Masoner¨ªa y satanismo en el siglo XXI: ?creencias reales o gui?os pop?
Una publicaci¨®n rescata la leyenda de algunas logias, cultos y sociedades secretas espa?olas
El yoga es satanismo: sus posturas son, en verdad, invocaciones demoniacas. Stephen Hawking era un mu?eco, pura propaganda sat¨¢nica para quitarles a las masas la idea del Creador. El Big Bang, la teor¨ªa de la evoluci¨®n, la tesis de la ¡°bola giratoria¡± de la Tierra y la llegada a la Luna son versiones de masones sat¨¢nicos para desvirtuar la palabra de Dios. Son ideas conspiranoicas que denuncian en Twitter cuentas como Negacionistas Out of Context.
— Negacionistas Out of Context (@EstoyAvisando) January 8, 2023
?Cu¨¢nto hay de creencia real y cu¨¢nto de gui?o pop en estos nodos que tejen estas teor¨ªas enhebradas en noticias falsas? No lo podemos aventurar, pero algo s¨ª sabemos: los satanistas y los masones son las sociedades secretas que en este siglo XXI ¡ªtan tecnol¨®gico y posposmoderno¡ª siguen despertando un terror irracional en muchos. Pero, a su vez, son fuente de fascinaci¨®n y entretenimiento para much¨ªsimos m¨¢s. Al fin y al cabo, homenajear a hermandades invisibles y cultos misteriosos es una de las ocupaciones favoritas de la cultura contempor¨¢nea. De Stranger Things a La peste ¡ªserie sobre la sociedad secreta sevillana La Gardu?a¡ª, de las canciones de The Cramps al death metal de los valencianos Obscure, de la novela La Bestia de Carmen Mola a los superventas de Los siete secretos de Enid Blyton, son muchos los artefactos culturales que nos acercan el prisma esquivo de las sociedades secretas. ?Por qu¨¦?
El pensamiento positivista, cient¨ªfico y racional domina y deja fuera todo lo espiritual, lo inefable, generando distintos grados de escepticismo e incluso hostilidad, reflexiona el escritor Enrique Juncosa en La luz negra. Tradiciones secretas en el arte desde los a?os 50 (Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, 2018). Pero ese esfuerzo no logra destruir esa estela de sombras: ¡°Hay continuidad en las tradiciones secretas¡±, sentencia Juncosa.
Camarader¨ªa y clandestinidad
Parece cierto. ¡°Nos fascina lo oculto, la parte no visible, lo prohibido. Forma parte de la naturaleza humana¡±, explica Servando Rocha, escritor especializado en contracultura y director de La Felguera, una editorial que ¡°bajo la apariencia de una sociedad secreta, se dedica a revelar los mejores secretos de nuestra ¨¦poca¡±, seg¨²n se definen ellos mismos. Para Rocha, la gente a?ora la camarader¨ªa, la clandestinidad, ese ¡°sentimiento poderoso de pertenencia a una comunidad de pocos, una alianza entre hermanos, otra familia¡±.
La Felguera acaba de publicar Espa?a secreta. Cultos, logias y sociedades secretas, una revista-estuche con art¨ªculos, ilustraciones, fotos y un diccionario sobre sociedades secretas como Palladium, la Asociaci¨®n Universal para la Destrucci¨®n del Orden Social, La Secta de los Misteriosos, La Mano Negra o La Estrella Solitaria, entre otras muchas. Y, como otras veces, Rocha y su equipo han celebrado la puesta en marcha de su nueva publicaci¨®n con un encuentro secreto.
Una noche de mediados de noviembre, en el viaducto de Segovia, en Madrid, bajo el llamado puente de los suicidas, hubo un acto de tipo clandestino, con instrucciones secretas de llegada y una contrase?a que no es posible revelar. A la cita acudieron m¨¢s de 100 personas, y hubo gente que se qued¨® fuera de la convocatoria, con ganas de participar.
