Loquillo: ¡°Los cantautores y los pol¨ªticos van de estrellas del rock. Es de flipar¡±
A sus 61 a?os, el m¨²sico, s¨ªmbolo del rock de vieja guardia en Espa?a, muestra una actividad imparable. Una biograf¨ªa oficial y un nuevo disco atestiguan que todav¨ªa tiene cosas que decir
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En la biograf¨ªa oficial de Loquillo, escrita por Felipe Cabrerizo y que acaba de publicar Penguin Random House, se cita en la primera p¨¢gina un pensamiento de Yves Montand que dice: ¡°El personaje que dejo atr¨¢s es, f¨ªsicamente, el de mi juventud. El peligro que amenaza siempre a un artista es correr detr¨¢s de su pasado¡±. Las palabras del m¨²sico franc¨¦s, tan admirado por Loquillo (Jos¨¦ Mar¨ªa Sanz, Barcelona, 61 a?os), sirven de proclama para el m¨²sico espa?ol que, despu¨¦s de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas de carrera, muestra una actividad imparable y que habla por encima de todo de ¡°cambiar¡±.
S¨ªmbolo del rockero de vieja guardia, Loquillo asegura que su personaje, en el fondo, contiene otros muchos. Su nuevo disco, Diario de una tregua, intenta fundir los dos principales: el del rock, ¡°expansivo y el que m¨¢s conoce la gente¡±, y ¡°el que reivindica la poes¨ªa contempor¨¢nea desde los teatros¡±. Cuando aparece por la puerta del lujoso hotel donde siempre se hospeda cuando viene a Madrid, este personaje hiperb¨®lico que levanta tantas pasiones como pol¨¦micas ya tiene claro d¨®nde quiere hacerse la foto. Suele controlarlo todo. Tambi¨¦n suele opinar de todo. Guste m¨¢s o menos, Loquillo es una especie en s¨ª mismo.
Pregunta. ?Cu¨¢l es la declaraci¨®n de intenciones de este diario?
Respuesta. Un diario es un ajuste de cuentas con uno mismo. En el anterior disco, El ¨²ltimo cl¨¢sico, aparec¨ªa una llama que quemaba al personaje. Me dio a entender que ese tiempo y ese personaje ten¨ªan que transformarse. La tregua se refiere al momento en que quiero que el personaje crezca. Adem¨¢s, coincide con una enfermedad que puso en guardia mi vida.
P. ?Qu¨¦ enfermedad?
R. No voy a hablar de la enfermedad. Para eso ya hay otros. No quiero utilizarlo. La enfermedad forma parte de la vida. As¨ª de claro. Lo que hice fue llamar a Sabino M¨¦ndez e Igor Paskual para decirles que era necesario hacer el gran disco porque pod¨ªa ser el ¨²ltimo. Antes de la pandemia, ¨ªbamos a empezar la gira de El ¨²ltimo cl¨¢sico. Tuvimos que suspenderla. El agujero econ¨®mico fue de padre y muy se?or m¨ªo. Adem¨¢s, cambi¨® los planes. El ¨²ltimo cl¨¢sico es un disco con colaboraciones de m¨²sicos de otras generaciones: Leiva, Santi Balmes, Mario Cobo, Marc Ros¡ Pensaba sacar otro disco parecido. Hab¨ªa contactado ya con Nacho Canut, Jaime Stinus, Christina Rosenvinge¡ Vi que ese personaje estaba ya amortizado. Ten¨ªa que empezar de cero otra vez.
P. ?La transformaci¨®n es una estrategia o una necesidad?
R. He estado varias veces arriba del todo y he aprendido que ah¨ª tienes que disfrutar del ¨¦xito, pero tambi¨¦n tienes que cerrar esa etapa y empezar otra vez de cero. Es lo que he hecho con este disco. No he sido jam¨¢s un artista acomodaticio ni pol¨ªticamente correcto. Despu¨¦s de esta gira, que servir¨¢ para presentar Diario de una tregua pero tambi¨¦n El ¨²ltimo cl¨¢sico, vendr¨¢ una gira de teatros, en ella podr¨¦ defender los cinco discos de poes¨ªa contempor¨¢nea que llevo [prepara otro dedicado al poeta Julio Mart¨ªnez Mesanza]. No me veo con 72 a?os pegando botes en un escenario. Me veo en un teatro. Mi tradici¨®n musical as¨ª lo requiere. Soy europeo, de tradici¨®n franc¨®fona. Aparte de mis ¨ªdolos del rock, tengo a Montand, Jacques Brel, Aznavour, B¨¦caud, Barbara¡ Son mi escuela. Soy europeo, no latino.
