Kabir Bedi, el actor que fue Sandok¨¢n: ¡°Me alegro de que haya crecido la diversidad en el cine¡±
El actor de origen indio publica su autobiograf¨ªa ¡®Historias que debo contar¡¯, desde sus inicios como joven periodista (entrevistando a los Beatles) hasta su peripecia en Hollywood
En noviembre de 1976 ¡°centenares de jovencitas presas de la histeria m¨¢s desaforada destrozaron cuanto hallaron a su paso en un intento de acercarse al ¨ªdolo televisivo¡± que visitaba unos grandes almacenes madrile?os. Coreaban ¡°queremos un hijo tuyo¡±, seg¨²n relata la cr¨®nica de este peri¨®dico, entonces neonato.
Ese ¨ªdolo era el actor indio Kabir Bedi, famoso por encarnar al pirata malayo Sandok¨¢n en la serie italiana del mismo t¨ªtulo, basada en las novelas de Emilio Salgari. Bedi huy¨® presa del p¨¢nico y se refugi¨® en una comisar¨ªa cercana, donde se reuni¨® con su familia. En el rodaje de la serie Bedi se hab¨ªa intoxicado con humo, se hab¨ªa torcido tobillos al saltar de caballos al galope, hab¨ªa acabado rendido en el suelo de agotamiento, pero aquella turba quiz¨¢s fuera igual de amenazante. Al d¨ªa siguiente firm¨® felicitaciones navide?as de Unicef junto a la infanta Margarita de Borb¨®n.
Ya en pleno siglo XXI, Bedi, nacido hace 77 a?os en la ciudad de Lahore (hoy en Pakist¨¢n, aunque entonces a¨²n en India), regresa una vez m¨¢s a Madrid, sin miedo a las turbas de fans, y sigue levantando gran revuelo a su alrededor. A su llegada el pasado martes a la caseta de la librer¨ªa Antonio Machado, en la Feria del Libro que se celebra en el parque del Retiro, un nutrido grupo de seguidores ya talluditos le persigue pidiendo selfis mientras tratamos de hacerle, con notables dificultades, un retrato con el verde de fondo, que parezca la jungla del sudeste asi¨¢tico. ?Habr¨¢ aqu¨ª alguna de las fans del 76?
El actor sigue impresionando por su porte aristocr¨¢tico de casi 1,90 de altura, su rostro felino, la mirada de tigre y esa voz con algunos tonos tan graves que probablemente sean inaudibles para el o¨ªdo humano. ¡°Hasta ahora aqu¨ª me han conocido como Sandok¨¢n¡±, dice, ¡°ahora he escrito un libro para que conozcan a la persona que hay detr¨¢s¡±. Se le ha quitado el gesto de temible pirata, ahora lo tiene de buena persona.
Ese libro se titula Historias que debo contar (Amok ediciones) y narra desde sus inicios como un joven periodista que logra entrevistar a los Beatles en Bombay hasta su peripecia actoral que le lleva de Bollywood hasta Hollywood, pasando por la fama europea, especialmente en Espa?a y en Italia (donde le han nombrado cavaliere, caballero, y, lo que es m¨¢s importante, ha participado en un reality show similar a La isla de los famosos). En el texto no tiene pudor en contar su vida sentimental, ni inconveniente en relatar detalladamente la realidad sociopol¨ªtica de cada ¨¦poca de su vida.
?Qu¨¦ queda de aquel joven periodista contracultural en el actual Bedi? ¡°Queda el esp¨ªritu de aventura, el deseo de empujar los l¨ªmites y ver de qu¨¦ otra forma puedo expresarme¡±, explica. Est¨¢ orgulloso de haber asumido constantes riesgos y no haber permanecido en lo que un charlat¨¢n actual llamar¨ªa su zona de confort. Renunci¨® a un c¨®modo trabajo en publicidad para hacerse actor, luego abandon¨® la industria india para explorar Occidente, y cuando ten¨ªa m¨¢s ¨¦xito en Europa se fue a Estados Unidos, donde su carrera no acab¨® de cuajar, aunque actu¨® en la pel¨ªcula Octopussy, de la saga de James Bond, o en otras series como Se ha escrito un crimen, Dinast¨ªa o El coche fant¨¢stico.
¡°No hab¨ªa muchos papeles para m¨ª en Hollywood, y cuando hab¨ªa que hacer de indio un blanco se pintaba la piel de marr¨®n¡±, cuenta. Entonces la industria no estaba tan concernida sobre la diversidad y los peligros del whitewashing. Seg¨²n observ¨®, los extranjeros que triunfaban en la industria estadounidense ya ven¨ªan triunfados de fuera: Sonia Braga, Pen¨¦lope Cruz o Antonio Banderas. ?l no encontr¨® su camino. Pero hoy la diversidad ha crecido en la industria del cine. ¡°Me alegro de que haya sido as¨ª, y de haber levantado la voz en aquella ¨¦poca pidiendo unos repartos m¨¢s diversos¡±, se?ala. ¡°Me gusta pensar que se lo hemos puesto m¨¢s f¨¢cil a todos los actores asi¨¢ticos que ahora hay en las pel¨ªculas estadounidenses¡±.
El ¨¦xito de Sandok¨¢n
En otros ¨¢mbitos como el asi¨¢tico o el europeo, Bedi s¨ª cosech¨® ¨¦xito, pero lo describe como algo no tan glamuroso, algo que no acaba de dejar satisfecho a nadie (como, por lo dem¨¢s, parece obvio al estudiar las vidas de las grandes estrellas). ¡°Los que no tienen ¨¦xito temen no conseguirlo nunca. Los que lo tienen temen perder su fama. He visto enormes triunfos y grandes tragedias: es parte de este negocio¡±, explica. ¡°Creo que es importante aprender a tratar con el ¨¦xito, porque, al final, el ¨¦xito es simplemente aprender a sobreponerse a la adversidad¡±, a?ade.
