La batalla en verso: los poetas mileniales frente a lo comercial, lo digital y lo viral
La antolog¨ªa ¡®Millennials: nueve poetas¡¯, de Alba Editorial, pone bajo la lupa a una nueva generaci¨®n en Espa?a. Cada vez se vende m¨¢s poes¨ªa, ?pero cu¨¢nto tiene que ver en ello la ¡°poes¨ªa de Instagram¡± y c¨®mo es recibida entre los autores y lectores m¨¢s tradicionalistas?
?Escriben distinto los nativos digitales? ?Supone Internet un cambio en el contenido y la forma de los poemas, y no solo en su distribuci¨®n? En La lira de las masas (P¨¢ginas de Espuma, 2019), Mart¨ªn Rodr¨ªguez-Gaona defiende que, puesto que el p¨²blico virtual no atiende a los viejos circuitos (editoriales de prestigio, Academia o poetas veteranos), la red habr¨ªa dado lugar a lo que ¨¦l llama ¡°poes¨ªa pop tardoadolescente¡±, una escritura nueva que busca el entretenimiento y la identificaci¨®n de sus lectores, pero que no se relaciona con la tradici¨®n (tampoco mediante la ruptura, as¨ª que no podr¨ªa resultar realmente original). Millennials: Nueve poetas, la reciente antolog¨ªa de Gonzalo Torn¨¦ para Alba Editorial, viene a desmentirlo. Seg¨²n el ant¨®logo, ¡°la red acelera los primeros pasos del poeta, pero no impone ninguna marca en su escritura¡±.
Luna Miguel, una de las seleccionadas, lo explica as¨ª: ¡°La influencia del mundo digital en la poes¨ªa contempor¨¢nea (la que leo publicada en papel y la que encuentro en Twitter o Instagram) no deja de ser anecd¨®tica. M¨¢s tem¨¢tica que formal. Hace diez a?os hab¨ªa quien pod¨ªa escandalizarse de que en un poema apareciera la palabra WhatsApp, igual que imagino a la pe?a conservadora extra?¨¢ndose cuando se empez¨® a mencionar la televisi¨®n en la literatura¡±. ¡°Lo que se ha transformado¡±, indica Laia L¨®pez Manrique, poeta, coordinadora de Revista Kokoro y docente, ¡°es la imagen de los y las poetas, mediada por las demandas de lo virtual y de lo inmediato. ?Pero eso altera el modo en que se fragua cualquier escritura? Para m¨ª, desde luego, no.¡±
En general, Internet habr¨ªa modificado los h¨¢bitos de los lectores y tambi¨¦n su manera de acceder a la poes¨ªa, aunque no la naturaleza de esta. Pero existen algunas excepciones: poetas como Juan de Beatriz, flamante Premio Emilio Prados por Cantar qu¨¦, que han aprovechado los avances tecnol¨®gicos y medi¨¢ticos y la proliferaci¨®n de mundos virtuales para elaborar su po¨¦tica. En sus palabras: ¡°Si la red es una met¨¢fora de la totalidad de lo real, el libro de tecnopoes¨ªa constituir¨¢ un ancho espacio, donde todo tenga cabida¡±. Adem¨¢s, Juan tiene una interesante teor¨ªa sobre el acercamiento de los j¨®venes a la escritura po¨¦tica que podr¨ªa explicar su proliferaci¨®n: ¡°El joven actual genera una cantidad de textos sin precedentes, al margen de su calidad, rigor o funci¨®n. Esta ingente cantidad de texting facilita un trasvase intuitivo e inmediato entre la escritura digital (cotidiana y funcional) y la escritura literaria. El pie de foto en Instagram, esa respuesta algo m¨¢s meditada de WhatsApp o la reflexi¨®n apuntada a la carrera en las notas del m¨®vil se convierten hoy, de modo muy natural, en el germen de un poema¡±.
Si la discusi¨®n sobre si existe o no una escritura espec¨ªficamente milenial ya es, en seg¨²n qu¨¦ lugares, tensa; en estos mismos rincones de Facebook y de Twitter los ¨¢nimos terminan de encenderse cuando se toca el fen¨®meno de los superventas. Durante muchos a?os la broma hab¨ªa funcionado, porque, seguramente, se acercaba a la realidad (¡±?en Espa?a hay m¨¢s poetas que lectores de poes¨ªa!¡±); pero hoy existen libros de poemas que se exhiben en los escaparates de las librer¨ªas y que despachan miles de ejemplares. Seg¨²n datos del Ministerio de Cultura, en 2019 (¨²ltimo a?o que recoge el An¨¢lisis sectorial del libro 2020) se editaron un 16,7% m¨¢s de libros de poes¨ªa que el a?o anterior. En la ¨²ltima d¨¦cada, pr¨¢cticamente cada a?o ha marcado un r¨¦cord. La poes¨ªa llega cada a?o a m¨¢s lectores y cada vez viaja m¨¢s deprisa, y esta aceleraci¨®n no podr¨ªa entenderse sin Internet y las posibilidades que ofrece para que circulen los textos.
Muchos de sus autores (Defreds, Marwan, Irene X) cuentan con decenas o cientos de miles de seguidores en Instagram. Una de las editoriales que m¨¢s superventas acumula en su cat¨¢logo es Espasa y una de sus editoras, Viviana Paletta, justifica as¨ª su ¨¦xito: ¡°Considero que la repercusi¨®n masiva de ciertas publicaciones tiene que ver con la afectividad y con la sentimentalidad a flor de piel, plasmada de una forma accesible¡±. De manera m¨¢s t¨¦cnica, Juan de Beatriz desmenuza estos superventas: ¡°Una de las singularidades del best seller es la autofagia referencial, el adanismo literario y la desconexi¨®n parcial con una determinada tradici¨®n est¨¦tica. El manido yo l¨ªrico ahora, ha devenido en un yo hipertrofiado, autocomplaciente y na¨ªf¡±. No obstante, no considera que este sea un fen¨®meno negativo: ¡°En su d¨ªa, la degluci¨®n mercantilista del g¨¦nero despert¨® ampollas en el mundillo po¨¦tico, porque se trata de un ¨¢mbito muy r¨ªgido. No es mala cosa que el mercado editorial haya encontrado una bolsa de ox¨ªgeno¡±.
