Un estudio desvela c¨®mo las gigantescas proporciones del castillo soriano de Gormaz lo convert¨ªan en indefendible
Los arque¨®logos excavan la mayor fortaleza altomedieval de Europa y demuestran que en el siglo XIV se levant¨® otra m¨¢s peque?a en su interior para hacer frente de forma efectiva a los ataques
Era una fortaleza tan enorme ¨Dsus murallas se alargaban 1,2 kil¨®metros flanqueadas por 28 grandes torres¨D que sus ocupantes en el siglo XIV decidieron levantar un castillete, de menores dimensiones, en su interior porque no pod¨ªan abarcar todo su per¨ªmetro defensivo. La sorprendente fortificaci¨®n de Gormaz (Soria), la m¨¢s grande de las construidas en el siglo X en Europa, ha ca¨ªdo bajo la lupa de los expertos ...
Era una fortaleza tan enorme ¨Dsus murallas se alargaban 1,2 kil¨®metros flanqueadas por 28 grandes torres¨D que sus ocupantes en el siglo XIV decidieron levantar un castillete, de menores dimensiones, en su interior porque no pod¨ªan abarcar todo su per¨ªmetro defensivo. La sorprendente fortificaci¨®n de Gormaz (Soria), la m¨¢s grande de las construidas en el siglo X en Europa, ha ca¨ªdo bajo la lupa de los expertos Manuel ?ngel Herv¨¢s (Baraka Arque¨®logos) y Manuel Retuerce (Universidad Complutense de Madrid), que en el estudio La intervenci¨®n arqueol¨®gica de 2022 en el patio de armas de la fortaleza de Gormaz, publicado por la revista Mantua, han destapado aspectos totalmente desconocidos de esta mole p¨¦trea levantada por el califa Abderram¨¢n III para defender la frontera norte de Al-?ndalus. Han desvelado, por ejemplo, que dadas sus gigantescas proporciones su defensa resultaba sumamente complicada, a pesar de levantarse sobre un escarpado cerro de 130 metros de altura. Como se necesitaban abundantes tropas en su interior para cubrir todo su per¨ªmetro, fue tomado sucesivamente por cristianos y andalus¨ªes. Las excavaciones han proporcionado, adem¨¢s, el hallazgo de numerosos objetos militares y de la vida cotidiana de sus sucesivos moradores, entre ellos monedas medievales cristianas, una brigantina (coraza) del siglo XIV o XV o cer¨¢mica isl¨¢mica.
La impresionante edificaci¨®n militar de Gormaz se levanta sobre un cerro amesetado largo y estrecho. Desde su altura, se distingue el r¨ªo Duero por el sur, oeste y norte. Su excepcional ubicaci¨®n permite distinguir en lontananza toda la comarca, incluyendo el Moncayo, los Picos de Urbi¨®n y el Sistema Central en los d¨ªas despejados. Fue construida sobre una primera fortificaci¨®n emiral de tierra y se convirti¨® en ¡°cabeza de puente¡± y epicentro de la defensa de la frontera contra los pujantes reinos de Navarra y Castilla. Se caracteriza fundamentalmente por su particular configuraci¨®n, que se adapta con precisi¨®n a la abrupta topograf¨ªa irregular del otero. Es visitable ¨Dconserva la alcazaba, torres, puertas califales y muros de m¨¢s de 10 metros de altura¨D y a sus pies se alza un peque?o centro de interpretaci¨®n del rom¨¢nico, ya que toda esta parte de la provincia de Soria luce numerosas iglesias de este periodo hist¨®rico.
Con el califa Al-Hakam II (915-976) conoci¨® uno de los periodos de mayor esplendor. Pero entre 940 y 965 fue ocupado por los cristianos, que lo perdieron a continuaci¨®n ante las tropas musulmanas del general Galib. En 1047, fue conquistado de nuevo por Fernando I de Castilla. Su primer alcaide fue Rodrigo D¨ªaz de Vivar, El Cid Campeador (1081). En el siglo XIV, a causa de las guerras civiles entre Pedro I y sus hermanos, se reforzaron distintas zonas y se le a?adieron almenas prism¨¢ticas. Con los Reyes Cat¨®licos se convirti¨® en c¨¢rcel.
