Esteban Hern¨¢ndez: ¡°La cultura se ha convertido en algo ¨²til para el mercado¡±
El periodista y soci¨®logo publica ¡®El coraz¨®n del presente¡¯, un ensayo en el que analiza ¡°el actual momento de transici¨®n protagonizado por la tensi¨®n y el desbarajuste¡±
Pongamos un ejemplo gr¨¢fico: el burro detr¨¢s de la zanahoria. Cansado de perseguir la zanahoria, el burro se para y deja de creer que merece la pena el premio. Puede ser peor: harto de ir a por una recompensa que no alcanza, el burro se para y estalla de rabia. Cualquiera de las dos opciones genera una situaci¨®n de desconcierto y sin soluci¨®n posible. El burro es la sociedad civil y la zanahoria podr¨ªa ser el presente. No hay satisfacci¨®n posible. ¡°La vida se ha vuelto m¨¢s agria y complicada¡±, explica Esteban Hern¨¢ndez, periodista, soci¨®logo y autor de El coraz¨®n del presente (C¨ªrculo de Tiza), un ensayo en el que, seg¨²n su autor, se analiza ¡°el actual momento de transici¨®n, protagonizado por la tensi¨®n y el desbarajuste¡±.
El desbarajuste de un burro cansado o harto. El desbarajuste que lleva a un cambio de humor. ¡°El humor social ha cambiado y tiene consecuencias en la vida cotidiana¡±, cuenta Hern¨¢ndez en una cafeter¨ªa de Madrid. ¡°Me interesa pulsar el momento concreto pese a la dificultad de este humor¡±, a?ade. El humor escenifica una ¡°fractura social¡± que tiene consecuencias inmediatas y tratadas en un texto conciso que planea sobre las transformaciones electorales, geopol¨ªticas, econ¨®micas, tecnol¨®gicas y culturales.
Tras su paso por La Vanguardia y El Mundo, Hern¨¢ndez ejerce de redactor jefe de El Confidencial, donde firma una columna sobre la actualidad pol¨ªtica, y colabora en distintos medios de tertuliano como en la cadena SER. Al igual que en su labor period¨ªstica, mantiene en su ensayo una mirada atenta a la metamorfosis de los mecanismos que fijan el presente social. De esta forma empieza su obra intentando tomar el pulso de la pol¨ªtica, cuyos s¨ªntomas preocupantes sirven de medidor tanto para la escena espa?ola como para la occidental.
¡°Tenemos el ejemplo de Estados Unidos: se ha desarrollado una derecha m¨¢s atrevida y que intenta superarse en osad¨ªa. George W. Bush superado por su hijo y, luego, este por Trump. El siguiente seguro que quiere superar a Trump. Y, al otro lado, hay una izquierda m¨¢s fragmentada o que pierde la partida de sus valores ante el descaro de la derecha¡±, dice el soci¨®logo, quien ya escribi¨® en 2015 sobre el nuevo conservadurismo en la pol¨ªtica y el mundo empresarial en su libro Nosotros o el caos. As¨ª es la derecha que viene (Deusto). ¡°Estamos en un momento en el que el deterioro pol¨ªtico en Occidente va a ir a peor a no ser que instalemos un nuevo marco de referencia¡±.
En este sentido, introduce dos aspectos valiosos para medir el deterioro democr¨¢tico: la importancia de la carta moral en la pol¨ªtica (¡°Convertir la decisi¨®n pol¨ªtica en moral divide profundamente, en la medida en que no hay posibilidad de di¨¢logo o encuentro¡±, escribe en el libro) y, por lo tanto, la imposibilidad del centro (¡°El moralismo arraiga y contribuye a que el centro no sea un espacio de confluencia, sino un foso que separa dos sociedades con visiones del mundo y valores diferentes¡±).
Hern¨¢ndez, quien analiz¨® en 2020 la pol¨ªtica internacional y la incertidumbre global en su ensayo As¨ª empieza todo (Ariel), tambi¨¦n pasa a hablar de la geopol¨ªtica. Hace hincapi¨¦ a un hecho muy reciente con una fecha ya hist¨®rica: la guerra entre Israel y Ham¨¢s que estall¨® el 7 octubre. ¡°Hab¨ªa dos visiones en Israel: la de Tel Aviv, con una ciudad abierta, m¨¢s tolerante, conectada tecnol¨®gicamente y globalmente, y la de Jerusal¨¦n, entregada a las tradiciones, la seguridad, el territorio, a los v¨ªnculos con el pasado religioso. Esas dos concepciones de Israel casi se pueden extender a las dos concepciones del mundo por las que tomar partido en plena ¨¦poca sin equilibrio¡±.
La falta de equilibrio ¨Dy de centro¨D lleva a que se agiten los extremos. El autor de El coraz¨®n del presente public¨® en 2014 El fin de la clase media (Clave Intelectual), un esclarecedor ensayo sobre la ruptura social y la falta de estabilidad que generaba una sociedad in¨¦dita de pocos ganadores y muchos perdedores. Ahora, habla de enfrentamientos desde los polos, se?alando t¨¦rminos interesantes en el conflicto: los aspiracionales contra los avergonzados en las ciudades, ¡°donde las identidades se construyen a partir de las apariencias¡±; los conectados contra los inm¨®viles en el mundo rural, donde ¡°la pol¨ªtica no aborda los recursos de supervivencia¡±; y los optimistas contra los hartos en el avance tecnol¨®gico, donde ¡°se impone una sola visi¨®n del mundo dentro de c¨ªrculos¡±. ¡°Al final, el resultado que estamos viviendo es que no tratas con el diferente si no quieres¡±, indica. ¡°Esta realidad elimina la conversaci¨®n p¨²blica y ahora mismo hay d¨¦ficit de construcci¨®n p¨²blica¡±.
Como bien trat¨® en El fin de la clase media, a Hern¨¢ndez le gusta observar la cultura como elemento fundamental de las sociedades y, en este sentido, para explicar los desequilibrios y aver¨ªas. Seg¨²n ¨¦l, ¡°la cultura ha pasado de ser un mecanismo formativo a algo ¨²til para el mercado¡±. Por lo tanto, ha perdido influencia social y capacidad transformadora. ¡°La contracultura ya no lo es porque no hay capacidad de desaf¨ªo¡±, afirma. ¡°Si eliminas el elemento racional y la reflexi¨®n, eres solo entretenimiento y, en ese sentido, hay otras formas de entretenimiento mejores que se imponen a la cultura¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.