Oliver Stone: ¡°El Putin que yo conoc¨ª no es el loco, irresponsable y asesino que presentan hoy los medios¡±
El director de ¡®JFK: caso abierto¡¯ presenta en el BCN Film Fest su documental sobre el asesinato del presidente
Genio y figura. Autocalificado de ¡°viejo cineasta de izquierdas¡±, empe?ado en llevar la contraria y polemizar, Oliver Stone, el cineasta de pel¨ªculas inolvidables como Platoon, Nacido el cuatro de julio o JFK: caso abierto, no ha dudado hoy en Barcelona, donde presenta su documental sobre el asesinato del presidente Kennedy, en salir en defensa de Vlad¨ªmir Putin, con la que est¨¢ cayendo. Preguntado por este diario sobre qu¨¦ piensa del presidente ruso, al que realiz¨® varias entrevistas entre 2015 y 2017 convertidas en una serie televisiva de cuatro horas, Stone (Nueva York, 75 a?os), ha contestado que ¡°no lo puedes separar del Estado¡±. Y ha a?adido: ¡°Hace tres a?os que lo vi por ¨²ltima vez, pero el hombre que yo conoc¨ª no ten¨ªa nada que ver con el loco, irresponsable y asesino que presentan hoy los medios compar¨¢ndolo a Hitler y Stalin. El Putin que conoc¨ª era racional, calmado, siempre actuando en el inter¨¦s del pueblo ruso, un verdadero hijo de Rusia, un patriota, lo que no implica un nacionalista¡±.
Stone, cuyas The Putin Interviews han sido consideradas suaves con el entrevistado, ha descrito una Rusia ¡°reducida y mutilada¡±, menoscabada en su extensi¨®n tras el colapso de la URSS y con mucha poblaci¨®n rusa irredenta en otros territorios. El cineasta ha dicho que ha habido un plan a largo plazo de EE UU para situar un gobierno pro occidental y antirruso en Ucrania, ¡°cuando Ucrania siempre hab¨ªa sido neutral, con gobiernos elegidos democr¨¢ticamente¡±, y convertir al pa¨ªs en un ¨²til antagonista de Rusia, ¡°lo que se ha conseguido con Zelenski¡±. La idea en ¨²ltima instancia, ha sugerido, es desestabilizar Rusia, cambiar el r¨¦gimen ruso, ¡°sacar a Putin y poner otro Yeltsin¡±. Stone, que no ha dudado en recordar que hubo ucranianos que lucharon a favor de Hitler y asesinaron jud¨ªos y gitanos, ha descrito a EE UU como ¡°un animal asesino, un perro de presa, que no se detendr¨¢ con Rusia y luego seguir¨¢ con otra civilizaci¨®n m¨¢s antigua: China¡±. Ha deplorado que se haya trazado ¡°una l¨ªnea maniquea entre los rusos como los malos y EE UU como los buenos¡±.
El cineasta, con el convencimiento del entrenador de Al Pacino en Un domingo cualquiera ¡ªluchando por el terreno pulgada a pulgada¡ª, ha situado la acci¨®n de EE UU en un amplio contexto que arranca en el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, como si se tratara de un pecado original del que no se ha liberado, ¡°un c¨¢ncer en el cuerpo del pa¨ªs¡±. De hecho, considera que su documental JFK: caso revisado, que llega (estreno espa?ol en el BCN Film Fest) cargado de nueva documentaci¨®n desclasificada treinta a?os despu¨¦s de su famoso filme con Kevin Costner, no acaba de cerrar el asunto ¡°porque el pueblo de EE UU sigue estando mal informado¡±. Y ha considerado: ¡°Hay que continuar creando tensi¨®n¡±.
