El bum de la poes¨ªa joven que lleg¨® a llenar pabellones pierde su efervescencia
El auge originado en las redes sociales sacudi¨® la escena literaria a mitad de la d¨¦cada pasada, vendiendo decenas de miles de libros y generando una virulenta pol¨¦mica sobre su calidad. Pasado el tiempo, las ventas no son las que eran, pero el g¨¦nero se ha asentado


?De d¨®nde hab¨ªan salido aquellos poetas? A mediados de la d¨¦cada pasada un grupo de autores acapar¨® la atenci¨®n de muchos j¨®venes (y no tan j¨®venes) con sus versos pixelados; amonton¨® likes y followers como cordilleras, consigui¨® saltar de las redes a las ediciones en papel y triunfar en el sector despachando decenas de miles de ejemplares, algo inaudito en un g¨¦nero tradicionalmente minoritario, casi secreto. Llenaban teatros, y hasta pabellones, lo nunca visto: Elvira Sastre y Andr¨¦s Su¨¢rez completaron las 15.000 localidades del WiZink Center de Madrid en noviembre de 2019. Marwan tambi¨¦n ha llenado ese tipo de recintos. Fundaron un subg¨¦nero, que se llam¨® de varias maneras: poes¨ªa de internet, poes¨ªa de Instagram (o Twitter), poes¨ªa pop tardoadolescente (seg¨²n el analista po¨¦tico Mart¨ªn Rodr¨ªguez-Gaona) o popes¨ªa (como m¨¢s recientemente ha propuesto el poeta Carlos Salem).
Las coloridas portadas de estos poetas neonatos, con tipograf¨ªa informal e imagen entre pop y na¨ªf, ocuparon los mejores puestos en los anaqueles, coparon las listas de ventas po¨¦ticas y el coraz¨®n de una generaci¨®n. En una primera hornada fueron Marwan, Elvira Sastre, Diego Ojeda, Loreto Sesma, Irene X... y a partir de ah¨ª se activ¨® una maquinaria que no dej¨® de producir nuevos nombres, a los que se unieron m¨²sicos, cantautores, raperos, influencers y hasta pol¨ªticos (como Borja S¨¦mper, que se retir¨® de la pol¨ªtica activa, pero que acaba de ser nombrado portavoz de campa?a del Partido Popular). ¡°Aquel primer grupo lleg¨® cuando no hab¨ªa nada, como pioneros en el Lejano Oeste: el que llegaba primero se llevaba el oro¡±, dice Rodr¨ªguez-Gaona, ¡°Las nuevas generaciones ya no lo ven como algo tan novedoso, sino como algo que siempre estuvo ah¨ª¡±. Otros nombres asociados al movimiento podr¨ªan ser Rayden, Luis Ramiro, C¨¦sar Poetry, Defreds, Miguel Gane, Victoria Ash, Irene G Punto, Redry y un largo etc¨¦tera. El tiempo destructor ha pasado. ?Contin¨²a la burbuja?
¡°El descenso general de ventas en Espa?a parece evidente, ya se ver¨¢ si a causa de la sobreproducci¨®n, por la saturaci¨®n de propuestas cl¨®nicas, o por fatiga de los lectores. Una mala noticia para quienes solo pensaban en vender¡±, escribe Salem en su libro Popes¨ªa (Muddy Waters Books). Ese descenso de ventas tampoco significa la ca¨ªda en la insignificancia del g¨¦nero, sino, por el momento, la estabilizaci¨®n del negocio, el racional enfriamiento de aquella fiebre. ¡°Si algo caracteriza a los bums, es que suceden en un periodo de tiempo que no suele ser muy extenso¡±, dice Nuria Utrero, responsable de comunicaci¨®n de MueveTuLengua, una de las editoriales m¨¢s vinculada al movimiento. ¡°Ahora el panorama est¨¢ mucho m¨¢s tranquilo. Algo que era previsible y que tiene varios precedentes en el tiempo¡±.
Una historia atravesada por la pol¨¦mica
El estallido y establecimiento de la poes¨ªa de internet no ocurri¨® sin pol¨¦mica: corri¨® la sangre (metaf¨®rica). Los poetas de internet se saltaron a la torera (y sin darse cuenta) los cauces habituales del mundo literario: los suplementos literarios, los cr¨ªticos, las editoriales afianzadas. Desde las redes asaltaron la Ciudad Letrada, seg¨²n la afortunada expresi¨®n de Rodr¨ªguez-Gaona, que pr¨®ximamente continuar¨¢ su an¨¢lisis en Contra los influencers, premio Ciutat de Val¨¨ncia, publicado por Pre-Textos.
A los poetas que ya estaban all¨ª (llam¨¦mosles literarios) no les hizo demasiada gracia. A la poes¨ªa de internet se le critic¨® su adanismo: escrib¨ªan como si nadie hubiera escrito antes. Muchos de ellos reconocieron no tener lecturas, y otros rechazaron el apelativo de poeta, probablemente para evitar pol¨¦micas. Tambi¨¦n se les critic¨® una sencillez que rayaba en la simpleza, se dijo que hac¨ªan ¡°poes¨ªa de carpeta¡±, en referencia a los versos que escriben en sus carpetas los bachilleres. Y el sentimentalismo exacerbado: m¨¢s que preocuparse por la forma y las complejidades po¨¦ticas, parec¨ªan proyectar sentimientos sin filtros. Se denunci¨® que medios e instituciones les tomaran como representantes de la Poes¨ªa (con may¨²sculas). En mayo de 2020, apogeo de la pandemia, los Reyes de Espa?a mantuvieron una reuni¨®n virtual con representantes de la poes¨ªa joven: los elegidos fueron algunos de los adscritos a esta corriente, como Marwan, Defreds o Elvira Sastre, lo que levant¨® no pocas ampollas. Se critic¨® que no se invitara, por ejemplo, a los ¨²ltimos ganadores del Premio Nacional de Poes¨ªa Joven Miguel Hern¨¢ndez, considerados de la corriente literaria y suficientemente legitimados.

