La torerista Feria de Abril o la constataci¨®n de que la fiesta de los toros es un sainete
La Maestranza, un a?o m¨¢s, presenta carteles ¡®remataos¡¯, impregnados de figuras y llamativas ausencias de toros y toreros
Lo ¨²nico verdaderamente sorprendente de cada Feria de Abril es el cartel que anuncia la temporada taurina en Sevilla, y que es responsabilidad exclusiva de la Real Maestranza de Caballer¨ªa, propietaria de la plaza de toros. Raro es el a?o que no se cumple la paradoja de c¨®mo una instituci¨®n tan esencialmente tradicional en su funcionamiento interno ¡ªy tan socialmente comprometida, esa es la verdad¡ª puede ser tan supermoderna en pintura taurina. Tanto es as¨ª que, a veces, ese atrevimiento ha sido piedra de esc¨¢ndalo y mofa a causa de las obras extravagantes que han presentado algunos de los vanguardistas creadores contratados por los maestrantes. Pero ah¨ª sigue, a?o tras a?o, a pesar de las muchas cr¨ªticas que aguanta.
La raz¨®n de un comportamiento tan singular (el de la Real Maestranza) es otro de los misterios de la tauromaquia moderna, pero es verdad que la presentaci¨®n del cartel es la ¨²nica sorpresa que se espera en la primavera taurina sevillana.
Superado el estado de shock art¨ªstico, la presentaci¨®n de los carteles de toros y toreros de la Feria de Abril suele ser una balsa de aceite. La empresa Pag¨¦s, que dirige Ram¨®n Valencia, convoca una rueda de prensa (gesto que le honra y que podr¨ªan copiar los empresarios de Las Ventas), reparte un folio con las combinaciones de toros y toreros que ya se conocen, y el se?or Valencia se somete a las preguntas de los medios de comunicaci¨®n. Agradece los elogios a su trabajo, que no son pocos, y dribla con admirable t¨¦cnica las cuestiones que no les son propicias; es un consumado experto en evasivas y ambig¨¹edades, y jam¨¢s da una noticia. Pero no es que no la d¨¦ en esa comparecencia p¨²blica; es que no la ha dado nunca en las entrevistas escritas, radiof¨®nicas y televisivas que ha concedido desde que es responsable de la programaci¨®n taurina de la plaza de La Maestranza. Pero se coloca gentilmente frente a los periodistas y esa actitud es de agradecer.
Claro que como toda su obsesi¨®n es salir airoso ¡ªy sin contestar¡ª de las preguntas inc¨®modas, nunca el aficionado se entera de por qu¨¦ los carteles son los que son y no otros. ?l dise?a la feria como le parece bien ¡ªest¨¢ en su pleno derecho¡ª y aguanta con estoicismo franciscano las cr¨ªticas de quienes ¡ªtambi¨¦n en el suyo¡ª opinan que el trabajo del empresario es manifiestamente mejorable.
El abono de 2023 est¨¢ dise?ado al m¨¢s puro estilo sevillano: los mismos carteles de hace a?os; nombres conocidos, con raz¨®n o sin ella para estar en Sevilla, y una oportunidad para modestos toreros locales.
Tal es el caso en este abono sevillano de 2023.
De entrada, la sociedad sevillana ¡ªy la taurina no lo es menos¡ª es muy peculiar. Convencida de que es madre y maestra de la tauromaquia, que lo ser¨¢, va por libre. La Sevilla taurina, como la otra, es eg¨®latra, ombliguista, narcisista y torerista, y vive al margen del resto de la tauromaquia mundial.
Esta tesis la entendi¨® a la perfecci¨®n un manchego llamado Diodoro Canorea, yerno del legendario empresario Eduardo Pag¨¦s, y empresario sevillano en representaci¨®n de su esposa, desde 1959 hasta 2000. Y su yerno, el se?or Valencia, ha tomado nota de la matriz, el formato y el planteamiento y ah¨ª sigue, a?o tras a?o, anunciando carteles ¡®remataos¡¯, cuajados de caras conocidas y ganader¨ªas comerciales.
Muchos de ellos, toreros y toros, no merecen, ni mucho menos, el trato de privilegio que reciben de la empresa, pero a Sevilla le da igual; solo importan los famosos carteles ¡®remataos¡¯. Un ejemplo: Victorino Mart¨ªn no debut¨® en La Maestranza hasta 1996, y nadie levant¨® la voz.
Canorea contaba con un talism¨¢n, Curro Romero, cuyo anuncio perfumaba la feria e impregnaba de lustre el abono entero.
A pesar de ello, y al margen del acentuado torerismo sevillano, Canorea carg¨® con una leyenda que no favoreci¨® su brillante hoja de servicios.
