En memoria del galerista y productor cultural barcelon¨¦s Xefo Guasch
Tambi¨¦n arquitecto y restaurador, fue el agitador de las vanguardias de la capital catalana al frente de locales nocturnos como el Bikini
¡°Estic cascat¡±, entraba diciendo Xefo Guasch a todas las fiestas que ¨¦l mismo montaba en los innumerables locales que tuvo. Guasch fue el agitador (y, por lo tanto, productor) cultural por antonomasia. Amigo de los intelectuales m¨¢s serios, de los artistas m¨¢s vanguardistas y de toda la fauna nocturna sin excepci¨®n, lograba reunir a todos ellos en noches inolvidables. Primero empez¨® por la Ceca, amplio espacio situado en una estrecha calle del barrio de La Ribera, mucho antes de ponerse de moda, que tuvo que dejar por las molestias que causaban a los vecinos los clientes que delante de la puerta alargaban la noche. Suya fue la idea de Turmix, que en 1985 convocaba una vez al mes en un local diferente ¡ªa cual m¨¢s sorprendente¡ª a innumerables seguidores. Pronto se hizo con uno ya conocido en tiempos franquistas, pero algo olvidado, el Bikini, en lo alto de la Diagonal, al frente del cual estuvo un lustro (1985-1990). Seguidamente, se hizo restaurateur y con su mujer Teresa Reyes (con quien se cas¨® en Las Vegas el d¨ªa de San Valent¨ªn de 1992, dentro del proyecto Honeymoon de Miralda), pusieron en marcha el Margarita Blue (el ¨²nico que a¨²n queda abierto), el Rita Blue y el Rita Rouge, en el barrio antiguo.
Aunque hizo la carrera de Bellas Artes ya mayor (la escultura y la pintura fueron su fuerte), hab¨ªa sido cofundador, en 1977, de V¨ªdeo Nou, el primer equipo en Barcelona que utiliz¨® ese medio para documentales culturales, entre ellos uno sobre las plazas duras que ya empezaban a inundar la ciudad y con la cuales no estaba nada de acuerdo. Pero Guasch era arquitecto, profesi¨®n que practic¨® a escala particular: sus propios locales y h¨¢bitats, los pisos y bares de los amigos (en el Pueblo Espa?ol, por ejemplo), la casa de sus padres en el campo y finalmente la suya en el Delta del Ebro, lugar donde, junto a su pareja, la pintora Curra Mart¨ªn, se ha ido tan f¨¢cilmente como parec¨ªa que viviera: una fuga de gas, mientras dorm¨ªan, el 31 de diciembre.
Los viajes fueron tambi¨¦n importantes en su vida. Estuvo donde se coc¨ªan las cosas. Un viaje a Oriente, muy a principios de la d¨¦cada de 1970, lo marc¨® m¨¢s que otros, pero tambi¨¦n acud¨ªa a importantes festivales, tanto de m¨²sica como de arte. En los primeros Encuentros de Pamplona (1972) no se dedic¨® ¨²nicamente a filmar y fotografiar lo que sus muchos amigos participantes hac¨ªan, sino que les ayudaba a montar sus proyectos m¨¢s complicados. En 2008 se puso al frente de una galer¨ªa tan polifac¨¦tica como ¨¦l mismo, que ocupaba los bajos de su propia casa en el Poble Nou, lugar donde se hab¨ªa finalmente instalado. En Chez Xefo, con aspecto de gran y confortable sal¨®n, la programaci¨®n era constante y de todo pelaje: exposiciones, conciertos, sesiones de cine¡ Xefo ten¨ªa un following intergeneracional y no le importaba alternar nombres asentados y noveles. A todos acog¨ªa con el mismo entusiasmo y dedicaba la misma energ¨ªa.
Hace un par de a?os, decidi¨® tomar un curso por internet que le ayudar¨ªa a escribir su autobiograf¨ªa. Se titula, sin muchas florituras, Autobiograf¨ªa de Xefo Guasch 1949-2022 y la ha entregado en una autoedici¨®n a algunos de sus amigos. En sus p¨¢ginas est¨¢ encerrada la Barcelona pre y post ol¨ªmpica m¨¢s cool. Xefo deja hu¨¦rfanos, adem¨¢s de a sus propios hijos, Cris y Nil, a infinidad de amigos y artistas, desde Muntadas o Zush, a Mariscal, Nuria Rib¨® o Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ª Font, quien en su obituario para el diario La Vanguardia escribe: ¡°... con su marcha empieza el canto del cisne de toda una generaci¨®n barcelonesa¡±.
Babelia
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