Para Stone, que ha se?alado que su documental es necesariamente complicado -¡±me ha sorprendido que funcione tan bien, pensaba que estaba condenado al fracaso, pero a¨²n hay mucho amor en EE UU por Kennedy¡±-, no hay duda de que hubo una conspiraci¨®n, que Lee Harvey Oswald fue ¡°un cabeza de turco¡±, y que la Comisi¨®n Warren, infiltrada por la CIA en la persona de Allen Dulles, cerr¨® en falso la investigaci¨®n. ¡°Si Oswald hubiera comparecido ante un tribunal se hubiera visto que todo era una gran broma, no hab¨ªa evidencias, se hab¨ªa roto la cadena de custodia de las pruebas y estas hab¨ªan sido manipuladas, e incluso tenemos que a la figura m¨¢s importante de EE UU, al presidente, se le practic¨® una chapuza de autopsia, con tres aficionados a cargo¡±. Stone ha dicho que hasta ¡°se sustituy¨® el cerebro del presidente muerto¡±, como si en vez de ante el magnicidio m¨¢s famoso de la historia del pa¨ªs (con perd¨®n de Lincoln) estuvi¨¦ramos en El jovencito Frankenstein. Para Stone, es todo ¡°una gran verg¨¹enza¡±.
Se ha referido tambi¨¦n a la c¨¦lebre ¡°bala loca¡± de imposible trayectoria y ha recalcado que sin duda hubo m¨¢s disparos de los tres de rigor, ¡°cuatro o cinco¡±, a cargo de diferentes tiradores desde distintos ¨¢ngulos. Y que ¡°Kennedy fue atrapado en un fuego cruzado¡±. Stone ha subrayado que en la historia hay un agujero tan tremendo como el que se abri¨® en la cabeza del presidente. Del cad¨¢ver, el documental ofrece im¨¢genes in¨¦ditas que rozan lo gore, como una de JFK en la camilla con los ojos abiertos y una gran herida en el cuello, y otra en la que se observa el cuerpo desde detr¨¢s y se aprecian trozos de materia cerebral colgando. Jackie, por cierto, habr¨ªa ido a coger un trozo de occipital de su marido al encaramarse en la parte trasera del coche durante el atentado.
Stone, al que solo le ha faltado en su intensidad esgrimir el rifle Mannlicher-Carcano, ha recalcado que Oswald no confes¨® nunca y buscaba desesperadamente, adem¨¢s de un abogado, que le escucharan. Que al parecer hubo otros dos intentos de cazar a Kennedy, en sendos desplazamientos a Chicago y Tampa, con equipos de tiradores apostados y otros dos chivos expiatorios preparados con perfiles casi id¨¦nticos a los de Oswald. Todo lo cual ¡°huele a servicios de inteligencia y CIA¡±. Para Stone todo apunta a esas agencias, al sur que odiaba al presidente y al peligro que representaba con sus ideas. El cineasta no duda en situar a Kennedy en el lado pac¨ªfico que tiene EE UU y que se enfrenta como un Jekyll y un Hyde a su lado malo de agresor y perpetrador de guerras y golpes de estado. ¡°Kennedy era m¨¢s como Franklin D. Roosevelt¡±, ha dicho, y ha reflexionado que Kennedy quer¨ªa salir de Vietnam, evit¨® la guerra con Cuba y quer¨ªa limpiar la CIA, ¡°de la que Truman dijo: ¡®He creado la Gestapo americana, comet¨ª un error¡±.
¡°Necesitamos m¨¢s como Kennedy¡±, ha dicho, tras recordar el discurso por la paz del presidente que abre su documental y en el que JFK establece la idea de una ¡°paz americana¡± que no se logra por la supremac¨ªa ni por las armas.
Sobre el CatalanGate -haciendo tambi¨¦n amigos-, ha dicho que no conoce los detalles, pero que los Estados ¡°tienen que tener servicios de Inteligencia, hace siglos que existen y no van a desaparecer, aunque no deben usarse para someter a otros pa¨ªses o en beneficio de los gobiernos¡±.
Babelia
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