Aves raras: la pr¨¢ctica del rescate editorial oxigena el mercado y redefine el canon literario
Los sellos independientes se sostienen en parte gracias a la publicaci¨®n de autores y sobre todo autoras que en su d¨ªa el mercado pas¨® por alto, desde Agota Kristof, Tove Ditlevsen o Verity Bargate hasta Manuel Chaves Nogales
Aunque todo se llama ¡°novedades¡±, en las mesas de las librer¨ªas conviven en realidad dos tipos de t¨ªtulos: los de autores en activo, quienes, a excepci¨®n de Elena Ferrante y alg¨²n que otro ermita?o, son susceptibles de andar de promoci¨®n, contestando entrevistas, acudiendo a ferias y debatiendo en encuentros literarios para sacar la cabeza en un mercado hiperactivo, y por otro lado los llamados rescates editoriales, libros que se escribieron hace cien, veinte o solo diez a?os a los que un sello ha dado una segunda oportunidad.
Ah¨ª, en la mayor¨ªa de los casos, el autor est¨¢ muerto y el t¨ªtulo se defiende solo. Tambi¨¦n son libros cuya producci¨®n es por lo general mucho m¨¢s barata y, por tanto, una buena opci¨®n para sellos peque?os y primerizos que construyen su cat¨¢logo a base de investigar y encontrar autores que en su d¨ªa pasaron inadvertidos o que el mercado espa?ol maltrat¨®. Aun as¨ª, los grandes ya no quieren dejar esa parte del mercado y hay sellos dentro de los grupos dedicados a ese tipo de publicaciones, como Faber en Reino Unido y Debolsillo en Espa?a. As¨ª han emergido en los ¨²ltimos a?os nombres como Verity Bargate, Agota Kristof, Tove Ditlevsen, Daphne du Maurier o Manuel Chaves Nogales.
A efectos literarios, las colecciones de rescates, sobre todo las que corren mayores riesgos, han hecho otra cosa: redefinir el canon, redibujar lo que se considera un cl¨¢sico. Ese era uno de los objetivos de Luis Magriny¨¤, el director editorial de Alba, cuando se invent¨® Rara Avis, la colecci¨®n que ahora cumple diez a?os y que ya anuncia sus intenciones en el t¨ªtulo. ¡°La idea era decirle al lector: no vas a conocer a nadie de los que vamos a sacar aqu¨ª¡±. Eso les permit¨ªa publicar autores del siglo XX, que no tienen tanta cabida en sus colecciones de cl¨¢sicos, en las que el lector espera encontrar nombres que s¨ª sabe, los de Dickens, Balzac y compa?¨ªa.
¡°El canon occidental excluye muchas cosas. De hecho, los grandes temas del canon; la locura, el poder, la ambici¨®n, el sujeto hist¨®rico¡ siempre me han parecido delirios de conquistador extreme?o¡±, dice Magriny¨¤. ¡°A m¨ª me gusta la literatura de la intimidad, de la vida dom¨¦stica y todas las cosas que han sido minusvaloradas y consideradas de segunda¡±.
Muchas de esas cosas, en efecto, est¨¢n firmadas por mujeres, que en general son las grandes beneficiadas de estas operaciones de rescate. Aunque durante estos diez a?os la colecci¨®n ha publicado tambi¨¦n a autores como Paul Gallico ¨Dsu Flores para la se?ora Harris es de los m¨¢s vendidos y se considera un ejemplo de literatura feel-good, placentera¨D, las rara die han sido sobre todo escritoras que no hab¨ªan sido previamente traducidas al espa?ol o que languidec¨ªan fuera de cat¨¢logo, gente como las brit¨¢nicas D. E. Stevenson, Barbara Comyns, Elizabeth Eliot, Margaret Drabble o incluso una escritora m¨¢s conocida como Daphne du Maurier con Rebeca. Uno de los libros m¨¢s vendidos de la colecci¨®n, No, mam¨¢, no, de Verity Bargate, ni siquiera est¨¢ presente en las librer¨ªas en Reino Unido, a pesar de que se trata de una autora inglesa. ¡°Tiene sentido que la mayor¨ªa sean escritoras. Muchas tratan esos temas que la oficialidad ha despreciado. Los primeros diarios ¨ªntimos que se publicaron los escribi¨® una dama japonesa del siglo XI¡±, se?ala el editor.
