¡®Las paredes hablan¡¯: Carlos Saura y el impulso de la expresi¨®n art¨ªstica a los 91 a?os

El d¨ªa 21 de julio de 1959 un joven de 27 a?os llamado Carlos Saura, formado en el Instituto de Experiencias e Investigaciones Cinematogr¨¢ficas, la antigua Escuela Oficial de Cine, present¨® a censura la primera versi¨®n del guion de Los golfos, su estimulante primer largometraje. Sesenta y cuatro a?os despu¨¦s, y con una carrera encomiable detr¨¢s, el director de obras maestras como La caza, La prima Ang¨¦lica y Cr¨ªa cuervos estrena nueva pel¨ªcula el pr¨®ximo viernes: el documental Las paredes hablan, un trabajo sobre el nervio de la expresi¨®n art¨ªstica, la necesidad del testimonio pict¨®rico y el impulso que ha llevado al ser humano desde el Paleol¨ªtico hasta la actualidad a pintar los muros que le sirven de hogar, de refugio o de vida en solitario o en comunidad.

¡°Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo¡± es la frase que abre Las paredes hablan. As¨ª ser¨ªa hace 45.000 a?os, cuando alguien decidi¨® decorar una cueva de la isla indonesia de Leang Tedongnge, y as¨ª contin¨²a con los innumerables grafitis de las ciudades actuales y sus suburbios. Con la ayuda de una serie de presencias de la alta cultura y de la cultura popular, Saura reflexiona sobre esa implacable necesidad. A partir de charlas espont¨¢neas sin apenas guion previo con gente tan diversa como el paleont¨®logo Juan Luis Arsuaga, el pintor Miquel Barcel¨®, el artista visual y creador de arte urbano Suso33 o la comisaria de arte Anna Dimitrova, el documental recorre algunas de las cuestiones m¨¢s relevantes alrededor de un hecho tan sencillo pero tan fundamental como pintar las paredes.

La identidad de aquellos pintores rupestres. D¨®nde aprendieron, d¨®nde practicaron, adem¨¢s, en un mundo en el que no cab¨ªa la posibilidad del error, del borrado y vuelta a empezar. La abundancia de animales, aunque nunca depredadores, y la escasez de paisajes. C¨®mo se iluminaron para el ejercicio de su pintura en unos reductos tan inh¨®spitos. Por qu¨¦ y para qu¨¦ pintaban. Si se hac¨ªa para uno mismo o para los dem¨¢s. Si se hac¨ªa en comunidad o si el encargado era simplemente el artista del grupo. Cuestiones de extrema sencillez, casi imposible de dilucidar en algunos casos, que se van resolviendo a trav¨¦s de una estructura convencional sin alardes, aunque tambi¨¦n sin desajustes.

Por otro lado, o mejor, en paralelo, miles de a?os despu¨¦s tambi¨¦n se discurre acerca del prop¨®sito y la influencia del arte urbano. Y sobre la necesidad de algo tan innecesario como la pintura. Dejar huella, para qu¨¦, en una especie de yo estuve aqu¨ª tan sutil como vanidoso. Pel¨ªcula de amor al arte en un tiempo en el que la palabra y el concepto ni siquiera exist¨ªan, Las paredes hablan es el documental de alguien que ya nada tiene que demostrar. De un hombre, de un creador, que da sus ¨²ltimos pasos art¨ªsticos con la dignidad, la nobleza y la sencillez del ser prehist¨®rico y al que, frente a todos los obst¨¢culos, le puede la curiosidad. El impulso de la creaci¨®n art¨ªstica a los 91 a?os.