Rodeados de velas, utilizando un meg¨¢fono e iluminados por una potente luz ¡ªla que guio a los participantes hasta el punto de encuentro¡ª, en esa reuni¨®n se habl¨® de sociedades secretas. Minerva Garc¨ªa, vicepresidenta de la asociaci¨®n de Satanistas de Espa?a, fue una de las participantes en el acto. En conversaci¨®n telef¨®nica se nota que se divierte mucho en la asociaci¨®n, al tiempo que alerta sobre ese miedo ¡ªantiguo y ciego¡ª que circula invisible en las redes y en muchos otros lugares.
¡®Burlesque¡¯ y bendiciones
En materia de satanismo, hay gente que ¡°se queda en la literalidad de las cosas y no tiene una mirada pop sobre estos asuntos¡±, dice Minerva Garc¨ªa. Y por eso a ella le llegan bendiciones v¨ªa Twitter y a veces tambi¨¦n en persona. Medio riendo, recuerda que hace tres a?os hicieron una fiesta en un bar de Malasa?a para celebrar la puesta en marcha de la asociaci¨®n. Hubo m¨²sica, bailes de burlesque y confeti rojo para simbolizar un rito con sangre. De repente, a la puerta del bar lleg¨® un grupo de personas ¡°que se puso a rezar, a tirarnos agua bendita y a hacernos un exorcismo¡±, explica. Entonces le pareci¨® que estaba viviendo uno de los momentazos de su vida. Se sinti¨® ¡°como un miembro de los Sex Pistols¡±, pero no dej¨® de asombrarle la credulidad de los que pretend¨ªan rescatarles de su ¡°ca¨ªda¡± en manos sat¨¢nicas. ¡°Hay personas que creen en el demonio. Eso pasa hoy, ahora. Me alucina que la gente sea incapaz de documentarse un poco, de no entender la co?a de todo esto¡±, advierte.
Minerva Garc¨ªa, que se define como ¡°bisexual, feminista, stripper, satanista y sindicalista¡± en las redes, est¨¢ de acuerdo con la interpretaci¨®n de la figura de Sat¨¢n seg¨²n Bakunin, qui¨¦n describi¨® al ¨¢ngel ca¨ªdo como el primer rebelde, el primer librepensador y emancipador de los mundos. ¡°Hay que convivir como quieras sin hacer da?o a nadie, creer en ti mismo¡±, explica. Por eso en la asociaci¨®n quieren promover la cultura en esta ¨¦poca algo oscura: ¡°Parece que en estos tiempos ser un ignorante est¨¢ bien. Ese poder hablar desde la ignorancia y que se aplauda¡±, denuncia.
Ella se hizo satanista porque los dem¨¢s le hicieron sentir as¨ª, asegura: ¡°Siempre he vivido como me ha dado la gana y he dado mi opini¨®n de una manera libre, pero si eres mujer y haces eso, hay muchos que todav¨ªa se espantan¡±. Es vegetariana y animalista, pero la acusan de hacer sacrificios con animales: ¡°?Hay gente que cree de verdad que hacemos todo eso!¡±, se asombra.
Una sensacional fake new
En el encuentro secreto de esa noche de noviembre bajo el viaducto, una de las leyendas invocadas fue la de Leo Taxil. Conocido tambi¨¦n como Docteur Bataille ¡ªentre otros muchos seud¨®nimos¡ª, Taxil fue un destacado ateo franc¨¦s que elabor¨® una de las m¨¢s logradas fake news de la historia: la presunta uni¨®n secreta entre masoner¨ªa y satanismo.
En 1884, a trav¨¦s de tratados, escritos y encuentros, Taxil simul¨® su conversi¨®n al catolicismo y enga?¨® a la Iglesia invent¨¢ndose logias de masones aliadas con fuerzas diab¨®licas. Eran sociedades como Palladium, de la que advert¨ªa sobre su pretensi¨®n de dominar el mundo. Las afirmaciones de Taxil fueron aceptadas por el papa Le¨®n XIII ¡ªque lleg¨® a concederle audiencia¡ª y sus teor¨ªas conspirativas se extendieron por Europa.
