El renacimiento inagotable de las mujeres de la Bauhaus
Olvidadas por la historia hasta casi entrado el siglo XXI, nuevos ensayos y novelas reivindican el trabajo de las alumnas de la m¨ªtica escuela de dise?o cuatro a?os despu¨¦s de su centenario
Quiz¨¢ se encuentre leyendo este art¨ªculo bajo la luz de un flexo. Es posible que no sepa que este tipo de l¨¢mpara la invent¨® un alumno de la Bauhaus, pero lo que casi con seguridad desconocer¨¢ es que ese alumno fue una mujer, Marianne Brandt. Tras la celebraci¨®n en 2019 del centenario de la m¨ªtica escuela de arte, arquitectura, artesan¨ªa y dise?o alemana, el p¨²blico general ha ido ganando conocimiento sobre el papel hasta no hace tanto ignorado que las mujeres desempe?aron en aquel experimento creativo y ut¨®pico encajado entre las dos guerras mundiales. Y que no fue peque?o, pues alrededor del 50% del alumnado fue femenino. En torno a aquel aniversario se publicaron reportajes y libros sobre estas artistas, se celebraron exposiciones y se hicieron una pel¨ªcula (Bauhaus), una serie (Bauhaus: una nueva era) y un documental (The Women of the Bauhaus, estrenado en Espa?a en 2022 en el Festival Dart), entre otras obras. Pero, aunque el tiempo ha seguido transcurriendo, el inter¨¦s por aquellas creadoras pr¨¢cticamente olvidadas por la historia hasta este siglo no ha desfallecido y contin¨²a goteando la producci¨®n de tributos.
La adici¨®n m¨¢s reciente, la novela La casa de los hilos rotos (Destino), de Ang¨¦lica Morales, recrea desde la ficci¨®n la vida de Otti Berger, una artista asesinada en Auschwitz en 1944, que lleg¨® a hacerse cargo del taller de textil de la Bauhaus durante su etapa en Dessau (la escuela naci¨® en 1919 en Weimar, se traslad¨® en 1925 a Dessau y tuvo su ¨²ltima sede en Berl¨ªn antes de que los nazis la clausuraran en 1933). El a?o pasado, la autora Dakota Hern¨¢ndez public¨® el libro ilustrado Womanhaus (Bulul¨²), donde compendia la historia de la Bauhaus y las biograf¨ªas de algunas de aquellas creadoras. La profesora de la Universidad de Sevilla Marisa Vadillo public¨® en 2021 el tercero de los libros surgidos de su tesis doctoral en torno a las mujeres de la escuela, Las alumnas de la Bauhaus (Berenice) ¡ªlos otros dos son Las dise?adoras de la Bauhaus (C¨¢ntico) y Otra mirada: las fot¨®grafas de la Bauhaus, editado por las universidades de C¨®rdoba y Sevilla¡ª. Y a¨²n se sigue reeditando el libro de 2015 de la profesora de la Universidad de Alcal¨¢ Josenia Herv¨¢s, que tambi¨¦n realiz¨® su tesis doctoral sobre estas artistas, Las mujeres de la Bauhaus (Viaf).
Con historias que conjugan im¨¢genes tan poderosas como la pulsi¨®n creativa y la liberaci¨®n de la mujer en un contexto hist¨®rico incomparablemente intenso y demoledor como el de la primera mitad del siglo XX, parece mentira que la ficci¨®n no se haya fijado m¨¢s en las biograf¨ªas de aquellas mujeres pioneras que contribuyeron a modelar la vanguardia art¨ªstica mundial. ¡°Es incre¨ªble que todav¨ªa estemos en esa prehistoria¡±, concede Ang¨¦lica Morales, que para su novela tuvo que inventar casi toda la trayectoria vital de Otti Berger, dado que apenas han trascendido datos personales. ¡°Su obra s¨ª que est¨¢ patentada, pero se conocen muy pocos datos de su vida privada¡±, certifica la autora. ¡°Ella fue la primera mujer en Alemania en patentar un textil y lleg¨® a ser famosa fuera de aquel pa¨ªs: recibi¨® encargos de Londres, de Suiza, sal¨ªa en las revistas de la ¨¦poca y represent¨® a Croacia en la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs con una pintura¡±. Siendo mujer y, adem¨¢s, como resalta Morales, ¡°artista, comunista, jud¨ªa y sorda¡±, que Berger llegara a ser profesora (aunque de manera extraoficial) en la Bauhaus supone un logro que por s¨ª solo ya merece una novela. ¡°Pero hay muchas otras mujeres, como Gunta St?ltz [una de las tres profesoras oficiales de la Bauhaus junto a Lilly Reich y Gertrud Grunow], que tambi¨¦n tienen otros cuantos libros¡±, se r¨ªe la escritora.
