La Sinf¨®nica de Chicago no tiene prisa por relevar a Riccardo Muti
La orquesta de Illinois proclama al legendario maestro italiano director em¨¦rito vitalicio, tras sus ¨²ltimos conciertos como titular en el Orchestra Hall dirigiendo una inolvidable ¡®Missa solemnis¡¯, de Beethoven


Los anuncios en las calles del Loop de Chicago alternan estos d¨ªas la inminente carrera urbana de la NASCAR, en torno al c¨¦ntrico Grant Park, con el final de la temporada de la Sinf¨®nica de Chicago y Riccardo Muti, en el Orchestra Hall. Pero, por expreso deseo del eminente maestro italiano (N¨¢poles, 81 a?os), nada se indica en las banderolas acerca del gran final de sus trece a?os como director musical de la orquesta de Illinois con la Missa solemnis, de Beethoven.
Muti ha afrontado esta magna composici¨®n con absoluta humildad. ¡°Mi primera edici¨®n de la Missa solemnis tiene escrito el a?o de 1972, ya que suelo consignar la fecha en que compro cada partitura¡±, reconoc¨ªa estos d¨ªas durante los ensayos. ¡°Estaba en el inicio de mi carrera, y comenc¨¦ a estudiarla, aunque me result¨® extremadamente dif¨ªcil; me atemorizaba y no me sent¨ªa capaz de interpretarla¡±. Una sensaci¨®n que relaciona con las palabras de su gran amigo Carlos Kleiber: ¡°Hay partituras que es mejor dejarlas en el papel, pues al transformarlas en sonido siempre se pierde algo¡±.
Volvi¨® sobre esta partitura de Beethoven en varias ocasiones. Pero solo acept¨® dirigirla, casi cinco d¨¦cadas despu¨¦s de haberla comprado, y como apertura de la temporada 2020-21 de la Sinf¨®nica de Chicago. La covid-19 lo impidi¨®. Y finalmente Muti dirigi¨® su primera Missa solemnis, en el Festival de Salzburgo, en torno al ferragosto de 2021 y al frente de la Filarm¨®nica de Viena (disponible en DVD/Blu-ray). No obstante, ha querido recuperarla antes de finalizar su titularidad en Chicago: ¡°Ha sido una coincidencia que sea mi composici¨®n de despedida¡±, recalca.
Compareci¨® el maestro italiano, el pasado viernes, 23 de junio, en el escenario del Orchestra Hall entre ovaciones y con buena parte del p¨²blico en pie. Era la primera de sus tres actuaciones con la Missa solemnis al frente del Coro y Orquesta Sinf¨®nica de Chicago. Un inolvidable concierto que termin¨® entre aclamaciones tras unos segundos de necesario silencio y recogimiento, al final del Agnus Dei. A continuaci¨®n, el presidente de la orquesta, Jeff Alexander, le entreg¨® su proclamaci¨®n como director em¨¦rito vitalicio, que le mantendr¨¢ vinculado seis semanas al a?o con la orquesta de Illinois.
Muti lo agradeci¨® con bellas palabras acerca de su excelente relaci¨®n humana con los m¨²sicos de la Sinf¨®nica de Chicago. Un v¨ªnculo que se cre¨® antes incluso de su nominaci¨®n como titular y que ha perdurado sin merma alguna: ¡°Cuando se profundiza a nivel humano entre un director y su orquesta, la m¨²sica mejora¡±, subray¨®. Termin¨® exhibiendo su legendario sentido del humor napolitano apostando por una renovaci¨®n de su imagen m¨¢s casual: ¡°Pero me mirar¨ªa en el espejo y dir¨ªa: no, ese no es Muti¡±, brome¨® entre las carcajadas del p¨²blico.