Los arque¨®logos analizaron el a?o pasado 114 metros cuadrados de su superficie y profundizaron hasta los 1,91 metros en el sector central de la fortaleza, el ¨¢rea que se sit¨²a entre el patio de armas y el alc¨¢zar. Los resultados han confirmado tanto la fase de construcci¨®n emiral de tierra como la califal, de mamposter¨ªa y sillarejo, as¨ª como una tercera que se extiende en el interior de la fortaleza y que se corresponde a otro castillo m¨¢s peque?o y cuadrangular levantado por los cristianos.
¡°La nueva intervenci¨®n arqueol¨®gica ha documentado modificaciones de gran calado en la estructura defensiva del recinto, acometidas en el contexto de las guerras civiles castellanas del siglo XIV¡±, se?ala el estudio. ¡°Dichas reformas son legibles no solo en el interior del ¨¢rea excavada, sino tambi¨¦n en los restos de muro de su entorno, pues se identificaron varias reformas, tanto en el sistema de acceso al interior de la fortaleza desde el sur como en la distribuci¨®n interna del sector central, con nuevos edificios de car¨¢cter defensivo intramuros y con una gran torre interior¡±, detalla Manuel Retuerce.
Todas estas edificaciones configuran un cuadril¨¢tero de alrededor de 60 metros de largo por unos 30 de ancho, con dos torres, una en el sureste y otra en noreste, ¡°lo que remarca su vocaci¨®n defensiva¡±. Un muro cerraba transversalmente todo el espacio. ¡°Como hip¨®tesis de trabajo a contrastar en futuras intervenciones, planteamos la posibilidad de que dichas estructuras se correspondan con recintos defensivos interiores, a modo de atajos, construidos en el siglo XIV para facilitar la defensa de la plaza durante alguna de las guerras civiles libradas entonces. Es posible que las tropas acantonadas en el interior no fuesen lo suficientemente numerosas como para garantizar por s¨ª mismas la defensa de todo el per¨ªmetro amurallado y que, en consecuencia, se tomase la decisi¨®n de sectorizar el espacio intramuros por medio de recintos defensivos internos m¨¢s peque?os¡±, indica Retuerce.
Adem¨¢s, al excavar los arque¨®logos hallaron, entre otros objetos, el borde de una urna celtib¨¦rica ¨Dlo que atestigua una ocupaci¨®n bimilenaria del cerro¨D, un ataifor (plato) de ¨¦poca califal, cazuelas, una moneda de ¨¦poca de Fernando IV (1295-1312) acu?ada en Cuenca, otra de Alfonso X (1221-1284), fragmentos de ollas y cazuelas cristianas del siglo XIII, importantes cantidades de huesos de ovic¨¢pridos y b¨®vidos, dos esc¨¢pulas de b¨®vido con letras grabadas en ¨¢rabe, fragmentos de cer¨¢mica como ollas, tapaderas, jarros vertedores, jarritos, c¨¢ntaros, cantarillos y escudillas de adscripci¨®n cultural cristiana (siglos XIII y XIV), as¨ª como dardos de ballesta, clavos, pasadores y placas de hierro. Adem¨¢s de todos esos materiales, destacan los expertos, se recuperaron dos placas de una brigantina de entre los siglos XIV y XV.
De los 393 testimonios cer¨¢micos inventariados, la gran mayor¨ªa (305, el 77,6% del total) posee una cronolog¨ªa bajomedieval, del siglo XIV o XV. Anteriores a este periodo se localizaron cinco fragmentos de la Edad del Bronce (1,27%), uno de la del Hierro (0,25%), 24 celtib¨¦ricos (6,10%), un fragmento de terra sigillata hisp¨¢nica (0,25%), otro posiblemente de ¨¦poca visigoda (0,25%), 13 andalus¨ªes y 43 de los siglos XIII y XIV.
En definitiva, concluye el estudio, se ha podido documentar en el interior de la fortaleza ¡°la fachada oriental de un edificio de grandes proporciones, de naturaleza defensiva, construido en el siglo XIV, intramuros del recinto isl¨¢mico precedente, a modo de atajo o sectorizaci¨®n de este ¨²ltimo, y del que hasta el momento no se ten¨ªa ninguna referencia¡±. Porque el castillo era de tales proporciones, pensaron sus moradores, que uno m¨¢s peque?o lo har¨ªa m¨¢s defendible. Y dieron en la diana. Nadie volvi¨® a tomarlo.