Medio siglo de carrera de Concha Jerez, la conciencia cr¨ªtica del arte

Reconoce Concha Jerez (Las Palmas de Gran Canaria, 82 a?os) que siempre ha mirado al Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo (CAAC) ¡°con ojos golositos¡±. ¡°Le favorece mucho el propio edificio¡±, reconoce la artista pl¨¢stica. Habla Jerez del monasterio de la Cartuja de Sevilla, apartado de la ciudad y envuelto en un mar de huertos de labor y naranjos y chimeneas incorporadas siglos m¨¢s tarde en sus posteriores usos. Comenz¨® siendo un horno para alfareros almohade; del silencio cartujano que pint¨® Zurbar¨¢n y que enmudeci¨® esta orilla del Guadalquivir entre los siglos XV y XIX pas¨® a ser un centro de acuartelamiento de las tropas napole¨®nicas para sus continuados saqueos en la ciudad, y as¨ª hasta dejar paso a la f¨¢brica de loza y porcelana china que instalara en 1841 el ingl¨¦s Charles Pickman y que modificar¨ªa para siempre su fisonom¨ªa.

En este espacio ¡°estratificado¡± ¨Dhoy uno de los centros espa?oles de arte contempor¨¢neo con m¨¢s proyecci¨®n internacional¨D celebra sus 50 a?os de actividad art¨ªstica Concha Jerez, como si se tratara de un proyecto ¡°de alto valor arqueol¨®gico¡±. Detr¨¢s de un t¨ªtulo ad hoc (Silencios de tiempos) se encuentra una exposici¨®n que es tambi¨¦n el cierre de una etapa, no s¨®lo en la prol¨ªfica vida de la creadora ¨Dla muestra se inaugura cuando se cumplen cincuenta a?os de la primera exposici¨®n individual de Concha Jerez en 1973¨D, sino del propio centro.

Comisariada por el reci¨¦n cesado director del CAAC, Juan Antonio ?lvarez Reyes, la muestra es la primera inaugurada bajo el mandato de la nueva directora del museo, la gaditana Jimena Bl¨¢zquez, que recoge el testigo de su antecesor en el cargo para recibir a esta Premio Vel¨¢zquez (concedido en 2017) y Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas (en 2015) que ocupar¨¢ hasta el pr¨®ximo mes de abril algunos de los espacios fundamentales del entorno cartujo, fundamentalmente el Claustr¨®n Este, las capillas de Santa Catalina y de San Bruno, las antiguas huertas y los patios de columnas. ¡°Por empe?o de Juan Antonio, muestro obras que no se hab¨ªan expuesto nunca, pero era el momento de hacerlo; m¨¢s bien era el espacio adecuado¡±.

De este modo, Silencios de tiempos se aproxima estrat¨¦gicamente al trabajo desarrollado en el ¨²ltimo medio siglo por Concha Jerez con formato de acciones, performances o proyectos site specific. Temas concretos desarrollados bien en solitario o, a partir de 1990, simult¨¢neamente tambi¨¦n con la coautor¨ªa de Jos¨¦ Iges. Entre esos asuntos, destacan los relacionados en la obra de Jerez con el feminismo, los medios de comunicaci¨®n, la represi¨®n de la libertad, la censura pol¨ªtica y la autocensura, pilares de su producci¨®n. Sin embargo, ¡°lo que m¨¢s va a sorprender es la obra pict¨®rica, que nadie la conoce¡±, reconoce la autora, que ten¨ªa custodiada esta producci¨®n en su colecci¨®n particular, grandes paneles coloristas en los que muestra su car¨¢cter ¡°tremendamente ir¨®nico¡± en su relaci¨®n con ¡°la pintura-pintura¡±, como ella misma enfatiza: ¡°No hay una mirada inocente¡±.

La exposici¨®n del CAAC tambi¨¦n incluye como gran novedad la instalaci¨®n que Jerez cre¨® en 1983 para la m¨ªtica exposici¨®n Fuera de formato y que no se ha presentado m¨¢s que en aquella ocasi¨®n. Se trata, en ese af¨¢n por elevarse como artista conceptual, de la pieza Identidad de un espacio geogr¨¢fico ¨DLa Plaza Col¨®n de Madrid¨D a trav¨¦s de impresos burocr¨¢ticos pertenecientes a edificios p¨²blicos situados en los l¨ªmites de ella. De 1983 es tambi¨¦n Memoria de tres conceptos, instalaci¨®n integrada por un atril de m¨²sica plegable con un libro en el que la autora desarroll¨® una partitura abierta a partir de una carta recibida del Ministerio de Cultura en la que se le denegaba una ayuda que hab¨ªa solicitado.

Los conceptos de tiempo, silencio (¡°los tiempos y los silencios¡±, matiza la autora con el plural), censura y autocensura se van desplegando como un mapa por todo el recorrido de la exposici¨®n, y extiende sus ramificaciones hasta los cinco peque?os huertos del monasterio que dan aire a las salas: ¡°Aqu¨ª los conceptos de tiempo son a la vez reales, virtuales, mentales, todo se confunde¡±, se?ala Concha Jerez, con una elocuencia de velocidad vertiginosa, donde todo lo que dice la artista parece igual o m¨¢s importante que la obra que muestra.

El compromiso feminista de Concha Jerez vibra en piezas como Diario l¨ªmite interior, realizada en 1988 a partir de una antigua banca intervenida, utilizada como cama, proveniente de un pueblo de Cuenca, y lana de Malpartida de C¨¢ceres, utilizada por la autora en la instalaci¨®n L¨ªmites, que realiz¨® en dicho pueblo en 1986 en la galer¨ªa Weverka. Tambi¨¦n sus Retratos mentales de siete poetisas de Al-?ndalus, realizados en 2018 en formato de libro de artista. Aqu¨ª invita la artista al visitante a conocer a ¡°unas mujeres excepcionales, de armas tomar, poetisas de la Alhambra en su ¨¦poca de esplendor¡± que, como muchas otras, no han pasado a la historia hasta este trabajo de recuperaci¨®n de la canaria.

A pesar del acopio de piezas antiguas y las nuevas creadas ex profeso para esta celebraci¨®n de medio siglo de compromiso con las vanguardias ¨Dse exponen 43 obras y nueve intervenciones¨D, Concha Jerez reconoce que Silencios de tiempos es m¨¢s bien ¡°un recorrido introspectivo por mi carrera y, a la vez, transversal, que explora los temas m¨¢s importantes que he trabajado, considerados como cap¨ªtulos de una gran retrospectiva que me parece imposible de acometer¡±. Es s¨®lo ¨Da pesar de lo mucho¨D un paso m¨¢s de mirada afilada, casi tanto como su verbo, representativa de una generaci¨®n de artistas que ha marcado el tr¨¢nsito de la era anal¨®gica a la cultura digital, con sus investigaciones, creaciones e innovaciones. Pero sobre todo, que ha marcado el camino de la conciencia cr¨ªtica y la relaci¨®n entre el arte y la vida de nuestro tiempo.