Una carta in¨¦dita detalla las penalidades de Miguel Hern¨¢ndez en su cautiverio infernal
Vicente Hern¨¢ndez, hermano del poeta, detall¨® en una misiva que sale a la luz el abandono, sanitario y pol¨ªtico, que su hermano sufri¨® en sus ¨²ltimos d¨ªas de vida en la prisi¨®n de Alicante
¡°Aqu¨ª nunca podr¨¦ curarme, aqu¨ª me muero¡±. El poeta Miguel Hern¨¢ndez escrib¨ªa poco antes de su muerte una carta sobrecogedora a su esposa, Josefina Manresa, a quien ped¨ªa de manera desesperada ayuda para salir de la prisi¨®n de Alicante donde lo manten¨ªa encarcelado el r¨¦gimen franquista y donde finalmente falleci¨® en 1942. Esa llamada de socorro dejaba claro que el poeta estaba pasando por un infierno, pero acaba de salir a la luz un documento in¨¦dito que revela con m¨¢s detalle sus penalidades. Se trata de una misiva que su hermano Vicente envi¨® en 1975 a un amigo de la familia, el doctor Vicente Escudero, que en 1983 fue elegido alcalde socialista de Orihuela (Alicante). Un facs¨ªmil de esa carta ha llegado ahora al Museo Miguel Hern¨¢ndez-Josefina Manresa (ubicado en el municipio jienense de Quesada) por mediaci¨®n de la Diputaci¨®n de Ja¨¦n, que en 2013 adquiri¨® el legado del poeta, hasta entonces abandonado en un banco de Elche (Alicante) por el desencuentro entre los herederos y los gobernantes locales.
En la carta, Vicente Hern¨¢ndez relataba c¨®mo encontr¨® a su hermano durante una de sus visitas: ¡°Estaba tan malo en aquella enfermer¨ªa donde hab¨ªa 90-100 hombres tendidos quit¨¢ndose las puses los unos a los otros con trapos sucios, pues all¨ª no entraba un m¨¦dico o un practicante en siete u ocho d¨ªas, aquello era inhumano; en fin, para qu¨¦ decirte m¨¢s¡±. Contaba tambi¨¦n las distintas gestiones que realiz¨® para que fuera atendido dado su precario estado de salud, unos tr¨¢mites que resultaron infructuosos y que terminaron con la muerte del escritor.
¡°Los ¨²ltimos d¨ªas de vida de Miguel Hern¨¢ndez fueron un aut¨¦ntico calvario que retrata los niveles de intolerancia y rencor acumulados en la Espa?a de final de la guerra¡±, se?ala Francisco Escudero, hijo del m¨¦dico a quien escribi¨® el hermano aquella carta. A su juicio, en la improvisada prisi¨®n del Reformatorio de Adultos de Alicante ¡ªdonde hab¨ªa 9.000 reclusos pese a que su capacidad era de 2.000¡ª, el poeta no solo no recibi¨® la atenci¨®n m¨¦dica que requer¨ªa un enfermo que hab¨ªa contra¨ªdo tifus y tuberculosis. ¡°Tambi¨¦n sufri¨® coacciones y despu¨¦s el abandono por parte de las personas influyentes del nuevo r¨¦gimen que tuvieron en su mano salvarle la vida, como fueron el can¨®nigo Luis Almarcha y, por delegaci¨®n, el padre Vendrell¡±, indica Escudero. De hecho, en la carta remitida por el hermano del poeta ya se apunta que cuando fue a visitar al obispo Almarcha para pedirle ayuda le dijo que no pod¨ªa hacer nada ¡°porque ¨¦l no le quiso hacer caso cuando le propuso que rectificara de sus ideas y de sus escritos¡±.
En otra carta, el propio escritor detall¨® las p¨¦simas condiciones de aquella prisi¨®n: ¡°Josefina, m¨¢ndame inmediatamente tres o cuatro kilos de algod¨®n y gasas que no podr¨¦ curarme hoy si no me los mandas. Se ha acabado todo en esta enfermer¨ªa. Comprender¨¢s lo dif¨ªcil que es curarme aqu¨ª. Ayer se me hizo una cura con trapos y mal. Quiero salir de aqu¨ª cuanto antes. Se me hacen unas curas a fuerza de tirones y todo es desidia, ignorancia, despreocupaci¨®n¡±.
Sus hermanos Vicente y Elvira y su esposa fueron las tres personas que m¨¢s frecuentemente lo visitaron en la c¨¢rcel de Alicante. Vicente y Elvira, al ser familiares directos, ten¨ªan acceso a los permisos de visitas, pero su mujer tuvo m¨¢s dificultades porque no estaban casados por la Iglesia y los matrimonios civiles materializados durante la Rep¨²blica no eran reconocidos por el nuevo r¨¦gimen.