A finales de la d¨¦cada de los 80, era vox populi en el toreo que el empresario sevillano no era el ¨²nico responsable de los carteles. Al parecer, un serio compromiso econ¨®mico con el empresario barcelon¨¦s Pedro Bala?¨¢ permit¨ªa que dos de los hombres del catal¨¢n, Teodoro Matilla y Antonio Bon¨¦u, se instalaran cada primavera en la capital andaluza para ultimar de primera mano las combinaciones de toros y toreros.
El empresario manchego falleci¨® en el a?o 2000 y al final de esa temporada se retir¨® El Fara¨®n. Se rompi¨® el hechizo entre Sevilla y La Maestranza, y, durante un tiempo largo, la empresa Pag¨¦s naufrag¨® entre aguas turbulentas, sufri¨® una huelga de figuras y un sustancial descenso del n¨²mero de abonados.
Nunca se ha sabido qu¨¦ pas¨® con aquel compromiso (llam¨¦mosle deuda) con Bala?¨¢, pero lo cierto es que Ram¨®n Valencia ha seguido siendo fiel a las ense?anzas recibidas de su suegro, y ha tenido, adem¨¢s, la suerte de encontrar otro torero fetiche, Morante de la Puebla, eje central de la feria.
As¨ª, Ram¨®n Valencia ha presentado este a?o 2023 un abono al m¨¢s puro estilo sevillano; los mismos carteles de hace a?os; nombres conocidos, con raz¨®n o sin ella para estar en Sevilla, y una oportunidad para modestos toreros locales.
Pero no est¨¢n, por ejemplo, Isaac Fonseca, flamante matador de toros, que el pasado a?o, a¨²n novillero, cort¨® dos orejas en La Maestranza; no est¨¢ Roble?o, autor de la mejor faena de la temporada pasada en Las Ventas; no est¨¢ ?ngel T¨¦llez, triunfador a lo grande en Madrid; ni Paco Ure?a, figura indiscutible del toreo, entre otros. Tampoco ha habido huecos para toreros tan v¨¢lidos como L¨®pez Chaves, Sergio Serrano, G¨®mez del Pilar, Curro D¨ªaz o David de Miranda.
El conservadurismo de la empresa est¨¢ justificado por una conformista afici¨®n, convencida de que su feria es la mejor del mundo
Por otra parte, la inmensa mayor¨ªa de los hierros ganaderos anunciados pertenecen al encaste Domecq, y cuatro de ellos hacen doblete: N¨²?ez del Cuvillo, Garcigrande, Victoriano del R¨ªo y Hnos. Garc¨ªa Jim¨¦nez. La gran noticia, que tambi¨¦n existe, es que no est¨¢ Juan Pedro Domecq, despu¨¦s de tantos y reiterados fracasos en esta plaza.
Ni se explican las ausencias de toreros con m¨¦ritos m¨¢s que suficientes, ni las presencias de algunos matadores, amortizados unos y carentes de inter¨¦s otros; ni la masiva contrataci¨®n de ganader¨ªas del mismo color y condici¨®n que, en general, no garantizan un espect¨¢culo ¨ªntegro.
?Por qu¨¦ Ram¨®n Valencia comete estos desafueros? (No le pregunten porque no contestar¨¢).
Dice la rumorolog¨ªa bien informada que cuando el empresario ten¨ªa cerrada la arquitectura del abono, -con Ure?a y T¨¦llez incluidos-, se presentaron en Sevilla Antonio Matilla (el hijo del que ven¨ªa a ver a Canorea) y Curro V¨¢zquez, y modificaron los carteles.
?No ser¨¢ verdad¡!
Sevilla no es, como Madrid, el espejo y referente de la tauromaquia; pero como madre y maestra debiera dar ejemplo, premiar el esfuerzo, reconocer los triunfos, no exprimir carreras ya agotadas y ofrecer oportunidades a toreros con aptitudes. Pero no¡
Prefiere, al parecer, los carteles ¡®remataos¡¯, rebosantes de carencias y probadas injusticias.
Y el empresario lo hace porque cuenta con el mejor aliado: la conformista, narcisista y extremadamente generosa Sevilla, que est¨¢ convencida de que su Feria de Abril es la mejor del mundo por el simple y trascendental hecho de que se celebra en el incomparable marco de La Maestranza.
Madrid y Sevilla se van a cargar la fiesta por su extremado conservadurismo; porque los empresarios no admiten el m¨¢s m¨ªnimo resquicio a la innovaci¨®n. Prefieren el dise?o preconcebido a la gesta sorprendente. Por eso, los triunfos en las dos plazas m¨¢s importantes importan cada vez menos. Por eso, y por las componendas de los despachos empresariales, no est¨¢n T¨¦llez, Ure?a y Fonseca. Y por la misma raz¨®n, casi todos los toros pertenecen a la misma familia de artistas. A los empresarios no parece importarles si otros toros y toreros, por ejemplo, interesan o no a los aficionados. Optan por el camino f¨¢cil de imponer a los suyos. Y el d¨ªa que los tendidos est¨¦n vac¨ªos ya no habr¨¢ soluci¨®n.
?Es o no es la fiesta de los toros un sainete?
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