Discursos que cambiaron la humanidad: de Jesucristo a Mandela, Hitler, Putin y Zelenski
El fil¨®logo Javier Alonso recoge y comenta en su ¨²ltimo libro 13 alegatos especialmente notorios y su puesta en escena
Volod¨ªmir Zelenski, presidente de Ucrania, es un gran comunicador y esas dotes para emocionar con su discurso, desde el coraz¨®n de la guerra, sin huir ni abandonar a su pueblo, le han dado la talla de h¨¦roe ante los suyos y tambi¨¦n ante audiencias y parlamentos de todo el planeta. ¡°Sabe manejar la comunicaci¨®n en las redes sociales con v¨ªdeos cortos y sint¨¦ticos, la puesta en escena, vestido con ropa de guerra, y con un mensaje que ha hecho que los suyos le adoren: ¡®Yo soy...
Volod¨ªmir Zelenski, presidente de Ucrania, es un gran comunicador y esas dotes para emocionar con su discurso, desde el coraz¨®n de la guerra, sin huir ni abandonar a su pueblo, le han dado la talla de h¨¦roe ante los suyos y tambi¨¦n ante audiencias y parlamentos de todo el planeta. ¡°Sabe manejar la comunicaci¨®n en las redes sociales con v¨ªdeos cortos y sint¨¦ticos, la puesta en escena, vestido con ropa de guerra, y con un mensaje que ha hecho que los suyos le adoren: ¡®Yo soy nosotros¡¯, viene a decir¡±, explica Javier Alonso L¨®pez, fil¨®logo sem¨ªtico, historiador y biblista que acaba de publicar un ensayo que, sin premeditaci¨®n por su parte, parece venir a cuento de la actualidad: Discursos hist¨®ricos (Arzalia Ediciones), en el que hace un repaso a 13 alegatos de personajes conocidos que consiguieron mediante la palabra cambiar la conducta de sus contempor¨¢neos, que llevaron a la guerra o la resistencia y que lograron sacar lo mejor o lo peor de las personas. Desde el Serm¨®n de la monta?a de Jesucristo hasta el discurso de Nelson Mandela al abandonar su presidio de 27 a?os, pasando por Abraham Lincoln, Marco Antonio, Mahatma Gandhi y Adolf Hitler.
¡°Zelenski es un animal comunicativo: est¨¢ claro que ha ganado la guerra medi¨¢tica¡±, contin¨²a Alonso L¨®pez. No en vano antes de convertirse en pol¨ªtico y h¨¦roe fue c¨®mico y actor. En el otro lado est¨¢ su n¨¦mesis Vlad¨ªmir Putin, presidente de Rusia, cuya figura se asemeja m¨¢s a la de un supervillano de pel¨ªcula. Y no solo por sus actos, que algunos, como el presidente estadounidense, Joe Biden, han calificado de ¡°cr¨ªmenes de guerra¡±. Tambi¨¦n por sus formas. ¡°Sus discursos son largos y plomizos, muy en la l¨ªnea de los grandes partidos comunistas¡±, dice Alonso. ¡°Se nota de d¨®nde viene y que, al contrario que Zelenski, no se siente muy c¨®modo en esa guerra medi¨¢tica que sabe que tiene perdida¡±. Su figura lejana y tal vez endiosada se escenifica en las kilom¨¦tricas mesas en las que sienta a los mandatarios europeos que le visitan. Lo contrario de un l¨ªder en camiseta color caqui esperando las bombas y haciendo v¨ªdeos ¨¦picos para las redes.
Emoci¨®n para las masas
Las grandes frases de los grandes discursos pasan al acervo popular como ocurre con los grandes versos, que incluso se repiten sin conocer el autor, porque ya son un poco de todos. ¡°Tengo un sue?o¡±, dijo Martin Luther King, para reivindicar los derechos de la poblaci¨®n negra estadounidense. ¡°No te preguntes qu¨¦ puede hacer tu pa¨ªs por ti, preg¨²ntate qu¨¦ puedes hacer t¨² por tu pa¨ªs¡±, subray¨® John Fitzgerald Kennedy en su toma de posesi¨®n como presidente. ¡°Sangre, esfuerzo, l¨¢grimas y sudor¡±, resumi¨® Winston Churchill para animar a la resistencia contra el nazismo. Son sentencias que se han hecho universales y atemporales.