No ser¨¢ f¨¢cil encontrar un sucesor cuyo nombre no desentone en una lista que, desde 1950, ha incluido a Rafael Kubel¨ªk, Fritz Reiner, Jean Martinon, Georg Solti y Daniel Barenboim, adem¨¢s de Muti. El presidente de la orquesta, Jeff Alexander, tiene claro que habr¨¢ un par¨¦ntesis: ¡°Tras la salida de Barenboim y la llegada de Muti hubo cuatro a?os en los que Bernard Haitink y Pierre Boulez desempe?aron interinidades que mantuvieron la calidad art¨ªstica del conjunto¡±, aseguraba durante una breve conversaci¨®n en su oficina. Pero no tiene prisa, ya que en los dos pr¨®ximos a?os Muti se har¨¢ cargo de los conciertos m¨¢s importantes y las giras internacionales. No obstante, asume la dificultad: ¡°Es posible que despu¨¦s de Muti estemos ante el fin de una era¡±.
Los integrantes de la Sinf¨®nica de Chicago tienen ya algunos favoritos. El trompetista espa?ol Esteban Batall¨¢n recuerda varios conciertos maravillosos de esta temporada, como una Octava sinfon¨ªa, de Bruckner, con Christian Thielemann y una Novena, de Mahler, con Jakub Hr??a. Pero resalta las actuaciones de Klaus M?kel?, con El p¨¢jaro de fuego, de Stravinski, y la Quinta, de Mahler. En las conversaciones de pasillo sobrevuelan otros nombres como el ruso Vlad¨ªmir Jurowski o la finlandesa Dalia Stasevska, aunque M?kel? parece ser el favorito. Ya se espera el regreso al Orchestra Hall del director de 27 a?os con la D¨¦cima de Shostak¨®vich y quiz¨¢ m¨¢s adelante con la Tercera, de Mahler.
Pero Muti desconf¨ªa de un director tan joven para la titularidad de la Sinf¨®nica de Chicago. Y tambi¨¦n de alguien que con esa edad ya ha dirigido la Missa solemnis. ¡°Esta obra requiere muchos a?os para profundizar en un contrapunto y en una armon¨ªa que son la expresi¨®n del sufrimiento del ¨²ltimo Beethoven, tanto f¨ªsico como espiritual¡±, asegura. En el ensayo general, del 22 de junio, el maestro italiano revel¨® todas las aristas de ese sufrimiento, pero fue en su primer concierto, del d¨ªa 23, donde las integr¨® dentro de una visi¨®n tan cautivadora como equilibrada de esta compleja partitura terminada en 1823.
Ya el acorde de re mayor, que abre la obra in media res, impuls¨® el car¨¢cter del Kyrie con esas maderas que perfilan el texto cantado. En el Gloria escuchamos lo celebrativo, pero tambi¨¦n lo humano, con las adicciones tan expresivas como alit¨²rgicas de ¡°et¡± y ¡°o!¡± delante de ¡°miserere¡±. La fuga In gloria Dei patris son¨® ferozmente enf¨¢tica (era f¨¢cil recordar el famoso episodio que narra Schindler cuando se la escuch¨® cantar, aullar y patear a Beethoven, en agosto de 1819). El Coro Sinf¨®nico de Chicago, preparado por Donald Palumbo, brill¨® especialmente en la dificil¨ªsima fuga Et vitam venturi del Credo. Del Sanctus destac¨® el exquisito Praeludium que desencadena el Benedictus, con el solo de viol¨ªn de Robert Chen.
No obstante, el Agnus Dei fue lo mejor de todo el concierto. Son¨® fluido y cautivador en todas sus mutaciones: de la melancol¨ªa, al himno naturalista, la proclama moral o la evocaci¨®n b¨¦lica. Y aqu¨ª escuchamos las mejores intervenciones del compacto bar¨ªtono estadounidense Kyle Ketelsen y de la poderosa mezzo rusa Alisa Kolosova, que se unieron al intachable lirismo de la soprano norteamericana Erin Morley y del tenor italiano Giovanni Sala. Una interpretaci¨®n muy pr¨®xima a la dedicatoria privada que leemos en la copia manuscrita del compositor para el archiduque Rodolfo: ¡°Del coraz¨®n ¨C?ojal¨¢ vuelva¨C al coraz¨®n!¡±.
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