P. Habla de reivindicar la poes¨ªa. ?Qu¨¦ piensa de esa ola de m¨²sicos espa?oles que en los ¨²ltimos a?os ha sacado libros de poes¨ªa?
R. No voy a hablar de otro artista que no sea yo mismo. Gabriel Sope?a y yo empezamos a revindicar la poes¨ªa en el a?o 94, cuando despu¨¦s de los trovadores solo la hab¨ªan revindicado los cantautores. Nosotros lo retomamos con el lenguaje de nuestra generaci¨®n. Nadie de mi generaci¨®n cantaba a Lorca en 1998, ni tampoco a Octavio Paz, ni a Gil de Biedma, ni a Bernardo Atxaga, ni a V¨¢zquez Montalb¨¢n¡ Para nosotros siempre ha sido una apuesta de futuro y al margen de la ley. Cuando Sope?a y yo entr¨¢bamos en los teatros, nadie lo hac¨ªa. Ahora quieren ir todos. Me parece estupendo. Nosotros llevamos cinco discos y esto es serio.
P. ?Le preocupa el legado de la poes¨ªa espa?ola?
R. No se defiende. Nuestra cultura est¨¢ siendo relegada. Sin ninguna duda. El poder econ¨®mico de Miami est¨¢ ocultando toda la tradici¨®n cultural europea y espa?ola.
P. ?Se refiere a que la m¨²sica espa?ola mira demasiado a la latina?
R. Repito: soy europeo. S¨¦ d¨®nde miro y d¨®nde miren los dem¨¢s me da igual. Yo fijo mi mirada en Par¨ªs, Roma, Londres, Lisboa¡
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P. ?Se ve fuera de los tiempos actuales?
R. Acabamos de ser n¨²mero 1 en ventas de vinilo en Espa?a, por encima de los productos de Miami. N¨²mero 1, repito. Ah¨ª est¨¢ la respuesta (risas).
P. ?Y alguna vez se ha visto fuera?
R. Desde el principio. A m¨ª no me esperaba nadie. Yo no soy hijo de un actor, ni de un director de cine, ni de un comisario de polic¨ªa. No soy hijo m¨¢s que de un represaliado pol¨ªtico. No me esperaban en la fiesta. Por eso, sorprende que 43 a?os despu¨¦s siga ah¨ª. Ahora todo el mundo quiere ser estrella del rock. Los cantautores de ahora van de estrellas del rock. Llevan anillos con calavera. Es de flipar. Hay que decirles: ¡®Lo siento, no sois como nosotros. Nunca lo fuisteis¡¯. Les pasa lo mismo a los pol¨ªticos. Yo soy hijo ¨²nico, soy impar, como dec¨ªa Umbral. Estoy acostumbrado a luchar solo. Siempre he estado en guerra contra m¨ª y contra el mundo. Forma parte del personaje. A Jos¨¦ Mar¨ªa Sanz le gustan mucho las aventuras de Loquillo.
P. El disco comienza con El rey y suena a una reivindicaci¨®n de ese personaje.
R. El otro d¨ªa le¨ªa a Jorge Ilegal, que es ahora mismo la mente m¨¢s l¨²cida de este pa¨ªs, y dec¨ªa que ahora todo el mundo quiere ser tonadillera. Pues Jorge y yo somos de otra pasta. Jugamos en otra liga, decimos lo que pensamos. Durante la pandemia, cuando no hab¨ªa vacunas el primer a?o, hice una gira mientras los dem¨¢s iconos de la m¨²sica estaban en su casa. No se atrev¨ªan a salir. ?D¨®nde estaban en el peor momento? Me siento muy orgulloso de esa gira. No formo parte de la aristocracia del pop espa?ol. No voy a Las Vegas ni tengo nada que ver con esos artistas de pop que llevan todos el mismo sombrero. Yo llevo sombrero porque mi padre era tanguero y me ense?¨® a pon¨¦rmelo. Conozco las reglas.
P. ?A qui¨¦n se refiere por aristocracia del pop espa?ol?
R. Son todos aquellos nombres que, en los peores momentos de la pandemia, no han sido capaces de defender el oficio de m¨²sico, de ingeniero de sonido, de tramoyista¡ Los que se callan, los que no reivindican la ley de mecenazgo, los que son incapaces de criticar al Ministerio de Cultura por su nula actuaci¨®n. Estamos saliendo de una pandemia con una inflaci¨®n del 10% y el ministerio todav¨ªa no ha hecho una campa?a a favor de la cultura, de la vuelta a los escenarios para que la gente pierda el miedo a los conciertos, el teatro y el cine. En el gremio de la m¨²sica, la gente calla por miedo. Cuando me preguntan c¨®mo es nuestra situaci¨®n, respondo: ¡®Tenemos lo que nos merecemos. Punto¡¯.