?Cu¨¢l es el componente fundamental de un gran discurso? ¡°Sobre todo la emoci¨®n¡±, responde Alonso. Se dice que vivimos en una ¨¦poca en la que esta predomina sobre la raz¨®n, y que eso tiene consecuencias negativas en el panorama pol¨ªtico; sin embargo, para este experto, en el ¨¢mbito de los discursos este ingrediente siempre ha sido la palanca fundamental para conmover y movilizar a los oyentes: ¡°Con una persona se puede mantener un di¨¢logo racional, a una masa solo la puedes emocionar¡±.
La emoci¨®n se crea con un buen texto (escrito por el que lo pronuncia o, cada vez m¨¢s frecuentemente, por un colaborador), pero tambi¨¦n con una buena oratoria, porque sin ella es imposible tocar la fibra sensible del auditorio. Es c¨¦lebre, por ejemplo, la voz temblorosa de Martin Luther King en su famoso discurso por los derechos civiles, y tambi¨¦n el ritmo entrecortado propio de un serm¨®n religioso. La famosa vehemencia de Pasionaria arengando a las masas contra el fascismo. Y la tremenda rotundidad corporal de Hitler, ¡°que ya manejaba perfectamente la escenificaci¨®n para la televisi¨®n¡±, dice Alonso. En el lado diametralmente opuesto, en todos los sentidos, Gandhi hablaba sentado en el suelo, sin grandes aspavientos. Churchill muchas veces pronunciaba con poca pericia comunicativa, con s¨ªlabas arrastradas, sin demasiado ¨ªmpetu, se dir¨ªa que casi con pereza o somnolencia, pero el contenido y la circunstancia hist¨®rica bastaban para soliviantar a las masas. ¡°La autoridad moral de algunas de estas personas es lo que le otorga el peso al discurso¡±, se?ala el experto, ¡°y eso es lo que parece faltarles a los l¨ªderes pol¨ªticos actuales¡±.
Suele decirse que los pol¨ªticos de antes, por ejemplo, los de la Transici¨®n espa?ola, eran mejores oradores que los que ahora ocupan sus cargos. Alonso est¨¢ de acuerdo. ¡°Hay veces que se piensa que para emocionar hay que gritar, y lo que hace falta son habilidades ling¨¹¨ªsticas y saber estar, que es lo que no hay¡±, dice el experto. Pone como ejemplo de orador correcto (fue campe¨®n de debate universitario) al ya retirado de la pol¨ªtica Albert Rivera, aunque con grandes dificultades para emocionar a la audiencia. Pablo Iglesias, ¡°a pesar del tono a veces agrio¡±, le resulta muy convincente en sus intervenciones. El estilo de las redes sociales, adem¨¢s de polarizar el debate p¨²blico, tambi¨¦n lleva a mensajes m¨¢s sint¨¦ticos y menos profundos, y respuestas concebidas m¨¢s como corte y humillaci¨®n que como parte de un di¨¢logo constructivo: la llamada ¡°cultura del zasca¡±.
Algunas de esas grandes frases de los discursos hist¨®ricos (que, a pesar de todo, ser¨ªan grandes tuits) han resonado en la guerra de Ucrania. Por ejemplo, el ¡°tengo un sue?o¡± de Luther King fue adaptado por Zelenski en un discurso: en vez de ¡°I have a dream¡± dijo ¡°I have a need¡± (tengo una necesidad). ¡°Tomando una frase de otro discurso trata de apropiarse de la autoridad moral del discurso original¡±, dice Alonso. El lema ¡°No pasar¨¢n¡±, que Pasionaria recuper¨® en la Guerra Civil espa?ola despu¨¦s de que fuera usado en B¨¦lgica en la I Guerra Mundial, tambi¨¦n ha sido utilizado, as¨ª, en espa?ol, en contra de la invasi¨®n rusa en Kiev.
Una de las ventajas que tiene Zelenski a la hora de comunicar es la dificultad de su situaci¨®n, podr¨ªa decirse que desesperada, porque los grandes discursos de la historia se han gestado con mucha frecuencia en condiciones de inferioridad, crisis, drama o injusticia. Contra las cuerdas o en las alas de la esperanza. ¡°Zelenski corre el riesgo de convertirse en un mito¡±, afirma Alonso, ¡°aunque para ello tendr¨ªa que morir en esta guerra¡±.