Ariadna Gil: ¡°Nunca he visto una mirada m¨¢s vac¨ªa que las de las mujeres violadas en Bosnia¡±
La actriz pone voz a una v¨ªctima de las violaciones producidas durante la guerra de Bosnia en la obra teatral ¡®Hay alguien en el bosque¡¯
Siguen atrapadas en el miedo, preferir¨ªan no hablar de ello, pero las que cuentan su horror lo hacen para luchar contra el olvido. Otras siguen sin poder hacerlo. Fueron entre 25.000 y 50.000 las mujeres violadas durante la guerra de Bosnia, a lo que hay que sumar todos los hijos nacidos de esas violaciones. Ariadna Gil (Barcelona, 1969) es una de las protagonistas de Hay alguien en el bosque, una obra de teatro con testimonios reales que, dirigida por Joan Arqu¨¦ y dramaturgia de Ana Mar¨ªa Ricart, llega al Teatro de la Abad¨ªa este jueves, despu¨¦s de su estreno y gira por Catalu?a, adem¨¢s de tres representaciones en Sarajevo (Bosnia), Zagreb (Croacia) y Liubliana (Eslovenia). Ella pone voz a las palabras de Nevenka, una de las v¨ªctimas de ese horror, que ten¨ªa lugar al mismo tiempo que en Espa?a se celebraban los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla. La actriz, que triunf¨® en pel¨ªculas como Belle ?poque, Libertarias o Soldados de Salamina, se centra ahora en el teatro, donde encuentra el ¡°placer total¡±.
Pregunta. ?Se olvidan las guerras y m¨¢s si son lejanas?
Respuesta. A no ser que te toque de alguna manera directa, claro que se olvidan. Las que no se olvidan son aquellas que te afectan muy cercanamente y acompa?an durante varias generaciones. El ejemplo es Espa?a, donde mi generaci¨®n tiene muy presente la Guerra Civil, pero quiz¨¢s no sucede lo mismo con las nuevas generaciones.
P. ¡°Si existe un acto de amor, ese es la memoria¡±, dej¨® escrito Montserrat Roig. ?Es la memoria imprescindible en un pa¨ªs y, m¨¢s, con un pasado de guerra?
R. Totalmente. Para estas mujeres el olvido es lo peor, por eso siguen en la lucha por la memoria. Parece que las guerras son f¨¢ciles de empezar, pero muy dif¨ªciles de acabar, las consecuencias duran mucho tiempo. En Bosnia todav¨ªa se perciben unas tensiones enormes. El teatro y otros lugares de reflexi¨®n, como la literatura, el cine o la m¨²sica, pueden ayudar a traer la memoria de un pasado de horror.
P. Mujeres violadas, hijos nacidos de esas violaciones. ?C¨®mo se hace frente a eso desde un escenario?
R. Con absoluta fidelidad a todo aquello que nos contaron las mujeres con sus testimonios reales. Aquellas que quisieron hablar, porque todav¨ªa hay muchas que no lo han conseguido. Buscamos dar voz a esas mujeres y a esos hijos, siendo los veh¨ªculos de sus palabras, alej¨¢ndonos de ser aquellos personajes en los que un actor piensa. Aqu¨ª no hay papeles, sino personas reales. Intentamos captar algo de esa persona con la que hemos estado muchas horas para serles fieles y que llegue de la manera m¨¢s simple y directa. Es una obra con una dramaturgia, claro, en la que tambi¨¦n hablamos de nosotros, de donde est¨¢bamos en ese momento, mientras a unos 2.000 kil¨®metros se libraba la guerra.
P. ?Ha estado desde el principio en la preparaci¨®n de este proyecto?
R. Joan Arqu¨¦, el director, me contact¨® hace mucho para contarme que quer¨ªan hacer una obra sobre la guerra de Bosnia, pero desde la perspectiva de hoy y, en especial, sobre las violaciones a mujeres y sobre todos aquellos hijos nacidos de ellas, que hoy tienen alrededor de 30 a?os, y que era un tema sobre el que yo no hab¨ªa le¨ªdo nada. Se decidi¨® entonces poner en marcha este proyecto, que incluye un documental, una exposici¨®n de fotograf¨ªa y una obra de teatro. Fue cuando me involucr¨¦ de manera directa.