P. ?No conf¨ªa en ning¨²n cambio entonces?
R. Nunca he confiado en las clases pol¨ªticas para cambiar un pa¨ªs. Lo cambia la gente y, sobre todo, la educaci¨®n. Si no se defienden las libertades individuales, se pierde. Si no se defiende una democracia, viene la autocracia. La educaci¨®n es important¨ªsima.
P. ?Falta educaci¨®n en el gremio de m¨²sicos?
R. No han hecho nada ni han defendido nuestros derechos. Siempre defender¨¦ a los artistas que salieron de gira en el primer a?o de pandemia. Para m¨ª, esos artistas, sean del estilo que sean, les pueda caer yo bien o mal, siempre tendr¨¢n en m¨ª un apoyo si me necesitan. Los tuvieron cuadrados. Todo mi respeto. ?Qui¨¦n te va a respetar si t¨² no te respetas a ti mismo? Nosotros somos trabajadores. Hay gente que no lo entiende. Soy el gestor de un equipo que conf¨ªa en m¨ª y tiene 35 familias detr¨¢s. En Inglaterra o Francia esto es impensable. Hay un respeto a los creadores y a la tradici¨®n art¨ªstica. Por eso, soy europeo. Hay que alzar la voz. Me encantan las entrevistas de J de Los Planetas, Robe Iniesta, Jorge Ilegal, Albert Pla¡ Plantean dudas al statu quo. Puedo no estar de acuerdo, pero me hacen pensar. Hay m¨²sicos de los que nunca leo sus entrevistas porque solo dicen ¡®esto me gusta y esto no¡¯. Es todo una balsa de aceite y un desierto.
P. ?Cu¨¢l ha sido el mayor ajuste de cuentas en este tiempo?
R. Durante la pandemia he borrado muchos nombres de mi gu¨ªa de tel¨¦fonos y desped¨ª a unos colaboradores porque estaban llevando a Loquillo a un lugar que no era el suyo. Tienes que rodearte de la gente que te aporta. Se crece en la discrepancia y no en la coincidencia. Los adoradores no sirven.
P. ?Hay algo de lo que se haya arrepentido en su carrera?
R. Mi mayor error ha sido hacer duetos en Espa?a con quien no ten¨ªa que hacerlos. Aprend¨ª a la larga que solo canto con mis amigos. Para m¨ª la amistad es todo. El postureo no me interesa. Exceptuando Ramonc¨ªn, Jaime Urrutia o Jorge Ilegal, he salido con un mal sabor de boca de muchas colaboraciones que he hecho luego. Con esa otra persona que ni siquiera te llama para decirte hola.
P. Ramonc¨ªn y usted se han quejado de ataques medi¨¢ticos. ?Le preocupa que le parodien?
R. Ramonc¨ªn fue el primer artista espa?ol en afrontar el final de la censura con letras no censuradas. Con ¨¦l empieza el rock contempor¨¢neo en Espa?a. Esa es la verdad y la historia. Quien quiera cambiarla es un atracador de la historia. Era llamado el madrile?o. ?Qu¨¦ curioso verdad? Alguien ya estaba all¨ª antes que los de ahora¡ No entiendo c¨®mo Miguel R¨ªos no le ha invitado a su concierto de invitados. A m¨ª me importa un carajo la falta de respeto hacia m¨ª. El ¨²ltimo ataque me hizo agotar las entradas de un concierto en Barcelona. No saben el favor que me hacen. Bueno, s¨ª, se han dado cuenta y por eso ya no lo hacen conmigo. Como dice la gente de campo: ¡®Todo el mundo va a la suya y yo voy a la m¨ªa¡¯.
P. Lleva dos d¨¦cadas viviendo en San Sebasti¨¢n y alguna vez ha hablado de su autoexilio. ?Ve posible su vuelta a Barcelona?
R. Primero: soy el artista barcelon¨¦s con m¨¢s canciones sobre Barcelona. Sup¨¦ralo. Yo soy barcelon¨¦s, como otros son parisinos o neoyorquinos. Pero soy hijo de una Barcelona que no existe. Una Barcelona cosmopolita, mundana, transgresora, que miraba al mundo. Yo me quedo con eso. El tiempo que me ha tocado vivir es este. Barcelona tiene que recuperar su pulso y su puesto en el mundo despu¨¦s de una d¨¦cada oscura.
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