En m¨¢s de una ocasi¨®n, sus amigos recurrieron a una estratagema para que pudiera ver a su hijo Manolillo. Seg¨²n el testimonio de Julio Oca, Petete, hijo del pintor Eusebio Oca, compa?ero de c¨¢rcel de Miguel Hern¨¢ndez en Alicante, el poeta acompa?aba a veces al pintor a la zona de visitas cuando sus familiares iban a verle porque cojeaba de una pierna y andaba con bastante dificultad, por lo que precisaba de ayuda. Entre esos familiares estaba el propio Julio Oca, que entonces ten¨ªa dos a?os, pero alguna vez no era ¨¦l el que iba sino que se intercambiaba con Manolillo, que ten¨ªa la misma edad, para que el poeta pudiera verle.
Miguel Hern¨¢ndez pudo haber tomado uno de aquellos barcos salvadores que se hallaban en el puerto alicantino durante los ¨²ltimos d¨ªas de la Guerra Civil. Pero su ¨²nico pensamiento era volver a su tierra y reencontrarse con su mujer y su hijo. El 30 de abril de 1939, un mes despu¨¦s de finalizar la guerra, cruz¨® la frontera y lleg¨® al pueblo portugu¨¦s de Santo Aleixo, y a continuaci¨®n a Moura, donde fue detenido por la polic¨ªa el 3 de mayo y devuelto al primer puesto fronterizo espa?ol: Rosal de la Frontera (Huelva), que se convirti¨® en su primera c¨¢rcel. All¨ª recibi¨® palizas y sufri¨® humillaciones, inicio de un calvario que le llev¨® por diversas prisiones espa?olas: Sevilla, Madrid (la de la calle de Torrijos, n¨²mero 65), Orihuela, de nuevo Madrid (Conde de Toreno), Palencia, Oca?a y Alicante.
En la c¨¢rcel de Torrijos, adonde fue trasladado el 18 de mayo, escribi¨® a Josefina para que consiguiera la ayuda de un abogado oriolano y a finales de mes le pidi¨® que hablara con el can¨®nigo Luis Almarcha para que intercediera por ¨¦l ante las autoridades. Tambi¨¦n escribi¨® a los padres del poeta Ram¨®n Sij¨¦, a quien hab¨ªa dedicado una c¨¦lebre eleg¨ªa. Paralelamente, la causa judicial segu¨ªa abierta y el Ayuntamiento de Orihuela emiti¨® un informe negativo sobre el escritor, firmado por el entonces alcalde: ¡°Su actuaci¨®n en esta ciudad desde la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica ha sido francamente izquierdista, m¨¢s a¨²n, marxista [...] de activ¨ªsima propaganda comunistoide. Se sabe que durante la revoluci¨®n ha publicado numerosos trabajos en toda clase de peri¨®dicos y publicaciones, y que estuvo agregado al Estado Mayor de la Brigada del Campesino¡±.
El 14 de enero de 1940 fue condenado a pena de muerte, pero el 9 de junio se le conmut¨® por 30 a?os de prisi¨®n. En la c¨¢rcel conoci¨® al dramaturgo Antonio Buero Vallejo, quien le har¨ªa un retrato a carboncillo que se convertir¨ªa en la imagen m¨¢s conocida del poeta oriolano. Tras pasar por varias prisiones, lleg¨® a la de Alicante el 24 de junio de 1941. Algunos amigos y conocidos intentaron interceder para que fuera trasladado a un sanatorio donde pudiera ser operado con garant¨ªas de su afecci¨®n pulmonar. ¡°Los testimonios que ha dejado escritos Luis Fabregat [compa?ero de penurias en aquellos momentos] revelan que el Reformatorio de Adultos de Alicante nunca lleg¨® a cursar solicitud formal a la Direcci¨®n General de Penitenciar¨ªa¡±, apunta Escudero.
Miguel Hern¨¢ndez muri¨® en la madrugada del 28 de marzo de 1942, a los 31 a?os, sin que llegara el ansiado traslado a un sanatorio. Entre Luis Fabregat y Ram¨®n P¨¦rez ?lvarez lograron sacar de la c¨¢rcel sus ¨²ltimos poemas: Eterna sombra, Cada hombre, Ri¨¦ndose, burl¨¢ndose con claridad del d¨ªa, Muerte nupcial, Yo no quiero m¨¢s luz que tu cuerpo ante el m¨ªo, Desde que el alba quiso ser alba y Sonre¨ªd con la alegre tristeza del olivo. ¡°Lo hicieron a escondidas, Fabregat utiliz¨® la capaza con doble fondo que portaba su hermana Maruja cuando fue a verle¡±, revela Escudero.
El dram¨¢tico cautiverio no hab¨ªa mermado su capacidad creativa, ya que no dej¨® de escribir versos que radiografiaban sus sentimientos. A ese periodo pertenece su Cancionero y romancero de ausencias, que para Escudero es la obra cumbre de Hern¨¢ndez, en la que refleja con mayor profundidad sus ejes tem¨¢ticos: el amor, la muerte y la vida desde una ¨®ptica intimista. Tambi¨¦n es de esa ¨¦poca la famosa composici¨®n Nanas de la cebolla, una de las canciones de cuna m¨¢s emotivas y populares de la literatura espa?ola. ¡°En un contexto personal dram¨¢tico, Miguel es capaz de transmitir luz a trav¨¦s de estos versos, que, de esta manera, se convierten en un canto de esperanza y de futuro¡±.
Babelia
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