Muere Alan Arkin, ganador de un Oscar por interpretar al abuelo heroin¨®mano de ¡®Peque?a Miss Sunshine¡¯
El actor, tambi¨¦n director y escritor y con m¨¢s de 100 pel¨ªculas a sus espaldas, lleg¨® a ser rechazado para el papel que le encumbr¨® por tener ¡°demasiada buena salud¡±. Ha fallecido en su casa de California a los 89 a?os


D¨ªa gris en Hollywood, figurada y literalmente. Las colinas de las estrellas amanecen cuajadas de niebla con la noticia de la muerte de Alan Arkin, uno de los actores m¨¢s prol¨ªficos del mundo del cine estadounidense. Arkin, con una larga carrera que se ha extendido durante seis d¨¦cadas y m¨¢s de 100 t¨ªtulos tanto en cine como en televisi¨®n y teatro, ha fallecido. Ten¨ªa 89 a?os, un Tony, un Bafta, un Globo de Oro y, tambi¨¦n, un Oscar, este gracias a su papel de tierno abuelo consumidor de hero¨ªna en la pel¨ªcula de 2006 Peque?a Miss Sunshine.
As¨ª lo ha confirmado su agente, Estelle Lasher, y sobre todo sus tres hijos, Adam, Matthew y Anthony (todos ellos actores, pero de menor calado que su padre), a trav¨¦s de un comunicado recogido por distintos medios estadounidense y tambi¨¦n por la agencia Reuters: ¡°Nuestro padre era una fuerza de la naturaleza con un talento ¨²nico, tanto como artista y hombre. Un amoroso esposo, padre, abuelo y bisabuelo, al que adoramos y a quien echaremos profundamente de menos¡±. Arkin ha fallecido en su casa de Carlsbad, una localidad mar¨ªtima al sur de California.

Nacido en Nueva York pero desde ni?o asentado en Los ?ngeles, Arkin era hijo de una familia muy humilde; de hecho, su padre, profesor, perdi¨® su trabajo y durante un tiempo la familia vivi¨® en la extrema pobreza. En una entrevista con The Guardian hace un par de a?os hablaba de la dureza de su infancia y primera juventud: ¡°Ten¨ªa la sensaci¨®n de que no exist¨ªa. Mis padres eran personas maravillosas en muchos aspectos, pero no eran cari?osos. No recuerdo que ninguno de los dos me tocasen jam¨¢s. Me sent¨ªa ignorado hasta el punto en el que no exist¨ªa, as¨ª que actuar era mi forma de agarrarme a la vida para no sentir que estaba muerto. Durante a?os, mi ¨²nica forma de sentirme vivo era sobre el escenario¡±.
Pero Arkin lo logr¨®, vivi¨® durante toda su vida de las artes que tanto am¨®, en todos sus aspectos: cine, televisi¨®n, interpretaci¨®n, direcci¨®n, escritura... De hecho, antes de dar el salto a la interpretaci¨®n, logr¨® ser una cierta estrella pop. Con poco m¨¢s de 20 a?os, en 1956, formaba parte de una banda llamada The Tarriers cuando escribi¨® y lanz¨® la muy popular en Estados Unidos The Banana Boat Song, que se convirti¨® todo un ¨¦xito. Pero, aunque durante toda su vida fue un gran aficionado Beethoven y al jazz, as¨ª como a las grandes novelas, a los que consideraba su ¡°hero¨ªna¡±, r¨¢pidamente supo que la m¨²sica no era lo suyo.
Ah¨ª fue cuando salt¨® al cine, en los que fueron las etapas de su primera juventud y de sus ¨²ltimas d¨¦cadas las que le reportaron m¨¢s reconocimientos. De hecho, gracias a su primer papel ¡ªm¨¢s all¨¢ de lo que fueron casi cameos¡ª se coloc¨® en ese selecto club de actores nominados al Oscar por su primera cinta al que tambi¨¦n pertenecen Orson Welles o Montgomery Clift. Y, doble salto mortal, gracias a una comedia. Fue con su interpretaci¨®n de un marinero sovi¨¦tico durante la Guerra Fr¨ªa en ?Que vienen los rusos! (1966), que ya le hizo alzarse con el Globo de Oro, el ¨²nico de su carrera. Ese a?o, 1967, la lucha se debat¨ªa nada menos que entre Arkin, Michael Caine, Richard Burton, Steve McQueen... y un mucho menos conocido Paul Scofield, que se llev¨® el premio por Un hombre para la eternidad.
Pero a Arkin no le faltaron oportunidades para ser reconocido por la Academia ni por el resto de instituciones. Los Oscar pensaron en ¨¦l solo dos a?os m¨¢s tarde con su papel de hombre sordo en El coraz¨®n es un cazador solitario; esta vez fue Cliff Robertson por Charly quien se lo arrebat¨®. Tuvieron que pasar casi 40 a?os y decenas de t¨ªtulos para que volviera a tener una nominaci¨®n, por el papel que le encumbr¨® en su ¨²ltima etapa, el de Edwin Hoover, el abuelo de la recordada Olive de Peque?a Miss Sunshine.