P. ?Ha conocido a Nevenka?
R. S¨ª. Tuve ocho encuentros con ella, en los ocho viajes que hicimos. El contacto contin¨²a. Ganarse la confianza de alguien para contar ese horror no es f¨¢cil. Los encuentros con Nevenka y el resto de las mujeres te ponen de alguna manera en tu lugar, porque su realidad est¨¢ a a?os luz de lo que podamos hacer nosotros.
P. ?C¨®mo es ahora Nevenka?
R. Es una persona muy amable, simp¨¢tica, nos ofreci¨® caf¨¦, nos abri¨® su casa. Tiene la cabeza un poco ida, habla mucho de la naturaleza y los animales. Es una mujer muy sola, que vive aislada en el campo, y estaba contenta de que fu¨¦ramos, de ver a gente. Yo le hab¨ªa escrito una carta, en la que le agradec¨ªa su valent¨ªa y su capacidad por compartir y la importancia que ten¨ªa ese acto de denuncia para ella y para la sociedad. Tambi¨¦n le expres¨¦ el honor que era para m¨ª dar visibilidad y dignidad a su horror, que quer¨ªa contar su historia de la manera m¨¢s honesta y que esperaba que todo lo que nos hab¨ªa contado y transmitido para hacer posible la obra hubiera sido tambi¨¦n positivo para ella. S¨¦ lo dif¨ªcil que fue para ella hablar, porque no tienen ninguna gana. Si lo hacen es porque todav¨ªa est¨¢n persiguiendo justicia y esperando alg¨²n tipo de reparaci¨®n o de reconocimiento. Son mujeres muy valientes, que no tienen paz, que buscan seguir con sus vidas.
P. Valientes, pero todav¨ªa atrapadas por el miedo, seg¨²n confiesan ellas mismas.
R. Tengo la sensaci¨®n de que los hijos nacidos de esas violaciones de alguna forma consiguen superar su miedo. En el caso de ellas, no lo creo. Nevenka lo verbaliza. Todav¨ªa tiene miedo de ir al bosque y toparse con sus agresores, que siguen estando cerca a d¨ªa de hoy. Nunca he visto una mirada m¨¢s vac¨ªa que las de las mujeres violadas en Bosnia. No s¨¦ c¨®mo explicarlo. Las miradas de estas mujeres est¨¢n como muertas.
P. Arrastran incluso la verg¨¹enza de haber sido violadas.
R. Las violaciones en Bosnia fueron un arma de guerra. Desde ni?as de 9 a?os a mujeres de 80. Muchas estuvieron encerradas durante meses en hoteles y edificios y las llamaban con un n¨²mero para violarlas. Fue algo intencionado, pensado, calculado y dirigido. La violaci¨®n conlleva ese estigma, esa humillaci¨®n. Estamos hablando de zonas rurales, donde luego muchas de esas mujeres fueron repudiadas por sus propias familias y sus maridos. Los agresores, los violadores lo saben perfectamente. Esta pr¨¢ctica conlleva la aniquilaci¨®n total de la mujer y si las dejan embarazadas, mejor. Es como introducirles parte del enemigo en el vientre y destrozar totalmente la identidad, manchar la sangre del contrario. Es horrible, pero es algo que ha sucedido en todas las guerras a lo largo de la humanidad.
P. ?Cree que hay esperanza en ellas?
R. Claro que hay esperanza para estas mujeres que han sido capaces de hablar, de contar algo tan humillante y destructivo. El hecho de que puedan comunicarlo, luchar y dedicar incluso su vida a ello hace que tengan esperanza. Las que no tienen esperanza, que tambi¨¦n conocimos, son aquellas que no han sido capaces de contar lo que han sufrido, que se han quedado encerradas en sus casas sin hablar con nadie.