El ¨¦xito tranquilo de estas colecciones y de los sellos independientes que brotaron hace 10 o 15 a?os en Espa?a y que ten¨ªan en los rescates una gran oportunidad de asegurarse la sostenibilidad econ¨®mica ¨Dsellos como Libros del Asteroide, que, a pesar de publicar muchas novedades tambi¨¦n, sigue teniendo entre sus libros m¨¢s vendidos los de Manuel Chaves Nogales y que ha conseguido ventas muy notables con t¨ªtulos como Claus y Lucas, de Agota Kristof¨D tambi¨¦n sirvi¨® para educar al p¨²blico lector, a la prensa y a los libreros en la apreciaci¨®n del libro de segunda oportunidad. Ellos abrieron el terreno a otras editoriales que nacen ahora y cuyos cat¨¢logos se componen casi al 100% de rescates, como es el caso de Mu?eca Infinita. Su editor y fundador, Juan Pablo D¨ªaz Chorne, lo resume as¨ª: ¡°Hace 15 a?os hab¨ªa un terreno pr¨¢cticamente virgen para explorar rescates, pero al mismo tiempo se pod¨ªan enfrentar m¨¢s a las reticencias de los lectores y de los medios. Ahora a los lectores no les importa si un libro es un rescate o no, sino que sea un buen libro, un t¨ªtulo que aporte algo hoy¡±.
Tras pasar por otras editoriales, D¨ªaz Chorne se lanz¨® a montar su propio sello y en su primer a?o todos los t¨ªtulos responden a ese perfil, y m¨¢s concretamente al de autoras anglosajonas que no estaban presentes en el mercado espa?ol, entre ellas la cuentista Julie Hayden, una habitual de The New Yorker fallecida en 1981, o la pionera del ensayo personal Jo Ann Beard, ambas estadounidenses. D¨ªaz Chorne se?ala que, si bien antes eran m¨¢s frecuentes los rescates de libros que nunca se publicaron en espa?ol, ahora es m¨¢s habitual reimprimir t¨ªtulos que s¨ª exist¨ªan pero hab¨ªan desaparecido del radar y que, en algunos casos, ya tienen la traducci¨®n hecha. ¡°Operar as¨ª te permite acceder a libros muy buenos con adelantos de derechos bajos y a los que nadie est¨¢ prestando atenci¨®n, por los que no tienes que pelearte con editores grandes con los bolsillos m¨¢s profundos. Los agentes son menos duros. Nos permite hacer de la necesidad virtud¡±, dice.
¡°No es tan barato como se cree, pero s¨ª que es cierto que siempre es m¨¢s costoso publicar a una autora actual, que implica viajes de promoci¨®n y otros gastos¡±, apunta Sol Salama, otra editora relativamente novata ¨Cfund¨® su sello, Tr¨¢nsito, en 2018¨C que incluye rescates en su cat¨¢logo. En su caso, tambi¨¦n de algunos libros muy recientes. Volvi¨® a publicar La cresta de Lli¨®n, de Cristina Rivera Garza, que se hab¨ªa comercializado por primera vez en 2004 en otro sello, y tambi¨¦n Marranadas, de Marie Darrieusecq, editado por Anagrama en 1997. Salama cree que incluso en esos casos las lecturas son ahora distintas y que esos libros se han encontrado ahora con un p¨²blico joven m¨¢s acostumbrado a hacer lecturas feministas de los textos.
?Existe riesgo de saturaci¨®n? No lo parece. Queda mucho por rescatar, sobre todo si se va m¨¢s all¨¢ del ingl¨¦s. Camila Enrich, una de las fundadoras de la librer¨ªa Finestres en Barcelona, scout editorial (la figura que recomienda t¨ªtulos en espa?ol a sellos extranjeros y viceversa) y gran conocedora del mercado editorial, cree que queda mucho a¨²n por rescatar y destaca fen¨®menos ¡°peque?os y grandes¡± como la publicaci¨®n de la danesa Tove Ditlevsen (por Seix Barral y L¡¯Altra en catal¨¢n), la h¨²ngara Agota Kristof o el japon¨¦s Natsume Soseki (Impedimenta). En su opini¨®n, ¡°los lectores buscan buenas historias y est¨¢ muy bien que miren atr¨¢s adem¨¢s de leer a contempor¨¢neos¡±.
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