Lola Ruiz-Ib¨¢rruri, nieta de Pasionaria: ¡°A mi abuela una coalici¨®n de gobierno como la actual le traer¨ªa el recuerdo del Frente Popular¡±
Es la guardiana del archivo personal de la hist¨®rica dirigente comunista y una de las personas que mejor ha conocido a la mujer detr¨¢s de la leyenda. ¡°Mi abuela no quer¨ªa una dictadura comunista, quer¨ªa una rep¨²blica democr¨¢tica¡±
A Dolores Ib¨¢rruri, m¨¢s conocida como Pasionaria, le gustaba dar paseos por el madrile?o parque de Berl¨ªn. Su nieta, Lola Ruiz-Ib¨¢rruri Sergueyeva (Mosc¨², 1960), sol¨ªa acompa?arla. ¡°Desde aqu¨ª puedo ver su casa, donde vivi¨® sus ¨²ltimos a?os¡±, dice Ruiz-Ib¨¢rruri mientras posa frente a un peque?o lago donde hay tres fragmentos del muro que dividi¨® a Alemania en dos entre 1961 y 1989. Solo tres d¨ªas despu¨¦s de la ca¨ªda del tel¨®n de acero sovi¨¦tico, 9 de noviembre de 1989, Pasionaria, otro mito del comunismo, fallec¨ªa. Hoy, 35 a?os despu¨¦s, su legado est¨¢ muy vivo. El historiador Mario Amor¨®s ha publicado la biograf¨ªa de la dirigente comunista, titulada ?No pasar¨¢n! (Akal); el historiador y periodista Diego D¨ªaz ha escrito una aproximaci¨®n m¨¢s breve y divulgativa, Pasionaria, la inesperada vida de Dolores Ib¨¢rruri (Hoja de Lata), y tambi¨¦n se han reeditado sus memorias, El ¨²nico camino (Akal). Su nieta, que vivi¨® con ella durante tres d¨¦cadas en Rusia y Espa?a, es la guardiana de su archivo personal ¡ªm¨¢s de 150 cajas llenas de cartas, documentos y escritos¡ª y una de las personas que mejor ha conocido a la mujer detr¨¢s de la leyenda.
Pregunta. ?Por qu¨¦ cree que hay este renovado inter¨¦s en la figura de su abuela?
Respuesta. Dolores simboliza la integraci¨®n de la mujer en la vida p¨²blica. A diferencia de Clara Campoamor o Victoria Kent, que pertenec¨ªan a clases acomodadas y tuvieron la posibilidad de estudiar, lleg¨® a la pol¨ªtica desde uno de los sectores econ¨®micos y sociales m¨¢s pobres. A finales del siglo XIX, trabajar en la mina significaba encontrarse al lado del infierno. Y ella era hija, hermana y esposa de mineros. Fue autodidacta, estudi¨® hasta los 16 a?os. Su madre no le permiti¨® seguir form¨¢ndose y estudiar Magisterio. Fue ejemplo para una parte de la sociedad del progreso que requer¨ªa la mujer. Dej¨® atr¨¢s la miseria de la vida en un pueblo minero, fue diputada, vicepresidenta de las Cortes, presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Antifascistas¡ ?Por qu¨¦ su legado sigue siendo actual? La respuesta se encuentra en sus discursos y en sus art¨ªculos. Recordar¨¦ algunos de sus t¨ªtulos: ¡°Al igual trabajo, id¨¦ntico sueldo¡±, de 1933; ¡°Mujeres de distintas clases sociales y de ideolog¨ªas dispares contra la guerra y el fascismo¡±, de 1934; ¡°Atr¨¢s la caverna, atr¨¢s el fascismo¡±, de 1936; ¡°Las mujeres de Espa?a son capaces de trabajar, son aptas para dirigir los destinos de nuestro pueblo¡±, tambi¨¦n de 1936...