Tambi¨¦n en t¨¦rminos de mercado, Luna Miguel, con una larga experiencia dentro del mundo editorial, se muestra favorable y desarrolla: ¡°Como en todos los g¨¦neros, en la poes¨ªa hay producciones m¨¢s comerciales, m¨¢s asequibles, m¨¢s virales. Esto en narrativa lo entendemos muy bien, ?por qu¨¦ no en poes¨ªa? Dec¨ªa Claudio L¨®pez Lamadrid, mi maestro, que de los 10 autores que publicaba solo 1 o 2 le eran rentables, pero lo suficiente como para poder editar y promover la literatura de los otros 8. En parte, como escritores de nicho, debemos estar agradecidos a la viralidad de otras compa?eras¡±.
Otro de los puntos m¨¢s debatidos es el de si existe una transferencia de p¨²blico que empiece consumiendo a los llamados ¡°poetas de Instagram¡± y termine por acercarse a propuestas m¨¢s exigentes. ¡°Yo misma lo he vivido¡±, prosigue Luna. ¡°Hay lectoras de Elvira Sastre o Irene X que han llegado a m¨ª despu¨¦s de leerlas. Y quiero pensar que despu¨¦s de haber llegado a m¨ª habr¨¢n podido acceder a Berta Garc¨ªa Faet o a Elizabeth Duval¡±. Sin embargo, Laia L¨®pez Manrique, en permanente contacto con sus alumnos, no es optimista a ese respecto: ¡°Puede que haya una transferencia azarosa en algunos casos, pero no tengo ninguna confianza en que eso suceda como regla general. La literatura en la ense?anza secundaria, al menos en la escuela p¨²blica, se ense?a poco y mal. No disponemos de tiempo ni de recursos suficientes para desarrollar un di¨¢logo complejo al respecto. En ese contexto, la poes¨ªa es una hormiga que se ve lateralmente afectada, s¨ª, pero no deja de ser un grano de arena m¨¢s en un desierto¡±.
Hablar de poes¨ªa es tambi¨¦n hablar de precariedad y de unas instituciones anticuadas, conservadoras y parciales. Por eso a Luna le molesta que todas las controversias ocurran del lado de los autores ¡°y no sobre los nefastos sistemas de premios p¨²blicos, ni sobre la tensi¨®n entre las editoriales independientes y las grandes, ni tampoco sobre el peso de la academia sobre los que est¨¢n empezando a publicar¡±. Laia se?ala que en el ¨¢mbito po¨¦tico ¡°los escritores, son quienes se ven obligados a hacer el trabajo de puente entre su propia obra y la visibilidad de la misma¡±. Algo cansado que nunca se menciona, y que ocurre porque ¡°las instituciones privilegian unas pocas propuestas¡±. Con todo, editoriales valientes como La u?a RoTa, Ultramarinos, Letraversal, C¨¢ntico o La Bella Varsovia (que acaba de incorporarse a Anagrama) se han consolidado como alternativa al ¡°agotado paradigma editorial cl¨¢sico¡± que ¡°no huele ni de lejos las nuevas derivas est¨¦ticas de la poes¨ªa joven espa?ola¡±, en palabras de Juan.
Pero el mundo de la poes¨ªa tambi¨¦n sale de s¨ª mismo y se asoma a la realidad sobre (y desde) la que escribe. Siempre se podr¨¢n encontrar dos vetas: la de algunos poetas dedicados a revelar la oscuridad de las cosas mediante intuiciones, hallazgos y figuraciones existenciales y la de otros m¨¢s atentos a su entorno, decididos a intervenir social o pol¨ªticamente. Se podr¨ªa decir que las poetas de este ¨²ltimo grupo han alcanzado notables ¨¦xitos en los ¨²ltimos tiempos, anticipando la centralidad del feminismo, practic¨¢ndolo durante su actividad po¨¦tica e incorpor¨¢ndolo a su discurso. Viviana expone: ¡°La poes¨ªa es movilizadora, individual y socialmente. La verdadera poes¨ªa siempre ha cuestionado el estado de las cosas, los valores dominantes en cada tiempo. Y fue as¨ª en el feminismo, en el que tantas poetas se adelantaron a una lucha que hoy interpela a todos; y lo veo ahora en la ecopoes¨ªa o la escritura migrante: movimientos po¨¦ticos que llevan a un nuevo saber y al compromiso en muchos casos¡±.
El del feminismo es el caso paradigm¨¢tico, el mejor ejemplo de c¨®mo la poes¨ªa contempor¨¢nea puede alcanzar la conciencia de sus lectores. Luna confirma que la poes¨ªa permite intervenir en el debate p¨²blico (adem¨¢s de generar debates ¨ªntimos), y de paso, para terminar, ofrece unas cuantas referencias: ¡°Estoy convencida de que la poes¨ªa permite llegar a esos lugares. Al menos en la cuesti¨®n feminista, conf¨ªo en los despertares que hayan podido causar Audre Lorde, Adirenne Rich, Forough Farrojzad, Anne Carson, Koleka Putuma o Mar¨ªa Salgado¡±.
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