Cuando Marisa Vadillo comenz¨® su tesis doctoral en 2002, supon¨ªa que al visitar los archivos de la Bauhaus se encontrar¨ªa con ¡°tres chicas¡± a las que estudiar. ¡°Cu¨¢l fue mi sorpresa cuando vi que eran casi el 50% de la escuela¡±, recuerda la profesora. Con el arquitecto Walter Gropius como primer director (le suceder¨ªan en el cargo Hannes Meyer y, despu¨¦s, Mies van der Rohe) se abrieron las puertas para que las mujeres entraran a estudiar en la Bauhaus. Lo que no se esperaba es que estas se matricularan en tromba, una respuesta tan masiva que acab¨® provocando reticencias. ¡°La pol¨ªtica de g¨¦nero no estuvo al mismo nivel de osad¨ªa que la labor art¨ªstica y pedag¨®gica de la escuela¡±, remarca Vadillo.
Una de las consecuencias de aquella falta de visi¨®n fue que, sobre todo en los comienzos del proyecto, a muchas mujeres se las invit¨®, por as¨ª decirlo, a participar en el taller de textil de la escuela, por la asociaci¨®n de los tejidos con la idea de lo femenino. ¡°Una aportaci¨®n fundamental de la Bauhaus fue el curso preliminar (Vorkurs) de seis meses en el que se estudiaban distintas materias¡±, explica Vadillo. ¡°El curso era excluyente, y un consejo decid¨ªa a qu¨¦ taller acabar¨ªan yendo los alumnos¡±. A pesar de que buena parte de las mujeres termin¨® en los telares (no todas), muchas acudieron como oyentes a otras clases, ampliando as¨ª su formaci¨®n. Por otro lado, el taller de textil se confirmar¨ªa como el m¨¢s exitoso de la escuela: sobrevivi¨® a los muchos cambios y, al final, se demostr¨® el m¨¢s rentable de todos. ¡°No hay que olvidar que recibieron clases de artistas de primer nivel como Klee y Kandinsky¡±, agrega la profesora. ¡°Estas mujeres fueron cien por cien Bauhaus¡±.
De las artistas textiles, algunas llegaron a gozar de un reconocimiento temprano. Anni Albers, quiz¨¢ la m¨¢s conocida de las mujeres de la Bauhaus, protagoniz¨® en 1949 una exposici¨®n individual en el MoMA de Nueva York. Otras despuntaron en diversos campos: por ejemplo, Gertrud Arndt y Florence Henri fueron reconocidas fot¨®grafas y Marianne Brandt y Alma Buscher destacaron como dise?adoras (esta ¨²ltima invent¨® los juegos de bloques de colores para ni?os, y la primera fue tambi¨¦n pintora y escultora). Como arquitecta de formaci¨®n, a Josenia Herv¨¢s le interesaba investigar a sus predecesoras. De ah¨ª naci¨® su tesis doctoral, con la que averigu¨® que cinco mujeres de la Bauhaus lograron graduarse como arquitectas, una de ellas como arquitecta de interiores. Ella se concentr¨® especialmente en tres: la mencionada Alma Buscher (muchas eran artistas multidisciplinares), Friedl Dicker y Wera Meyer-Waldeck. ¡°Empec¨¦ a recopilar informaci¨®n en el a?o 97-98, pero por el embarazo, el trabajo¡ lo dej¨¦ y lo volv¨ª a recuperar en 2009¡å, recuerda. Para entonces, pensaba, ya se habr¨ªa escrito todo sobre aquellas mujeres. ¡°Pero me doy cuenta de que no se hab¨ªa avanzado mucho¡±. Tanto fue as¨ª que para 2017, cuando se celebr¨® en Fr¨¢ncfort una exposici¨®n sobre pioneras de la arquitectura (Frau Architekt), el Museo Alem¨¢n de Arquitectura la contact¨® a ella para aportar informaci¨®n sobre aquellas profesionales. ¡°Imag¨ªnate, es como llamar a un torero japon¨¦s¡±, bromea. ¡°Pero yo era la ¨²nica que se hab¨ªa interesado por estas personas¡±.
Inaugurada justo despu¨¦s de la I Guerra Mundial, la Bauhaus recibi¨® a muchos alumnos que hab¨ªan luchado en el frente, as¨ª como alumnas que participaron como voluntarias de la Cruz Roja. En un periodo de dolor y miseria, la vanguardia y el idealismo de aquel proyecto se abrieron paso contra los elementos. ¡°Es importante entender el contexto de la ¨¦poca¡±, apunta Dakota Hern¨¢ndez. ¡°Debido a la guerra, las mujeres se incorporaron en masa al mercado de trabajo y eso afect¨® enormemente a la sociedad, dado que la mujer cobr¨® importancia en la vida p¨²blica¡±. Dentro de aquella escuela vibrante, pero en un mundo impregnado de machismo, las mujeres de la Bauhaus fueron un ejemplo de modernidad y rupturismo. ¡°A medida que evoluciona la escuela, evoluciona la mentalidad con respecto a ellas, porque su trabajo las pone en valor¡±, agrega Hern¨¢ndez. ¡°El legado que nos han dejado aquellas mujeres es su arte y tambi¨¦n haber participado en una escuela que marc¨® un antes y un despu¨¦s en el mundo del dise?o¡±, apunta la ilustradora. Un experimento, como agrega Vadillo, que supuso ¡°la ¨²ltima escuela humanista del mundo¡±, un plan maestro e inolvidable (como demuestra el proyecto de la Comisi¨®n Europea de la Nueva Bauhaus) para fusionar el arte y la vida.
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