Miguel Fleta, el mejor tenor del mundo
Un documental repasa la olvidada trayectoria del cantante aragon¨¦s que triunf¨® en los grandes escenarios de ¨®pera hace un siglo
El 14 de diciembre de 1919, en la ciudad de Trieste, en el Teatro Comunale Giuseppe Verdi, un joven espa?ol, nacido y criado en los campos de Huesca, asombr¨® al mundo con su voz. James Joyce, que vivi¨® en esa ciudad, debi¨® de leer en la prensa el nombre de ese campesino oscense que m¨¢s tarde, en 1923, y en el Metropolitan de Nueva York, fue aclamado una y otra vez por un p¨²blico enardecido. La cultura espa?ola tiene olvidos imperdonables, eso pens¨¦ tras ver el excelente documental que Germ¨¢n Roda ha filmado sobre la vida y la obra del tenor aragon¨¦s Miguel Fleta. Recuerdo que cuando fui a estudiar a Zaragoza, a la universidad, me encontr¨¦ con que una de las arterias principales se llamaba avenida del Tenor Fleta. Cre¨ª entonces que Tenor era un nombre de persona. Nadie me sac¨® de mi error hasta mucho despu¨¦s. Poca gente sabe, en realidad, qui¨¦n fue Miguel Fleta. Sin embargo, a finales de la d¨¦cada de los a?os veinte del siglo pasado fue considerado un¨¢nimemente el mejor tenor del mundo.
Miguel Fleta naci¨® el 1 de diciembre de 1897 en Albalate de Cinca, provincia de Huesca, y fue el peque?o de 14 hermanos. Por destino le tocaba el campo, las cabras, las patatas, los tomates, las moscas, y el subdesarrollo, ¨¦tico y est¨¦tico. Sin embargo, ten¨ªa un don, que ¨¦l crey¨® al principio vinculado a la jota. Aprendi¨® m¨²sica en la rondalla de su pueblo, luego en Zaragoza, donde particip¨® en un concurso de jotas y no gan¨®. Las circunstancias de su vida dan para una novela rom¨¢ntica. Fleta era un hijo imprevisible del campo profundo aragon¨¦s, como su compatriota Luis Bu?uel. Solo que Bu?uel tuvo suerte y Fleta no. Se fug¨® a Italia con Luisa Pierrick, su profesora de canto en el Liceo de Barcelona. Y con ella tuvo dos hijos. No se pudieron casar porque Luisa estaba casada. Un esc¨¢ndalo de ¨¦poca descomunal. Mucha vida entrando en el coraz¨®n de Fleta. Y es entonces, de la mano de Luisa, cuando deslumbra al mundo. Nadie hab¨ªa o¨ªdo una voz as¨ª. No solo era una voz de portento natural inigualable, sino que Fleta impuso su propio estilo, su propia personalidad, lo que le vali¨® desencuentros con importantes m¨²sicos de la ¨¦poca, como Toscanini o el mism¨ªsimo Giacomo Puccini, que ve¨ªan c¨®mo Fleta les robaba protagonismo. Era un innovador que tocaba el coraz¨®n del p¨²blico. En Italia se le conoc¨ªa como Michele Fleta y se pensaba que era italiano, ?de d¨®nde si no?
Se recuerda como un portento su actuaci¨®n en el estreno mundial de Turandot de Puccini en la Scala de Mil¨¢n en 1926. No se conserva lamentablemente ninguna grabaci¨®n del Nessun Dorma cantado por Fleta, pero s¨ª memoria de que su interpretaci¨®n de dicha aria fue legendaria. No podemos recordarla, pero s¨ª hay infinidad de grabaciones de Fleta que el p¨²blico espa?ol desconoce.
No obstante, este es el momento de que Espa?a entera recupere a su Caruso. Se celebra este 2022 el centenario del estreno de Fleta en el Teatro Real, un debut que fue un ¨¦xito de aclamaci¨®n popular. Fleta fue el Elvis Presley de la Espa?a de los a?os veinte y en 1922 Madrid entera cay¨® a sus pies, incluido el rey Alfonso XIII. Fleta se casar¨ªa con su segunda mujer, Carmen Mirat, en 1927 en la plaza Mayor de Salamanca, abarrotada de p¨²blico que deseaba ver a su ¨ªdolo. Fue ese mismo a?o cuando comenzaron sus dificultades f¨ªsicas, debido a una faringitis. Lo que sigui¨® fue un declive que en otro pa¨ªs habr¨ªa sido visto como un crep¨²sculo o una decadencia digna, y aqu¨ª como un ¡°ya se le ve¨ªa venir¡±, o un ¡°no era para tanto¡±.
La guerra civil espa?ola arras¨® su vida. Muri¨® en 1938, de una uremia, en A Coru?a. Fleta no era un intelectual. Era un artista. Se afili¨® a la Falange Espa?ola, un error que pagar¨ªa con la desaparici¨®n de su nombre de la cultura espa?ola. Para m¨ª Fleta es otro de los grandes de eso que se llama la generaci¨®n del 27 expandida. Y es uno de los grandes por una sencilla raz¨®n: fue el mejor tenor del mundo. Es nuestro patrimonio y no estamos para dilapidar patrimonios. No somos tan ricos como para podernos permitir el lujo de olvidarlo, porque alguna vez, para millones de corazones esparcidos por Am¨¦rica y Europa, Miguel Fleta fue belleza y vida. Y aunque esos millones de corazones hace d¨¦cadas que se pararon, les debemos memoria. Y a Fleta le debemos agradecimiento, porque vino de la nada, del pueblo at¨¢vico, abandonado y agreste, ad¨¢nico y biol¨®gico, del azar y de la naturaleza, del misterio de un lugar llamado Albalate de Cinca.
Babelia
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