¡®El prodigio¡¯: elegante aproximaci¨®n a la lucha de las mujeres contra el fanatismo
Sebasti¨¢n Lelio dirige a Florence Pugh en un ambiente rural ¨¢spero, pero expresivo y bello, y en un tiempo, 1862, marcado por las supersticiones
En algunos c¨ªrculos se considera que la versi¨®n primigenia de la anorexia la conformaron las llamadas ayunadoras de la ¨¦poca victoriana en el Reino Unido: preadolescentes que, aupadas por la cerraz¨®n religiosa y el contagio imitativo, afirmaban que pod¨ªan sobrevivir largos tiempos sin comer y sin que su cuerpo o su sistema inmunitario sufriera lo m¨¢s m¨ªnimo, lo que dio pie a que fueran consideradas santas por los creyentes y sus supuestas capacidades fueran concebidas como milagros. Un fen¨®meno al que se acerca la elegante pel¨ªcula irlandesa El prodigio, dirigida por el chileno Sebasti¨¢n Lelio, y basada en una novela de Emma Donoghue publicada en 2016. Una historia de mujeres en busca de la liberaci¨®n en un infierno de superstici¨®n, que se estrena en exclusiva en Netflix.
Donoghue en su libro y Lelio en su pel¨ªcula desv¨ªan el foco desde la apenas cr¨ªa que afirma no haber ingerido alimentos en los ¨²ltimos cuatro meses para ponerlo en la enfermera encargada de vigilar si el asombroso caso es una maravilla sobrenatural o una simple estafa. En el comit¨¦ de sabios del apartado lugar irland¨¦s de las Midlands, que encarga la labor de carcelera a la joven mujer interpretada con su fuerza habitual por Florence Pugh, se unen precisamente el hambre y las ganas de comer: por un lado, desconf¨ªan tanto de la cr¨ªa como de la propia enfermera a la que han encargado la supervisi¨®n (por turnos, junto a una monja), cuando esta les ofrece una explicaci¨®n al asombro, as¨ª como del periodista de The Daily Telegraph desplazado a la zona para informar del suceso; pero por otro les interesa mantener que la historia sea corroborada como cierta, al igual que a las instancias de poder de cualquier zona depauperada en la que se han producido supuestos milagros a lo largo de la historia.
En esa dicotom¨ªa reside parte del inter¨¦s de un relato muy atractivo, en el que la influencia del catolicismo, de las creencias y de una sociedad opresiva mandada por hombres que desconf¨ªan de las mujeres puede dar lugar a no pocos paralelismos a lo largo de la historia, y que puede seguir vigente en ciertos ¨¢mbitos. En un ambiente rural ¨¢spero, pero expresivo y bello, que recuerda sobremanera a algunas de las adaptaciones de Cumbres borrascosas, Lelio maneja su c¨¢mara a trav¨¦s de movimientos sinuosos, lentos travellings de acercamiento hacia cuerpos y rostros, marcados por la duda y el atrevimiento en un tiempo, el a?o del se?or de 1862, presidido por el fanatismo.
Con una preciosa utilizaci¨®n de la luz en los austeros interiores y en los agrestes exteriores, el director chileno inocula la forma con un subtexto de fondo muy cercano al de dos de sus excelentes trabajos anteriores, Gloria (2013) y Una mujer fant¨¢stica (2017, ganadora del Oscar a la mejor pel¨ªcula internacional), e incluso al de su primer acercamiento al cine en ingl¨¦s, la fallida Desobedience (2017), obras en principio distantes de El prodigio: relatos de mujeres enfrentadas a sociedades o comunidades desp¨®ticas, que se rebelan contra los mandamientos dados y contra sus normas morales.
Y, como aportaci¨®n final de Lelio, se a?aden un pr¨®logo y un ep¨ªlogo, contados desde fuera de la propia pel¨ªcula y en los que se muestra la tramoya y su condici¨®n de artificio casi pirandelliano, con los que juega a la argucia de la mentira de otra mentira. O quiz¨¢ a la mejor de sus verdades, qui¨¦n sabe, pues en su ambiguo desenlace se a¨²nan las cuatro esencias de El prodigio: la compasi¨®n, la prohibici¨®n, la confusi¨®n y la expiaci¨®n.
EL PRODIGIO
Dirección: Sebastián Lelio.
Intérpretes: Florence Pugh, Kila Lord Cassidy, Tom Burke, Toby Jones.
Género: drama. Irlanda, 2022.
Plataforma: Netflix.
Duración: 108 minutos.
Estreno: 16 de noviembre.
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