¡°Creo que, en general, parte del problema radic¨® en que se meti¨® a esta poes¨ªa en el mismo saco que la poes¨ªa literaria, cuando era otra cosa¡±, opina Mart¨ªnez-Gaona, ¡°es una aberraci¨®n que en las listas de m¨¢s vendidos figure, por ejemplo, Antonio Gamoneda junto con otros nueve poetas de internet¡±. Loreto Sesma lleg¨® a ganar el reputado premio Ciudad de Melilla, uno de los m¨¢s importantes del panorama, que publica Visor, en cuyo palmar¨¦s figuran grandes nombres, como Luis Rosales, Pablo Garc¨ªa Baena o Gioconda Belli. Pero toda cr¨ªtica fue en balde: el fen¨®meno comercial continu¨®. La poes¨ªa, siempre tan underground, hab¨ªa generado su propia corriente mainstream, de car¨¢cter m¨¢s comercial, ligero y asequible a todos los p¨²blicos. Tambi¨¦n se argument¨® que el contacto con los poetas de internet pod¨ªa llevar a los j¨®venes lectores a explorar otras complejidades del g¨¦nero y su historia, aunque esta cuesti¨®n siempre fue controvertida.
En proceso de estabilizaci¨®n
Adem¨¢s de las editoriales independientes, algunos sellos de grupos grandes, creados para la ocasi¨®n, tambi¨¦n se acercaron al fen¨®meno, como es el caso de Espasa es Poes¨ªa, de Planeta. ¡°La editorial fue creada en 2015 para dar cabida a esas voces nuevas e impulsar el g¨¦nero, con ediciones en r¨²stica y orientada a los j¨®venes lectores¡±, explica la editora Viviana Paletta. ¡°Muchos j¨®venes escritores vieron cumplido el sue?o de ver su obra volcada en libro, el soporte tradicional y de referencia para formar parte del universo literario. El sue?o de cualquier poeta¡±, a?ade. Espasa es Poes¨ªa tambi¨¦n cre¨® un premio, dotado de 20.000 euros, que en las ¨²ltimas ediciones ya ha virado a la poes¨ªa literaria, como es el caso del poemario Deseo de ser ¨¢rbol, de ?ngelo N¨¦store. La diversificaci¨®n estil¨ªstica parece ser otra de las estrategias de las editoriales para enfrentar el cambio de rumbo del mercado. ¡°En este momento, el fen¨®meno, que abri¨® v¨ªas de comunicaci¨®n y acceso inimaginables para el ¨¢mbito po¨¦tico, ha tendido a asentarse y los ¨¦xitos de ventas son puntuales, como en cualquier otro g¨¦nero¡±, agrega Paletta.

La cantera, es decir, internet, contin¨²a funcionando. ¡°Seguimos apostando por autores nuevos constantemente¡±, dice Utrera, ¡°aunque ahora es dif¨ªcil adquirir la relevancia que en su momento lograron ciertos autores de las primeras hornadas, pero nuestra sensaci¨®n es que la gente cada vez se anima m¨¢s a escribir, a compartir sus textos, y creemos que es en parte por los precedentes de estos autores consolidados, lo que nos hace especial ilusi¨®n¡±. Se ha generado un hueco en el mercado que las editoriales luchan por mantener.
El futuro plantea, como siempre, numerosas preguntas. ¡°?Hablaremos dentro de unos a?os de una nueva generaci¨®n de escritores que tardaron en ser comprendidos por sus mayores? ?O todo habr¨¢ quedado en un recreo, breve y ruidoso, en el que dejaron creer a los ni?os que pod¨ªan jugar en libertad y que el patio les pertenec¨ªa? Lo ignoro. Solo espero que no queden muchos juguetes rotos¡±, concluye Salem.
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