Su vida financiera no fue f¨¢cil: cay¨® en la bancarrota, sobre todo cuando empez¨® a hacer inversiones ruinosas en empresas como Netscape, una tecnol¨®gica que entonces promet¨ªa, pionera de los navegadores, pero que fue vencida por Microsoft. ¡°Y te aseguro que estar en bancarrota siempre es dif¨ªcil, pero m¨¢s cuando eres una celebridad: tienes una reputaci¨®n que mantener¡±, dice.
En Europa, Sandok¨¢n fue, sin ning¨²n lugar a dudas, su papel m¨¢s conocido. ¡°Hay actores que son conocidos por un solo personaje: es dif¨ªcil pensar en otra pel¨ªcula de Clark Gable m¨¢s all¨¢ de Lo que el viento se llev¨® o en otro papel a Sean Connery que no sea James Bond. En mi caso es Sandok¨¢n¡±, dice. ?A qu¨¦ se debe el ¨¦xito de ese personaje? ¡°Era una historia ¨¦pica, la historia de un hombre luchando contra la injusticia social y la opresi¨®n pol¨ªtica [luchaba contra el colonialismo brit¨¢nico]. Adem¨¢s, era un mundo muy ex¨®tico de junglas frondosas y mares turquesa que alejaba a la gente de los problemas que hab¨ªa entonces, igual que los hay ahora. Ten¨ªamos la crisis econ¨®mica, la preocupaci¨®n por la superpoblaci¨®n o el terrorismo de grupos como las Brigadas Rojas en Italia¡±, explica. ¡°La gente tambi¨¦n estaba entonces preocupada por el futuro¡±. Sandok¨¢n era una de las primeras series en color, y la banda sonora ayud¨® mucho: el tema principal, de Guido y Maurizio De Angelis, trufado de coros emocionantes, se pinchaba hasta en las discotecas.
En sus comienzos hab¨ªa sido una figura del cine de Bollywood, la mayor industria cinematogr¨¢fica del mundo, que solo desde hace unos a?os es conocida, y no mucho, por estos lares. Bedi lamenta que durante d¨¦cadas no se le diera el reconocimiento que merec¨ªa, tal vez porque en mitad de la trama los personajes se ponen a cantar y a bailar, y aqu¨ª eso no se entiende. ¡°Pero eso es una particularidad del g¨¦nero, como las que tienen la ¨®pera europea o el teatro kabuki japon¨¦s¡±, explica. ¡°En las pel¨ªculas de Bollywood eso te lleva a un estado mental de fantas¨ªa que est¨¢ empezando a ser comprendido en Occidente¡±.
Contracultura y lucha anticolonial
El actor tiene a esta edad el aspecto y el temple de un gur¨² espiritual: la espiritualidad le ha acompa?ado desde joven, guiado por figuras (a veces controvertidas) como Osho o Krishnamurti. Su padre proven¨ªa de la religi¨®n sij; su madre, brit¨¢nica, fue monja budista (una familia comprometida con la lucha anticolonial, como Sandok¨¢n), y ¨¦l mismo tambi¨¦n lo fue durante tres meses. Siempre intent¨® conocer la respuesta a las grandes preguntas: ?de d¨®nde venimos?, ?por qu¨¦ sucedi¨® el Big Bang?, ?qu¨¦ pas¨® antes?, ?c¨®mo puede algo venir de la nada? ¡°Pero las respuestas de las religiones son variadas y contradictorias. Creo que, al menos, la espiritualidad en la vida cotidiana tiene que ver con ser amable con los dem¨¢s, ser tolerante con los dem¨¢s, cuidar a los dem¨¢s¡±, reflexiona.
En aquellos a?os 60 de la contracultura, Bedi estaba muy influenciado por la cultura juvenil occidental. ¡°?ramos los bohemios originales de India, quer¨ªamos ser parte de la revoluci¨®n que estaba ocurriendo en Occidente¡±, explica el actor, ¡°quer¨ªamos cambiar todo, socialmente, sexualmente, culturalmente, en la moda, quer¨ªamos representar aquello. Y lo hicimos¡±. No todo fue f¨¢cil. Se cas¨® con su primera mujer, la c¨¦lebre modelo Protima Gupta, y mantuvieron un matrimonio abierto. La cosa no funcion¨®: llegaron los celos y las discusiones. ¡°Pero todo era parte de aquella ¨¦poca de experimentaci¨®n¡±, se consuela Bedi. ¡°Crecimos emocionalmente como seres humanos en aquella d¨¦cada, el legado de los a?os sesenta permanece en m¨ª¡±.
¡°Est¨¢ fenomenal para la edad que tiene¡±, dice un paseante ferial. En la Feria del Libro, Bedi firma ejemplares con paciencia y bondad. Repite este jueves 8 de junio en la caseta de la librer¨ªa L¨¦ (caseta 191). Un fan se acerca para que le firme fotos antiguas, est¨¢ en paro y no tiene dinero para el libro. Bedi, claro est¨¢, se lo regala. En la Feria del Libro de Valladolid, donde estuvo el d¨ªa antes e India era el pa¨ªs invitado, se acumularon las an¨¦cdotas, seg¨²n relatan sus editores. Una fan no dud¨® en saltar sobre la mesa para fotografiarse con ¨¦l. Otro seguidor se present¨® con dos espadas para escenificar con Bedi unos pasos de esgrima. Es lo que tiene ser el tigre de Malasia.
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