La compa?¨ªa de danza noruega Jo Str?mgren ofrece en Madrid un programa de prisma abierto
El programa que ha tra¨ªdo el core¨®grafo a Madrid es ecl¨¦ctico y no siempre de trazo fino
La danza contempor¨¢nea en los pa¨ªses n¨®rdicos, desde otros pasados y efervescentes tiempos, va a su aire, genera sus maneras y algunos estilos particulares donde no siempre se deslinda agresivamente a esa expresi¨®n moderna del desarrollo org¨¢nico del ballet. Y ya por eso, es diferente de lo que sucede en el resto del continente, habida excepci¨®n de un momento en Francia donde hubo la intenci¨®n (y las actuaciones de dise?o cultural subsiguientes) de fusionar ambas y jerarquizar a los modernos dentro del academicismo. Aquello pas¨®, pero dej¨® huellas, algunas buenas y otras de dudoso r¨¦dito est¨¦tico. En Escandinavia, las figuras memoriales de la modernidad tambi¨¦n chocaron con los estamentos tradicionales, pero el asunto se resolvi¨® de manera diferente, m¨¢s arm¨®nica y quiz¨¢s menos traum¨¢tica para las generaciones posteriores. Son historias que aqu¨ª nos parecen lejanas, con nombres de dif¨ªcil pronunciaci¨®n y de los que apenas sabemos nada.
Jo Str?mgren (Trondheim, 1970), director y core¨®grafo principal de la compa?¨ªa que lleva su nombre ¡ªy que ostenta sede en la ?pera Nacional de Oslo¡ª, se form¨® bastante peculiarmente, y hay un dato que tiene especial relevancia ahora: su primer contacto did¨¢ctico y reglado con la danza fue un a?o de estudios de baile flamenco en Madrid (algo se movi¨® tambi¨¦n por el sur de Espa?a); era un chico inquieto y polifac¨¦tico, pero aquella aventura lo marc¨® y de ah¨ª entr¨® al ballet en el cors¨¦ de la academia de Oslo, y ya muy temprano, opt¨® por buscar su propio aire. Una lesi¨®n inoportuna lo alej¨® de la escena y lo dirigi¨® tanto a la coreograf¨ªa como al teatro de texto. De ese momento preciso data su pasi¨®n por Henrik Ibsen, padre de los padres de cualquier inserto o voluntad de crear y animar dramaturgia, no s¨®lo en Noruega, sino tambi¨¦n en Suecia o Dinamarca; la conexi¨®n de Str?mgren con el Ballet Nacional Noruego nunca se ha roto, y figura como uno de los core¨®grafos de la casa.
Hay una premisa que debe ser salvada: ?entendemos de verdad el humor de los n¨®rdicos? Y sobre todo, ?vemos objetivamente su ¨®ptica vital de intereses? Est¨¢ claro que hay un abismo en lo sociol¨®gico y lo estructural. Hay que reflexionar sobre el asunto de la escala, la proporcionalidad. Noruega tiene 5,3 millones de habitantes (el Madrid metropolitano 7,3 millones y Oslo llega raspando a los 700.000). Se dice que los noruegos est¨¢n en la cima de la felicidad de quienes pueden decir eso en el mundo de hoy (en 2017 estaban en los primeros). En la concepci¨®n de la danza de Jo Str?mgren esta el kos, tal como en los daneses est¨¢ el higge (una exaltaci¨®n reposada de lo sencillo, no lo simple); y en los suecos, el muy conceptualizado lagom (la elusi¨®n de todo boato, ser realista sin ser pedestre, mirar a todas las personas en su justa individualidad). Hay higge en las coreograf¨ªas de Mette Ingvarstsen, tal como hay lagom en la est¨¦tica de Pontus Lidberg y de paso resaltemos que kos ¡ªese ¨¢nimo, esa respiraci¨®n ¨¦tica en el movimiento danzado¡ª tiene su ra¨ªz etimol¨®gica en el t¨¦rmino koselig (donde se armoniza al hombre con su entorno natural, sin fricci¨®n).
Dando la vuelta por los mares del norte, hemos recalado en el puerto art¨ªstico de Str?mgren, donde el creador abarca la parte del dibujo escenogr¨¢fico. En la primera coreograf¨ªa, por ejemplo, los lienzos en sus bastidores m¨®viles son a la vez muros y ventanas, techo y parav¨¢n o biombo, y en ellos est¨¢n dibujadas las r¨¢fagas de la aurora boreal, algo que no pod¨ªa faltar. Stromgren hace una juliana de kos, higge y lagom cuajando un plato amable, muy digerible y donde se a?ade una fantas¨ªa de andar por casa, tan inmediata que se acepta sin m¨¢s.
En el programa que ha tra¨ªdo a Madrid la compa?¨ªa noruega se muestran cuatro obras, aut¨®nomas, pero con un cierto lazo interior. El lenguaje expresivo es ecl¨¦ctico y no siempre de trazo fino; los bailarines exhiben unos cuerpos lejos de la perfecci¨®n can¨®nica, de l¨®gica naturalidad, y eso los hace m¨¢s simp¨¢ticos y cercanos. La ¨²ltima pieza quiere demostrar una armonizaci¨®n grupal m¨¢s evidente, una luminosidad no exenta de cierta reflexi¨®n en el di¨¢logo y la intercomunicaci¨®n de las parejas. Quiz¨¢s es una oportunidad de observar otras maneras de revisi¨®n po¨¦tica de cualquier acci¨®n de un conjunto, como mostrar di¨¢logos interpersonales para dibujar un teatro asequible y de escala humana.
MADE IN OSLO
Compañía: Jo Strømgren.
Coreografías, escenografías y luces: Jo Strømgren.
Vestuario: Johanna Sutinen.
Obras: Kvart (2007); Grosstadsafari (2010); The Ring (2014) y Gone (2015).
Ubicación: Sala Verde. Teatros del Canal, Madrid.
Fecha: 2 de junio
Babelia
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