P. Sabemos c¨®mo era Pasionaria, pero, ?c¨®mo era su abuela?
R. Una mujer vasca. Esa clase de mujer que ya se ve menos: la madre, cuya fortaleza lleva sobre s¨ª a la familia. Para m¨ª, que viv¨ª desde mi nacimiento con ella, ¡°la abuelita¡± fue la gran referencia. Mi padre (Artiom Sergu¨¦iev, hijo del hist¨®rico revolucionario bolchevique Fi¨®dor Sergu¨¦iev) era militar y siempre estaba en misi¨®n en lugares que no conoc¨ªamos. Mi madre (Amaya Ruiz) perdi¨® a su primer hijo, mi hermano mayor, y durante un tiempo estuvo muy enferma. Por eso vivimos todos juntos en la casa de Dolores, hiperactiva y siempre ocupada. Se encargaba de todo y de todos, pero antes que nada se sent¨ªa periodista. Fue corresponsal, redactora y directora de varios peri¨®dicos y revistas vinculados a su partido, fund¨® en Mosc¨² la Radio Pirenaica y m¨¢s tarde ayud¨® a crear Radio Pek¨ªn. Le gustaba leer, escribir y viajar. Ten¨ªa una enorme curiosidad. La lectura era su escuela. Le¨ªa a los estoicos griegos y romanos, y ella misma era para m¨ª la imagen del estoicismo: exigente consigo y con nosotros.
P. Su padre, Artiom, se crio con Stalin. De hecho, fue como un hijo adoptivo para Stalin. ?Qu¨¦ le cont¨® sobre ¨¦l?
R. Mi padre escribi¨® un libro sobre su infancia. En ¨¦l cuenta los avatares de su vida. A principios de 1918, la capital de la reci¨¦n nacida Rep¨²blica de los Soviets fue trasladada de Petrogrado a Mosc¨² y los miembros del Gobierno con sus familias se instalaron en las antiguas celdas de la guardia real dentro de la fortaleza del Kremlin. Mi abuelo paterno, Fi¨®dor, fue estadista y pol¨ªtico, fundador del partido socialdem¨®crata, luego comunista, de Australia donde entonces viv¨ªa. Al regresar, fue secretario del partido bolchevique de la Regi¨®n de Mosc¨², presidente la Uni¨®n Internacional de miner¨ªa. Muri¨® en un accidente provocado, en 1921. Nunca se supo qui¨¦n estaba detr¨¢s.
P. Pasionaria muri¨® poco despu¨¦s de la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn. ?Lleg¨® a tener conciencia de lo que significaba eso?
R. Padec¨ªa una pulmon¨ªa severa, pero estaba consciente. No hablamos sobre el Muro. No era el momento. Sin embargo, en 1968 ya protest¨® en¨¦rgicamente contra la invasi¨®n sovi¨¦tica de Checoslovaquia. Alexander Dub?ek, el l¨ªder que encabez¨® la primavera de Praga, dec¨ªa que le deb¨ªa la vida a mi abuela porque gracias a su intervenci¨®n pudo sobrevivir marginado pero vivo. Desde los a?os de la Rep¨²blica, tuvo muy clara la idea del enlace entre socialismo y la democracia. Por encima de sus l¨®gicas declaraciones de lealtad al comunismo, en 1968 tambi¨¦n dej¨® claro que no quer¨ªa una dictadura comunista y que quer¨ªa una rep¨²blica democr¨¢tica. As¨ª lo anunci¨® ya durante la Guerra Civil y as¨ª pensaba en 1978, cuando firm¨® la Constituci¨®n.
P. Cuando usted naci¨®, Pablo Neruda le regal¨® una sillita¡
R. S¨ª, la tiene mi hermano. Era un gran amigo de Dolores y a nosotros nos regalaba muebles infantiles, canastillas y coches de mimbre que adquir¨ªa a artesanos rusos.
P. Usted tuvo posibilidad de entrevistar a Fidel Castro, fue amiga de Rostrop¨®vich, conoci¨® a Neruda. De todos esos personajes, ?cu¨¢l le impact¨® m¨¢s?
