡±.
¡°Estos delitos son una lacra¡±
La Fiscal¨ªa del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa (TSJA) tambi¨¦n alerta sobre un incremento en el uso de detectores de metales en yacimientos. ¡°Este tipo de delitos son una lacra, sobre todo en Andaluc¨ªa, Extremadura y Castilla y Le¨®n¡±, explica Juan Jos¨¦ ?guila, teniente responsable de la Unidad de Patrimonio Hist¨®rico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, sobre los robos cometidos por los denominados detectoristas o piteros. ¡°Empiezan como aficionados y luego van haciendo contactos con intermediarios que saben d¨®nde, c¨®mo y a qui¨¦n colocar las piezas encontradas¡±, explica.
Una vez que este tipo de objetos se localizan en el mercado es cuando comienza otra tarea de enorme complejidad para los investigadores: determinar si su procedencia es il¨ªcita o no. ¡°A veces llevan mucho tiempo en el mercado o es complicado seguir su rastro, porque han pertenecido a distintas familias¡±, indica el teniente de la UCO. Cada caso tiene sus particularidades y estas se complican si se detecta que las piezas sospechosas se encuentran en un museo extranjero o en el cat¨¢logo de subastas. ¡°Hay ocasiones en que los delitos han podido prescribir, pero se trata de patrimonio robado y entonces hay que intentar convencer al juez para que se reclame. Cuando est¨¢n fuera de Espa?a, adem¨¢s, empieza el calvario judicial para emitir las ¨®rdenes pertinentes al extranjero¡±, indica ?guila.
Tambi¨¦n hay modas en cuanto a los objetos de deseo de los ladrones de arte. En los a?os setenta eran los expolios de arte sacro, liderados por el c¨¦lebre Erik el Belga, lo que m¨¢s se persegu¨ªa. ¡°Hab¨ªa mucha demanda en el norte de Europa de este tipo de bienes, pero ahora lo que se lleva son los bienes sustra¨ªdos de yacimientos¡±, se?ala el responsable de la unidad de patrimonio hist¨®rico de la UCO. El reto en estos casos pasa por determinar si el objeto es robado o se trata de una falsificaci¨®n.
Con informaci¨®n de Eva Saiz.
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