Unas de las m¨¢s elaboradas mentiras de Taxil fue Lucifera, la Gran Sacerdotisa del Diablo, primera gran mujer sat¨¢nica y masona, que atend¨ªa al nombre de Diana Vaughan. En realidad, Vaughan era el nombre ficticio de la secretaria y mecan¨®grafa del propio Taxil, que la convenci¨® para que participase en su invenci¨®n. Ayudada por una amiga, se dedic¨® a escribir cartas a cardenales y obispos pidiendo ¡°ayuda espiritual¡± y no tard¨® en recibir un aluvi¨®n de respuestas.
Las invenciones de Taxil no tardaron en llegar a Espa?a. La farsa gener¨® infinidad de seguidores de su tesis, y fueron muchos los l¨ªderes religiosos que convirtieron sus invenciones en violentos tratados antimas¨®nicos.
El bulo se extendi¨® a lo largo de quince a?os hasta que el 19 de abril de 1897 Taxil celebr¨® una rueda de prensa en la Sociedad Geogr¨¢fica de Par¨ªs para acabar con su ¡°broma¡±. Reconoci¨® que sus revelaciones sobre los masones eran mentira, que lo que buscaba era re¨ªrse de la credulidad de la gente, y ¡°agradeci¨®¡± a la Iglesia su contribuci¨®n al ¨¦xito del enga?o al darle propaganda y fondos para sus publicaciones. El esc¨¢ndalo fue tan grande que el acto acab¨® en intentos de agresi¨®n.
Mentiras emancipadas
¡°Los escritos del franc¨¦s fueron un tempran¨ªsimo caso de guerrilla de la comunicaci¨®n y agitprop, al hacer pasar por verdadero lo que era falso. Es cuando la mentira se emancipa de s¨ª misma y pasa por verdad¡±, explica Rocha.
As¨ª fue. A?os despu¨¦s, Francisco Franco resucit¨® la farsa de Taxil y bajo el seud¨®nimo de Jakin Boor escribi¨® diversos art¨ªculos sobre complots de jud¨ªos y masones, argumentos que como dictador llev¨® al paroxismo con la puesta en marcha de entidades como el Tribunal Especial para la Represi¨®n de la Masoner¨ªa y el Comunismo.
Aleccionados por la obra de Taxil y el prejuicio contra la masoner¨ªa, ¡°hemos crecido en los temores, malentendidos, estereotipos e incluso una cierta estigmatizaci¨®n de masones y logias, presentes en el recorrido de nuestra historia, te?ida por las luchas pol¨ªticas¡±, escribe el historiador Carlos Pel¨¢ez, profesor e investigador de Antropolog¨ªa de las Pol¨ªticas Sociales y Culturales en la universidad Complutense de Madrid, en su libro Entrevista a un mas¨®n. Perspectiva de una realidad ignorada (Editorial S¨¦neca, 2006).
En Espa?a han nacido o se han desarrollado sociedades como El ?ngel Exterminador, del siglo XIX, que ten¨ªa como objetivo destruir las ideas del liberalismo progresista a trav¨¦s de intrigas o asesinatos. Una ¡°pura patra?a inventada por la francmasoner¨ªa¡± para desacreditar a los adversarios absolutistas y reaccionarios, seg¨²n el historiador decimon¨®nico Vicente de la Fuente.
Otro grupo secreto fueron los Carbonarios ¡ªprocedentes de N¨¢poles y afincados en tierras espa?olas, seg¨²n la leyenda¡ª, surgidos de los gremios de carboneros, una sociedad de la que se dec¨ªa que empleaba cruces, clavos o coronas de espinas en sus ceremonias para provocar el sufrimiento de los poderosos ¡ªterratenientes, nobles o reyes¡ª por sus desmanes contra los humildes. No es casualidad que en 1824, cuando se cre¨® el embri¨®n de lo que despu¨¦s ser¨ªa la polic¨ªa espa?ola, uno de sus objetivos fuera ¡°perseguir las asociaciones secretas, sean comuneros, masones, carbonarios o de cualquier secta tenebrosa¡±.
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