R. Para m¨ª una de las personas m¨¢s impactantes fue Jorge Sempr¨²n. Valiente, carism¨¢tico y con una claridad de pensamiento sobre el futuro de la izquierda en Espa?a. Tambi¨¦n me influyeron las amigas de mi abuela: Clara Sancha, viuda del escultor Alberto S¨¢nchez; Nieves, esposa y ayudante del cient¨ªfico Juan Planelles; Irene Falc¨®n y su hermana Enriqueta, secretarias de Ram¨®n y Cajal antes de la guerra; y Nadia, viuda del pintor Fernand L¨¦ger. Formaban parte de nuestro entorno m¨¢s ¨ªntimo desde Mosc¨².
P. Hay un sector de la izquierda que cuestiona la Transici¨®n. ?Qu¨¦ opinaba su abuela sobre esa etapa?
R. La abuela ya hab¨ªa planteado la posibilidad de la reconciliaci¨®n nacional en un art¨ªculo titulado ¡°Por la reconciliaci¨®n de los espa?oles¡±, en 1942. A¨²n le quedaban 35 a?os de exilio. A la vuelta, en 1977, conoci¨® a Adolfo Su¨¢rez, un hombre valiente y audaz. Tuvo el coraje de presidir el Gobierno de Espa?a en tiempos de grandes cambios y turbulencias, y asumi¨® el riesgo de legalizar el Partido Comunista en abril del 1977, facilitando el fin del exilio y haciendo adem¨¢s posible una verdadera democracia. A?os m¨¢s tarde, en 1989, fui testigo de la gran muestra de reconciliaci¨®n y de consenso que supuso el entierro de mi abuela. Representantes de todos los partidos, entre ellos Su¨¢rez, visitaron su capilla ardiente. La Guerra Civil hab¨ªa terminado.
P. ?Y qu¨¦ opinaba sobre la monarqu¨ªa?
R. Dolores conoci¨® personalmente a Alfonso XIII siendo una ni?a. Ten¨ªa recuerdos infantiles sobre una visita que hizo el rey al Pa¨ªs Vasco y la euforia de los preparativos. Los ni?os, incluida mi abuela, le cantaron una canci¨®n de bienvenida escrita por un m¨²sico gallartino para la ocasi¨®n. En la d¨¦cada de 1970, en Par¨ªs, conoci¨® a Juan de Borb¨®n con ocasi¨®n de los numerosos encuentros clandestinos para discutir el futuro democr¨¢tico. En 1978 firm¨® la Constituci¨®n que establec¨ªa Espa?a como una monarqu¨ªa parlamentaria y patria com¨²n para todos los espa?oles. Durante las discusiones previas, ella y otras dos diputadas votaron en contra de la preferencia del var¨®n a la mujer en la sucesi¨®n al trono.
P. Su abuela estuvo muy implicada en la lucha antifascista. Hoy, la ultraderecha sigue afirmando que Pasionaria tuvo algo que ver en el asesinato de Calvo Sotelo.
R. Las fake news funcionan y perduran. Los boletines oficiales contienen las intervenciones en el Congreso de los diputados. En el libro de sus memorias, El ¨²nico camino, editado por Akal el a?o pasado, se publica el discurso en cuesti¨®n. Lo pronunci¨® el 16 de junio del 1936. La tensi¨®n pol¨ªtica de aquellos d¨ªas fue enorme. Se mascaba el inter¨¦s por desestabilizar la Rep¨²blica. Dentro de un mes comenzaba la Guerra Civil. Sobre todo hoy es perfectamente conocido qui¨¦nes protagonizaron ese tr¨¢gico acontecimiento y que no ten¨ªan relaci¨®n alguna con ella.
P. Hoy, Yolanda D¨ªaz, militante comunista, es vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Econom¨ªa Social. ?Cree que su abuela se llevar¨ªa bien con ella?
R. No lo s¨¦¡ Una coalici¨®n de gobierno como la actual le traer¨ªa el recuerdo del Frente Popular. Pero, conoci¨¦ndola, supongo que tambi¨¦n buscar¨ªa caminos para fomentar el consenso.
Babelia
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