P. ?Como actriz se ha enfrentado a algo m¨¢s duro en su carrera?
R. Esta obra y un mon¨®logo que hice de Marguerite Duras titulado El dolor, en la que ella espera la vuelta de su marido deportado a un campo de concentraci¨®n, vuelta que nunca se produjo. Son las dos obras m¨¢s dif¨ªciles que he hecho.
P. ?C¨®mo fueron las representaciones en las zonas del conflicto?
R. La de Sarajevo, una ciudad donde los estragos de la guerra est¨¢n muy presentes, fue una funci¨®n extra?a, fr¨ªa y dif¨ªcil. Las de Zagrev y Liubliana fueron estupendas. La de Liubliana fue quiz¨¢s la m¨¢s emocionante.
P. ?Asisti¨® Nevenka?
R. No. Y lo entiendo.
P. Se acaba de celebrar el 8-M con divisi¨®n del feminismo. ?Qu¨¦ reflexi¨®n le sugiere?
R. No todo el mundo tiene que pensar igual. Hay opiniones diferentes frente a determinados temas que, adem¨¢s, no son sencillos. ?Por qu¨¦ no se pueden plantear como una discusi¨®n en el mejor sentido del t¨¦rmino y no como un enfrentamiento?
P. Han pasado 30 a?os de Belle ?poque. ?Qu¨¦ recuerdos guarda?
R. Los dos meses de rodaje fueron de felicidad absoluta. Viv¨ª uno de los momentos m¨¢s importantes y decisivos de mi vida, cambiaron muchas cosas sin saberlo entonces, tanto a nivel personal como profesional. Fue una experiencia ¨²nica. Con el paso de los a?os, me siento muy afortunada de haber estado en una pel¨ªcula maravillosa en todos los sentidos. Son momentos imborrables, estaba empezando a trabajar y a vivir independiente. Hac¨ªa mes y medio que un amigo fot¨®grafo hab¨ªa muerto en la guerra de Bosnia y estaba muy afectada. Nosotros est¨¢bamos en Portugal y el contraste era muy fuerte. Se celebraban los Juegos Ol¨ªmpicos en Barcelona y la Expo de Sevilla, mientras en Bosnia estaban en guerra. Por eso el hacer esta obra de teatro y quererla contar de esta manera, con esos contrastes, recordando d¨®nde est¨¢bamos nosotros en ese momento, ha sido muy importante para m¨ª.
P. Est¨¢ alejada del cine desde hace tiempo. ?Por qu¨¦?
R. En este oficio hay ¨¦pocas en las que no paras de trabajar y otras que lo dejas completamente. Tengo la sensaci¨®n de que el cine para m¨ª se acab¨® en un momento dado. Quiz¨¢s no del todo, porque sigo haciendo cosas, pero de alguna manera he dejado de estar ah¨ª. No sabes muy bien por qu¨¦. Piensas a veces que la raz¨®n pueden ser los a?os, pero no, porque ves que otras actrices de tu edad siguen trabajando.
P. ?Le duele ese alejamiento?
R. Lo bueno es que ese vac¨ªo coincidi¨® con que se me abri¨® la puerta del teatro. El teatro es el presente total, el placer total. En el escenario, tengo la sensaci¨®n de que el tiempo se para y no existe nada m¨¢s. La huella que me deja el teatro es mucho mayor que cualquier personaje que haya hecho en cine. De alguna manera, en el teatro encuentras tu forma de expresarte, menos mediatizada, condicionada y controlada.
P. Es una actriz alejada de los focos. ?Le resulta f¨¢cil?
R. Me resulta imprescindible. No me interesa nada la fama, no me ha interesado nunca. En el teatro toda la presi¨®n que uno siente en el cine baja mucho y por eso me resulta muy agradable, me da mucha libertad.
Babelia
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