Ese papel, el que le hizo popular para las nuevas generaciones, estuvo a punto de no ser para ¨¦l. Entonces ten¨ªa algo m¨¢s de 70 a?os, y los directores, Valerie Faris y Jonathan Dayton, pensaban que era muy joven, que su salud era demasiado buena para interpretar a ese hombre tembloroso, drogadicto y fr¨¢gil, 10 a?os mayor que ¨¦l en la pel¨ªcula. En una entrevista con The New York Times en 2007 Arkin bromeaba con aquella an¨¦cdota: ¡°Fue el mejor rechazo que recib¨ª en mi vida. Pensaron que estaba demasiado bien de salud¡±. Cuando gan¨® el Oscar, tambi¨¦n brome¨® afirmando que cre¨ªa que se lo hab¨ªan dado ¡°por la edad¡±: ¡°Todo el mundo piensa que voy a palmarla el a?o que viene¡±.
Antes del golpe de efecto de Peque?a Miss Sunshine Arkin ya hab¨ªa tenido una larga y dilatada carrera rodeada de otras estrellas de Hollywood. Impuso seriedad a su tono con la interpretaci¨®n de un asesino psic¨®pata en la pel¨ªcula Sola en la oscuridad (1967), aunque en alguna ocasi¨®n cont¨® que no le gust¨® especialmente asustar a Audrey Hepburn. En la m¨¢s c¨®mica Una extra?a pareja de polis (1974) confes¨® que acept¨® el papel ¡°solo porque necesitaba comer¡±.
Otros t¨ªtulos marcados de su trayectoria son Eduardo Manostijeras (1990), Rocketeer (1991), Glengarry Glen Ross (1992), Un muchacho llamado Norte (1994), Gattaca (1997), Vidas contadas (2001), Una pareja de tres (2008), Superagente 86 (2008) o Los Muppets (2011). En 2012 lleg¨® otra de sus grandes oportunidades gracias a Argo, dirigida por Ben Affleck, por la que obtuvo su ¨²ltima nominaci¨®n al Oscar, en 2013. Aunque la cinta se alz¨® con la estatuilla a Mejor pel¨ªcula, ¨¦l no lo logr¨®, y el Oscar fue para Christoph Waltz por Django desencadenado. Sus ¨²ltimas nominaciones y reconocimientos llegaron hace un par de a?os gracias a la serie de Netflix El m¨¦todo Kominsky, con la que opt¨® en dos ocasiones al premio Emmy. Su estrella brilla en Hollywood Boulevard, en el Paseo de la Fama, desde hace cuatro a?os.
Adem¨¢s de en la interpretaci¨®n, Arkin prob¨® en la direcci¨®n en los a?os setenta. Pero tambi¨¦n en la escritura, aunque no solo con un cl¨¢sico libro de memorias (que tambi¨¦n escribi¨®, en 2011). Hace tres a?os lanz¨® un volumen llamado Out of my mind donde hablaba sobre budismo, meditaci¨®n y reencarnaci¨®n, en las que cre¨ªa desde a?os atr¨¢s gracias a la gu¨ªa espiritual de un gur¨² durante m¨¢s de dos d¨¦cadas. En una entrevista con el diario The Guardian al hilo del lanzamiento, aseguraba que cuando ten¨ªa 30 a?os y estaba en la cima de su carrera era completamente infeliz, pero que gracias a ese aprendizaje volvi¨® a ser feliz. ¡°Como resultado directo de la meditaci¨®n, me ocurrieron milagros. Salv¨® mi vida. No podr¨ªa tirar adelante sin ella. Si lo hubiera dejado, el suicidio habr¨ªa sido la ¨²nica alternativa¡±, afirmaba.
En los ¨²ltimos a?os, Arkin vivi¨® al sur de California, a unas horas de Los ?ngeles, junto a su tercera esposa, con quien se cas¨® hace 25 a?os, Suzanne Newlander, tras dos matrimonios con Jeremy Yaffe (con quien tuvo un hijo) y Barbara Dana (con quien tuvo otros dos). Viv¨ªa en la calma, el silencio y la contemplaci¨®n de sus jardines. ¡°Tengo una relaci¨®n con los ¨¢rboles, las flores y el cielo. Para m¨ª, ahora es algo muy profundo¡±, aseguraba hace unos a?os. Al ser preguntado si era un final, si se estaba preparando para ¨¦l, afirmaba: ¡°No hay final. No hubo principio y no habr¨¢ final. Todos somos parte de una interminable corriente¡±.
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