La titiritera Helena Mill¨¢n: ¡°El amor puede convertir a cualquiera en marioneta¡±
Fundadora y directora de su propia compa?¨ªa, ha sido pionera en un mundo en el que las mujeres a menudo han tenido un papel subsidiario
Helena Mill¨¢n (Zaragoza, 64 a?os) es la Geppetto ma?a: considerada una de las mejores marionetistas de Espa?a, construye adem¨¢s ella misma magistralmente sus t¨ªteres, muchos de madera de tilo, dot¨¢ndolos de una expresividad y una vida extraordinarias. ¡°Tengo el don¡±, dice. Hasta hizo uno de cinco metros. Fundadora y directora de su propia compa?¨ªa, T¨ªteres de la t¨ªa Elena, ha sido pionera en un mundo donde demasiado a menudo las mujeres, como recuerda su colaborador, el escritor e historiador de los t¨ªteres Adolfo Ayuso, se hab¨ªan limitado a confeccionar la ropa de las marionetas, a cobrar la entrada en la barraca y a espantar a los ni?os que se quer¨ªan colar. Mill¨¢n ha estado en Barcelona en el festival de t¨ªteres R¨°mbic en el Ateneu Popular 9 Barris. Acude a la entrevista con uno de sus t¨ªteres de guante favoritos, Valero el panadero.
Pregunta: ?A cu¨¢l de los dos me dirijo?
Respuesta: Al que quieras, ¨¦l me ha ense?ado a hacer pan, tiene una pala y un horno, pero no los ha tra¨ªdo. ?Mira c¨®mo chupa plano para la foto!
P. ?Es al que m¨¢s cari?o le tiene?
R. No, ese es Grock, el payaso, creado a imagen del famoso clown suizo real. Tiene su mismo esp¨ªritu gamberro. Me hace cada cosa¡
P. ?Tienen vida propia sus marionetas?
R. S¨ª, crean su propia personalidad a lo largo de los a?os, un personaje. Cuando me los pongo en la mano o tomo sus hilos est¨¢n vivos. Son actores. A veces me encuentro pensando. ¡°Mira lo que se le ha ocurrido a Grock¡±.
P. ?Da un poco de miedo eso?
R. Para nada, no he encontrado a nadie con fobia a las marionetas. Bueno, Grock a veces inquieta, por su cara, pero porque es un payaso.
P. ?Somos todos marionetas de alguien?
R. S¨ª, si no de alguien en concreto, s¨ª de muchos factores que se combinan y nos condicionan. Hay que esforzarse para ser independientes, desarrollar independencia interior.
P. ?Enamorarnos nos vuelve t¨ªteres?
R. El amor te puede convertir en marioneta, hasta que aprendes. Todos tenemos experiencias de eso.
P. ?Maneja alguien a Putin?
R. Lo maneja su propio ego.
P. Hay que ver lo que da de s¨ª el tema.
R. Tiene algo muy filos¨®fico, todo lo que engloba, est¨¢ ah¨ª Dios incluso. Puedes sentirte Dios con ellas, el que las maneja o tira de sus hilos, eso de que ¡°este hace lo que yo le digo¡±, aunque yo no tengo sensaci¨®n de dominio.
P. Que te digan marioneta tiene algo de despectivo.
R. Me fastidia mucho que se use como t¨¦rmino peyorativo Tambi¨¦n pasa con la palabra payaso, y tambi¨¦n me disgusta.
P. T¨¦cnicamente, ?hilo o guante?
R. Los primeros 10 a?os trabaj¨¦ solo con guante. Era el tiempo que dec¨ªan que hac¨ªa falta para hacerlo bien, entonces conoc¨ª a Pepe Otal y empec¨¦ con las de hilo. La gente piensa que el guante es muy f¨¢cil, no estoy de acuerdo. Es m¨¢s arriesgado con el hilo porque est¨¢s m¨¢s lejos y puede haber un accidente, pero es m¨¢s dif¨ªcil hacer cre¨ªble el t¨ªtere de guante. Tiene mucha energ¨ªa y expresividad, es muy directo.
P. Hace marionetas para adultos.
R. Se puede hacer de todo, tengo un mon¨®logo de una marioneta que se encuentra un ahorcado. Y el espect¨¢culo galardonado sobre Santiago Ram¨®n y Cajal. Y otro de flamenco. Y una equilibrista, Candela, rebelde, que quiere ser bailarina aunque no le he hecho los pies para ello. Es rusa, eso le da muchos problemas ahora, pobrecita.
P. Tiene un Pinocho que no es el de Walt Disney.
R. ?Walt Disney destroz¨® a Pinocho! Hay que recuperar el original, el de Carlo Collodi.
P. Dicen que les pone un coraz¨®n peque?ito de madera a sus marionetas. ?Es una leyenda?
R. A alguna.
Babelia
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